http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0009044.pdf
Cristian Gazmuri historiador chileno, además de ser abogado, se desarrolla como académico e investigador. Se desenvuelve en la historia de Chile, con libros destacados como
La persistencia de la Memoria. Reflexiones de un civil sobre la dictadura,o bien
Eduardo Frei Montalva y su época, del mismo modo es preponderante mencionar su artículo
Notas sobre la causa de la crisis de la democracia chilena,entre otros. Con este estilo de investigaciones ha demostrado que centra sus estudios en aspectos políticos del mundo contemporáneo de nuestro país. Sin embargo su rubro no se limita a la segunda mitad del siglo XX, si no que más bien, también hace parte de su trabajo la construcción de la República, y todo el proceso de formación de identidad, y con ella de nación. Cabe mencionar que Cristián Gazmuri tiende a relacionar acontecimientos y procesos europeos que acarrean consecuencias para el territorio nacional. Es ahí donde apoya sus investigaciones con los escritos de Vicuña Mackenna,
Los Girondinos chilenos, libro fundamental para comprender el contexto histórico, con las variantes espacio; tiempo y cultura –forma en que el hombre de comporta en la sociedad- de mediados del siglo XIX. Con ello cobra relación que el libro que se analizará en este ensayo posea el nombre de
El “48” chileno: igualitarios, reformistas radicales, masones y bomberos. Pues Gazmuri tiene como objeto del libro en cuestión comprobar y trabajar la tesis de Mackenna que plantea que la revoluciones de 1848 en Europa adquieren vigorosas consecuencias en Chile.
El “48” chileno posee una estructura tradicional, con cuatro (4) capítulos, donde cada uno posee subtemas que se ordenan, inicialmente, contextualizando el 48 Europeo y dando lineamientos que convergen en la realidad chilena de la misma temporalidad. Luego se sitúan acontecimientos que fueron provocados a raíz de procesos intelectuales, militares y políticos, como La Sociedad de la Igualdad, o bien, la Pugna con la iglesia y el gobierno, entre otros. El clímax del texto hace alusión a cuestiones paradigmáticas, luchas ideológicas y conformación de instituciones relevantes para la consolidación de identidades propias de la época, que continúan –bastante modificadas, pero se sientan las bases- hasta la actualidad.
Gazmuri es categórico en su postura, sobre el “48” chileno, interpretando con tal concepto que
la primavera de los pueblos –como fueron conocidas las revoluciones de 1848 de Europa- acaecido en el continente mediterráneo, afecta indirectamente a Chile. Entendiendo al “48” mas allá del estallido revolucionario, pues hubo un
“espíritu” previo que culminó en las revoluciones. Ellas se iniciaron en Francia mientras gobernaba Luis Felipe de Orleans –asumiendo en 1830- donde la visión hacia él desde la perspectiva de los conservadores era de desconfianza, y de esperanza por parte de los mas progresistas. Sin embargo este paradigma tuvo poco andar, ya que Luis Felipe en el avance de su mandato dio a conocer su inclinación por los sectores de la alta burguesía e incluso de los partidarios del Antiguo Régimen, lo que provocó un vuelco en su afianzamiento con los sectores conservadores y progresista.
La iglesia católica francesa se mostró simpatizante al gobierno, pero al desarrollar una educación laicizante, la iglesia de tornó en su contra. Si bien, hay un importante acercamiento al cristianismo, se debe comprender dentro de los márgenes del romanticismo. En lo institucional fue un período donde se conformaron los “clubs” de 1789-1794, correspondían a sociedades políticas republicanas, separadas en núcleos territoriales. Estos clubes se fortalecieron al final del mandato de Luis Felipe, siendo las herramientas de las ideas políticas. Lo preponderante en todo este
espíritu antecesor a las revoluciones de 1848 es el paradigma intelectual, los aires de renovaciones y reformas estructurales.
“Este panorama político era, naturalmente, correlato del ideológico. A partir de 1830 –y aún antes- se había ido consolidando en Francia, en algunos ambientes intelectuales, una tendencia doctrinaria pro-republicana, populista, democratizante, proclive a las utopías sociales y reivindicadora del legado de la Revolución Francesa de 1789” (pp. 39).
