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Domingo 6 de Noviembre de 2011
Llega a Chile el Gran Maestre de la Orden de Malta, frey Matthew Festing:
La milenaria historia de la orden de caballeros que hoy se dedica a atender enfermos en todo el orbe
Cruzadas, antiguos hospitales, santos e invasiones se conjugan en los mil años de la Orden de Malta, una institución católica que posee rango de Estado y que tiene como tarea primordial la atención de enfermos en los cinco continentes. Su máxima autoridad, el británico frey Matthew Festing, arriba hoy a Chile. Se reunirá con Sebastián Piñera y recorrerá las obras de la Orden en el país.
Elena Irarrázabal Un legendario hospital fundado en 1048 en Jerusalén -para ocuparse de los peregrinos y comerciantes que llegaban a Tierra Santa y para atender a la población cristiana, judía y musulmana local- es el punto de partida de la milenaria historia -abarca nada menos que 960 años- de la Orden de Malta, una institución desconocida para la mayoría de los chilenos pero que ahora cobra relevancia por la venida a Chile de su principal autoridad, frey Matthew Festing.
El título completo de la organización -Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta- habla de los agitados avatares por los que ha pasado a través de los siglos. Tras la conquista de Jerusalén por los cruzados, los voluntarios se organizan como la Orden de San Juan de Jerusalén (1099), que obtiene la venia papal. Al carácter hospitalario se le suma la defensa militar de los enfermos y peregrinos. En esos años, la orden adopta la cruz octogonal blanca que perdura hasta hoy como su símbolo en todas sus misiones.
Las convulsiones bélicas obligan a la orden a mudar su centro de operaciones desde Jerusalén a San Juan de Acre, luego a Chipre y más tarde a Rodas. En 1530, los caballeros toman posesión de isla de Malta, cedida por Carlos V y que ocupan hasta la invasión de Napoleón en 1798. A partir de 1835 se establecen en Roma, donde reside el Gran Maestre.
La segunda mitad del siglo XX presencia un florecimiento de la institución y de sus actividades humanitarias, que se expanden por el mundo. La Orden de Malta tiene 13.500 miembros en todo el mundo, los que incluyen mujeres, religiosos y laicos. También 80.000 voluntarios permanentes entrenados y más de 20.000 personas que integran el personal médico.
En Chile, la Asociación Chilena de la Orden y su cuerpo Auxilio Maltés -dirigido por Alexandra de Hasburgo- se han focalizado, entre otras tareas, en la atención de pacientes de escasos recursos con graves insuficiencias respiratorias, desde niños pequeños (que son extremadamente sensibles a cualquiera infección) hasta adultos con enfisema pulmonar. Para ellos se han equipado y reacondicionado las unidades respiratorias de cinco hospitales públicos en Santiago. Además, a través de Chile, se desarrollan programas de atención médica y social en lugares como Chépica, Tubul, Loncoche, Liquiñe y Graneros.
Varias de estas obras serán visitadas esta semana por frey Matthew Festing, un afable inglés que dirige la orden hace tres años (es el 79 Gran Maestre en su historia y sucedió a otro británico), quien realizará una visita oficial a Chile. Festing estudió historia en el Trinity College de Cambridge, y durante la mayor parte de su vida profesional trabajó como experto en obras de arte. "Me convertí en miembro de la Orden de Malta en 1977 y tomé los votos religiosos solemnes en 1991. Fui elegido Gran Prior de Inglaterra en 1993 y Gran Maestre en 2008", explica desde Perú, donde dirigió un encuentro de todas las asociaciones americanas de la Orden, que buscaba identificar proyectos prioritarios en el continente y organizar las labores.
-El trecho desde 1048 a 2011 es considerable. ¿Qué aspectos han cambiado y cuáles se han mantenido en esta Orden que se define como "militar y hospitalaria"?
-Cuando los cruzados llegaron a Jerusalén en 1099, los Hospitalarios ya administraban el Hospital de San Juan Bautista, que había sido creado para ocuparse de los peregrinos y comerciantes que llegaban a Tierra Santa y para atender a la comunidad local. No es sorprendente, por lo tanto, que a través de los siglos, los miembros de la Orden se hayan preocupado principalmente de atender a los enfermos. A lo largo de 900 años, hemos centrado nuestros esfuerzos en ayudar a los enfermos, los pobres y los marginados de la sociedad
El aspecto militar, a pesar de haber sido una necesidad histórica en ciertos períodos, nunca ha sido la principal vocación o piedra angular de la vida de la Orden. Ha habido, naturalmente, muchos cambios dentro de la Orden, porque la historia avanza y las circunstancias van cambiando, pero el carisma original, su misión, ha sido siempre la misma.
