HISTORIAS REALES DE BOMBEROS.

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HUY, MARTÍNEZ! NOS SALVAMOS!
El bombero Carlos Pulgarín y el cabo Sergio Iván Martínez, que estaban en el segundo piso, se tiraron hacia la calle por las ventanas. Esa decisión, aparentemente suicida, terminó por salvarles la vida. Martínez, a quien sus compañeros llamaban Pajarito, estaba recostado en el dormitorio, ubicado en el segundo piso, porque usualmente la llevaban el almuerzo después de la 1:30 p.m. Desde su cama escuchaba las risas de los efectivos que se hacían bromas mientras almorzaban. Un par de minutos antes habían salido de la estación el cabo Aroca y el sargento Castro, en un servicio de ambulancia. De pronto, sintió que la cama se le levantó y lo tiró hacia el lado del parque El Bosque. Mientras iba en el aire se puso como objetivo alcanzar la ventana. Esa era una de las estrategias que se había trazado después de las muchas conversaciones que él y sus compañeros habían tenido sobre la posibilidad de que el cuartel se derrumbara. Cuando cayó al suelo y lo sintió tambalear, alcanzó a abrir la ve
Huy, Martínez! Nos salvamos, nos salvamos! , fue lo primero que escuchó segundos después en boca de uno de sus compañeros, al que ayudó a salir de la parte superficial de los escombros. Martínez estaba descalzo, porque se había quitado las botas para recostarse. Buscó el almacén de la estación, que había quedado por encima de las ruinas. Se encontró con un reguero de botas y comenzó a medírselas, pero ninguna era de su talla. Andaba en esa tarea cuando salió otro compañero de entre las ruinas, y se puso a llorar apenas lo vio. A pie limpio se dirigió hacia el sector donde él suponía que podía haber otros bomberos atrapados, pero un enjambre de abejas, aturdidas porque el sismo había destrozado su panal, lo atacó. Decidió dar la vuelta a la estación por otro lado y encontró vivo al bombero Pava. Mientras se abrazaban y se alegraban de estar bien, Pava le preguntó por los demás.
Sólo quedamos tres fue la respuesta de Martínez, porque no había visto a nadie más. En ese momento llegó corriendo Pulgarín, el otro bombero que había saltado por la ventana. Venía cojeando y sangrando.
Mi cabo qué vamos a hacer? le preguntó desesperado a Martínez, antes de ponerse verde y desvanecerse. Martínez lo acostó en la acera de enfrente y le dijo que él ya no podía hacer nada y que lo mejor era que se quedara quieto y dejara trabajar a los demás. Después fueron a la casa de Pava, a media cuadra, para buscar unas botas talla 41. Mientras Martínez se las ponía, Pava se derrumbó y empezó a llorar. Sólo la imperiosa labor de sacar vivos a sus compañeros logró que se sobrepusiera. Al final, de las ruinas fueron rescatados con vida siete bomberos. Al mediodía del martes sacaron al último de los efectivos muertos, José Benjamín Guerrero. Durante la noche y la madrugada habían recuperado los cadáveres de los tenientes Jesús Gómez Agudelo y Edison Gámez Callejas, y de los bomberos Jairo Hernández y Fabio Hoyos. A uno de ellos la muerte lo sorprendió en el gesto de cerrar una de las cremalleras diagonales que el uniforme amarillo tiene a la altura del pecho. Otro cadáver tenía los brazos al frente de la cara, protegiéndose de la escalera de concreto que se le vino encima. Con ellos, murieron Rosemary Gallego, la aseadora de la estación; Edith, la mujer de Amaya, y un niño que nunca pudo ser identificado y que tuvo que ser enterrado como N.N. porque no le apareció ningún doliente. Algunos creen que podía estarle llevando el almuerzo a algún bombero y otros que se trataba de un muchacho que limpiaba parabrisas de autos en las calles y que había entrado a la estación únicamente a coger un poco de agua.
(...) Durante los tres primeros días de la emergencia, contaron después los bomberos, no hubo comida para ellos, salvo un pedazo de pan con algún trozo de salchicha y un vaso de gaseosa que les dio el martes la coordinadora de los Boy Scouts al ver que no habían ingerido nada. Cuando uno de ellos fue en una moto a la Defensa Civil, sede de la alcaldía, a hacer una diligencia, se retorció de la ira porque el alcalde y sus funcionarios se negaron a atenderlo: estaban comiendo unas chuletas de cerdo que les habían traído en cajas de cartón.
Ciro Antonio Guiza, capitán de los bomberos y reconocido por muchos como el verdadero comandante de ese cuerpo de socorro, llegó unos minutos después. El temblor lo sorprendió cuando redactaba un informe daba parte a la alcaldía de una extraña explosión que se había sentido a unas cuadras del centro de Armenia el sábado a las siete y media de la mañana. Un mes atrás, Guiza había soñado que le ordenaba a Fernando Salazar, el jefe de mantenimiento de la estación, que fuera al sector de la carrera 19 entre calles 21 y 22 para que ayudara al rescate de unas personas. Mientras daba órdenes, en el sueño, Guiza levantó la cabeza y vio la ciudad destruida. Fue la misma imagen que vio en la vida real ese 25 de enero. Y no fue el único que tuvo sueños premonitorios. Dos meses atrás, Pajaritoi, a quien después del salto desde la ventana del dormitorio los compañeros llaman El Cóndor , se soñó rescatando los cadáveres de sus compañeros. Duró esos dos meses contándoselo a los demás. Después de ese lunes ya nadie le volvió a preguntar por sus sueños. Tampoco quieren dejar dormir a Guiza; temen que vuelva a soñar una desgracia, porque no era la primera vez que se adelantaba a la realidad. Siempre que el capitán se sueña nadando, justo quince días después tiene que participar en un rescate subacuático.
Tres meses antes de la tragedia de Armero, en 1985, soñó que el alto de La Línea se había derrumbado, llevándose por delante un pueblo que no pudo identificar. Era tan conocida su capacidad premonitoria que un año después de aquel desastre hicieron un espectáculo público en el que un mentalista, a través de la hipnosis, intentó descubrir el secreto de sus predicciones. Sin embargo, ni siquiera logró hacerlo dormir. Ahora trato de no hacerle caso a los sueños y ya no me gusta soñar , diría Guiza unas semanas después.
La estación de bomberos, de tres plantas, había sido construida en 1963, y según un estudio de la Universidad del Quindío su estructura estaba en una situación tan crítica que no cumplía ninguna norma de sismorresistencia, por lo que un temblor de más de siete grados la pondría en serio riesgo de colapsar. No fueron necesarios los siete puntos en la escala de Richter, con sólo seis fue suficiente. Además de ese estudio, los bomberos habían consultado con otros ingenieros y con un tecnólogo en obras civiles, y la conclusión era la misma: la estación se caería con el primer temblor fuerte. Antes de esos estudios, la orden prioritaria, en caso de sismo, era salvar las catorce máquinas. Después, la orden cambió: en caso de un temblor, debían correr lo más rápido para salir de la estación y salvar sus propias vidas.
Basados en esos estudios, los bomberos le pidieron a la alcaldía, a través de una carta, que les ayudara a construir una nueva sede. La única respuesta que nos dieron fue el recibido, pero soluciones, no nos dieron ninguna, diría después Guiza. El disquete donde tenían copia de esa petición también terminó sepultado entre las ruinas de la edificación que pretendían salvar.
(...) En Circasia, la única máquina para extinguir fuegos era de 1954, la ambulancia era un campero adaptado igual que en Filandia y la camioneta la alquilaban a los carniceros de la región para el transporte de carne en canal, con lo que se paliaba un poco la falta de presupuesto. Para mejorar sus ingresos, los bomberos de Barcelona, Buenavista, Circasia, Córdoba, Filandia, Génova, La Tebaida, Montenegro, Pijao y Quimbaya, prestaban el servicio de parqueo a particulares. Incluso en este último municipio los bomberos llegaron a un acuerdo para que el que hiciera el último turno de guardia recibiera el producido del parqueo. En Calarcá, varios de los bomberos voluntarios sobrepasa n los cincuenta años, y las dos escaleras de que se dispone para atender incendios alcanzan sólo a un tercer piso, cuando el edificio más alto tiene doce. Por eso asombra la persistencia de los bomberos de Armenia en su vocación de servicio. Ahora tendrán que cumplir su labor con lo poco que les quedó: la ambulancia, una sillas maltrechas y los registros de la estación, viejos libros grandes de tapas rojas y lomo negro, que quizás terminen por registrar, junto al día y hora de la catástrofe de Armenia, los nombres de los cinco agentes que murieron sin ni siquiera haber podido salir de la estación a cumplir con su labor.

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-915672


http://charlaenlamesadelcasino.word...ticulo-destacado-de-la-hermandad-de-bomberos/
 
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EL "GENERAL DINAMITA".


http://www.laguerradelpacifico.cl/Heroes y Biografias/Chile/Arturo Villarroel.htm

El recuerdo de la Sexta de Santiago.

1. En el Libro de Guardia de la Sexta Compañía se anota lo siguiente:
Jueves 30 de mayo de 1907, a las dos de la madrugada fallece, después de una penosa y larga enfermedad, sobrellevada con paciente energía y resignación, el Voluntario Fundador y Honorario de la Compañía, el abnegado patriota y entusiasta colaborador don Arturo Villarroel Garezon.
Al tenerse noticia de tan lamentable desgracia, el Capitán y el Ayudante de la Compañía se trasladaron al domicilio del extinto a fin de darles las sentidas condolencias a nombre de la Sexta. Inmediatamente se citó a reunión extraordinaria para esta noche a las 20:30 horas, al que estuvo presidida por el Director don Arturo Claro Correa, quien, en sentidas frases, hizo justiciero elogio de las grandes virtudes cívicas y privadas de nuestro distinguido compañero. Después de un cambio de ideas, se tomaron los siguientes acuerdos.
El viernes 31 de mayo a las 19:30 horas sus restos son trasladados desde su domicilio hasta el Cuartel General, donde se levantó la capilla ardiente en el Salón de Sesiones del Directorio.
En el campo santo hace uso de la palabra el joven voluntario don Héctor Arancibia Laso, quien dice:
Ese murmullo triste y monótono que parece venir presuroso de las copas de los cipreses que adornan esta casa de los muertos, es el tañido lúgubre de la campana del dolor que nos llama hoy al borde de la tumba.
Es el sonido melancólico de esa campana que hace reunirnos aquí tan a menudo a derramar la última lágrima, a decir el último adiós al compañero que abandona nuestras filas para no volver jamás.
Siempre es triste, señores, para los que quedan venir aquí a despedir a los que se van, pero hay veces en que el dolor agobia, el pesar es tan inmenso que la idea abandona la mente y la palabra enmudece los labios.
Como tener palabras y frases para expresar con enérgica elocuencia, las bondades, el carácter, el altruismo y la serenidad ante el peligro, del que fuera don Arturo Villarroel Garezon.

