De Portales... y cualquier otro...
Salazar no deja bien parado a Portales...
De hecho dice que fue precisamente la industria tabaquera la que lo puso en contacto con un grupo nada despreciable de la población (trabajadores unos... fumadores otros) que termino viendo en el a un verdadero amigo.
De entre estos... habían varios que eran verdaderos delincuentes... y Portales se supo servir muy bien de estos (Según Salazar).
Si uno da una hojeada a la historia (la de verdad... no la que se lee en los libros de escuela, sino la que fluye de la lectura e investigación seria) se encuentra con que muchos personajes transitan entre la delgada línea que separa a los héroes de los villanos.
Cuesta encontrar (no solo en la historia nacional...) a una figura que no tenga... tejado de vidrio...
Por la misma razón... el fervor con que se defiende un ideal (el que sea) y a los exponentes de este (quien sea), siempre debe templarse con la razón. De lo contrario, nos encontramos defendiendo ciegamente a una figura que jamás conocimos, de cuyos hechos atestiguamos sin haberlos vivido y postulados de los cuales desconocemos su real origen.
REINALDO VALLEJOS CACERES
Salazar no deja bien parado a Portales...
De hecho dice que fue precisamente la industria tabaquera la que lo puso en contacto con un grupo nada despreciable de la población (trabajadores unos... fumadores otros) que termino viendo en el a un verdadero amigo.
De entre estos... habían varios que eran verdaderos delincuentes... y Portales se supo servir muy bien de estos (Según Salazar).
Si uno da una hojeada a la historia (la de verdad... no la que se lee en los libros de escuela, sino la que fluye de la lectura e investigación seria) se encuentra con que muchos personajes transitan entre la delgada línea que separa a los héroes de los villanos.
Cuesta encontrar (no solo en la historia nacional...) a una figura que no tenga... tejado de vidrio...
Por la misma razón... el fervor con que se defiende un ideal (el que sea) y a los exponentes de este (quien sea), siempre debe templarse con la razón. De lo contrario, nos encontramos defendiendo ciegamente a una figura que jamás conocimos, de cuyos hechos atestiguamos sin haberlos vivido y postulados de los cuales desconocemos su real origen.
REINALDO VALLEJOS CACERES