-Ustedes utilizan el concepto de "caballeros", un término que para muchos remite a la Edad Media.
-La Orden de Malta es la única orden religiosa-hospitalaria creada en la Edad Media que aún sigue activa hoy en día. Es también la única que es tanto una orden religiosa como una orden de caballería. La naturaleza caballeresca de la orden está representada en el espíritu de servicio y sacrificio de sus caballeros y damas. Ya no se pelean batallas con espadas, pero sí con las armas pacíficas que tenemos para luchar contra la enfermedad, la pobreza, la marginación y la intolerancia. Cualquier organización que desee sobrevivir debe cambiar, pero sin perder de vista sus valores tradicionales. Esto no significa seguir ciegamente lo que se ha hecho en el pasado, sino adaptar ese precioso legado al presente.
-¿Qué actividades humanitarias realizan?
-Nuestros prioratos y asociaciones están a cargo de administrar y financiar actividades humanitarias en 120 países. También trabajamos con socios locales. Nos ocupamos de los ancianos, los discapacitados, los refugiados, los pobres, los niños, los jóvenes adictos, las víctimas de guerra o de catástrofes. Malteser International es un cuerpo de socorro que se ocupa de desastres naturales, epidemias y conflictos armados. Actualmente está a cargo de cien proyectos en África, Asia y América. Interviene en calamidades como el terremoto de Haití, las inundaciones en Pakistán o la hambruna en Kenia. Tras el terremoto que sufrió Chile en 2010, la asociación chilena, con el apoyo de Malteser, inició programas para rehabilitar la infraestructura social y crear nuevas fuentes de ingresos para los habitantes de varias localidades afectadas. Entre ellas, Chépica (se reconstruyeron las tiendas y talleres de pequeños comerciantes) y Tubul, donde se entregó ayuda y equipos para pescadores artesanales que perdieron sus embarcaciones.
-Entiendo que la espiritualidad tiene un rol central en esta Orden.
-Desde sus orígenes, en el siglo XI, hasta la época actual, el trabajo de la Orden con los enfermos y más necesitados ha estado siempre apuntalado por la fe católica, en la que los miembros encuentran su inspiración y su fuerza. La Orden de Malta no es sólo una organización de socorro sino que es, fundamentalmente, una orden religiosa laica católica, que permanece fiel a sus 900 años de historia, de servicio y devoción a Dios.
-La Orden ha tenido una serie de santos y beatos a través de la historia. ¿Hay alguno cuya figura lo inspire?
-Entre los santos y beatos de la Orden, le tengo particular devoción a uno de mis antepasados, el beato Adrian Fortescue. Padre de siete hijos y caballero de la Orden de Malta, fue martirizado durante el reinado de Enrique VIII por negar la supremacía del rey y mantenerse fiel a la Iglesia Católica.
-¿Por qué funcionan como un Estado independiente?
-La Orden de San Juan de Jerusalén ha sido un Estado soberano por casi 650 años. En este momento es sujeto de derecho internacional y es reconocido como tal por la mayoría de los países. El estatus internacional es indispensable para garantizar la continuidad de nuestros proyectos, para proteger a la Orden de influencias o restricciones externas y para permitirle realizar la mediación humanitaria basada en su prestigio milenario. Esto también significa que podemos hablar directamente con los gobiernos a través de nuestra red diplomática. Después de desastres naturales como tsunamis o huracanes, o en caso de guerra civil, es una gran ventaja tener contacto directo con ellos.
La Orden posee su propio gobierno, y un poder judicial independiente. Tiene relaciones diplomáticas bilaterales con 104 países -y, por consiguiente, tiene sus propios pasaportes diplomáticos-, cuenta con misiones oficiales y estatus de observador permanente en las Naciones Unidas y sus agencias especializadas, en la Unión Europea y en numerosas organizaciones internacionales. Lo que nos permite dedicarnos sin reservas a aliviar el sufrimiento humano, manteniendo los principios de humanidad, neutralidad e imparcialidad que caracterizan a la Orden.
-¿Cuál es su relación con el Vaticano?
-Tenemos una relación muy cercana con el Vaticano, mantenemos un embajador ante la Santa Sede y el Papa nombra para nosotros un Cardenal Protector. También desarrollamos una relación muy estrecha con la Iglesia en lo que se refiere a nuestro trabajo. En los países en los que trabajamos, estamos en estrecho contacto, con las nunciaturas y con las entidades humanitarias católicas. El Papa Benedicto XVI fue miembro de la Orden de Malta mucho antes de convertirse en pontífice, una razón más para nuestra fuerte unión.