MARTIR DE LA DECIMA COMPAÑIA DE BOMBEROS DE SANTIAGO
GUILLERMO SANTAELLA AROS (Q.E.P.D)
25-01-1942
82 AÑOS SE CUMPLEN HOY
De padres españoles, Guillermo Santaella Aros nació en Antofagasta el 22 de mayo de 1920.
Lo vemos como una fecha muy lejana, pues ya han pasado cien años desde entonces.
Pero resulta que si aquel 25 de enero de 1942 Santaella no hubiera fallecido en ese incendio de Bandera esquina de Moneda, es muy probable que muchos de nosotros lo hubiéramos conocido.
En efecto, y disculpen si soy autorreferente, pero no puedo dejar de hacerles ver que si Guillermo Santaella hubiera estado vivo y hubiera seguido siendo voluntario de nuestra Compañía en el año 1987, cuando ingresé a la Décima, Santaella hubiera tenido 67 años de edad y probablemente nos habríamos saludado con la misma cordialidad con que pude acercarme a don José Bustamante, o tal vez hubiera sido de aquellos que iban poco al cuartel, pero que estaban en la lista y cuando aparecían eran muy amables, como don Tomás Pombo, entre otros.
Y los menciono a ellos, pues ambos estuvieron en ese incendio del verano de 1942 y fueron testigos directos de la muerte de Santaella.
De seguro habría podido conocer de boca de Santaella de sus historias y anécdotas bomberiles y tal vez él habría formado parte de ese animado grupo de venerables figuras que asistía en las tardes de los sábados al Cuartel a jugar dominó.
Pero el destino quiso otra cosa, y tronchó la joven vida de Santaella al comienzo de su carrera bomberil, lanzándolo al martirologio y ubicándolo en un lugar preferente en la pléyade de bomberos que han entregado su vida en cumplimiento del deber impuesto.
Guillermo Santaella estudió en Santiago, en el Instituto Nacional y al egresar se desempeñó como comerciante.
Los dichos de quienes le conocieron nos cuentan que acompañaba a su hermano Leocadio -quien había ingresado un par de años antes a nuestra Compañía-, a todos los incendios a los que concurría la 10a, demostrando su gran entusiasmo, aun sin ser bombero.
Luego de una estadía en Buenos Aires, Argentina, volvió a Chile y se decidió a ingresar a la Compañía, lo que se formalizó el día 29 de julio de 1941, a la edad de 21 años.
Enseguida pidió una plaza en la Guardia Nocturna y la madrugada del 25 de enero de 1942 tripuló la Bomba por última vez desde el Cuartel ubicado en Inés de Aguilera N°1072 en la Plaza Almagro, ya que mientras a cargo de un pitón combatía el incendio declarado en la Mueblería Europea, ubicada en las esquinas de Bandera y Moneda, el derrumbe de un gran muro de adobes, lo sepultó, siendo rescatado su cuerpo inerte entre los escombros.
Ante su fallecimiento, la Compañía, en medio del dolor por su pérdida tan repentina, adoptó de inmediato algunos acuerdos ese mismo día, entre ellos el de colocar el uniforme con que dejó de existir en una urna y depositarla en el Salón de sesiones.
Otro de los acuerdos fue ponerle a la pieza N°3 de la Guardia Nocturna el nombre de Guillermo Santaella Aros.
Para volver en el tiempo y conocer los sentimientos que embargaron a su familia, a la Compañía y al Cuerpo de Bomberos de Santiago ante la muerte de Santaella, me permitiré citar en primer lugar la intervención del Superintendente de la época don Luis Kappés, quien en sesión de Directorio celebrada a las 12:00 horas del mismo día 25 de enero de 1942, en forma solemne da a conocer al Directorio la muerte de nuestro Mártir:
Dice el acta respectiva:
“Fallecimiento en Acto del Servicio del Voluntario de la 10ª Compañía D. Guillermo Santaella Aros.
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El señor Superintendente poniéndose de pié, y con voz que dejaba ver el pesar que lo embargaba, manifestó que un nuevo gran dolor enlutaba al Cuerpo, dolor que era compartido tanto por los bomberos antiguos como por los nuevos, porque en una Institución como la nuestra en que la amistad y el compañerismo son la norma invariable de su existencia, el personal no puede experimentar otro sentimiento que el del mas vivo pesar, ante el sensible fallecimiento en acto del servicio del jóven voluntario de la 10ª Compañia, D. Guillermo Santaella Aros, acaecido en el incendio ocurrido en la madrugada de hoy, en la calle de Moneda esquina de Bandera. Agrega el señor Superintendente, que esta dolorosísima desgracia privaba al Cuerpo del concurso de un mozo de 21 años de edad, entusiasta y generoso, que habia pagado su tributo a la muerte defendiendo a la ciudad y rindiendo su vida en la forma que muchos bomberos desearian, es decir en plena lucha contra el fuego, fuertemente asido al pitón con que trataba de dominar las llamas implacables que destruían todo cuanto encontraban a su paso.
Expresó también el señor Superintendente que faltaría a su deber si no recordara en esta triste circunstancia la entrevista que tuvo con el padre de la víctima, quién al recibir la condolencia que le expresara por la desgracia, le respondió con espartana resignación: “me queda al menos el consuelo de que mi hijo ha muerto cumpliendo con su deber”.