el siguiente texto es un documento que no es de mi autoría, sin embargo considero pertinento aportarlo en éstas circunstancias.
espero que don Maro A. no se moleste... si fuera así. que haya llegar su reclamo y seguro lo sacan.
saludos.
LIDERAZGO DEL OFICIAL DE BOMBEROS
Por Marco A. Rebolledo Montoya
Instructor ANB
Cuerpo de Bomberos de San Bernardo.
La esencia fundamental de un buen liderazgo, según Clausewitz, es la capacidad de un individuo de analizar adecuadamente una situación y luego aplicar la acción correcta mediante la toma de decisiones rápidas, sin vacilaciones y asegurándose que estas decisiones se ejecuten adecuadamente.
El factor humano, dentro del contexto de una institución como la nuestra, en donde todo el personal debe ser guiado en su esfuerzo y accionar de tal modo de lograr el objetivo final. Esto no se puede obtener sin la presencia de líderes reales, capaces y seguros, que conduzcan al resto del personal hacia el óptimo cumplimiento de cada misión.
El presente artículo es un análisis de lo que el subordinado espera de un líder, del comportamiento que debe demostrar y la forma en que obtendrá su confianza; y los rasgos de personalidad que debe desarrollar, con el fin de mejorar su mejor desempeño como tal, y lograr lo mejor del potencial humano con que cuenta.
Lo que los subordinados esperan de un líder
¿Qué esperan de un líder sus subordinados? Es una pregunta que nos hace examinar el mando a cualquier nivel en una institución. Frecuentemente, pensamos en términos de cómo percibimos nuestras propias capacidades como oficiales y tratamos de vincularnos con distintos principios o filosofías de mando. Desde luego, los principios de mando tienen su lugar.
Conducir a un grupo de personas subordinadas en actos de servicio exige algo más que manejar hombres y mujeres, dinero y materiales. La responsabilidad de un líder, se traduce en la obligación de lograr la misión de la unidad, ganando al mismo tiempo el apoyo voluntario de los subordinados, muchas veces bajo circunstancias que amenazan la vida misma.
Uno puede aprender todo lo posible sobre liderazgo mientras lo práctica día tras día. A uno se le enseña a esforzarse para lograr la excelencia; y si no estamos tratando constantemente de mejorar lo que puede ser mejorado, uno no es realmente un profesional.
Volvemos nuevamente a: ¿Qué esperan los subordinados de su líder? En breve, esperan que desempeñe muy bien su trabajo, que posea un alto sentido del deber y que sea valiente. A todos no gusta asociarnos con ganadores. El subordinado no es distinto; quiere que su líder sea mejor de todos los líderes. Quiere sentirse orgulloso del hecho que su comandante (Oficial a cargo) es de primera categoría.
Si uno va a dirigir en forma eficiente, tiene que conocer su trabajo. Sin embargo, muchos presumen que todo lo saben, que no hay necesidad de tomar los libros, estudiarlos una y otra vez para describir un nuevo sentido o, más aún, para entender con mayor claridad un principio o cuestión doctrinaria.
Una característica que los subalternos quieren ver en sus líderes, es su sentido del deber. Ellos saben que uno como oficial tiene la autoridad debida a su posición; pero lo que quieren es que asuma la responsabilidad correspondiente y que lo demuestre. Mostrar la actitud de que "cuando esta a cargo, lo está", es lo que quieren ver los subordinados. Su respeto y admiración provienen de saber que su líder es sabio, que llega a controlar cualquier situación, y les proporciona un sentido de confianza mediante la guía y dirección que ellos reciben. El Bombero espera que se le diga lo que debe hacer. El oficial que no responde y deroga su responsabilidad es ineficiente, por lo cual no puede ejercer un liderazgo.
Los oficiales también incurren bajo su sentido de deber, en la obligación de establecer y mantener normas. Para algunos oficiales este es uno de los aspectos del mando más difícil de comprender y practicar. El subordinado quiere tener un jefe; quiere saber la forma correcta de hacer algo, quiere saber para qué se esfuerza; desea y necesita seguir un ejemplo. Esto es una gran responsabilidad para los que ocupan posiciones de liderazgo. Deben claramente establecer las normas; y explicárselas a los subalternos; exigir el cumplimiento de dichas normas.
Las normas son importantes en el desarrollo de una institución jerarquizada y disciplinada. Los líderes establecen esas normas, viven de acuerdo con ellas, y obligan a otros a cumplirlas. La primera vez que un líder deja de corregir a un subordinado o subalterno que no ha cumplido las instrucciones, establece una nueva norma para la unidad.
Comportamiento de un líder
La influencia principal en la cohesión de la unidad radica en el comportamiento del líder. Las unidades en las cuales el comportamiento de los oficiales es de líderes y demuestran que estiman a su gente y expresan interés en su bienestar, reciben un alto grado de adhesión y cohesión. En lo inverso, las unidades con líderes que se interesan relativamente poco en su gente, reciben una muy baja cohesión en su unidad. Un líder carente de interés fácilmente causa grandes problemas a su unidad.
