Estimado FABIANZERO:
En bomberos estamos acostumbrados a escuchar que nos jactamos de disponer de recursos (carros bomba y voluntarios), de la rapidez con que se coordinan (que el tiempo de respuesta desde recibida la alarma no supera 5 minutos, casi como superando récords mundiales), que los voluntarios de la Compañía X son excelentes en rescate, los de la Compañía Y especialistas saltando techos para la ventilación, que los del sur son "bakanes" por meterse hasta la última pieza donde había fuego, que los del norte no entran a los incendios por cobardes (aún sin ser capaces de reconocer el tipo de construcción entre un lugar y otro, donde en el sur la madera por excelencia nos da mayor firmeza a las estructuras, en tanto en el norte el adobe no ofrece seguridad alguna para quienes podrían entrar, menos tirando agua). También nos llenamos la boca diciendo que le ganamos en llegar a los carabineros y ambulancias en todo Chile, que somos los especialistas profesionales de la emergencia, que somos especialistas e asados y tomateras.
Pero hay algo de lo que no se habla: de la vuelta a casa segura. En los cuarteles no se habla de regresar sano y salvo, con el equipamiento y los compañeros en perfecto estado, tal como salieron al lugar de la emergencia. Es algo que por mis estudios de Prevención de Riesgos lo comencé a reflexionar, pensando en cómo llegar mejor a ese trabajador indiferente que no quiere cumplir.
En el ambiente laboral es distinto, si no respetas las medidas de seguridad tienes advertencias, amonestaciones y hasta incluso un despido por incumplimiento; pero si bien es cierto qu hay una normativa que cumplir; la prevención de riesgos está directamente ligada con el bienestar social de las personas, en cuando a que su rol principal es evitar la ocurrencia de accidentes y de los efectos de éstos, los que se traducen a dinero (cancelación de gastos médicos, licencias, pago de indemnizaciones y otros) pero el costo social es el que no se mide: ¿Cuánto pierde un trabajador cuando sufre un accidente grave? ¿Cuánto pierde de ganar su familia por esa incapacidad? ¿Cuánto es el costo económico familiar que sdebe asumir por la reducción de ingreso económico? ¿Cuánto es el costo familiar por tener ahora un integrante enfermo o postrado? ¿Cuánto es el sufrimiento provocado? ¿Cuánto será el tiempo que lo van a cuidar con amor, esmero y cariño hasta que lo traten a chuchada limpia porque no es capaz de valerse por sí mismo gracias a su incapacidad? ¿Cuánto será el dolor para la familia por la muerte de ese trabajador?
Por eso la prevención no debe enfocarse en prevenir accidentes sino en hacer las cosas bien para que TODOS disfrutemos nuestra vida sanos, veamos crecer a los hijos y ojalá alcancemos a ver nietos, para que podamos jugar a la pelot sin tener que estar conectado a una botella de oxígeno, o postrados en cama. La prevención debe enfocarse hacia el buen vivir de las personas también cuando dejen de trabajar: ¿acaso un jubilado con neumoconiosis, aún cuando reciba su indemnización y pensión, será feliz?
Las mismas preguntas anteriores pueden hacérselas ahora cambiando la palabra TRABAJADOR por BOMBERO y no cambia en nada... POR ESO ES QUE BOMBEROS DEBEN PROFESIONALIZARSE, no seguir siendo como club de fútbol de barrio (con el respeto que ellos merecen por juntarse a jugar a la pelota), tener capacitación, entrenamiento, procedimientos, orgánica establecida con requisitos claros para los oficiales administrativos y ejecutivos; pues no seremos capaces de ver los peligros hasta que nuevamente haya un accidente fatal que nos haga abrir los ojos, rasgar vestiduras pidiendo investigaciones, determinación de responsabilidades, responsables y que sean castigados.
¿A quién vamos a demandar? ¿al Estado por no cumplir con su rol protector al no tener un servicio de respuesta a incendios, por no ser capaz de entregar elementos de protección personal a los bomberos voluntarios, por no aportar los fondos necesarios para una capacitación estandarizada para los bomberos, a la superintendencia de valors y seguros por tramitar eternamente los accidentes y pagar después de casi dos años de ocurrido?
Finalmente el efecto del accidente lo sufre y absorbe tanto el propio accidentado como su familia y creo que es suficiente con la carga emocional negativa que ya damos cada vez que salimos a una emergencia: los demás se preocupan de que regresemos sanos, nosotros NO.