Texto extraido desde sexta.cl
 
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Bombero
Publicado el 1 agosto 2006 por unjubilado

¿Qué quieres ser cuando seas grande?
La madre de 26 años se quedó absorbida mirando a su hijo que moría de leucemia terminal. Aunque su corazón estaba agobiado por la tristeza, también ella tenía un fuerte sentido de determinación. Como cualquier madre, deseaba que su hijo creciera y realizara todos sus sueños. Pero ahora no era posible, la leucemia no se lo permitiría. Pero aún así ella quería que los sueños de su hijo se realizaran.

Ella tomó la mano de su hijo y le preguntó: “Billy, ¿alguna vez pensase en lo que querías ser cuando crecieras? ¿Soñaste alguna vez y pensaste en lo que harías con tu vida?.
“Mami, siempre quise ser un Bombero cuando creciera”.
Ese día, más tarde, se dirigió a la estación de bomberos de Phoenix (Arizona), allí conoció al Bombero Bob, un hombre con un corazón grande, como Phoenix.
Ella le explicó el último deseo de su hijo y le preguntó si era posible darle a su hijo de 6 años un paseo alrededor de la cuadra en un camión de bombero.
El Bombero Bob le dijo “Mire podemos hacer algo mejor que eso. Tenga a su hijo preparado el miércoles a las 7 en punto de la mañana y lo haremos un Bombero Honorario durante todo el día. El puede venir con nosotros, comer con nosotros y salir con nosotros cuando recibamos una llamada de incendios, y si usted nos da sus medidas le conseguiremos un verdadero uniforme de Bombero, con un sombrero verdadero que lleve el emblema de la estación de bomberos de Phoenix, no uno de juguete, sino el emblema amarillo que nosotros llevamos y las botas de hule. Todo eso es hecho aquí en Phoenix así que nos es fácil conseguirlo bastante rápido.”
Tres días más tarde el Bombero Bob recogió a Billy, le puso el uniforme de Bombero y lo condujo desde la cama del hospital hasta el camión de bomberos. Billy tuvo que sentarse en la parte de atrás y ayudarlo a conducir hasta la estación. El se sentía
como en el cielo. Hubo tres llamadas en Phoenix y ese día tuvo que salir a las tres.
Fué en tres camiones diferentes: un microbús paramédico y también en el carro del jefe de bomberos. Tomaron videos para las noticias locales de televisión.
Habiendo hecho realidad su sueño y con todo el amor y la atención que le fue dada, Billy fue tocado tan profundamente en su corazón que logró vivir tres meses más de lo que cualquier médico pensó que viviría.
Una noche todas las señales vitales comenzaron a decaer dramáticamente y el enfermero jefe llamó a su familia, luego, recordando el día que había pasado como bombero, llamó al Jefe de bomberos y le preguntó si sería posible que enviara a un bombero uniformado al hospital para que estuviera con Billy mientras entregaba su alma.
El Jefe le dijo: “Haremos algo mejor, estaremos allí en cinco minutos y me hará un favor: cuando lleguemos con las sirenas sonando y con las luces centelleando hablará por los altoparlantes del hospital para anunciar que no hay ningún incendio sino que es el departamento de bomberos que viene a ver a uno de sus más finos miembros y abra la ventana de su cuarto”.
Cinco minutos más tarde un gancho y la escalera del carro de bombero se extendieron hasta el tercer piso del hospital, donde estaba la ventana abierta del cuarto de Billy y 16 bomberos subieron por ella y entraron al cuarto. Con el permiso de su mamá cada uno de ellos lo abrazó y lo arrullaron diciéndole cuanto lo amaban.
Con el aliento agonizante Billy se dirigió al Jefe de Bomberos y le dijo: ¿Jefe yo soy verdaderamente un Bombero ahora? Sí Billy, lo eres. Con esas palabras Billy sonrió y cerró los ojos por última vez.

http://www.unjubilado.info/2006/08/01/bombero/
 
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DON EDUARDO FARLEY, nuestro primer martir

El alma se paraliza y el espíritu parece penetrar en las profundidades del más allá, cuando se recuerda el nombre de los que vistiendo el uniforme del bombero voluntario, se han sacrificado y caído en la noble lucha contra el fuego. El joven Eduardo Farley, Teniente 3º de la 1ª Cía. de Hachas, Ganchos y Escaleras “Unión” de la antigua “Asociación contra Incendios de Valparaíso”, hoy Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, fue el primer Mártir de los Bomberos Voluntarios en Chile, accidentado en Acto de Servicio el 13 de noviembre de 1858, quien a raíz de las graves lesiones falleció dos días más tarde....



Pasarán los años, también las generaciones de hombres y mujeres que vistan el casco y la cotona del bombero voluntario en Chile; pero el recuerdo de sus camaradas de ideal bomberil caídos en el cumplimiento del deber se mantendrá vivo y latente por siempre a lo largo de nuestra patria, sin otra aspiración o anhelo de pago, que la satisfacción íntima que produce el cumplimiento del deber; pero todo esto no podrá borrar jamás el recuerdo histórico de quienes, en este proceso de sacrificios, y de sublime heroísmo, en esta ascensión de altruismo y abnegación, han sabido rendir el tributo de su preciosa sangre en el desempeño de su apostolado...

El recuerdo permanente de los mártires bomberiles será en adelante como un algo inspirador de sus actos, como un altar en que se fortalecen sus espíritus para continuar en su tarea por ruda y sacrificada que ella sea. Resonará en las filas de la Institución y en la historia de nuestra patria entera como un eco que no se acalla, como el llamado quejumbroso de una campana lejana, como el lamento de la madre, que asciende a lo alto, como la plegaria que rueda de mañana en mañana y de noche en noche, como la placa legendaria en honor de Leonidas y los trescientos guerreros Espartanos, que recuerda al viajero de todos los tiempos; que la humanidad sabe sentirse agradecida de quienes supieron morir por cumplir con su deber... tal como los 289 bomberos Mártires de Chile y particularmente los 68 héroes de la paz, que generosamente ha entregado el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. Frente a ellos nos inclinamos reverentes ante la majestad de sus tumbas, que nos inunda de dolor y pesar, y ante la que inclinamos la rodilla y elevamos el corazón.

A todos ellos, la patria agradecida rinde homenaje en el recuerdo a Eduardo Farley, quien hace ya 150 años, en la ciudad de Valparaíso, supo rendir el tributo de su preciosa sangre en el desempeño de su apostolado, sin otra aspiración o anhelo de pago, que la satisfacción íntima que produce el cumplimiento del deber voluntariamente aceptado. Seguid su huella de heroísmo y sacrificio, y la herencia sagrada que nos ha dejado, pues ellas son el norte que guía el lema de “Abnegación y Constancia” del Cuerpo madre de los bomberos de Chile.

El Teniente 3º Eduardo Farley de la 1ª Cía. de Hachas Ganchos y Escaleras “Unión”, fue el primer Mártir de la “Asociación contra Incendios de Valparaíso” y de los bomberos voluntarios de Chile. Era de origen británico y no obstante su juventud; padre de una numerosa familia, falleció en Acto de Servicio el 15 de noviembre de 1858, luego de dos días de agonía a raíz de las graves heridas y la fractura de la columna vertebral, recibidas al caer desde un segundo piso mientras combatía el fuego. El incendio iniciado a las 10,30 horas del 13 de noviembre en una chimenea del Club de la Unión de Valparaíso en el Pasaje Waddington, arrasó gran parte de la calle del Cabo (hoy Esmeralda), la Plaza del Orden (hoy Presidente Aníbal Pinto Garmendia) y la calle San Juan de Dios (hoy Almirante Carlos Condell de la Haza), hasta la calle de Bella-Vista, reduciendo a escombros, la Imprenta del Diario El Mercurio, el Banco de Valparaíso, la Fábrica de Muebles “Americana”, los más suntuosos almacenes y las más bellas tiendas de moda europea de Valparaíso y gran cantidad de residencias particulares, incluyendo el Cuartel de la 5ª Cía. “Francesa”.
El diario El Mercurio del día siguiente 14 de noviembre de 1858 reseñaba el terrible incendio en estos términos:

Grande Incendio en la Ciudad..- ...los magníficos pasajes de los sres. Edwards y Cousiño, la Imprenta del Diario, el Banco de Valparaíso, la Fábrica de Vapor Norte Americana, los hermosos edificios de los Sres. Solar y Gatica, los más suntuosos almacenes y las más bellas tiendas de moda de Valparaíso, contenidas en estas cuatro calles, y de las cuales podía con razón enorgullecerse , son más que un montón de ruinas...La consternación que este hecho ha producido y los episodios de esas 7 horas de combate entre las compañías de bomberos y el voraz elemento, ni el cuadro que ofrecen ahora mismo los edificios incendiados, son para referirse en un artículo de periódico... Valparaíso no ha presenciado un desastre semejante ni ha sido jamás teatro de escenas tan afligente...”

