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Dragon1
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DEsde EMOL y Youtube....claro
Jordi Serón atropelló a ocho espectadores durante el primer "prime". El debate queda abierto ante la escasa cultura deportiva tuerca de los aficionados y la presencia de pilotos amateurs en una cita con profesionales.
Héctor Opazo/Rodrigo Fluxá
Valdivia/Santiago
Jordi Serón tiene fama de piloto rápido, pero descontrolado, siempre corriendo al borde de la desgracia. Su currículo así lo certifica (ver recuadro) y los fanáticos que ven cada fecha al borde de la ruta saben que con él algo puede pasar.
Pero lo de ayer, en la segunda jornada del Rally Mobil de Valdivia, escapa a la simple anécdota.
En el primer prime (7,4 kilómetros entre Cayumapu y Santa Elvira), Serón perdió el control de su Mitsubishi, se fue hacia el exterior de la curva y se llevó consigo a ocho espectadores.
Tras el incidente, el piloto no se bajó del vehículo para constatar las masivas consecuencias de su embestida. Por el contrario, se devolvió a la ruta, continuó en carrera, llegó al check point y recién ahí solicitó una ambulancia para atender a los heridos, antes de proseguir su marcha hacia el inicio del PE 10, el segundo de la jornada.
El helicóptero médico tardó ocho minutos en llegar al lugar del accidente. Los lesionados fueron trasladados al Hospital Base de Valdivia, donde fueron atendidos de urgencia. Dos fueron los casos más delicados: Claudia Sepúlveda, de 11 años, quien sufrió una fractura costal y otra en su pierna, por lo que quedó internada grave pero sin riesgo vital.
El otro espectador con complicaciones severas es Claudio Muñoz (27), quien terminó con una luxofractura en su pelvis y una luxación femoral, por lo que fue intervenido de inmediato en el hospital. En tanto, Daniel Pérez (28) sufrió una contusión en un riñón y, aunque el diagnóstico no era de gravedad, quedó hospitalizado para su evaluación.
Los otros heridos, que fueron dados de alta tras comprobarse policontusiones leves, son el piloto de la N2 Juan Pablo Zwanger (23), Claudio Sepúlveda (36), Apolonides Muñoz (60), Danilo Pinuer (19) y Francisco Muñoz (17).
"Perdió el control del auto y se fue de lado. Tratamos de salir, pero no pudimos. No sabíamos que estábamos en un lugar peligroso. Pasó el auto 00 y les dijo a algunas personas que salieran, pero cuando nosotros llegamos había harta gente y nos unimos, porque se veía bien. Es, en parte, responsabilidad mía por haber estado en un lugar peligroso", reconoció Claudio Sepúlveda, cabo primero de Carabineros, quien estaba de franco acompañando a su hija Claudia, una de las heridas más complicadas.
El productor general de la prueba, Felipe Horta, defendió las garantías otorgadas por la organización: "No hubo desgracias mayores. El sistema de seguridad funcionó bien y pudimos trasladar oportunamente a los heridos. Es el primer accidente que tenemos de estas características en nueve años de rally, y respondimos bien. Jordi es un piloto rápido, pero creo que esto pudo haberle pasado a cualquiera. Yo creo que no se dio cuenta o pensó que no era tan grave. Por eso siguió corriendo".
Serón fue interrogado por la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) de Carabineros. Uno de los temas que debió responder fue el abandono de la escena del incidente.
De todas formas, ya por la noche, Serón fue dejado en libertad por la fiscal Tatiana Esquivel. Hoy se fijará la audiencia para que vaya a declarar. Se asume, en todo caso, que quedará desligado de cualquier responsabilidad dado el carácter de la competencia.
"Estoy tranquilo, son cosas que pasan en este deporte. Pero prefiero no hablar más por ahora", comentó el piloto penquista.
El conflicto de fondo
Al final del día, la pregunta era una sola: ¿quién fue el responsable del accidente? Los espectadores arrollados estaban en una zona de alto peligro, por fuera de una curva. La organización lleva años en una campaña de educación con los asistentes, repartiendo boletines en las ciudades que acogen el campeonato y demarcando los lugares prohibidos. Ayer, de hecho, en el lugar del impacto había cintas rojas.
Sin embargo, los esfuerzos son insuficientes: los espectadores se siguen ubicando en zonas no recomendables y vigilar 200 kilómetros de ruta ha sido impracticable.
