Segundinos Ilustres:
Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas y el Cirujano 1º Francisco Cornelio Guzmán Rocha, Héroes de Mar y Tierra.
Recién 24 horas después de terminado el Combate Naval de Iquique, se recibió una incompleta información del destino de la corbeta “Esmeralda” y su heroica tripulación.
La noticia fue traída por la “Covadonga” y entregada por su comandante don Carlos Condell de la Haza, quien el 22 de mayo entró al puerto de Tocopilla con su nave impulsada sólo por sus velas, gravemente dañada y haciendo agua. El comandante Condell informó que en la “Esmeralda” se había prendido fuego a su santabárbara antes que rendirse.
Ese era el pensamiento de la tripulación, siendo aquella; la noticia oficial que recibieron vía telégrafo las autoridades chilenas encabezadas por el Presidente de la época don Aníbal Pinto Garmendía…Conocida la noticia por medio de la prensa de la época, “El Mercurio”, “El Independiente”, “Los Tiempos” y “El Ferrocarril”, las campanas de las iglesias fueron echadas al vuelo y la población en todo el país salió a las calles a testimoniar su apoyo a los soldados que luchaban en el norte.
En Santiago se reúnen doce mil personas junto al monumento del Libertador Bernardo O’Higgins. De la Municipalidad es trasladada la bandera con que el General José San Martín había proclamado la Independencia de Chile, la que fue escoltada por Bomberos Armados de Santiago y llevada al lugar de de la reunión.
Uno de los principales oradores fue don Benjamín Vicuña Mackenna (3ª Cía. Claro y Abasolo), quien llamó a las armas, hecho que significó largas columnas frente a los cuarteles para solicitar su incorporación a las filas del ejército y la marina.
El Combate Naval de Iquique, una vez conocido en todo el mundo; gana la admiración de los marinos de todas las latitudes por la valentía demostrada en combate por los 192 tripulantes de la “Vieja Mancarrona”.
Se había perdido a la “Esmeralda”, pero Chile había logrado la unidad nacional hasta lograr la victoria definitiva.
El Combate Naval de Iquique, sin duda alguna es la página más brillante de la historia naval de Chile, y tiene un especial significado para los bomberos de Chile y particularmente para la Segunda Compañía de Bomberos “Esmeralda” de Santiago, pues en aquella epopeya heroica participaron dos de los suyos; El Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas y el Cirujano 1º Dr. Francisco Cornelio Guzmán Rocha.
En efecto, la Segunda Compañía llamada en esos años “Bomba Sur”, recibió en sus filas en 1871, a un estudiante de Derecho de 19 años llamado Ernesto Riquelme Venegas. Este joven voluntario había nacido en Santiago el 14 de abril de 1852.
Sus padres fueron don José Riquelme, el primer taquígrafo que hubo en Chile y la señora Bruna Venegas, distinguida educadora chilena. Riquelme hizo sus estudios de humanidades en el Instituto Nacional y se graduó de Bachiller en 1870.
En esa época mostraba gran interés por la música, arte de su predilección. Igual cosa ocurría con la literatura y la poesía, colaborando con el periódico “El Alba” del Instituto Nacional, donde los alumnos publicaban artículos literarios. El joven Ernesto era un muchacho muy inclinado también a las cosas del mar, se cuenta que en 1862 viajó con su madre a Valparaíso para visitar a una amiga. En casa de ésta vio una réplica de la “Esmeralda”, quedó tan fascinado con ella que tuvieron que regalársela.
Al ingresar a la 2ª Cía. su número de Registro en la Compañía fue el 444. Ya incorporado a la actividad bomberil en pleno, los oficiales de la 2ª Cía. ven entre sus innumerables cualidades como bombero, su inmensa vocación de servicio y compromiso con la noble causa bomberil, siendo ejemplo para sus compañeros por la pasión y responsabilidad con que toma su cargo de voluntario.
No obstante poseer inclinaciones marineras, siguió la carrera de Derecho y mientras estudiaba esta carrera, conoció a un Oficial de Marina que, con grandes sacrificios, por residir en la ciudad de Valparaíso y hallarse la mayor parte del tiempo embarcado, también esperaba titularse de Abogado, naciendo entre ellos una gran amistad. Este marino era el Capitán de Corbeta Arturo Prat Chacón, de trato atrayente y de vasta cultura, lo que habría de influir en el ánimo del joven Ernesto, a quien se le despertó el semidormido amor por el mar.
Por ello en 1874 decidió dejar sus estudios, alejarse de Santiago e ingresar a la Armada, incorporándose el 14 de abril de ese año a la Escuela Naval, que funcionaba a bordo de la corbeta “Esmeralda”. Su Director y Comandante era el Capitán de Fragata Luís Alfredo Lynch Solo de Zaldívar y el 2º Comandante y Subdirector, el Capitán de Corbeta Arturo Prat Chacón. Al alejarse de la “Bomba Sur” el día 28 de abril de 1879, envió su carta renuncia a bomberos, donde muestra su cariño y admiración hacia bomberos y particularmente a su 2ª Cía. señalando:
“Señor Secretario de la 2ª Cía. de Bomberos.
