Editorial Diario Llanquihue
A propósito del Pitancero, esta fue la editorial del 30 de junio del Diario El Llanquihue de Puerto Montt:
Mentes enfermas
Resulta incomprensible la presencia de mentes enfermas que burlan el trabajo de los voluntarios, a través de ociosas llamadas telefónicas.
Se podrían escribir varios libros sobre los sacrificios que han realizado y realizan los bomberos de la Región de Los Lagos y el país para servir a la comunidad. Se podría también agotar la lista de adjetivos para realzar la labor que cumplen los voluntarios, labor que llega hasta la entrega de la vida.
Lamentablemente, se podría también relatar en numerosos volúmenes, con incontables adjetivos, los problemas que afrontan los voluntarios para cumplir con su tarea de servicio, problemas de expresión de ingratitud y de indiferencia de parte de la autoridad y de muchos sectores ciudadanos.
El problema que afecta en estos días al Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, que ha denunciado la acción de desadaptados que llaman a la Central de Alarmas para entregar antecedentes con falsas emergencias, es expresión de una realidad que afecta a todas las instituciones bomberiles del país.
Resulta incomprensible la presencia de mentes enfermas que burlan el trabajo de los voluntarios. Quizás el más claro ejemplo de lo grave de esta realidad, fue la denuncia realizada por la Comandancia del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, en el marco de los festejos por un nuevo aniversario de la institución, contra un sujeto que en sólo cuatro días llamó 313 veces a los operadores de la central telefónica, únicamente para insultarlos, ofrecerles droga, gritarles o simplemente colgar. Esta situación "fuera de control", según el comandante Martín Ercoreca, hizo que Bomberos decidiera querellarse contra el autor de las llamadas por el daño que su conducta provoca a las víctimas de accidentes de tránsito, incendios y demás emergencias que requieren la asistencia de Bomberos, y que no pueden ser informadas porque las líneas están ocupadas.
Esta práctica, además de consumir el valioso tiempo de los bomberos, también acarrea otro tipo de dificultades, como también de orden económico.
Justo cuando se celebra el Día Nacional del Bombero, volvemos a insistir sobre la gravedad de esta conducta ociosa y enferma, que más que un chiste de mal gusto es un delito que atenta contra la seguridad de todas las personas y que, por lo tanto, es deber también de la comunidad en su conjunto entregar antecedentes para que estas mentes enfermas puedan recibir los rigores de la justicia.
Los bomberos son voluntarios capaces de arriesgar sus propias vidas en favor de los vecinos; por lo tanto, resulta incomprensible que existan personas que menosprecien la noble labor del espíritu bomberil.