Ninguno admite no tener sentimientos o interés hacia sus subordinados. Todos los líderes dicen que saben lo importante que es preocuparse de su gente. No tenemos ninguna razón para dudar de su sinceridad, ellos realmente creen que tienen un profundo sentido de preocupación por sus subordinados.
Desafortunadamente, a veces se piensa que las buenas intenciones y profundos sentimientos personales son suficientes y son obvios para los otros integrantes de la unidad, pero muchas veces estas buenas intenciones y preocupaciones no son suficientes ni obvias; gran parte de tiempo las percepciones de los subalternos en la unidad son contrarias a lo que dice y siente el líder.
Confianza
El rango y la posición de un oficial, es conferido desde arriba o por votación popular, pero el liderazgo que pueda ejercer, se confirma desde abajo. Su selección como líder dentro de una unidad es evidencia de que la institución le tiene confianza, pero éste es un voto fácil. En actos de servicio cada orden será sometida a un silencioso voto de confianza, lo mismo es válido en el entrenamiento, pero se demora más en obtener resultados.
El que se debe ganar es el segundo, el más difícil y realmente importante voto de confianza de los subordinados. Un líder por lo general, no quiere ser popular, sólo respetado; pero con mucha frecuencia confunde el respeto con el miedo. Muchas veces parece estar inseguro de su autoridad y temeroso de que no será respetado; por eso, hace todo lo posible por demostrar a los demás quién está a cargo.
Especialmente en emergencias, pero también durante el entrenamiento, se depende totalmente de los subordinados. Un líder puede llegar a un nivel de éxito solamente si está preparado para esforzarse en igual forma y ser parte del mismo equipo que su personal y dirigirlos con el consentimiento de ellos, por que tienen confianza y creen en su líder.
Las comunicaciones siempre son problemáticas en las unidades. Uno escucha lo que quiere oír y nunca puede saber lo suficiente. Pocos son los líderes que saben cómo hablar con su personal. Una forma clara y convincente de determinar el grado de confianza existente entre el líder y los subalternos es por medio de simples preguntas que en algunos casos ponen nerviosos y empiezan a mirar furtivamente hacia los lados, o cuando refunfuñan porque el oficial está interviniendo en "algo en que no le corresponde", entonces, sabrá que todavía no ha logrado establecer suficiente confianza para oír la verdad y como líder aún dista mucho por conseguir el liderazgo; en cambio, cuando los subalternos, vienen a convencerlo de que vaya a visitar su dependencia, su unidad o compañía para ver la última innovación o aún para plantear preguntas más difíciles, se ha logrado una condición de liderazgo. La calidad de las reacciones que recibe el líder, depende completamente del líder.
Rasgos personales del oficial
Valor, Firmeza, Confiabilidad, Paciencia, Entusiasmo, Iniciativa Integridad, Juicio, Justicia, Conocimiento, Lealtad, Tacto y Abnegación son los rasgos que describen generalmente a un líder. Todas estas cualidades son características de personalidades que distinguen y varían en cada individuo. La posesión de estas cualidades puede ayudar a ganar la cooperación, respeto, obediencia y confianza de los subordinados, pero su posición sola no le asegura a una persona ser un líder. El individuo tiene que poseer la motivación y deseo de ser un líder.
Se debe estar consciente de su propia identidad, poseer un conocimiento bien definido y firme de quién es él, qué desea y cómo lograrlo, su motivación es proporcional a la imagen que él percibe de si mismo. Si él se ve como un ser inútil, su motivación será mínima; mientras que si se ve razonablemente airoso y ve que su arduo esfuerzo es recompensado, aumenta su motivación. Debe mantener el control sobre sí mismo y sus reacciones, actuar con la intención de llegar hasta el fondo de cada cosa que planifica, que ejecuta, que controla.
Buscar los fundamentos y la lógica en el análisis de cada situación, tanto técnica como humana. La superficialidad vulnera los principios, la ética y la justicia; conduce a errores y al peligro. La profundidad fomenta y desarrolla la responsabilidad individual y del equipo que conforma, debe ser capaz para actuar en el momento apropiado, con rapidez y en la justa medida. Tener capacidad de emitir juicios y exigir a cada subordinado de acuerdo a su habilidad, lo que involucre capacidad de observación, una inteligencia adecuada y experiencia sobre lo que se juzga. Desarrollar un intelecto apropiado para balancear las emociones intensas ayuda a los juicios críticos. El tomar su conocimiento y experiencias en acción debe desarrollar un intelecto que, hasta en los peores momentos, provea de un rayo de luz que lo conduzca hacia la verdad.
Estar siempre en una actitud activa y analítica ante el accionar de los subordinados, para resaltar lo bueno y corregir errores. Las actitudes pasivas generan desganos y desmotivación, por desorientación.
La autoridad moral que posea un líder es fundamental en su accionar como tal. Un estado físico y psíquico deseable, lo poseerá si cultiva los conceptos mencionados en este artículo.