Santiago, abril 17 de 1874.
Mui señor mio
Debiendo ausentarme por un tiempo indefinido de esta capital, i no pudiendo por consiguiente seguir desempeñando en la Compañía el honroso puesto de Voluntario, me veo en la dolorosa necesidad de presentar mi renuncia. Al poner esta resolución en conocimiento de Ud., i en el de la Junta de Oficiales, le ruego, señor Secretario, se sirva manifestarles el sincero pesar con que me separo de los que han sido mis jefes, mis amigos i compañeros.
Muchos cuentan la Compañía en su seno que la han servido i la sirven como a mí no me fui dado imitarlos, pero muy pocos tendrá que al abandonarla, sientan más profundamente que yo separarme de ella.
Mis deseos y mis ilusiones eran envejecer en sus filas, pero uno propone i su destino dispone.
El mío, no ha querido que pudiera yo realizar esos deseos. Mas, por muy lejos que me halle de aquí i por más tiempo que haya pasado, siempre mantendré vivo el recuerdo de todos los que he visto junto a mí en el puesto de trabajo; siempre también estaré orgulloso de haber sido Voluntario de la 2ª Compañía de Bomberos.
Por último, no queriendo romper del todo los lazos que le ligan a la Compañía, deseando que de algún modo que se acuerden una vez siquiera de mí los que tienen todavía la fortuna de ser sus voluntarios, le ruego, señor Secretario, tenga a bien proponerme como “Socio Contribuyente”, a lo cual quedará verdaderamente reconocido su affmo. Amigo y S.S. (fdo.)
Ernesto Riquelme. P.D. Adjunto remito mi casco.
El 18 de noviembre de 1876, nombrado Guardiamarina, se embarca en el blindado “Cochrane”, que al mando del Capitán de Navío Enrique Simpson Baeza partió a Europa, a terminar trabajos pendientes en los astilleros de Hull, en Inglaterra. Era, por ende, el primer viaje de instrucción del joven Guardiamarina. En Londres, entre otros hizo un curso de torpedos, perfeccionó sus conocimientos del idioma inglés. Asimismo adquirió conocimientos musicales.
En 1878, de vuelta en Chile, se retiró del servicio y se estableció en Santiago, donde su espíritu de abnegación lo llevó a intentar reingresar nuevamente a su querida “Bomba Sur”; sin embargo sus deseos se vieron interrumpidos abruptamente el 5 de abril de 1879 al estallar la Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia. Ante dicha situación, Ernesto Riquelme se reincorporó de inmediato a la Armada y fue destinado a la corbeta “Esmeralda”.
Allí volvió a encontrarse con su antiguo amigo, el Capitán Prat, ahora Comandante de la corbeta, pues Prat había llegado al buque el día 16 de mayo de 1879, fecha en que la Escuadra chilena zarpó a El Callao y dejó a la corbeta “Esmeralda” y goleta “Virgen de Covadonga” en el bloqueo de Iquique, hasta la víspera del célebre y heroico combate.
Durante el glorioso epílogo del Combate Naval de Iquique se destaca la actuación sobresaliente del Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas como oficial de la “Esmeralda”.
“…Y al final, cuando la proa comenzó a hundirse herida de muerte y su proa se sumergía rápidamente por los raudales de agua que le entraban, se vio una figura diminuta, aferrarse herida al último cañón de babor, y dispararlo hacia el “Huascar”, al mismo tiempo que el corneta de órdenes volvía a tocar zafarrancho de combate, malamente, porque los jóvenes cornetas titulares habían sido muertos en cubierta… Eran ellos, el Guardiamarina Ernesto Riquelme y el Cabo Crispín Reyes, que se hundían con la querida “Capitana”, defendiendo su honor hasta el último aliento. Con ellos, dos banderas desgarradas, pero no rendidas, se hundían en la gloria…”
Este joven Guardiamarina personifica en la Historia Naval de Chile al héroe soñado de la juventud chilena: sentimental, músico, bombero, altruista, estudiante de Derecho y poeta; que fue capaz de mostrarse como un marino heroico al sellar con la última descarga de su cañón, la decisión del Comandante Prat, su amigo, su jefe, de no arriar jamás la bandera nacional ante el enemigo, aún cuando se combatiera en inferioridad de condiciones.
Conocida la noticia en Santiago, la 2ª Cía. “Bomba Sur” se reúne en Sesión de Compañía el 29 de mayo de 1879 y acuerda cambiar su nombre por “Bomba Esmeralda” en perpetuo homenaje a la gloriosa corbeta que duerme el sueño eterno en la rada de Iquique y a cuyo bordo luchó y entregó si vida heroicamente uno de sus hijos predilectos; Ernesto Riquelme Venegas. Junto con el acuerdo de cambiar nombre a la Compañía, acuerdan colocar su retrato en el Salón de Sesiones, el que por siempre se ha conservado tras su testera, presidiendo sus reuniones y actos oficiales.
