Por qué los súper aviones contra incendios no sirven en Chile
Cada vez que hay un mega incendio, y que en estas épocas de mucho calor sucede con más frecuencia, se vuelven a levantar miles de protestas y una pregunta clave como ¿por qué no tenemos ese avión cisterna con capacidad de más de 10 mil litros?
Navidad, terremoto en Chiloé; Año Nuevo, mega incendio en Valparaíso. Nos golpean a menudo las catástrofes, pero a pesar de que tenemos que vivir (y convivir) con ellas,
solemos estar bien preparados. Por lo menos, en comparación con el resto del mundo.
¿Dónde más hay un terremoto 7,6 Richter (el último) y sin ninguna muerte? De hecho, se consideró un “fuerte sismo”, más que un terremoto. Los años de experiencia han ayudado para que el país esté bien preparado. Pero, ¿qué pasa con los incendios?
En 2014 se vivió el peor de la historia de Valparaíso, con llamas de hasta 7 metros, más de mil hectáreas se quemaron en tres días, más de 2 mil casas destruidas, según los catastros, y 15 víctimas fatales. Muy preparados estábamos para los terremotos, pero en esto parecía que estábamos quedando atrás. Geografía, humedad, viento, todo se juntó para un perfecto escenario para la propagación el fuego.
Más de dos años más tarde, justo después de recibir este 2017, Valparaíso es atacado por otro incendio. Entonces vuelven a surgir las preguntas: ¿Dónde está la tecnología para combatir los incendios?
¿Por qué el Gobierno no invierte en un avión con la capacidad suficiente para lanzar agua y apagar rápidamente el fuego?
Nos ayudarían bastante esos famosos aviones con capacidad de más de 10 mil litros en un solo recorrido, que todos hemos visto en internet y redes sociales.
Pero, para la sorpresa de algunos, en Chile ya se hicieron las pruebas con dichos aviones cisterna y los resultados no fueron los esperados, ni tampoco los mejores para nuestra geografía. Por eso, en El Definido les explicamos por qué no serían ideales para nosotros.
¿Qué es un “avión cisterna”?
Inicialmente este tipo de avión es utilizado por las Fuerzas Aéreas, en todo el mundo, como apoyo de otros aviones más pequeños, con el objetivo de abastecerlos de combustible. En el caso de los incendios, también se utilizan por su tecnología, pero en vez de combustible (no queremos agravar el incendio, sino apagarlo) se utiliza
agua, u otros químicos necesarios para apagar el fuego.
Chile cuenta con estos aviones cisterna desde la
década de los '60. ¿Y son los mismos que vemos en las redes sociales? Todos los aviones cisterna, llevan el mismo nombre, pero no todos tienen la misma capacidad. Hay livianos (menos de mil litros de capacidad), medianos (de mil a 5,5 mil litros de capacidad) y pesados (más de 6 mil litros). Los que todos hemos visto, son los pesados, y que hoy en día llegan a tener una capacidad de más de
10 mil litros de agua.
“¿Por qué no traen los súper aviones a Chile? ¡Siempre lo mismo!” Bueno… ya lo hicieron.
Hoy en el mundo existen distintos tipos de aviones cisterna “pesados”. Uno de ellos es el
Bombardier 415, de una empresa canadiense, que tiene la capacidad de recoger un poco más de 6 mil litros de agua la superficie de agua que sea y despegar desde ahí, y es el que más hemos visto fotografías en las redes.
Después existe el
Beriev Be-200 Altair, de origen ruso. Tiene una capacidad de 12 mil litros, el doble que la anterior, y también puede recoger el agua de cualquier superficie. También el
Supertanker, como mencionamos en
éste artículo, que puede llevar
¡hasta 100.000 litros de agua!
¿Qué estamos esperando entonces para probarlos en Chile? Lo hicimos, pero lamentablemente no funcionó como se esperaba. En
2014 se anunció la llegada de dos súper hidroaviones, con la capacidad para 7 tripulantes adentro y espacio para
12 mil litros de agua: Hércules C-130. Eran provenientes de Brasil y con el objetivo de ayudar a combatir incendios en el país (más de
1.900 durante 2013).
Para ese entonces, el ministro de Agricultura, Luis Mayol,
dijo esperanzado que “los aviones que tenemos actualmente en nuestro país pueden realizar descargas de hasta 3 mil litros de agua, por lo que el Hércules C-130 nos ayudará bastante en el ataque inicial del fuego, ya que aumenta en cuatro veces la cantidad de agua vertida sobre las llamas (12 mil litros)”.
En un
artículo publicado por LUN, se consultó a expertos por el uso de estos aviones con mayor capacidad, ¿qué había pasado con ellos? La verdad es que,
la geografía que tiene la mayoría de Chile y en especial en donde se producen los incendios, no es apta para estos aviones. Las razones son más simples de lo que podamos imaginar.
Al hacer la prueba de los aviones brasileños con un incendio en el sector de Conguillío, los resultados fueron decepcionantes. Dada la altura y la magnitud del avión, éste
no pudo sobrevolar a menos de 100 metros por sobre las llamas, lo que hizo que el agua llegara al incendio en forma de llovizna. Los brigadistas que estaban combatiendo el incendio quedaron impactados de los malos resultados y luego que pasara el hidroavión dijeron, “¿y eso fue todo?”.
Estos aviones, también llamados aviones tanque,
sirven para superficies más planas, en donde puedan pasar a una altura menor antes de lanzar el agua.
Y este modelo, además, no puede cargarse en otro lugar que no sea en la tierra, con una manguera. Esto significa, que necesitan una pista de despegue apta para el tamaño y peso. Y no cualquier aeropuerto cuenta con las capacidades necesarias o los que sí las tienen quedan lejos, demorándose horas en llegar. De hecho, incluso para los aviones que el país maneja actualmente, con una capacidad de 3 mil litros, es difícil encontrar pistas aptas.
Aunque en Chile hay aviones que se cargan directamente en grandes masas de agua, tampoco son eficientes en superficies que no son planas. Aunque hay helicópteros con canastos para cargar agua, que pueden despegar desde cualquier superficie y moverse con mayor versatilidad.
No apagan incendios, ayudan a controlarlos
Uno de los grandes mitos en torno a estos aviones, es que están hechos para acabar con los incendios. En marzo de 2015, el director nacional de Conaf, Aron Cavieres,
respondía a las críticas al entonces acalde de Valparaíso, Jorge Castro, quien reiteraba que era necesario un avión de mayor envergadura para combatir el fuego.
La respuesta de Cavieres fue clara: los aviones no tienen por finalidad “parar incendios”. Su objetivo es contener para que los brigadistas puedan tener mayor acceso y despejar el área: “Esta idea de andar con una tremenda bolsa de agua y tirarla sobre el incendio no existe en siniestros forestales”, explicó.
Lo importante, es saber que el país sí ha hecho los intentos por combatir los incendios. Y que a pesar que el camino que queda es muy largo, no es imposible. Para evitar incendios como los que vive Valparaíso, son necesarios varios cambios y
no solo en la forma de combatir el incendio, sino en cómo prevenirlos (aquí
algunas pistas).
¿Sabías que ya se habían probado estos aviones en Chile? ¿Qué otra cosa podría ayudar a controlar a tiempo los incendios forestales?