Santiago:En “Jorge VI” lo atienden como rey

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27 Oct 2006
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En “Jorge VI” lo atienden como rey
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n medio de numerosas armerías y tiendas especializadas de camping y pesca, cerca de la transitada calle San Diego y con una vista privilegiada del Palacio de la Moneda, se encuentra instalado hace 29 años el minimarket y botillería “Jorge VI”, que ciertamente llama la atención por su pomposo y aristocrático nombre a los cientos de personas que diariamente caminan por el Paseo Bulnes.

Gustavo Miranda Gamboa, uno de los socios tras este negocio, relata que “en 1978 un gran amigo mío que era dueño del local, Jorge Franklin, me pidió que lo administrara. Él tenía problemas para llevarlo porque no era su única ocupación. Ahora, pasaba que el minimarket no tenía nombre. ¿Qué hicimos? Como él se llama Jorge, vivía en una calle llamada Jorge VI y además somos de la Sexta Compañía de Bomberos, fue bautizado precisamente como Jorge VI”.

Pese a que el negocio comenzó a ser bien administrado y a levantar cabeza, de todas formas la esposa de Franklin quiso que lo vendiera. Entonces se lo ofrecieron a Miranda. Vislumbrando una buena oportunidad comercial, Miranda se asoció con su amigo Aníbal del Campo. Juntos cogieron las riendas de un negocio que en poco tiempo se transformaría en uno de los más surtidos del Paseo Bulnes. “Esta sociedad fue a contar del 1 mayo de ese año. Ahí partimos y no hemos dejado de abrir un solo día. Primero era un local pequeño, luego arrendamos el negocio contiguo y ampliamos a lo que se ve actualmente”.

-Cuando toman el negocio, ¿qué cambios introducen para elevar las ventas?

-Al comienzo mejoramos mucho nuestro stock, incluyendo mercaderías de importación, que en un inicio no dieron mayor resultado pero que luego repuntaron y la gente nos reconoció por la calidad de los productos. Otra cosa que tomamos en cuenta fue que siempre hay que tener la mercadería que el cliente necesita. Si comienza a pedirla reiteradamente, hay que traerla.

Pega compartida
La sociedad con su amigo ha sido buena y lo grafica el método de trabajo que han llevado durante todos estos años. Según detalla Miranda, “no se justifica que estemos los dos metidos en el local, lo que hacemos es que cada uno trabaja ocho días y descansamos seis. Vamos turnando la administración”.

Este emprendedor comenta que, con el paso del tiempo el barrio ha ido cambiando, “pasó de ser residencial a oficinas y esto nos ha hecho ir variando las cosas que se venden. Por ejemplo antes salía mucho el pollo asado y ahora el horno lo tenemos guardado. Lo bueno es que están construyendo bastante en el sector, así que en algún momento va a llegar más gente por acá”.

Fuente: Lun.com