DEsde EMOL y Youtube....claro
Jordi Serón atropelló a ocho espectadores durante el primer "prime". El debate queda abierto ante la escasa cultura deportiva tuerca de los aficionados y la presencia de pilotos amateurs en una cita con profesionales.
Héctor Opazo/Rodrigo Fluxá
Valdivia/Santiago
Jordi Serón tiene fama de piloto rápido, pero descontrolado, siempre corriendo al borde de la desgracia. Su currículo así lo certifica (ver recuadro) y los fanáticos que ven cada fecha al borde de la ruta saben que con él algo puede pasar.
Pero lo de ayer, en la segunda jornada del Rally Mobil de Valdivia, escapa a la simple anécdota.
En el primer prime (7,4 kilómetros entre Cayumapu y Santa Elvira), Serón perdió el control de su Mitsubishi, se fue hacia el exterior de la curva y se llevó consigo a ocho espectadores.
Tras el incidente, el piloto no se bajó del vehículo para constatar las masivas consecuencias de su embestida. Por el contrario, se devolvió a la ruta, continuó en carrera, llegó al check point y recién ahí solicitó una ambulancia para atender a los heridos, antes de proseguir su marcha hacia el inicio del PE 10, el segundo de la jornada.
El helicóptero médico tardó ocho minutos en llegar al lugar del accidente. Los lesionados fueron trasladados al Hospital Base de Valdivia, donde fueron atendidos de urgencia. Dos fueron los casos más delicados: Claudia Sepúlveda, de 11 años, quien sufrió una fractura costal y otra en su pierna, por lo que quedó internada grave pero sin riesgo vital.
El otro espectador con complicaciones severas es Claudio Muñoz (27), quien terminó con una luxofractura en su pelvis y una luxación femoral, por lo que fue intervenido de inmediato en el hospital. En tanto, Daniel Pérez (28) sufrió una contusión en un riñón y, aunque el diagnóstico no era de gravedad, quedó hospitalizado para su evaluación.
Los otros heridos, que fueron dados de alta tras comprobarse policontusiones leves, son el piloto de la N2 Juan Pablo Zwanger (23), Claudio Sepúlveda (36), Apolonides Muñoz (60), Danilo Pinuer (19) y Francisco Muñoz (17).
"Perdió el control del auto y se fue de lado. Tratamos de salir, pero no pudimos. No sabíamos que estábamos en un lugar peligroso. Pasó el auto 00 y les dijo a algunas personas que salieran, pero cuando nosotros llegamos había harta gente y nos unimos, porque se veía bien. Es, en parte, responsabilidad mía por haber estado en un lugar peligroso", reconoció Claudio Sepúlveda, cabo primero de Carabineros, quien estaba de franco acompañando a su hija Claudia, una de las heridas más complicadas.
El productor general de la prueba, Felipe Horta, defendió las garantías otorgadas por la organización: "No hubo desgracias mayores. El sistema de seguridad funcionó bien y pudimos trasladar oportunamente a los heridos. Es el primer accidente que tenemos de estas características en nueve años de rally, y respondimos bien. Jordi es un piloto rápido, pero creo que esto pudo haberle pasado a cualquiera. Yo creo que no se dio cuenta o pensó que no era tan grave. Por eso siguió corriendo".
Serón fue interrogado por la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) de Carabineros. Uno de los temas que debió responder fue el abandono de la escena del incidente.
De todas formas, ya por la noche, Serón fue dejado en libertad por la fiscal Tatiana Esquivel. Hoy se fijará la audiencia para que vaya a declarar. Se asume, en todo caso, que quedará desligado de cualquier responsabilidad dado el carácter de la competencia.
"Estoy tranquilo, son cosas que pasan en este deporte. Pero prefiero no hablar más por ahora", comentó el piloto penquista.
El conflicto de fondo
Al final del día, la pregunta era una sola: ¿quién fue el responsable del accidente? Los espectadores arrollados estaban en una zona de alto peligro, por fuera de una curva. La organización lleva años en una campaña de educación con los asistentes, repartiendo boletines en las ciudades que acogen el campeonato y demarcando los lugares prohibidos. Ayer, de hecho, en el lugar del impacto había cintas rojas.
Sin embargo, los esfuerzos son insuficientes: los espectadores se siguen ubicando en zonas no recomendables y vigilar 200 kilómetros de ruta ha sido impracticable.
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