Este tema me quedó dando vueltas: ¿somos o no profesionales?
Por otro lado, es difícil aportar con algo que todavía no esté escrito (¡tanto lo hemos debatido!, aunque sea indirectamente al tratar actos o situaciones determinadas).
Quizás se despeje algo el tema si evitamos generalizaciones fáciles, como la inicial del tema en que los asados y los amigotes serían la regla para elegir oficiales. O pretender que lo profesional en esta actividad se logra por 4 años de estudios, cuando en ninguna parte del mundo es así (los cursos para bomberos remunerados nuevos suelen ser de unas 500 horas o menos) Incluso alguien anotó que no es bombero por esto, ignorando o soslayando que la Institución abre al que desee aprovecharla una tremenda potencialidad de perfeccionamiento.
En seguida, me parece que la realidad es bastante más varidada que un simple blanco o negro. Desde luego, en no pocas oportunidades, he visto que bomberos profesionales de distintos países, incluso desarrollados, quedan asombrados del nivel profesional de algunos voluntarios, pues se trata de personas con vasta formación técnica (ingenieros, médicos, prevencionistas de riesgos, etc.)
Incluso los llamados por ahí despectivamente "Bomberos de salón" prestan un servicio invaluable, pues no todo en esto en tirar agua o romper un auto y también alguien debe manejar la tesorería o abordar proyectos.
Por otra parte conozco a muchos voluntarios que, aunque hayan asistido a pocos cursos, rezaría tenerlos a mi lado cuando las papas queman, pues realmente saben por dónde meter un pitón, elegir el lugar para estacionar la máquina, si se puede o no subir a tal techo, si dar o no una alarma o de mirar un vehículo saben por dónde y cómo abrirlos para rescatar al paciente.
Pero, por otro lado, es imposible dejar bajo la alfombra que la diferencia individual en capacidad puede ser abismante y que realmente lo único que se puede pedir a algunos es que se queden a no más de dos metros de la máquina y mirando dónde pisan.
Lo que sí concuerdo con quienes así lo anotaron es que los protocolos o procedimentos estándar son imprescindibles (y creo que en eso estamos en falta, incluso en cuerpos grandes) y que también hay que ponerse firmes en que los que quieran acudir a los actos del servicio tengan una formación mínima (los "cursos básicos") y que debe permanentemente ofrecerse "reciclaje" y cursos de profundización en al menos los temas típicos. Si a eso añadimos la necesidad de que para postular a ser elegido o reelegido-nada de cargos eternos- Comandantes y Capitanes (Tenientes tengo más dudas) deban, necesariamente, tener aprobados cursos de mando para ello (¿conocen alguien que los imparta?), quizás nos aproximemos a poder verdaderamente definirnos como "profesionales".
Por otro lado, es difícil aportar con algo que todavía no esté escrito (¡tanto lo hemos debatido!, aunque sea indirectamente al tratar actos o situaciones determinadas).
Quizás se despeje algo el tema si evitamos generalizaciones fáciles, como la inicial del tema en que los asados y los amigotes serían la regla para elegir oficiales. O pretender que lo profesional en esta actividad se logra por 4 años de estudios, cuando en ninguna parte del mundo es así (los cursos para bomberos remunerados nuevos suelen ser de unas 500 horas o menos) Incluso alguien anotó que no es bombero por esto, ignorando o soslayando que la Institución abre al que desee aprovecharla una tremenda potencialidad de perfeccionamiento.
En seguida, me parece que la realidad es bastante más varidada que un simple blanco o negro. Desde luego, en no pocas oportunidades, he visto que bomberos profesionales de distintos países, incluso desarrollados, quedan asombrados del nivel profesional de algunos voluntarios, pues se trata de personas con vasta formación técnica (ingenieros, médicos, prevencionistas de riesgos, etc.)
Incluso los llamados por ahí despectivamente "Bomberos de salón" prestan un servicio invaluable, pues no todo en esto en tirar agua o romper un auto y también alguien debe manejar la tesorería o abordar proyectos.
Por otra parte conozco a muchos voluntarios que, aunque hayan asistido a pocos cursos, rezaría tenerlos a mi lado cuando las papas queman, pues realmente saben por dónde meter un pitón, elegir el lugar para estacionar la máquina, si se puede o no subir a tal techo, si dar o no una alarma o de mirar un vehículo saben por dónde y cómo abrirlos para rescatar al paciente.
Pero, por otro lado, es imposible dejar bajo la alfombra que la diferencia individual en capacidad puede ser abismante y que realmente lo único que se puede pedir a algunos es que se queden a no más de dos metros de la máquina y mirando dónde pisan.
Lo que sí concuerdo con quienes así lo anotaron es que los protocolos o procedimentos estándar son imprescindibles (y creo que en eso estamos en falta, incluso en cuerpos grandes) y que también hay que ponerse firmes en que los que quieran acudir a los actos del servicio tengan una formación mínima (los "cursos básicos") y que debe permanentemente ofrecerse "reciclaje" y cursos de profundización en al menos los temas típicos. Si a eso añadimos la necesidad de que para postular a ser elegido o reelegido-nada de cargos eternos- Comandantes y Capitanes (Tenientes tengo más dudas) deban, necesariamente, tener aprobados cursos de mando para ello (¿conocen alguien que los imparta?), quizás nos aproximemos a poder verdaderamente definirnos como "profesionales".