El incendio descrito originó la destrucción de los edificios ubicados en seis cuadras, comprendidas entre las calles Del Cabo (hoy Esmeralda) hasta la quebrada de San Juan de Dios, incluida la playa del Orden (ubicada en el sector costero entre lo que son hoy las Plazas de la Victoria y Aníbal Pinto. La lucha contra el fuego se prolongó por espacio de siete horas, debiendo batallar contra la voracidad de las llamas, bajo una lluvia torrencial y un fortísimo viento del norte que alimentaba el fuego y lo desplazaba a la parte alta, hacia la calle San Juan de Dios (hoy Carlos Condell de la Haza). Las pérdidas fueron millonarias y se estimaron en $ 4.000.000.- de la época
El Tte. Farley se encontraba trabajando junto a un grupo de bomberos voluntarios en la techumbre de la Fábrica de Muebles Americana, ubicada en Esmeralda 1170 (hoy Panadería Aníbal Pinto), de propiedad del ciudadano británico señor Williams, de pronto la techumbre cedió precipitándose al primer piso con las consecuencias señaladas.
Sus funerales se realizaron el día 16 de noviembre a las 09,00 horas y fueron de gran solemnidad, saliendo el enorme cortejo desde el antiguo edificio de la Bolsa Comercial (Cuartel General de Bomberos en aquella época) hasta el Cementerio de Extranjeros como se conocía el Cementerio de Disidentes, ubicado en el Cerro del Panteón. Un marco impresionante de gente acompañó a lo largo del trayecto el féretro con los restos del Teniente Farley; prácticamente toda la ciudad encabezada por el Intendente de la Provincia don Manuel Valenzuela Castillo y el Alcalde don José Ramón Sánchez, asistió a despedir a este primer héroe de la paz. En el cementerio fue despedido entre otros por el voluntario de la 4ª Compañía “Española”, señor Valentín de Guezuraga Diez, quien recitó un soneto a la memoria del señor Farley.
El 17 de noviembre el diario “El Mercurio” informa en la crónica del entierro del primer Mártir de los de Bomberos, el Teniente 3º de la 1ª Compañía de Hachas, Ganchos y Escaleras “Unión”, don Eduardo Farley, y señala que:



“MARTIR DE BOMBEROS”.- El cortejo estaba formado por las seis Compañías de Bomberos, dos de Hachas y Escaleras, una de Salvadores, una de Guardia de Propiedades, el féretro y la 1ª de Hachas y el Directorio del Cuerpo de Bomberos”.



En sesión municipal los Regidores señores Manuel Riofrío (3ª Cía.) y Estanislao Lynch Solo de Zaldívar presentaron proyectos, uno para que la Municipalidad diera una pensión por espacio de 10 años a la familia en desgracia y el segundo para que, además de una suscripción pública encabezada por la Municipalidad con el mismo objeto, se hiciera colocar el retrato al óleo del malogrado Teniente 3º señor Farley en el Salón de Honor de la Bolsa Comercial de Valparaíso, pero este último anhelo no se pudo cumplir conforme era el deseo popular, pues se carecía de una fotografía, por lo que las generaciones posteriores no han podido conocer el rostro de su primer Héroe y Mártir bomberil.
Por acuerdo del Directorio, la 10ª Compañía guarda su memoria desde mediados de la década de 1870, fecha en que la 1ª Compañía de Hachas Ganchos y Escalas “Unión”, que había cambiado su número a partir de 1867 por el de 7ª, fue definitivamente disuelta.
El año 1958 al conmemorarse el centenario de su trágico fallecimiento e interpretando la gratitud del sentir ciudadano, la Ilustre Municipalidad de Valparaíso en su sesión del 29 de mayo aprobó el Proyecto de Acuerdo Nº 1495 para solicitar del Ejecutivo y del Honorable Congreso Nacional, la tramitación y dictación de un proyecto de ley que autorizase a esta Municipalidad, para dar el nombre de “Teniente 3º Eduardo Farley” a la antigua Plazoleta “El Descanso”, ubicada en la primera curva de la subida Ricardo Cumming. Posteriormente se dictó el Decreto Nº 537 de fecha 10 de junio de 1958 por el cual se daba por promulgado el referido acuerdo y se elevaban los oficios Nº 368 y Nº 370 de igual fecha, al Excmo. señor Presidente de la República, don Carlos Ibáñez del Campo y al señor Presidente de la H. Cámara de Diputados don Raúl Juliet Gómez solicitándoles su patrocinio para la pronta tramitación.
Como culminación de los homenajes por el centenario del fallecimiento de este primer Mártir, el 13 de noviembre de 1958 la I. Municipalidad de Valparaíso representada por el señor Alcalde don Santiago Díaz Buzeta y los señores Regidores, acompañados de las autoridades provinciales y del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso encabezado por su Superintendente don Guillermo Purcell Winter (3ª Cía.), y su Comandante don Luis Marchant Ríos (4ª Cía.), colocaron una placa recordatoria del sacrificio de Farley en el lugar exacto en que cayó en el cumplimiento del deber.
Por su parte presidido por su Superintendente don Guillermo Purcell Winter (3ª Cía.), el Directorio General adoptó a proposición de don Francisco Le Dantec Brügger (5ª Cía.), el acuerdo de realizar en el futuro, cada día 13 de noviembre fecha en que se accidentó, un acto recordatorio del fallecimiento de Farley (15.11.1858), y al mismo tiempo, de todos los Mártires del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, en la imposibilidad de hacerlo en la fecha correspondiente a cada uno de ellos, como postrer recuerdo a los bomberos muertos en Actos del Servicio. Así que anualmente se les recuerda con una Misa y una Ceremonia frente al Monumento al Bombero, ubicado en Avda. Brasil esquina de calle Freire.
Con motivo de celebrar el Cuerpo de Bomberos el 30 de junio de 1976 los 125 años de su fundación, el Alcalde de la ciudad de Valparaíso, Capitán de Navío IM. don Hernán Sepúlveda Goré dispuso la reconstrucción de la Plazuela “El Descanso” con áreas verdes y un bronce que recordase el heroísmo del primer Mártir de la Institución y de los Bomberos Voluntarios de Chile; el Teniente 3º de la 1ª Cía de Hachas Ganchos y Escaleras don Eduardo Farley.


Valparaíso 1851 (hrm-cca)

http://valparaiso-1851.blogspot.com/2008/11/eduardo-farley-primer-mrtir-de-la.html





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EL HOMBRE DEL PAÑUELO ROJO


Héroes del 11-S: El hombre del pañuelo rojo
07/09/2011 | Roberto Arnaz

Welles Crowther, un joven empleado de un banco de inversión, sacrificó su vida para salvar a 18 personas que quedaron atrapadas en la planta 78 de la Torre Sur tras el impacto del vuelo 175 de United Airlines.

“Cuando no quedaba esperanza, un hombre apareció de la nada con un extintor, tapándose la boca y la nariz con un pañuelo rojo, y nos dijo: cualquiera que pueda levantarse y caminar, que me siga. He encontrado la escalera”. Judy Wein aún se emociona al recordar como un decidido joven salvó su vida y la de otras 17 personas solo minutos antes de que la Torre Sur del World Trade Center se colapsara.

Tras el pañuelo rojo se escondía el rostro de Welles Crowther, un joven empleado de la compañía de inversión Sandler, O'Neill y Asociados –situada en el piso 104 de la Torre Sur–, y ex estrella del deporte universitario de la universidad de Boston.

Su última hora de vida fue todo un ejemplo de heroísmo. A las 9.12 de la mañana, sólo 10 minutos después de que la torre en la que trabajaba fuese alcanzada, llamó a su madre para decirle que estaba bien.

Acto seguido, localizó un extintor y, cubierto con el pañuelo que siempre llevaba consigo desde su etapa de jugador de Lacrosse, se abrió camino entre el humo hasta la planta 78, epicentro del impacto del vuelo 175 de United Airlines.

Allí se encontró una escena dantesca: la planta estaba cubierta de cadáveres y sólo 18 personas habían sobrevivido a la explosión. Poniendo en práctica lo que había aprendido en los cursos de bombero voluntario, los escoltó hasta por la única escalera útil hasta la planta 61.

Cuando los supervivientes estaban ya a salvo y en manos de los servicios de emergencia, se despidió de Judy Wein y volvió escaleras arriba en busca de más personas a las que ayudar. Nadie le volvió a ver con vida. Escasos minutos después la Torre Sur se colapsó en poco más de 10 segundos.

Crowther tenía 24 años de edad el 11 de septiembre de 2001. Su cuerpo no fue recuperado hasta el 19 de marzo de 2002, junto a varios miembros del cuerpo de bomberos y del servicio de emergencias que dirigían el centro de operaciones instalado en el vestíbulo del edificio.

Su heroica historia no se conoció hasta varios meses después. El 26 de mayo de 2002, el diario The New York Times publicó los testimonios de varios supervivientes de los atentados contra las Torres Gemelas, entre ellos el de Judy Wein y su historia del ángel de la guarda con pañuelo rojo.

Allison Crowther, madre de Welles, leyó la historia. Desde los ataques terroristas, Allison escrudiñaba cada noticia, foto y reportaje de televisión en busca de cualquier referencia a su hijo. “Estábamos resignados a no saber nada sobre los últimos momentos de nuestro hijo”, afirmó en una entrevista a la cadena de televisión Fox News.

Sin embargo, al leer el relato de Wein, la tristeza de Allison y su esposo Jeff se tornó en felicidad: sabían que su hijo siempre llevaba un pañuelo rojo en el bolsillo de su traje y no tenían dudas de que había sido el héroe de la Torre Sur, salvando la vida al menos a 18 personas.

Para Jeff Crowther, “Welles no vivió lo suficiente para ser el presidente de una gran empresa, hacer obras de caridad o donaciones a un museo. Su legado será lo que hizo el 11 de septiembre”.


http://noticias.lainformacion.com/m...mbre-del-panuelo-rojo_FV5VmBT3RKs4nfisvog1k7/
 

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Gracias

GRACIAS!!

Que interesante y hermosas estas historias... imagino que existen muuuuchisimas mas, gracias por compartirlas con nosotros.
 

