Bomberos grita ¡Auxilio!
Déficit de equipamiento y personal de Bomberos en Culiacán, ante el crecimiento de la ciudad
Con 13 años y medio en el cuerpo de bomberos, Eleazar López Olivas realiza sus labores cotidianamente. Él es uno de 31 elementos de planta con que cuenta el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Culiacán.
Originario del ejido el Quincito y avecindado en la colonia los Huizaches desde los ocho años, Eleazar, ya con 33 años, interpreta el ser bombero como su pasión, la profesión que le dio una vida, viviendo el sueño que relata el cantautor Alberto Cortez en su canción “yo quiero ser bombero”.
“Has de cuenta que aquí vivo, aquí estoy. Llego desde las nueve de la mañana hasta las 7:30 de la noche, se supone que salgo a comer pero prefiero estar aquí y prácticamente aquí me la vivo”.
Sin embargo, el sueño que Eleazar vive no puede ser repetido por muchos jóvenes sinaloenses. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y de Bomberos Amigos IAP, Sinaloa cuenta con 2 millones 767 mil 761 habitantes, incluyendo sindicaturas y rancherías, de los cuales son apenas 377 bomberos.
Con el nombramiento de jefe de estación, Eleazar percibe poco menos de 8 mil pesos mensuales y con jornadas extenuantes de trabajo justifica su falta de fortuna con el servicio comunitario.
“Realmente somos pocos porque igual no hay mucho dinero aquí, es poco y con ese es con el que mantienen la estación, abastecen el diesel y todos los gastos que hay aquí, es mucho gasto el que se lleva a cabo aquí pero eso no nos importa, igual tenemos que sacar el trabajo lo mejor que podamos porque no sabemos quién lo puede solicitar”.
Los bomberos brindan en promedio un total de mil 97 servicios mensuales en las diferentes emergencias que la sociedad solicita a lo largo del estado, la mayoría en Culiacán, municipio que cuenta con 928 mil habitantes.
La capital del estado suma apenas tres estaciones de bomberos en el cono urbano y una más en la sindicatura de Costa Rica, la cual fue inaugurada en 2010, y desde 1994, con el crecimiento del municipio, las estaciones se mantienen en el mismo número, con un presupuesto anual de 8 millones de pesos.
Las aportaciones provienen de los usuarios del servicio de agua, a través de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (Japac) y de 100 mil pesos mensuales por parte del Ayuntamiento, monto que tiene un rezago de 2 millones de pesos.
Por ello, desde 2015 Bomberos Amigos IAP realizó una petición de reforma de Ley para de alguna manera profesionalizar la ocupación y establecer una plataforma presupuestal básica que les permita acceder a recursos públicos y financiar la tarea de este cuerpo de auxilio.
La referencia que utiliza Bomberos Amigos IAP es que por cada 100 mil habitantes debe haber una estación de bomberos, y Culiacán arrastra un déficit del 200 por ciento, además en el estado existen municipios que no cuentan con un cuerpo de bomberos, como Concordia, Badiraguato, San Ignacio y Choix, ubicados en la zona serrana.
La IAP realiza un comparativo entre Culiacán y Mexicali, capital de Baja California que cuenta con 936 mil 826 habitantes y tiene 23 estaciones de bomberos con 250 elementos de paga, más 20 administrativos, con un presupuesto por 124 millones de pesos anuales. En contraparte, Culiacán cuenta con el 1.2 por ciento anual de ese presupuesto por parte del Ayuntamiento.
Al respecto, el comandante de Bomberos, Adán Shinagawa Araujo, opinó que el desfase que se tiene en el municipio no solamente está relacionado con el déficit de equipamiento e instalaciones, sino humano, al contar con una planta muy baja de elementos por cada ciudadano en el municipio.
“Es tanto el desfase de lo que tenemos en cuanto al crecimiento que ahora necesitamos recursos todavía mucho más adicionales y por eso esto de la iniciativa. La iniciativa vendría a establecer las bases para el crecimiento, porque la verdad te voy a decir, los montos que se hablan en cuanto al equipamiento de bomberos son en dólares, entonces el costo ahorita están muy difíciles por la paridad que tenemos (peso-dólar)”, explica.
Un equipo de protección personal tiene un precio que oscila los 60 mil pesos y ese mismo monto se duplica por los equipos de respiración autónoma, por lo que cada bombero deberá traer un equipo de protección respiratoria certificado, para un total de entre 9 y 11 mil dólares.
En contraparte, los equipos con los que se cuentan están obsoletos, ya que prácticamente el 100 por ciento de ellos son donados por instituciones benéficas de Estados Unidos y Canadá, y normalmente los códigos o las normas para operar o para trabajar en un servicio de bomberos dicen que los equipos de protección personal no deben de tener más de 10 años.
“Nuestro equipo casi un 100 por ciento tiene esas características porque no es adquirido, es donado por instituciones benéficas o por instituciones de bomberos de Estados Unidos. El pero aquí es qué es y de qué manera están incumpliendo con las normas de operación, todos ellos (los equipos) tienen más de 15 años”, explica Shinagawa Araujo.
Junto a este déficit de equipamiento e instalaciones, el comandante de los Bomberos explica que en la actualidad Culiacán cuenta con apenas 148 voluntarios en total, es decir, una estación de bomberos para cada 310 mil habitantes.
“La crisis está de este tamaño: la ciudad tiene casi un millón de habitantes, la cual está cubierta por 25 bomberos, por solamente tres estaciones, las cuales de una u otra manera genera un número muy crudo y muy real de que el 70 por ciento de la ciudad está desprotegido. ¿En qué sentido? No que no tiene un servicio de bomberos, sino que no lo tiene en el tiempo que marca las normas que no debe de ser más de cinco minutos. A los cinco minutos tú debes de tener ayuda, después de ese tiempo va a ser muy difícil que podamos sacar a una persona o salvar a alguien”, explica.
De acuerdo con las normas de Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA por sus siglas en inglés) debe haber un bombero por cada mil 500 habitantes.
Por otra parte, las labores del cuerpo de Bomberos no son únicamente de apagar incendios, sino de atender emergencias ciudadanas como choques, inundaciones, emergencias naturales y cualquier eventualidad a la que la ciudadanía esté expuesta.
“Al estar fuera de esa norma pues genera riesgo a nuestros bomberos, y esas condiciones afectan a la sociedad, porque si no tenemos ni personal y un equipo de protección, pues va a ser muy difícil que podamos hacer nuestro trabajo”, explica Adán Shinagawa.
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(PRIMERA PARTE)