“Acta de la Sesión de Compañía del día 29 de mayo de 1879.-En ausencia del señor Director, preside la Sesión de Compañía el señor Capitán don Manuel Subercaseaux. Se abrió la Sesión a las 7,00 PM. Con asistencia de treinta (30) voluntarios. Reforma del Artículo 1º del Reglamento.
Leída y aprobada el acta de la Sesión anterior, se dio cuenta de un proyecto de acuerdo firmado por 18 miembros de la Compañía que reforma el Reglamento, sustituyendo la designación de “Bomba Sur” por la de “Bomba Esmeralda”. El Capitán sostuvo el proyecto i formuló las siguientes indicaciones: Retrato de E. Riquelme.
Para que se coloque en el Salón de Sesiones el retrato de nuestro antiguo compañero Ernesto Riquelme muerto gloriosamente a bordo de la “Esmeralda” en el memorable Combate Naval de Iquique, retrato que será costeado por suscripción entre los voluntarios corriendo de cuenta de la Compañía el déficit que pueda resultar, i para que se le nombre Miembro Honorario. Puesto en discusión el proyecto de acuerdo, preguntó el señor Ramírez H. si la Compañía tenía facultad para hacer este cambio a lo que contestó el Capitán dando lectura al artículo 66 del Reglamento que autoriza a la Compañía para reformarlo. El señor Rodríguez O. advirtió que tampoco estaba el proyecto en oposición con lo que dispone el Reglamento General, i el señor Ovalle Tulio explicó el origen del nombre de “Bomba Sur”, agregando que cuando le fue dado no se consultó al Directorio.
Sometido a votación fue aprobado por unanimidad de votos. Enseguida el señor Ovalle Tulio hizo ver que la reforma debía efectuarse cuanto antes por razones fáciles de comprender, i pidió que, declarándose la urgencia i en conformidad a un acuerdo vigente, se le eximirá del plazo, en cuanto ese acuerdo lo permite. Pasando inmediatamente al Directorio. Esta indicación fue aprobada por unanimidad.
Comisión. El mismo señor Ovalle hizo indicación a fin que se facultara al Capitán a fin de llevar a efecto el primer acuerdo autorizando la inversión de fondos necesarios. El señor Subercaseaux amplió la indicación agregando al señor Tesorero, i el señor Ramírez H. al señor Rodríguez todo lo cual fue aprobado. E. Riquelme Miembro Honorario fueronlo igualmente por todos los votos i sin debate, la indicación del Capitán que declara a Ernesto Riquelme Miembro Honorario de la Cía. i la del señor Vicente Prieto que pide para su nombre el primer lugar de la lista.
También fue aprobada en la misma forma una indicación del Capitán para dirigir por Secretaría una nota de pésame a la señora Bruna V. de Riquelme, la que será entregada por una comisión compuesta del señor Rodríguez O., Ovalle Tulio i el Capitán. Autorización.
El señor Rodríguez O. pide autorización para invertir en gastos ocasionados por la Compañía Armada, parte de los fondos erogados por miembros de la misma. Fue aprobado por unanimidad. El señor Capitán consulta a la Compañía si debe elegirse un reemplazante a un voluntario que, siendo miembro de la Junta Admisora, ha pedido licencia por seis meses. Después de un corto debate se acordó que no debía elegirse. Se levantó la Sesión.
Manuel Subercaseaux
Capitán
Como respuesta al acuerdo tomado por los bomberos de la 2ª Cía. de Santiago, la señora Bruna Venegas, madre de nuestro héroe, dio respuesta a la nota con que la “Segunda” le informó del acuerdo tomado:
“Santiago, Junio 6 de 1879…Señor: Al contestar la nota que Directo, oficiales y voluntarios, siento no tener palabras a la altura de mi dolor y de mi gratitud para expresar a la Segunda Compañía de Bomberos de Santiago, mi profundo reconocimiento y el de todos los míos… Ninguna de las manifestaciones que he tenido la honra de recibir, ha sido más grata a mi corazón que la de sus antiguos compañeros a cuyo lado aprendió mi hijo las máximas del honor y del deber, porque las Compañías de Bomberos son escuelas de abnegación e hidalguía.”… “Jamás he olvidado que la primera distinción que mi hijo alcanzara en su corta vida fue ser Bombero de la Segunda Compañía…”.
A bordo de la Esmeralda en el Combate de Iquique estuvo también el Cirujano 1º don Francisco Cornelio Guzmán Rocha, auxiliando a los heridos en el fragor del combate. Él fue uno de los 46 sobrevivientes rescatado por la tripulación del Monitor “Huascar” desde el mar. Ingresó a la Segunda Compañía “Esmeralda” en 1890.
Debido a sus grandes méritos alcanzó a desempeñar el cargo de Director de Compañía, falleciendo en Niza, el viernes de de julio de 1928.
Su hijo Guillermo Guzmán Aguirre, desempeñó varios períodos el cargo de Capitán de la Segunda Compañía, falleciendo muy joven en 1929. Honor y Gloria para estos dos héroes de mar y tierra el Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas y el Cirujano 1º Francisco Cornelio Guzmán Rocha. Valparaíso 1851 (hrm/cca.)
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