En cada cuartel de Bomberos se guardan anécdotas y experiencias que pasan a la historia ya sea por las emergencias vividas, el compañerismo existente, los incendios, el grupo de amigos, en fin, una serie de actividades vividas que marcan a los voluntarios y les imprime un sello único.
Un caso como este es el del voluntario Honorario de la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Talca, “Bomba Talca”, Adolfo Concha Guerra, quien en sus 65 años de vida institucional es recordado por su gran entrega, espíritu deportivo y sobre todo por salvar la vida de tres compañeros cuando se dirigían a una emergencia.
Corría el 17 de mayo de 1943 cuando en el cuartel de la Primera Compañía de Talca, un joven ciclista ingresó a sus filas. Era Adolfo Concha, una persona llena de ilusiones, energía y lo más importante, una gran pasión por todo lo que rodea al mundo de los bomberos.
Proveniente de una familia de bomberos primerinos, Adolfo Guerra desde niño fue cultivando la idea de pertenecer a la Compañía de Bomberos que vio crecer a sus primos Ricardo y Julián Burgos, quienes junto a Gilberto y Rafael Concha invitaron al “Tío Adolfo”, (como le dicen) a incorporarse a la casa bomberil que hasta el día de hoy ha sido testigo de cada uno de los logros de este hombre de 86 años.
Sus cualidades deportivas lo han llevado a dedicar gran parte de su tiempo al ciclismo, actividad en la que destacó a nivel nacional cuando en la década de los cincuenta consiguió el tercer lugar en el campeonato de ciclismo en carretera.
Además, su actividad laboral también estuvo enrolada al mundo pedalero, ya que gran parte de su vida la ha dedicado a mantener un taller de bicicletas ubicado en el sector oriente de la ciudad de Talca.
Así este hombre con 65 años de servicio se fue destacando en cada uno de los proyectos en que ha estado involucrado.
Nacido en 1924, cuando ingreso a los bomberos de inmediato se creó un espacio dentro de los primerinos, sobresaliendo entre sus pares y siendo un ejemplo para sus compañeros, tanto en lo bomberil como humano, lo que lo llevó a ser oficial de su compañía, sirviendo los cargos de Maquinista, Teniente Segundo, Teniente Primero y Consejero de Disciplina del Cuerpo de Bomberos de Talca.
En su juventud, Concha siempre se caracterizó por su entusiasmo, pasión por lo que hacía y sus condiciones deportistas, cualidades que lo hacía un bombero destacado en cada una de las tareas que le encomendaban sus oficiales.
Un fiel reflejo de esto fue cuando ocurrió un incendio en la iglesia de Los Salesianos, ubicada en la calle 2 Sur con 5 Oriente, frente al Cuartel General del Cuerpo de Bomberos de Talca.
En momentos en que las llamas y el humo sucumbían con el templo, como buen pitonero y fiel creyente, este hombre se impuso la misión de salvar la imagen de la Virgen María que se encontraba en la torre a más de quince metros de altura.
Frente a los embates del fuego que amenazaban cada vez más en convertir en cenizas dicha figura, Concha nunca soltó el pitón y logró proteger una de las imágenes más veneradas dentro de su vida.
Sin embargo, no todo ha sido alegrías para el “Tío Adolfo”, ya que el 7 de enero de 1954, con 10 años, siete meses y 21 días de servicio sufrió uno de los peores accidentes bomberiles que incluso le costó la vida a su compañero y amigo, el mártir Alberto Contreras Marcou.
En plena noche, la central de Bomberos de Talca recibió un llamado de incendio desde el campamento Endesa, sector precordillerano al oriente de Talca.
El Comandante de la época, Salustio Sánchez, inmediatamente conformó una dotación de voluntarios primerinos que partió al siniestro en el carro bomba de la Cuarta Compañía de Bomberos, que contó además de la presencia de Concha , Contreras y Sánchez, con los voluntarios Jaime Simón, Julio Cárdenas y Leopoldo Sánchez, quienes actualmente también se encuentran vivos.
En pleno trayecto al acercarse a la cuesta Los Guindos, Concha iba sentado al lado de Alberto Contreras, a quien iba molestando amistosamente con una piola, hasta que se produjo el infortunio.
Al llegar a una curva para tomar un puente, el vehículo de emergencia ronceó sus ruedas traseras chocando por el costado izquierdo, para después caer al río provocando el caos dentro de los voluntarios que vieron como el carrobomba se llenaba de agua en su interior.
Con el vehículo de emergencia de costado, el Comandante Sánchez, Maquinista y Ayudante atrapados en la cabina y con el agua llegando al techo, Concha fue el único que logró liberarse y salir a la superficie del carro, desde donde recobró el aliento y sacó fuerzas desconocidas, que sólo la adrenalina y desesperación por rescatar a sus compañeros hicieron posible que abriera la puerta, meter sus manos y sacar a los voluntarios.
Minutos después, el Comandante Sánchez pasó la lista, pero uno de ellos no respondió. Se trataba de Alberto Contreras, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado al día siguiente por una cuadrilla de campesinos.
De esta manera, Adolfo Concha perdió a uno de sus compañeros de bomba, pero salvó a otros tres, convirtiéndose en un héroe llegando al punto de arriesgar su vida con el fin de rescatar al resto de los voluntarios.
De esta manera, Adolfo Concha perdió a uno de sus compañeros de bomba, pero salvó a otros tres, convirtiéndose en un héroe llegando al punto de arriesgar su vida con el fin de rescatar al resto de los voluntarios.
En palabras del Director de la Primera Compañía de Bomberos de Talca, Guido Torres, Adolfo Concha Guerra, máxima antigüedad de dicha casa bomberil indica que este octogenario voluntario refleja el cariño y respeto de una persona que ha sabido mantener intacto su espíritu impetuoso, apasionado, lleno de vitalidad.
Asimismo, en su querida Bomba Talca lo reconocen como un bombero sin igual, un deportista destacado, un maquinista comprometido, un pitonero imbatible, en fin, un bombero que ha salvado muchas vidas y bienes.
