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Desgraciadamente a veces el tema de "no aceptar" la renuncia puede servir para fines oscuros. Inventar procesos espurios para que el voluntario que renuncia salga con los papeles manchados... en fin, la Ética de los Bomberos de Chile.
Pasó con mi renuncia, según reglamento quien ve la renuncia de los bomberos es la compañía y su junta de oficiales, la compañía aceptó la renuncia la cual me fue comunicada verbalmente, un mes después el CB ofició a la compañía que no se podía aceptar la renuncia porque el CSD había iniciado un proceso en mi contra, no siendo informados ni la compañía ni yo de ese proceso, luego el Superintendente (comunicador social, masón "honorable", emblema local de la ANB) dio la orden expresa a la secretaria rentada de no comunicarme las citaciones tampoco a mi compañía para yo no enterarme y ser juzgado en rebeldía.
En la segunda votación a un consejero le pareció extraño que no asistiera por segunda vez, y me contactó, le aclare que jamás había sido citado de manera formal o informal, de haberlo hecho sin dudas contarían con mi asistencia a pesar de estar en otra ciudad.
Ante esto, el CSD comenzó a averiguar y supo de aquello mencionado más arriba, renunciando la mayoría de sus integrantes.
Luego de un largo intercambio epistolar logré que (como indica el reglamento) la compañía notificará por oficio la aceptación de renuncia y un certificado que acredite mi pertenencia a la institución durante los últimos 17,5 años, pues claramente no me entregarán mi hoja de servicios.
No quise iniciar acciones legales a pesar de haber contratado un equipo de abogados y para ese efecto haber desembolsado un monto elevado (que a nadie le sobra), porque sé que eso me cierra las puertas a cualquier cuartel, pero duele ver que gente de mierda se mantenga en la institución, y otros menos malos debamos salir.
Como le dije a mi Compañía, espero para ellos un porvenir exitoso, y les deseo "suerte" porque en el escenario actual ptas que la van a necesitar.
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