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ALBERTO SECCHI DACHENNA, primer Martir de la Undecima de Santiago


.EL INCENDIO DE LA ALAMEDA EN 1933
En horas de la noche de ese día de primavera, se realizaba una reunión en el Cuartel de la Pompa Italia, ubicada entonces en calle Unión Americana, con objeto de aprobar el presupuesto para el año siguiente. Por esa razón, el recinto estaba lleno de bomberos y funcionarios.
Cerca de las 22 horas, los concurrentes fueron advertidos de la presencia de un siniestro resplandor a pocas cuadras de allí, por la Alameda de las Delicias, por lo que se pusieron de inmediato en alerta.
El lugar que estaba siendo consumido por el fuego era la barraca de la Compañía Maderera Villanueva, situada en un gran edificio de dos pisos situado en Alameda 2775, justo en la esquina con la calle Libertad. Esta empresa pertenecía al industrial Etelvino Villanueva González y era una de las más importantes en su rubro en todo Chile. Con unos 15 metros de altura, la construcción había sido adquirida a la Maderera Malvoa pocos años antes, en 1927, y en su interior había no sólo el material altamente combustible de sus bodegas, especialmente maderas nacionales de raulí y lingue, sino también carísimas maquinarias adquiridas en Europa y otros equipos.
Al confirmarse la noticia del incendio, el Capitán Humberto Raglianti decidió no perder tiempo y envió directamente al lugar siniestrado a los integrantes de "La 11", aún vestidos de civiles, entre los que estaba el joven voluntario Alberto Secchi Dachenna.
Al llegar allí constataron que el fuego se había apoderado de prácticamente la totalidad de la planta baja del edificio y comenzaba a avanzar a la segunda, mientras cientos de curiosos se acercaban a mirar la infernal escena. Los funcionarios de orden y seguridad intentaban mantener a la gente lejos del área de peligro.
El acceso a la barraca estaba cerrado por una cortina metálica. Según constaría en las actas de guardia, Secchi y el Teniente Wenceslao creyeron escuchar lamentos y gritos de auxilio desde el interior del edificio, por lo que trataron desesperadamente de botar o doblar esta cortina, embistiéndola con golpes de hombro. Alguien llegó con un hacha y así lograron romper el candado que la cerraba, logrando levantarla y abrir el acceso al edificio en llamas. Atrás de la cortina había un camión ya alcanzado por el fuego y las llamas se extendían por toda la planta.

MUERTE DEL PRIMER MARTIR DE "LA 11"
El Capitán Raglianti dio la orden de organizarse en grupos y colocarse los uniformes, por lo que los voluntarios fueron y volvieron del cuartel por turnos. Como Secchi estaba en el primer grupo en salir, también fue primero en regresar. Pero como continuaba informándose que había gente atrapada adentro, a casi media hora de combate contra las llamas, muchos voluntarios ingresaron al edificio.
Raglianti advirtió el peligro de esta decisión y ordenó la salida de los bomberos, pues el segundo piso ya estaba siendo devorado por el fuego.
Sin embargo, justo en ese momento, parte de la planta superior y la fachada de la barraca se derrumbaron hacia la calle, cayendo sobre los voluntarios que no habían alcanzado a abandonarla o que se encontraban al frente, incluido el heroico Antonio Secchi y su compañero Deuville. Para peor, los escombros ardientes cortaron o bloquearon muchas de las mangueras, y el sistema eléctrico del desmoronado edificio comenzó a lanzar peligrosas descargas que amenazaban la vida de los rescatistas de las compañías que asistieron al siniestro.
En unos 15 minutos, lograron ser sacados de las ruinas los voluntarios heridos. Sin embargo, las lesiones con que fue encontrado Secchi eran demasiado graves: su cara había sido destruida, su cráneo había sufrido fractura con hundimiento y también tenían amputación traumática de un pie, además de las múltiples quemaduras. Había sucedido que, mientras apuntaba la manguera al fuego, uno de los postes de alumbrado (suponemos que aquél observable en la fotografía que reproducimos de la barraca) le había caído encima arrastrado por el derrumbe de la fachada, atrapándolo y arrancándole la vida antes de lograr retroceder. Las heridas eran tales que no podía ser reconocido por sus propios compañeros. Sólo pudo ser identificado en la Asistencia Pública, donde se constató que ya estaba fallecido al momento de ser retirado de entre los escombros.
Sus restos fueron recibidos por sus superiores, siendo llevados para las exequias al mismo cuartel de la Pompa Italia, que despedía así a su primer mártir. Irónicamente, cuando los voluntarios lograron controlar el incendio hacia las 2 de la mañana del día 15, regresaron al cuartel a llorar a su difunto camarada de aguas y hachas.
Desde allí, su ataúd fue trasladado hasta el Cuartel General, donde recibió el velorio y luego el funeral de un héroe nacional. Sus restos fueron cremados y confiados a la sociedad Mutuo Socorro Italia.
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http://urbatorium.blogspot.com/2010/11/la-pompa-italia-de-la-alameda-para-los.html
 

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DON, ENRIQUE PINAUD

Es difícil escribir sobre un hombre como PINAUD, su vida bomberil tiene tantas facetas, tantos cargos y acciones diferentes, tanto cariño por su CUARTA y por el CUERPO DE BOMBEROS DE SANTIAGO, que solo es posible hacer un ligera reseña de su vida, de su dilatada vida de mas de 50 años dedicadas por entero al servicio bomberil de Santiago y del pais.


Nació don Enrique en Santiago el 8 de enero de 1898, en un hogar de bomberos, ya que su padre fue a su vez, un cuartino de selección y muchos de sus familiares habían formado o formaban parte de la 4a. Desde muy pequeño conocía nuestro viejo cuartel, a donde lo llevaba su padre, para que gozara con el brillo de los bronces de las bombas a vapor y con nuestros pecherones, siempre alertas y nerviosos. Además asistía a los ejercicios y admiraba a sus mayores t disfrutaba al ver el colorido de los uniformes y de los cascos. Ya nacía en el su afición extraordinaria por todo lo que se refería a los voluntarios. Los viejos de la época le decían “RICO” y lo trataban con mucho cariño. Poco a poco su mirada de niño inteligente absorbía con alegría cada detalle de hombres y máquinas...... Estudia en el Instituto Nacional y apenas alargados los pantalones quiere ser un hombre digno, idealista y desinteresado. La 4a lo acepta en sus filas el 16 de enero de 1915, donde ya tenía muchos amigos. Ninguna promesa brillante lo guió en este paso tan trascendental para el; sabia de las duras exigencias del servicio. Pese a su juventud se destaca de inmediato y luego obtiene el titulo de maquinista. Su modestia de carácter trataba de ocultar su talento y su capacidad para las decisiones más inteligente. Ya mostraba un especial interés por la mecánica de las bombas y por aprender todo y bien. De porte mediano, delgado, nervioso, de ojos vivaces y observadores, rostro saludable, era un joven serio, sensible y muy espiritual, dispuesto siempre a celebrar las bromas de sus camaradas. Acude con entusiasmo a los incendios y reuniones, donde su palabra y apenas con 17 años...........

Desde el año 1914 Europa era convulsionada por la guerra Invadida Bélgica, ya los ejércitos enemigos ocupaban territorio francés y se luchaba con desesperación contra el invasor...... Francia llamaba a sus hijos, incluso a los de ultramar. En las tardes, en nuestro viejo cuartel, la patria que sufría y la guerra eran los temas obligatorios de los cuartinos, que venían con honda penas las alternativas de la lucha cruel, donde morían millones por defender el suelo francés. Y cómo el generoso espíritu nuestro no podía negarse, partían al frente nuestros camaradas, poco a poco, como con el a fan de llorar los huecos que nos causaban el invasor.....

Y pasan los días y en las reuniones de la 4a se daba cuenta, uno a uno, de los camaradas que ya no volverían a colocarse la casaca de bombero, de aquellos que quedaban allá lejos, en los desolados campos de Francia. Un día Enrique Pinaud no puede frenar sus generosos impulsos de patriotismo y anuncia su decisión de partir....... Conociendo su generosidad y valor moral no causó extrañeza -diría uno de sus amigos- cuando lo vimos hacer sus preparativos de viaje para correr en defensa de la patria de sus padres y antepasados. Lo vimos partir, pero resuelto, sin un momento de vacilación, su valiente espíritu no flaqueo ni un segundo ante el pensamiento de no volver.

En la Reunión del 24 de noviembre de 1916 se le despide, estando en la 4a. En uniforme de parada y la sala adornada con las banderas de los países aliados. Cada despedida era así, solemne pero triste; eran días en que no se podía estar optimista y solo iban quedando en la Cía. algunos voluntarios, muy poco.... pero todos ellos grandes amigos.... El Doctor Petit, director de la 4a. Ofrece la palabra y el Capitán Eduardo Duhart, dirige a Enrique Pinaud las siguientes palabras, que copio en el idioma original, a fin de no alterar el verdadero sentido de las palabras:

Mon cher Pinaud

Votre geste est sublime, mais il en m'etonne pas. Vous laissez ici votre père que vous adore, votre maman qui vous idolâtre, votre 4eme qui vous aime tant pour devancer votre appel de citoyen français.- Nous vous voyons partir avec regret, mais avec orgueil, puis que c'est pour la FRANCE. Vous prenez sans hésiter le chemin glorieux que nous ont montré nos quatre martyrs. Je connais votre devouement et les sentiment qui vous induisent a vous séparer de nous pour servir une cause encore plus belle que la notre.- Je connais d'un père qui vous a fait a son image et qui vous dit en sourient, quoi que le coeur déchiré de sou Fance, “Vas mon enfant et ce que je ferais moi a ta place”.......... Je sais que pour vous el n'y a pas de danger est que tout est faisable si c'est le desire de vous chefs aussi n'ai je de conseil a vous donner..... Que celui de continuer tel que vous etes et de nous refentir tel que vous etes parti mais avec beaucoup de gloire. Allez, chef Rico, partez au devoir et importez de nous tous eu en particulier de votre Capitaine un affectueux souvenir. Empotez aussi de la 4eme son emblème en petit, recevez le de votre père, il aura plus de valeur pour vous”
__________

Y en ese clima de emoción y patriotismo, el Secretario Armando Marfán, agrega, en castellano lo siguiente: “..... va a cumplir desinteresadamente con el deber de buen patriota, al que la Patria no lo ha llamado todavía............. solamente dos palabras quiero decirte, Enrique Pinaud y es que nos da pena, querido amigo que nos abandones por que el corto tiempo que as servido a la Cía. ya habías sabido captarles la mas franca amistad y estimación de todos nosotros, pero en cambio nos enorgullece tu partida por que vas a alargar mas, con tu nombre de ya larga lista de nuestros incansables y valientes compañeros que sufren por librar a su tierra querida....

Anda y diles que no los olvidamos y que siempre lo tenemos en nuestros corazones... y que siempre les guardamos sus lugares en la Compañía, para cuando termine esta odiosa guerra...... Si tienes ocasión, amigo, de pasar cerca de la tumba de nuestros caídos, déjales caer una flor... y rézales a nombre nuestro.

Anda y cuando llegue el momento vénganos por la muerte gloriosa de nuestros héroes: -DUHART – BERTOLO CHEYRE Y GOYENECHE.

Que estos nombres. Pinaud, te sirvan de ejemplo para no abandonar jamás el arrojo con que deberás combatir en el campo de honor.....”
__________

PINAUD, lleno de emoción y sintiendo el corazón encogido, responde:

Mes chers camades:

Depuis quelques ours je suis l'objet de tant de marques de sympathies de votre part que j'en suis confus et profondément ému, au point que je en sais comment vous exprimer tous mes remerciments.

