Quisiera llevar el tema a una pregunta más de fondo. Tomando los últimos acontecimientos debiésemos tener una pausa de reflexión respecto de las actitudes que son el detonante de estas conductas.
Si los involucrados son oficiales entonces debo suponer que sus conocimientos y habilidades los llevaron a ser elegidos para los cargos que ocupan, por tanto, no podemos atribuir las causas a la falta de conocimiento o experiencia respecto de lo que se espera de un Bombero...
Entonces ¿porqué estos conocimientos y habilidades no llevan a las actitudes positivas que se esperan?.
La respuesta, a mi parecer, no es única y subyace en la forma de institucionalidad que poseemos y la manera de interrelacionarnos entre nosotros y con el resto de la sociedad.
El mito de la precariedad: en mi opinión buscar la respuesta en la precariedad, sea personal o material, no es la respuesta a las actitudes negativas, por un lado tenemos que las personas que ostentan altos puestos llegan a ellos por sus cualidades, tanto técnicas como de relaciones interpersonales, por tanto la respuesta a las actitudes negativas no debería ser la carencia personal. Por otro lado vemos cómo Bomberos de CBs que poseen EPP completos y normados, no los usan, por tanto, la carencia material tampoco parece ser la respuesta a las actitudes negativas.
¡¡Expulsión!!: también tendemos a ver a la separación de la institución de los individuos como una “solución”, sin embargo, dado que son quiénes escogieron al individuo los que serán sus sucesores no es tan fácil como una simple expulsión la erradicación de las actitudes que llevaron a las conductas inapropiadas. De esta forma para acciones indebidas de un cierto nivel (no actos delictuales por supuesto) podríamos establecer sanciones que, manteniendo a la persona y sus capacidades dentro de la institución, llevaran a mejorar a la persona, por ejemplo separar del cargo a quién por primera vez evidencia actitudes alcohólicas y obligarlo a seguir un tratamiento para volver a las filas.
Más Conductas Bomberiles: El curso de conductas no tiene la capacidad de generar actitudes sólo concentra, en unas pocas clases teóricas, algunos aspectos “esperables” y bastante etéreos de la vida Bomberil. Las actitudes positivas, entiendo, se forman a partir de lo que verifico en mi entorno y lo que el grupo acepta como válido, sumado a los valores que traigo desde mi formación personal. Así, más horas de Conductas no serían en mi opinión la solución.
La ropa sucia se lava en casa...: esta frase, que bien llevada es muy útil, en Bomberos se utiliza en forma mañosa, dada la verticalidad del mando en la institución se entiende como “positivo” el ocultamiento de hechos negativos o incluso delictuales por parte de superiores o subalternos y, por otro lado, la buena imágen institucional es un valor que algunos creen que es un bien superior a la verdad, dando pie a que se inserten individuos que ocultan sus malos actos, a sabiendas que existen personas dentro de la institución que, de muy buena fe, los encubrirán esgrimiendo que “la ropa sucia...” y que es mejor callar “para no manchar el buen nombre de Bomberos”.
La vida privada V/S la vida Bomberil: si bien como personas podemos y tenemos el derecho de llevar una vida privada esta debe, necesariamente, ser consecuente con las actitudes que se esperan del Bombero. Así, es comprensible que una persona tome unos tragos de más celebrando con sus amistades, pero no es aceptable que bajo esa condición asuma el volante de un vehículo y menos uno institucional. Entonces, debemos comprender que no es el hecho de beber en exceso lo reprobable desde el punto de vista del Bombero, sino el haber chocado en ese estado un vehículo institucional, desde el punto de vista humano podemos comprenderlo y debemos apoyarlo, eso sería incluso esperable, pero desde el punto de vista institucional no podemos justificarlo aún en base a los logros históricos de individuo.
Este divorcio entre Bomberos con mayores conocimientos, mejores habilidades, pero malas actitudes, es un desafío que debemos enfrentar todos, con las pequeñas acciones individuales y grupales de todos los días.