"Imagínate ver personas vivas y en cinco segundos, muertas y quemándose"
"Imagínate ver personas vivas y en cinco segundos, muertas y quemándose"
Bomberos de San Miguel revelan paso a paso la madrugada en que debieron acudir al incendio en el penal que dejó 81 muertos.
"Estábamos durmiendo, suena la alarma y me informan con la clave que se trata de un fuego estructural. Nos demoramos 30 segundos en levantarnos. Pregunto a la central qué lugar es y me informan que es la cárcel. Entramos con carro y todo. Le pregunto al gendarme '¿qué es lo que tení?'. Me dice "tengo fuego en la cruceta cinco, piso cuatro al sur".
Diego Canelo, teniente.
"Se había trabajado el protocolo en 2009 y sabíamos que no podíamos contar con el sistema de extinción. Teníamos que hacer el trabajo con nuestro material, desde el interior del penal".
"El entramado de las mangueras por dentro era cerca de 100 metros de largo; es un montón de distancia, sin considerar además que eran cinco pisos hacia arriba. Nosotros quedamos en el piso 1 y aparte en el piso 4, el último piso de la Torre 5".
Felipe Yáñez, bombero.
"Vi cosas terribles. Es impresionante observar cómo la gente gritaba al lado mío pidiendo ayuda, clamando por agua, sabiendo que a nosotros todavía no nos llegaba. Si le tirábamos agua a ellos, se quemaban vivos (...). Nos dijeron que las celdas estaban cerradas, que tenían cuatro candados. Cada una tenía dos, lado norte y lado sur".
Walter Jaraquemada, bombero.
"El de la puerta sur que estaba todo quemándose, se apreciaba más comprometido. Teníamos que abrirlo, pero no pudimos. A mí incluso me pasaron las llaves, pero era tanta la temperatura y poca la visibilidad que poco se podía hacer. Después nos dimos cuenta de que había que seguir por otro lado y en la puerta norte, donde había la mayor cantidad de reos vivos".
(FY)
"Al tocar el napoleón con el candado, las manos se me quemaron. La temperatura era muy intensa. Iba con guantes de carretilla e intenté dos, tres veces, pero era insoportable. Me acordé que andaba con otros guantes y me los cambié. No sé cómo. La instancia, la presión, los reos gritaban pidiendo ayuda: '¡Me estoy quemando!' Eran palabras muy fuertes. Llegó un voluntario de la cuarta compañía, que trajo un halligan, es Nelson Castillo, que tomó el Napoleón. Yo no veía nada de la puerta norte, realmente".
(WJ)
"Por el calor que había era muy difícil tratar de abrir el candado; mantenerte ahí con la mano arriba, tratar de manipular el napoleón. La temperatura interna mía, la de afuera era impresionante. Me empezó a doler la cabeza, se me estaba quemando".
Nelson Castillo, bombero.
"Terminé de subir y veo cuando uno de mis compañeros termina de abrir el candado. Ahí cambia la prioridad: no era extinguir el incendio, sino que salvar a los que estaban con vida".
(DC)
"¡Paf! Soltó, abrió el candado. Corro, saco la otra pieza. Tomé el portón y lo abrí, sin pensar las consecuencias, de qué me van a hacer los reos, puede que se me tiren encima, que me quieran hacer algo. Lo que me importaba era salvar a la mayor cantidad posible, era mí único objetivo y empezaron a salir y les decía: '¡Se salvaron, se salvaron, se salvaron. Bajen, apúrense, corran. Todavía queda gente adentro!'".
(NC)
"Cuando nosotros subimos, por fin habían cortado el candado y estaban liberando a la gente que podía caminar. Ahí mi labor fue entrar a rescatarlos. Nosotros no sabíamos si estaban vivos o muertos, sólo empezamos a sacar a la gente que estaba ahí".
"Estaba la impotencia más que nada por lo que nos costó abrir el candado, porque nosotros veíamos a la gente que estaba ahí pidiendo auxilio y el candado no se podía abrir".
Rodrigo Aparicio, bombero.
"Me dio miedo por mis compañeros, porque ellos iban a tener que ingresar. Sabíamos como era el ambiente".
"Alguien que no ha entrado nunca a una cárcel ni imagina la realidad cómo es. El olor, el ambiente, los gritos, puros gritos de insulto, el trato entre los gendarmes...".
(DC)
"Hago un primer ingreso con la linterna para iluminar hacia los dos lados, a ver si hay alguien más desorientado. Pudieron salir dos o tres más, porque entré y me vieron (...). Los revisábamos, mis compañeros también, los movían. Los que reaccionaban fueron los primeros en salir. Eran los que tenían más posibilidades de vivir".
(NC)
"El área sur seguía prendida. La única gente que logró salir fue la que rescató un gendarme que ingresó primero, antes que llegáramos nosotros, porque no pudo abrir los candados. Lo único que pudo hacer fue forzar la reja. Creo que salieron cinco personas".
(NC)
"Yo vi que nadie de la sur se logró salvar. Esos cuerpos estaban completamente calcinados. Estaban pidiendo ayuda. Imagínate ver las personas vivas en un momento y en cinco segundos más verlas muertas y quemándose vivas. Luego, pasado el rato más crudo del incendio, encontrarse con los cuerpos completamente calcinados. Fue algo muy impactante para nosotros, pese a que muchas veces estamos acostumbrados a estas horribles escenas".
(WJ)
"Cuando tuve que bajar, me fui encontrando con los reos que iban descendiendo del cuarto piso, con síntomas de asfixia, medio quemados. Eran los que podían bajar caminado, no me explico aún cómo".
(FY)
"Nosotros estuvimos hasta el final ahí, una vez que se controló el fuego. Después bajamos vomitando de la fatiga y el cansancio, pero ninguno de mis compañeros vaciló en salvar gente".
(RA)
"Todavía no puedo cerrar mis ojos tranquilo. Cuando intento dormir lo primero que veo es la imagen de la gente que murió en el incendio. ¡Cuántas personas quedaron ahí! No podíamos sacarlas, estaban calcinados. No se veían, no tenían forma".
(NC)
Fuente: La Tercera 10/12/2010