Mon ambition a toujours éte de voir la 4eme au premier rang du Corps de pompiers...., c'est pourquoi pendant mon court séjour j'ai fait mon possible pour accomplir mon devoir.- Je n'en ai pas eu beaucoup de mérite; je n'ai au qu'a suivre le bon example que vous m'avez donné et coûter les sages conseils de mes chefs.- Même aujor d'hui n'est -ce pas le noble exemple de mes camarades partirs qui me fait vous quitter? - Oui, et comme eux je vous promet de défendre le tricolore de la Patrie en pensant qu'il en même temps l'emblème de notre chère Compagnie........

Merci, encore une fois, mes bons camarades et croyez bien que malgré la distance qui va nous séparer, ma pensée sera toujours prés de vous s'associant aussi bien a vos plaisir qu'a vos peines et que je souhaite pouvoir revenir le plus tôt possible pour me trouver de nouveau au milieu de si bon amis......”

Copio este discurso del joven Pinaud, de 18 años, que lo retrata ya por entero, demostrando su tremendo cariño por la 4a. Que jamás desmintió.......

Días mas tarde, Enrique Pinaud parte el frente europeo, donde forma en el 102º Regimiento de Artillería Lourde, destacándose como “Maitre pointeur” -maestro de puntería- y sufre las penosas alternativas de la guerra de trincheras, que, miran su salud, pese a su juventud. Más tarde interviene en la gran ofensiva victoria de Champagne, en 1918.- Obtiene las medallas:- Cruz de Combatiente y Cruz de la gran guerra. Sufre como todos, que dejan mas de 8 millones de muertos.- Siempre recuerda a sus camaradas en Chile y alcanza a ver a algunos.- De otros solos sabrá como murieron, despedazados en la campaña francesa, sin ceder ante el enemigo, siempre valientes y dignos.- Piensa, seguro, con tristeza que no verá de uniforme a sus amigos de tantos años y que talvez, admiro desde niño....

Desmovilizado, el 15 de noviembre de 1919 llega a Chile y a su 4a en el año 1920, pero ya venia un poco afectado a la salud.- Llora aquí la muerte de su padre, a quien tanto quería y que había muerto el 14 de Marzo de 1919,

Pinaud, con solo 22 años ha adquirido un aplomo, una seriedad y una capacidad de estudio que lo hace estudiar todo a fondo. Ya es una autoridad bomberil en la 4a. Dando siempre a todo un toque sincero y personal que era entonces una honda característica en él.- Sobrio y recto puso siempre en todas sus acciones las cartas cara arriba y con valentía defendió siempre sus puntos de vista, cuando le parecían justos. Fomentaba también entre los cuartinos la devoción y l cariño hacia Francia y a recordar siempre a los camaradas caídos. No tuvo una juventud muy alegre; siempre fue un poco triste y solo se reía ampliamente cuando su 4a actuaba en forma brillante en un incendio o alguna competencia o cuando alguien tenía una salida simpática. En su hogar, cuentan algunos, que gustaba mucho de imitar voces y hacia bromas a sus esposa e hijos, pero tomaba el servicio bomberil con toda la seriedad que el consideraba lo justo.

Meses después de reincorporarse al servicio es elegido Secretario y después, a los 23 años, Teniente 2º. Al año siguiente es elegido Tesorero, dejando en toda sus actuaciones una nueva organización. Todo esto confirma su tremenda capacidad y la confianza ilimitada que todos tenían en el joven Pinaud. En el año 1925 se le otorga el premio por 10 años “Prix de Devouement”. Al año siguiente es elegido como Capitán de la Cuarta, con solo 28 años, cargo que ejerce hasta el año 1931, siendo reelegido posteriormente. Todo lo hace bien, hace cambios, de todo orden para mejorar todo. Pinaud es incansable y como Capitán se destaca en forma especial; está en su elemento, haciendo de nuestra Compañía una Cía. de prestigio, de gran capacidad y de una disciplina férrea. Dicta normas, entusiasma a jóvenes y viejos, los contagia con su dinamismo, derrama sus conocimientos y prepara a los voluntarios para que sean los mejores del Cuerpo. Se preocupa de mil detalles, incluyendo los administrativos. Hace hincapié en la férrea enseñanza militar y bomberil, el respeto al uniforme y en la acción inteligente del ataque contra el fuego. Colabora activamente con la Colonia Francesa para obtener la bomba “DELAHAYE”, que trabajó en forma espléndida desde 1927 hasta 1944, una de las mejores maquinas que ha tenido el Cuerpo y que aun esta en servicio en un pueblo nortino. La 4a surge como ejemplo; se estrechan lazos de amistad con la 5a Cía. de Santiago y la de Valparaíso. En 1927 invita a la 5a Cía. a celebrar el aniversario de la Primera Competencia, que se celebro en 1907, en la cual triunfo la Cuarta. No olvida a la 5a de Valparaíso, que lleva nuestro mismo lema “Honor y Abnegación” y que fue fundada en 1856 por un grupo de franceses, tan entusiastas como nuestros fundadores.

En 1929 se celebran, por primera vez, el Concurso “José M. Besoaín”. Pinaud dirige con entusiasmo a los Cuartinos al máximo, ganando la Competencia. En 1930 pierde la 4a, pero gana en los años 1931, 32, 33 y, 34. En cada ocasión, don Enrique estudia con precisión de ingeniero cada situación y selecciona a cada hombre para el mejor puesto. Los ejercicios en el Stade Francais eran agotadores........


Pinaud estudia a cada hombre para sacarle lo mejor. Así prepara voluntarios de calidad. Que prestigian el Cuerpo y a Francia. Ser Cuartino, en aquellos años era motivos de legítimo orgullo, pues la cuarta era apreciada por su trabajo consiente y serio y en los desfiles por su marcialidad.

En 1931 es elegido Director, cargo que ocupa hasta 1932, en que es elegido nuevamente Capitán. Este cargo lo desempeña en 1933 y 1934 y se retira de cargos directivos en 1935. Es elegido Miembro del Consejo de Disciplina. Ese año recibe el premio por 20 años del Directorio y de la 4a. Apenas puede dedicar un año a sus actividades y a su familia ya que en 1936, las compañías lo eligen 2º comandante, al lado de Don Alfredo Santa María, el prestigioso Quintino, que fue Comandante de lujo durante 15 años. El Cuerpo había ya observado la trayectoria luminosa de este voluntario tan capaz.


Como 2º Comandante actúa desde ese año 1936 hasta 1943, o sea cerca de 8 años. Renuncia el 23 de junio y es designado Director Honorario de la Institución el 4 de agosto del mismo año1943. Como 2º Comandante don Enrique actúa como siempre, con brillo; estudia la organización, la mejora y con modestia e inteligente trata de ser un activo ayudante de su Comandante, con lealtad, abnegación y una dedicación muy difícil de superar. Ha abandonado un poco sus trabajos personales y se ha despreocupado un tanto de su salud, que decae, pero siempre tiene una energía inagotable.

Como dice mas arriba, cree merecer el descanso, en 1943, dedicarse a su familia y a sus negocios. Ha cumplido intensos 28 años al servicio, sacrificándose, sufriendo algunas desilusiones y cree haber desempeñado los cargos con el cuidado que era necesario. Está satisfecho; recibe el premio por 25 años y ha hecho la labor más pesada y más ingrata: dirigir. Ya la cuarta sigue las normas implementadas por el y siente una satisfacción especial por este hecho.

Ahora que es Director Honorario, podrá disfrutar de su familia, su señora Georgette Fevrier y sus hijos Marysa, Micheline y Henri, ha aceptado desde hace años la tremenda angustia de sentir el ser compañera de bombero, Enrique Pinaud piensa ahora que todo queda atrás... vendrá el descanso........

Llega 1944 y las compañías lo llaman al puesto de Comandante y pese a su salud, don Enrique vuelve de nuevo a la lucha, dejando las comodidades de la vida sin preocupación. Es reelegido en 1945 pero ya la salud esta seriamente quebrantada y renuncia. En 1948 es reelegido como Comandante, cargo en el cual actúa 6 largos años, hasta 1951. Cuesta escribir esto. Como habrá sido vivir esos cargos......

En 1947 el Cuerpo de Bomberos de París, los distingue con una medalla, por sus relevantes servicios.

En 1951, recién renunciado como Comandante acepta el de Vicesuperintendente, que cumple hasta el año 1966. Otros 15 años plenos de esfuerzos.... Obtiene el premio por 40 años de Servicio y el Gobierno Francés le otorga la condecoración de la Legión de Honor. En la 4a obtiene el Premio “Chevalier du Feu” y, finalmente en 1965 obtiene el premio de... 50 AÑOS DE SERVICIO....... y el Premio Municipal con 2.584 asistencias sobrantes.

Como homenaje a sus 50 años de servicio la 4a le ofrece una manifestación y un ejercicio en su honor. Se repite el movimiento de la Competencia que el dirigió y gano en 1929. El Capitán Gilberto Bard le entrega el mando del equipo, lo que emociona hasta empañar sus ojos a este viejo bombero de toda la vida, que veía como los jóvenes reconocían su valer inmenso. Fue un gran día de emoción para Pinaud; sabia que sus Cuartinos no olvidaban lo que había hecho por ellos......

Su salud no es buena, pero don Enrique, como se le llamaba cariñosamente, sigue actuando en el Directorio y cuando puede ir pide que le den informaciones. Se preocupa de la 4ta. Y es visitado tanto como el Directores como por algunos Cuartinos. Se agrava en Mayo de 1969 y se decide operarlo, una vez más, pero su organismo dura solo una semana. El 2 de junio vino para el la hora del gran silencio; habría librado su ultima batalla. Con sus 53 años de servicio se iba don Enrique a acompañar en El Mas Allá a sus amigos......

Su cuerpo lleva el uniforme de la 4a. Tal como el lo deseo. En todas las compañías y en especialmente en la nuestra hay un ahonda tristeza. Los que lo conocían y lo apreciaban el viaje del maestro. Sus funerales fueron impresionantes y todas las compañías demostraron sus sentimientos. Todos los voluntarios lo apreciaban por que siempre tubo el valor sin recompensas de defender con alma y vida de la justicia, la conveniencia superior de la Institución y la verdad objetiva en las situaciones discutidas y confusas.