En bomberos estamos acostumbrados a escuchar que nos jactamos de disponer de recursos (carros bomba y voluntarios), de la rapidez con que se coordinan (que el tiempo de respuesta desde recibida la alarma no supera 5 minutos, casi como superando récords mundiales), que los voluntarios de la Compañía X son excelentes en rescate, los de la Compañía Y especialistas saltando techos para la ventilación, que los del sur son "bakanes" por meterse hasta la última pieza donde había fuego, que los del norte no entran a los incendios por cobardes (aún sin ser capaces de reconocer el tipo de construcción entre un lugar y otro, donde en el sur la madera por excelencia nos da mayor firmeza a las estructuras, en tanto en el norte el adobe no ofrece seguridad alguna para quienes podrían entrar, menos tirando agua). También nos llenamos la boca diciendo que le ganamos en llegar a los carabineros y ambulancias en todo Chile, que somos los especialistas profesionales de la emergencia, que somos especialistas e asados y tomateras.
Pero hay algo de lo que no se habla: de la vuelta a casa segura. En los cuarteles no se habla de regresar sano y salvo, con el equipamiento y los compañeros en perfecto estado, tal como salieron al lugar de la emergencia. Es algo que por mis estudios de Prevención de Riesgos lo comencé a reflexionar, pensando en cómo llegar mejor a ese trabajador indiferente que no quiere cumplir.
En el ambiente laboral es distinto, si no respetas las medidas de seguridad tienes advertencias, amonestaciones y hasta incluso un despido por incumplimiento; pero si bien es cierto qu hay una normativa que cumplir; la prevención de riesgos está directamente ligada con el bienestar social de las personas, en cuando a que su rol principal es evitar la ocurrencia de accidentes y de los efectos de éstos, los que se traducen a dinero (cancelación de gastos médicos, licencias, pago de indemnizaciones y otros) pero el costo social es el que no se mide: ¿Cuánto pierde un trabajador cuando sufre un accidente grave? ¿Cuánto pierde de ganar su familia por esa incapacidad? ¿Cuánto es el costo económico familiar que sdebe asumir por la reducción de ingreso económico? ¿Cuánto es el costo familiar por tener ahora un integrante enfermo o postrado? ¿Cuánto es el sufrimiento provocado? ¿Cuánto será el tiempo que lo van a cuidar con amor, esmero y cariño hasta que lo traten a chuchada limpia porque no es capaz de valerse por sí mismo gracias a su incapacidad? ¿Cuánto será el dolor para la familia por la muerte de ese trabajador?
Por eso la prevención no debe enfocarse en prevenir accidentes sino en hacer las cosas bien para que TODOS disfrutemos nuestra vida sanos, veamos crecer a los hijos y ojalá alcancemos a ver nietos, para que podamos jugar a la pelot sin tener que estar conectado a una botella de oxígeno, o postrados en cama. La prevención debe enfocarse hacia el buen vivir de las personas también cuando dejen de trabajar: ¿acaso un jubilado con neumoconiosis, aún cuando reciba su indemnización y pensión, será feliz?
Las mismas preguntas anteriores pueden hacérselas ahora cambiando la palabra TRABAJADOR por BOMBERO y no cambia en nada... POR ESO ES QUE BOMBEROS DEBEN PROFESIONALIZARSE, no seguir siendo como club de fútbol de barrio (con el respeto que ellos merecen por juntarse a jugar a la pelota), tener capacitación, entrenamiento, procedimientos, orgánica establecida con requisitos claros para los oficiales administrativos y ejecutivos; pues no seremos capaces de ver los peligros hasta que nuevamente haya un accidente fatal que nos haga abrir los ojos, rasgar vestiduras pidiendo investigaciones, determinación de responsabilidades, responsables y que sean castigados.
¿A quién vamos a demandar? ¿al Estado por no cumplir con su rol protector al no tener un servicio de respuesta a incendios, por no ser capaz de entregar elementos de protección personal a los bomberos voluntarios, por no aportar los fondos necesarios para una capacitación estandarizada para los bomberos, a la superintendencia de valors y seguros por tramitar eternamente los accidentes y pagar después de casi dos años de ocurrido?
Finalmente el efecto del accidente lo sufre y absorbe tanto el propio accidentado como su familia y creo que es suficiente con la carga emocional negativa que ya damos cada vez que salimos a una emergencia: los demás se preocupan de que regresemos sanos, nosotros NO.