El autor expone que, paralelamente a los sucesos en Europa, en Chile durante la presidencia de Manuel Bulnes, se apaciguaron las perezas entre los pipiolos y pelucones –liberales y conservadores-, ya que el Presidente dio leyes de amnistía, amplió la base política, entre otros. Transcurriendo tentativa calma política entre ambos sectores. Sin embargo a causa de rivalidades internas de los Conservadores –porque su primo y ministro, Manuel Camilo Vial, era acusado de arbitrario y nepotista. Además que comenzó a acercarse abiertamente a grupos liberales-. ¿Qué relación tiene este acontecimiento chileno con el 48 Europeo? ¿Por qué Gazmuri mantiene su postura, aseverando que en Chile hubo repercusiones de las revoluciones europeas? Pues el autor, en base a historiografía de Mackenna, Barros Arrana, con fuentes de prensa como El Mercurio, El Araucano, El Comercio, etc. logra evidenciar que tal hecho fue de gran magnitud, pues
“esta pugna significó una ruptura para el Partido Pelucón. El grupo constituido dentro de su seno, contraria a las arbitrariedades de Vial, y, fundamentalmente, a su apertura hacia sectores pipiolos… ()… El acercamiento entre vialistas resentidos… y un pipiolaje que ya estaba exaltado por las noticias de la revolución Europea creó el ambiente para la formación del llamado `Club de la Reforma´ -que tenia por objeto aglutinar la oposición pipiolo-vialista- … ()… Sin embargo el nuevo `club´ nunca se estructuró sólidamente… ()…Pero, aún así, casi todos los `Girondinos chilenos´ pertenecieron al Club de la Reforma el que sirvió de caldera política anti pelucona; en particular para los jóvenes de ese sector que después militarían en la Sociedad de la Igualdad” (pp. 44-45).
En mayo de 1848, cuando llega la noticia a Chile, del estallido de la “Nueva revolución francesa”, se produjo un estruendo de gozo. Y es ahí donde Gazmuri hace gran énfasis, pues las consecuencias para Chile, fueron paradigmáticas, esperanzadoras, alegres e inspiradoras para la creación de instituciones con valores y principios del “Socialismo Utópico” –con fundamentos liberales-. Aquí fue preponderante la llegada de Santiago Arcos y Francisco Bilbao. El primero denotaba a tiempo a los jóvenes con intereses conservadores individuales, a los jóvenes realmente con intereses liberales, planteaba que
“Un `club´ político es la concentración de muchas voluntades para formar un solo espíritu, y determinar un propósito de bien publico” (pp. 66). Con ello Gazmuri aclara que las palabras de Arcos, tienen cercana relación a las ideas de las revoluciones de 1848 europeo, de hecho lo declara
el semi francés Arcos. La Sociedad de la Igualdad era una mezcla entre el ideario político Las Luces y el de Lamennais, redactaban publicaciones –en el periódico “El amigo del pueblo”- muy ofensivas para la época como “
Queremos que don Manuel Montt, fatal a las libertades publicas, fatal a la educación, fatal a la Republica, se anule para siempre”.
Cristián Gazmuri en su criterio descriptivo da a conocer datos específicos para comprender en el detalle el cómo de la orgánica y espíritu del “48” chileno. Pero es importante mencionar el cuadro que da de la generación de hombres formadores de la política del “48”, tales como, Federico Errázuriz, José Victorino Lastarria, Manuel Recabarren, entre otros. Se evidencian que en su mayoría, ostentaron carreras políticas. Sin embargo, el autor explícita:
“nos parece claro que el grupo de hombres que durante su juventud pretendió revolucionar la institucionalidad y también a la sociedad chilena; una vez transformados en grupo dirigente llegaron a alterarla de modo muy importante, pero `sólo´ en lo político institucional.” (pp. 118).Fueron muchas las instituciones que se formaron con bases ideológicas del “48”, como el Partido Radical –considerado que fue conformado por
nuestros `Querante-Huitards´ revolucionarios y afrancesados-; Asambleas y `Club´ radicales, conformadas por personajes que fueron militantes de la Sociedad de la Igualdad; La Masonería chilena que Gazmuri indica que no fue una copia como las otras instituciones o agrupaciones, si no que, abiertamente
“`filial´ de la matriz europea …()… y se fundó verdaderamente en la coyuntura del `48´” (pp. 165-162); el Cuerpo de Bomberos, que data de la época de la Ilustración, surge en Chile a raíz del siniestro del 15 de diciembre de 1850, se incluye en la forma de sociabilidad que se estudia, ya que se evidencia el origen extranjero de los miembros de las compañías. A nivel popular, se mostró su presencia en estallidos puntuales después de la rebelión del 20 de abril de 1851, estas sublevaciones son realizadas por los
sectores populares del “48” chileno. –Como diría Gazmuri-.
Para finalizar, Cristián Gazmuri, fortalece y consolida la tesis de Mackenna, pues efectivamente, se ha evidenciado, los paradigmas van creando cambios en las culturas de las sociedades. Esto hace ruido, además, porque Chile siempre se caracterizado por “seguir ejemplos” de las grandes potencias, en este caso, las revoluciones de 1848 en Europa.