En sus funerales diría el Director Honorario señor Phillips:

“Supo difundir entre los voluntarios conceptos sobrios y hondos de disciplina y de trabajo y con el ejemplo de su actividad creadora exaltó nobles pasiones de servicio que hicieron que todos sus subordinados vieran en el al guía y al conductor indiscutido”.

Reitero mis excusas si insisto en agregar algunos párrafos, elegidos entre cientos de cartas de condolencias, que definen claramente la personalidad de nuestro camarada Enrique Pinaud Cheyre......

“Incansable bombero..... La trayectoria de Pinaud fue dedicada a cimentar mas aun las bases de la Institución y el trabajo, instrucción y ejemplos que el desplegó lo han hecho acreedor al respeto y admiración de los que tuvimos la suerte de conciderarnos su compañero.

“Su personalidad traspaso las fronteras de su compañía y surgió con el ejemplo mas noble a la entrega desinteresada, el espíritu de sacrificio, junto a la pasión por engrandecer y perfeccionar nuestra Institución. Su recuerdo, que hoy nos entristece, se convertirá mañana en el símbolo que nos guiara a alentará a proseguir en la gran tarea, cuya senda el ayudó a librar, etc.......

“Constituyen ejemplo sus cualidades humanas de hombre justo, de infinita bondad y dotes extraordinarios de gran caballero....

“La Cuarta ha tenido y tendrá siempre grandes cuartinos:- ¡Un Enrique Pinaud, jamás! .......
http://www.pompefrancesantiago.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=161&Itemid=40
 

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LOS BOMBEROS DE DOCK SUD

Avellaneda Ayer: Bomberos Voluntarios de Dock Sud, su historia

El barrio de Dock Sud creado exclusivamente por elemento obrero, era allá en sus primeros años una población edificada únicamente en madera y zinc, sin aguas corrientes ni vías de comunicación con el resto de Avellaneda; un incendio en este medio, era casi imposible de combatir, dándose el caso de que para concurrir desde Avellaneda, la hoy Compañía Argentina de Electricidad enviaba un coche de tranvía a cualquier hora a las proximidades del Cuartel Central, en cuyo vehículo se transportaba el material y personal de bomberos, los que llegados al lugar del incendio, se veían obligados a despejar a los vecinos del agua llovida que tenían reservada para sus necesidades en pequeños depósitos.

Fue así que en el mes de marzo de 1914 a raíz de proyectarse la instalación de agua corriente en este barrio, que varios vecinos, algunos de ellos voluntarios del destacamento de Isla Maciel, creado tres años antes, solicitaron de esta Sociedad la creación de un pequeño destacamento, ofreciendo los hermanos Coda su domicilio, sobre la calle D. M. Nuñez entre M. Estevez y Manzini (casi esquina M. Estevez), para depositar el poco material de incendio de que se podía disponer.

Su equipamiento, además de las herramientas usuales de los bomberos, hachas, barretas, picos, palas y demás, consistía en un carrito de dos ruedas, pintado de rojo, traccionado a mano por los propios bomberos para el transporte de la bomba y de las mangueras para el agua, que se tomaba de las «bocas de incendio» de la red de agua corriente. Así fue como se inició este destacamento que el día 22 de junio del mismo año, tuvo brillante actuación en un incendio de varios comercios en la calle Núñez, en el que con ayuda del Cuartel Central, se salvó al 50% del capital en peligro.

Poco a poco la gran industrialización de esta zona y el mejoramiento de las vías de comunicación hicieron que progresara y se extendiera el radio habitado que a su vez necesitó de mayor protección.

Es así que con el tiempo se trasladaron a un galpón sobre la misma calle Nuñez entre Manzini y Londres (Combatientes de Malvinas) y finalmente al local que ocupan en la calle F. Quiroga entre J. M. Nuñez y L. N. Alem.

La convocatoria de los bomberos, ante los frecuentes incendios, se hacía mediante el disparo de bombas de estruendo. Había un código entre los cuarteles de Avellaneda, Dock Sud e Isla Maciel mediante la cantidad de disparos, que se hacían con un mortero que se colocaba en la calle frente a los cuarteles.

Los incendios por esos años eran frecuentes, como se trataba en gran proporción de construcciones de madera, generalmente y pese a la esforzada labor de los bomberos voluntarios de la localidad y de Avellaneda e Isla Maciel, (ya que trabajaban en conjunto), muchas veces solo quedaban las chapas retorcidas, cenizas y en general nada.

Entre los grandes incendios aún se recuerda el de mayo de 1932, del conventillo de las «14 Provincias» o de las «14 Puñaladas» situado en la esquina de Sto. Ponce y Pasaje Manzanares, el de las viviendas de dos plantas ubicadas en la plazoleta triangular de las calles Sgto. Ponce, Madrid y L. M. Nuñez. Hubo a lo largo del tiempo muchos incendios siendo de destacar los recurrentes de la Papelera «La Porteña», bares, tiendas y las inefables colchonerías de la zona.

También se incendiaron barcos, como el naftero «Rioplatense», por la decada del 30, el del «Perito Moreno» en 1984, estos son algunos de los incendios recordados del lugar entre otros muchos e importantes que hubo como el de las intalaciones petroleras del Dock Sud Este en el 24 o el de la Usina del Dock Sud, SEGBA; en el año 1962.

Entre los bomberos de aquellos años más recordados encontramos a Joaquín Girola, Chiappe, Coda, Martinez y Felicetta, entre otros tantos héroes anónimos que hasta el día de hoy se han desempeñado en tan árdua labor.

Datos extraídos del Anuario «La Libertad» 1943 y del libro «Nostalgias Dockenses» de B. J. Cavalieri.

http://www.laciudadavellaneda.com.ar/nota.php?id=11087
 

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Temuco, Chile
morí con la historia de Billy! D:

:'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'( :'(

¡gracias por recopilar este material!
 
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mvh

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26 Ago 2008
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Nunoa
Buenas las historias

Estimado

Hace harto tiempo no me llegaba tan profundamente en el alma una historia como la de Billy.

No voy a agregar nada más. :'(
 

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Los bomberos del 11 de septiembre despiden a un viejo amigo
Por Jon Hock, Director

Viernes, 19 de noviembre de 2010, uno de nuestros equipos estaba con un famoso arquitecto en el World Trade Center, mientras el otro se encontraba a 32 kilómetros de distancia con algunos protagonistas menos conocidos del drama de la reconstrucción de la Zona Cero.

El Hangar 17 del aeropuerto JFK es una estructura de 7.500 metros cuadrados que alberga centenares de toneladas de los escombros del 11 de septiembre. Entre ellos, se encuentra un camión de una unidad del cuerpo de bomberos del sur de Manhattan que perdió a 12 miembros durante la mañana de los ataques. Hoy, los demás integrantes se encontraron en el Hangar 17 para observar por última vez al antiguo camión, antes de que sea embalado y transportado al Museo del 11 de septiembre.

Fue increíble ver a los bomberos saludar al camión como si se tratara de un viejo amigo. En lugar de concentrarse en la retorcida escalera de metal o en la puerta destrozada, ellos se acordaron de los lugares favoritos que ocupaban y de las pequeñas modificaciones que habían hecho. También sonrieron al recordar a sus antiguos compañeros, haciendo resonar sus risas en el hangar.

Finalmente, las sonrisas desaparecieron inevitablemente. Pensamientos de funerales, viudas y niños huérfanos pasaron a llenar el espacio y los ojos de esos hombres increíblemente fuertes se llenaron de lágrimas. La exhibición del camión en el museo es un motivo de orgullo, un símbolo de los hermanos que perdieron. Pero el orgullo es vencido por la tristeza y la incredulidad; ya ha pasado mucho tiempo desde que manejaron el camión con los compañeros que perdieron.

Mike Moran, un conductor de la unidad, estaba libre ese día, aunque corrió hacia el lugar. Un atasco en el túnel le impidió llegar pero su hermano mayor, también bombero, sí se encontraba trabajando. John entró en las torres gemelas para salvar a otras personas pero nunca consiguió salir. Mientras observa el vehículo, Mike habla de la pérdida de su héroe aquel día. Pero al verlo conectarse con el camión que acostumbraba a manejar, tuve la sensación de que el Museo del 11 de septiembre ya estaba haciendo su trabajo. Está ayudando a esos hombres a recuperarse del trauma, imprimiendo en nosotros una imagen indeleble de fe y coraje, las dos cosas que todos necesitamos conservar para evitar que otra tragedia similar vuelva a ocurrir.
- Jon Hock, Director

http://www.tudiscovery.com/web/11-de-septiembre/historias/bomberos
 

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BOMBEROS DE BUCALEMU QUE SALVARON A SU COMUNIDAD DEL TSUNAMI


Tres jóvenes pescadores disfrutaban la madrugada del sábado 27 de febrero el término del verano en la Caleta Bucalemu, al sur del conocido balneario de Pichilemu, en la Región de O'Higgins.
Como muchos, querían disfrutar del baile en una de las discotecas del lugar, todo resultaba bien hasta que unos leves movimientos comenzaron alterar lo que hasta esa hora era una fiesta, luego el terremoto terminó abruptamente con la celebración. En ese momento los tres asumieron otro rol que cumplen en esta localidad, caminaron por un empinado cerro y llegaron hasta el cuartel de la Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Paredones localizada en el lugar.
En ese momento Cristián Gonzalez asumió su función como Capitán, Fernándo Pérez como Teniente Segundo y Richard Guerrero como voluntario, en el lugar encontraron al maquinista Mauricio Ortiz, quien dejó a su mujer con unos amigos y partió a colocar en servicio el carro.
Los tres primeros, por ser hombres de mar, sabían lo que esperaba al pueblo luego del terremoto que hace pocos minutos los había afectado, el mar comenzaba a recogerse y por eso bajaron rápidamente hasta la caleta.
Una vez en el plano solicitaron a los vecinos y veraneantes que subieran al carro o corrieran a un sitio seguro, primero con su voz y luego por el altoparlante de la unidad, la tarea se hizo más compleja porque en un acto de morbosidad humana muchos corrían a ver cómo se recogía el mar.
Sus intentos lograron movilizar a la población para que una segunda marejada no los encontrara en la parte baja de la caleta. Por la hora no fue difícil maniobrar con el carro, porque no se encontraban más automóviles en el lugar, afirma el maquinista Mauricio Ortiz.
Cuando lograron movilizar a la población, la marejada hizo su entrada, destruyendo un camping y unas ramadas que se ubicaban en la playa, en su paso arrasó con un jardín infantil, llegando hasta un puente que los conecta con Pichilemu que se ubica casi a dos kilómetros desde el borde costero.
A diez días de la tragedia lo que queda del camping demuestra la fuerza de las aguas que incluso llevó un bote dos kilómetros río arriba.
"Me siento orgullosa de ellos, la labor que cumplieron fue impagable, además había gente que no es de la zona y no sabían que después de un terremoto se produce un maremoto, y como no conocen el lugar no sabían por donde arrancar, pero ellos fueron capaces de orientarlos para que se pudieran estar a salvo, afirma Carmen Solar.
Luego de esta encomiable tarea debieron abocarse a repartir agua, suministro que todavía no se regulariza, lo mismo que la energía eléctrica, incluso han recibido críticas porque no tienen personal, pero los voluntarios deben cumplir con sus obligaciones laborales, destaca el Teniente Segundo, Fernando Pérez.
Como todos luego de la emergencia pudimos verificar el estado de nuestro cuartel, el cual presenta algunas grietas y tiene que ser revisado por un arquitecto, destaca el Capitán, Cristián González.
Además, como muestra de la seriedad de esta institución hasta en los pueblos más pequeños, en este cuartel se guarda la ayuda que llega hasta esta localidad.
A partir de ahora, Cristián González, Richard Guerrero y Fernando Pérez esperan que el mar se calme para volver a sus labores de pescadores, en tanto Mauricio Ortiz trabaja en una retroexcavadora demoliendo viviendas en el poblado. Los cuatros asumen nuevamente su anonimato con gran humildad.

http://segundaconcepcion.blogspot.com/2010/03/blog-post.html
 

LAGUNINO

Comandante de Guardia
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23 Ene 2008
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Buena historia y son heroes tan anonimos ya que se ganaron el respeto de sus conciudadanos y de sus pares en este Foro.

Fraternales saludos
 

bluebird3

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Por amor a la Patria Lontana: La Pompa Italia a La Primera Guerra Mundial


El mes mayo del año 1915 no sería como cualquier otro mes para el aquel entonces Reino de Italia como tampoco lo sería para la colonia italiana residente en Chile. El 28 de de Junio de 1914 ocurriría el acontecimiento que detonaría una de los mayores conflictos bélicos a nivel mundial, el atentado de Sarajevo, donde el serbio Gavrilo Princip, miembro del grupo serbio "Joven Bosnia" ligado al grupo nacionalista Mano Negra, asesinaría al archiduque Francisco Fernando de Austria, que apoyaba la unificación de Bosnia con Serbia, y a su esposa Sofia Chotek. Su asesinato precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó la Primera Guerra Mundial.

La tensión en el continente hasta ese entonces se percibía en el aire, la desconfianza existente entre los países incrementaba día a día durante el periodo que se conoció como la Paz Armada y que llevaron a la creación de distintas Alianzas a partir de 1882 y que dieron como resultado a la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) y la Triple Entente (Francia, Reino Unido y Rusia)
El Imperio austrohúngaro el 07 de Julio de 1914 dio un Ultimátum -con apoyo del Imperio alemán- a Serbia para que investigue el asesinato del archiduque acontecido en su territorio, ya que estimaba que la organización Mano Negra tenía conexión con aquel país. Serbia -con el apoyo ruso- no aceptó la participación de policías austríacos en investigaciones en territorio serbio, dando una respuesta negativa a la solicitud de Austria-Hungría
Ante dicha negativa, el 28 de julio de 1914, el Imperio Austrohúngaro declaró la guerra a Serbia. Al día siguiente Rusia ordenó la movilización general. En función de las alianzas militares, el 1 de agosto, Alemania le declararía la guerra a Rusia al considerar la movilización como un acto de guerra contra Austria-Hungría. Ante esto, y en virtud de la alianza militar franco-rusa de 1894, Francia le declaró la guerra a Alemania el mismo día.
Colombo BrugheraConforme avanzaban los meses hasta Abril de 1915 la tensión se incrementaba y los países aliados a la Triple Entente aumentaban generando mayor incertidumbre frente al devenir del conflicto. Hasta ese entonces Italia se mantenía al margen, pero ante la esperanza de recuperar los históricos territorios italianos en manos austriacas, el 26 de Abril de 1915 firma junto a Francia, Reino Unido y Rusia el Tratado de Londres donde renuncia a sus obligaciones con la Triple Alianza entrando al grupo de los Aliados de la Entente donde según el tratado Italia recibiría las zonas habitadas por italianos en Austria-Hungría y gran parte de la costa dálmata. Así las cosas el 23 de Mayo del mismo año Italia le declaraba la Guerra a Austria-Hungría.
Los rumores de Guerra estaba en boca de todos los italianos residentes en Chile, por lo que el telegrama recibido pocos días después por el director de la Sesta Compagnia "Cristoforo Colombo" de Valparaiso donde ratificaba la información, no sorprendió a los voluntarios de la Pompa Italia. Como si fuera coincidencia, en el mismo periodo, el 21 de Mayo ingresaría como voluntario el Sr. Giulio Guadaroli Agnelli con el registro Nº61 de la Compañía y Nº10884 del Cuerpo, Voluntario que inmortalizaría su nombre tanto en Italia como en la Pompa Italia, dejando una huella indeleble en los registros de la Undécima.
Las noticias llegadas desde Europa eran alarmantes y era tema de discusión obligado entre los voluntarios de la Compañía las cruendas luchas que se desarrollaban en los campos de batalla; la guerra no sería un tema indiferente para una novel Pompa Italia. Así, la idea de enrolarse para ir a defender a la Patria Lontana crecía con más vigor en el interior de los oncinos y la fecha ya estaba definida; 10 de los 49 voluntarios con que contaba la Compañía partirían el lunes 10 de Abril de 1916. El domingo 09 a las 10:00 am, el párroco de los Padres Salesianos ofreció una misa en la Gratitud Nacional para orar por el feliz retorno de este valiente grupo de oncinos e hijos de Italia, la Compañía concurrió con su uniforme de parada para rendir honores a quienes partían a defender a la Madre Patria.
El día había llegado, y la Compañía se encontraba formada en su totalidad a las 8:00 am en la Estación Mapocho, donde el grupo de voluntarios que partirían serian:
• Vasco Innocenti Cocchi
• Silvio Barra Gino
• Amadeo Cuneo Denegri
• Alessandro Borghini Ducce
• Ennio Bucchi Morelli
• Giuseppe Oddone Villa
• Federico Pollarollo Bartuzzi
• Nicola Botto Parodi
• Paolo Podestà Figallo
• Illario Marengo Bollo
En este lugar partiría el tren que los llevaría a Los Andes, para luego abordar el Ferrocarril Trasandino con destino a Mendoza, punto donde harían transbordo al Ferrocarril General San Martin con destino a Buenos Aires, lugar de embarque a Europa.
La Compañía, con solo 39 voluntarios y con todo el espíritu y vigor de apoyar la cruzada de quienes fueron a la Guerra, prestaron el servicio bomberil con especial dedicación. Durante 1916 más voluntarios partirían al campo de batalla siendo estos:
• Colombo Brughera Volpi
• Giovanni Casali Naranjo
• Giulio Guadaroli Agnelli
Este último partido con la fe y el ímpetu de un fuerte, joven y pujante corazón hacia tierras donde la muerte asechaba la vida de quienes la enfrentaban y donde la irracionalidad hacía de aquellas tierras la incertidumbre misma de no saber a qué cosa se podrá enfrentar. Unos días antes de partir Giulio le escribiría la siguiente carta dirigida al Señor Director Salvatore Cuneo Coppola:
Cartagena 16 de Octubre de 1916
Señor
Director de la 11ª Compañía de Bomberos
Santiago
Señor Director:
Encontrándome inscrito en la Legación Italiana para partir a la guerra el 30 del presente, pues con esto he motivado mi partida a Cartagena e indudablemente debo faltar a mi correspondiente servicio a la Compañía.
Debo admitirle, señor Director, que mi partida a ésta fue el 20 de septiembre, pero antes pasé por el Cuartel dejando un papel escrito anunciándole mi partida para que me dieran el correspondiente permiso; pero creo que han hecho caso omiso a dicha carta.
Para mí es un sentimiento profundo el dejar de pertenecer a la 11ª Compañía después de permanecer bajo sus hospitalarios auspicios más de un año: pero Ud. comprenderá que ante todo está la Patria, especialmente cuando ella necesita de sus hijos para la defensa de su honor y su bandera.
Créame, señor Director, que no los olvidaré y que allá lejos, en los campos de batalla, recordaré con entusiasmo a mis compañeros que en la paz contribuyeron a velar por la seguridad y el interés de los ciudadanos chilenos y que hoy en la guerra contribuyen también con su óbolo.
Espero que si Dios me da la gracia de volver a mi querido Chile, tenga la satisfacción de ver siempre a una 11ª Compañía de Bomberos a la altura digna de las personas que la guían por el sendero del progreso.
Saludando atentamente a Ud. aprovecho la ocasión para suscribirme como su más atto. y S.S
Giulio Guadaroli A.
Por último el 28 de enero y el 25 de marzo de 1918 partirían respectivamente:
• Santiago Bertossi Yetri
• Gualterio Fioranza Masselli
Santiago BertossiLa partida de más hombres a los campos de batalla hacía cada día más complicada la labor bomberil, y así lo relataría el fundador Santiago Bertossi Yetri al Diario La Tercera en Junio de 1974 - "Nuestra partida casi diezmó a la compañía. Tuvo que recurrirse a auxiliares, algunos de ellos con apellidos españoles" -. Tras esto, durante el año 1918 la Compañía acordó entregar un premio especial de abonos de asistencia en los actos del servicio activo a todos aquellos que se encontraran en la guerra
Asi las cosas el tiempo avanzaba, y terribles noticias llegaban desde Europa, Giulio Guadaroli había muerto en el campo de batalla en Monte Grappa y Ennio Bucchi había resultado mutilado quedando ciego tras la explosión de una granada. La batalla no era fácil y muchos no lo pasaban bien, Colombo Brughera así lo señaló al mismo matutino –"estuve de motorista en distintas posiciones. Dirigía a los maquinistas que perforaban túneles para refugios aéreos a pocos metros de las trincheras de combate. Trabajábamos de noche. Solicité ser aviador, pero no me dieron permiso – Salí de un túnel entre matorrales, y ahí estaba la lucha, cuerpo a cuerpo"-.
En el ambiente de la Compañía se sentía un profundo pesar, pero las noticias seguían llegando y esta vez eran positivas; las tropas italianas de mar y tierra arribaban a Trieste en noviembre de 1918 tomando posesión de la ciudad luego de una violenta y ardua batalla. Conocida la noticia el Capitán interino Sr. Edmondo Schiaffino ordenó izar los pabellones patrios en el frontis del cuartel ubicado en la Alameda de las Delicias.
El 18 de noviembre de 1918 regresaba al país el primer valiente que partió a la Guerra. A las 11:30 fue citada la Compañía con uniforme de gala para rendir honores a su ex capitán y fundador Vasco Innocenti Cocchi. El conflicto había terminado y los valientes voluntarios comenzaban a volver a Chile y orgullosos engrosaban nuevamente las filas de la Pompa Italia, entre ellos Riccardo Federici Botto quien durante 1915 habia renunciado a la Compañía y tras volver de la Guerra su anhelo renació reintegrándose el 19 de marzo de 1919.
En medio de esta crueldad y oscuro pasaje de la historia de la humanidad, hombres de distintas nacionalidades, que no se conocían, sin odios ni rencores, se vieron enfrentados a esta despiadada y fratricida lucha donde la muerte se llevó a Giulio Guadaroli Agnelli, y que obligó a derramar su generosa sangre al igual que la de otros cientos de jóvenes que con su pujante y visionaria juventud defendieron a la Patria que en su corazón albergaban y que el flagelo de la lucha vio como a su temprana edad se llevaba sus vidas.
El ímpetu de Giulio Guadaroli, Ennio Bucchi y los otros que partieron a defender su Patria, y la que a sus padres vio nacer, es testimonio de cómo un bombero chileno fue capaz de cambiar un pitón por un fusil sin dudar; valor y abnegación que guían al bombero voluntario y que hoy en día se mantiene vigente como fiel testimonio de que frente al servicio de la comunidad estamos dispuestos a dar la vida si fuere necesario. No cabe duda que el valor y sacrificio de estos hombres ha quedado escrito con letra indeleble en la historia de la Pompa Italia y que debe ser tomado como ejemplo por los jóvenes miembros de nuestra querida Compañía. El nombre de Guadaroli en la lista, es el reflejo de que la proeza de estos 15 valientes no debe ser jamás olvidada. MORTO IN GUERRA GUADAROLI GIULIO. PRESENTE !

http://www.vigilidelfuoco.cl/index....guerra-mundial&catid=55:reportajes&Itemid=100
 

LAGUNINO

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Es realmente sorprendente conocer pasajes de la Historia Bomberil desconocidos para muchos. Estoy seguro que si se escribieran todas, seria una gran enciclopedia, no en balde llevamos mas de 160 años de historia. No debemos dejar que la historia se pierda.

Fraternales saludos
 

bluebird3

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Chile
FELIPE DAWES MARTINDALE.- Primer Martir de la 14ª de Santiago


La historia de nuestra Compañía tendría un fuerte cambio. Felipe Dawes Martindale, un voluntario de excepción, fundador y 4º Comandante del Cuerpo, se transformaba en el 34º mártir de la Institución y primero de nuestra Compañía.
El 23 de enero de 1980, mientras Felipe se encontraba en el taller de material mayor de la Institución, la Central daba la alarma de incendio en calles La Obra y Carrión. De inmediato, nuestro 4° Comandante tripuló el carro transporte J-1 y se dirigió desde el taller hacia el lugar del incendio.
Minutos después, colisionó el carro transporte J-1 con el carro cisterna de la 2ª Compañía en las intersecciones de Gamero con Vivaceta. A causa de las lesiones sufridas por este fuerte impacto, falleció horas después en el Hospital J.J. Aguirre, nuestro 4° Comandante.
Felipe fue miembro fundador de la Compañía, desempeñó los cargos de Consejero de Disciplina, Secretario, Teniente 2º, Teniente 1º, Capitán, Intendente General, Tesorero General y 4º Comandante, todos en forma consecutiva desde 1965 hasta la fecha de su muerte. Participó en todos los equipos de la Competencia José Miguel Besoain, exceptuando el último por ser oficial general. Perteneció a la guardia nocturna por un período superior a los 8 años y alcanzó a recibir el premio de constancia del Cuerpo por 20 años de servicio.
Para que conozcamos un poco más de su legado, queremos mostrar un extracto del discurso pronunciado en el día de su funeral, por el Superintendente de la época, y actual Director Honorario, don Gonzalo Figueroa Yáñez:
“Puedo declarar sin duda que Felipe Dawes se destacaba dentro de nuestra institución para llegar a servir los cargos de mayor jerarquía y mayor responsabilidad. Su formación bomberil, su inteligencia y criterio, su entusiasmo desbordante, lo señalaban como uno de los mejores voluntarios. Su muerte en el servicio nos impacta, en estas circunstancias, no sólo por lo doloroso de la tragedia, sino también por la certeza que tenemos de haber perdido a quien podía dar mucho todavía en beneficio de nuestra causa y de nuestros ideales.
Para muchas personas, la muerte es un hecho nefasto que trastoca los planes y las iniciativas, y les da un sello de desastre irrevocable.
Los bomberos hemos aprendido a través del dolor a transformar los signos nefastos en esperanzas, a convertir la muerte en vida, a extraer de nuestros grandes hombres un manantial de lecciones y de ejemplos.
(…) Felipe Dawes se convierte desde hoy en fuente inagotable de inspiración para los que ingresen a la 14ª Compañía, se mirarán en él, buscarán imitarlo en su entusiasmo, tratarán de seguirlo en su abnegación, procurarán reproducirlo en sus propias vidas. Así vivirá en nosotros aquél que creemos muerto, así renacerá con más bríos aquél que venimos a depositar en la tierra. He aquí la muerte convertida en vida, el sacrifico transformado en esperanza”.
Estamos ciertos que lo expresado por don Gonzalo Figueroa se ha cumplido. Hemos rendido homenaje en estos años a Felipe. Su nombre nos acompaña en la Plazoleta ubicada en Providencia y en la Guardia Nocturna, su imagen está siempre encendida en el cuartel, y su recuerdo año a año nos reúne.
Por lo mismo y por lo que Felipe nos entregó y nos enseñó, es que tenemos que estar más unidos que nunca para mantener ese legado de ejemplos, entender que detrás de cada acto de servicio tenemos un guardián que nos vigila, entender que detrás de cada paso que damos como Compañía, está su mirada atenta.
El mejor homenaje que le podemos entregar a él y a su familia, es continuar por ese camino, manteniendo siempre encendida su imagen de guía y de ejemplo. Así, sin duda que en cada catorcino seguirá viviendo Felipe.
A los voluntarios que no tuvieron la suerte de conocerlo, les pedimos que no duden un segundo en preguntar por él y a los que lo conocieron, transmítanles todo lo que aprendieron de un hombre excepcional y como él mismo dijo, un bombero de techo

http://www.14.cl/sitio/?page_id=350
 

bluebird3

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Chile
DON ALBERTO RIED




Alberto Ried nació en Santiago el 22 de febrero de 1886. Era hijo del fundador de la Quinta Don Gustavo Ried y de doña Irene Silva Palma.
Estudió en el Instituto Pedagógico y en la Escuela de Bellas Artes, donde obtuvo varios premios por sus obras de pintura y escultura.
Don Alberto provenía de una familia de bomberos, su abuelo fue uno de los fundadores el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, su padre fundador de la Quinta y él con gran vocación y espíritu generoso continuó con la tradición familiar al fundar hace 70 años el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.
Don Alberto era un hombre bonachón y generoso, de hablar pausado levemente enfático, un artista múltiple, escritor, pintor, escultor, periodista, servidor público como Cónsul de Chile en Francia y por sobre todo gran bombero.
Como intelectual Chileno integró el famoso "Grupo de los Diez". Como escritor se destacan los libros "El Hombre que Anda", "Hirundo", "La Casa Loca". En París publicó el libro “Veintiuna Meditaciones". Finalmente pública "El Mar Trajo Mi Sangre" y el "Llamado del fuego", uri libro de historias bomberiles, anécdotas y vivencias de su época. Todos los libros son verdaderas autobiografías de don Alberto.
Otro importante hito en su vida fue donar a la ciudad de Santiago, una gigantesca piedra cordillerana con una carta de don Pedro de Valdivia, que hoy se ubica en los faldeos del cerro Santa Lucía. Gestionó la construcción del Mausoleo de los Artistas y gracias a sus innumerables campañas, la estatua "Al Dolor" del artista Carrere Belleuse fue trasladada a la plazoleta externa del Cementerio General por Avda. La Paz, rindiendo un merecido reconocimiento a las víctimas del Incendio del Templo de la Compañía.
Ingreso a la Quinta el 8 de diciembre de 1902, fue Ayudante, Maquinista y Teniente 2°, destacándose en los incendios ocurridos después del terremoto de Valparaíso en 1906, fue un fanático Quintino hasta que en 1911 comienza una década de viajes por Norte América y Europa. Un problema disciplinario, lo obliga a renunciar a la Compañía, el 16 de junio de 1924, reincorporándose el 16 de mayo de 1936. Fundó el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa el 27 de mayo de 1933, siendo elegido Comandante por muchos años.
En 1910 Alberto Ried escribió nuestro himno, la Quintina. En su último libro, "El llamado del fuego”, dice que escribió la Quintina como un acto de amor, devoción y lealtad a su Compañía a la que no ha dejado, porque viejo, enfermo y semi-inválido concurre a su cuartel a rememorar su juventud y a soñar todavía alguna esperanza como en una nueva primavera. Y exclama: ¿Escucha como resuena en mi alma el alma de la canción?
Don Alberto Ried, falleció en Santiago, el 5 del 5 del 65, una calle recuerda su nombre y la Sexta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa se denomina: “Bomba La Reina Alberto Ried

http://www.firmelaquinta.cl/historia/ilustrado/quintino_n30_alberto_ried_silva.pdf

http://www.revistas.uchile.cl/index.php/CLR/article/viewArticle/7658/7439


http://www.cbn.cl/sitio2/content/view/13/27/