Emotivo adiós a ex alcalde
Sus hijos, doce nietos y dos bisnietos lo despidieron emocionadamente en una misa que contó con una masiva asistencia de representantes de la comunidad, bomberos, rotarios y amigos de la familia.
Un emocionado adiós tributó ayer la comunidad de San José de la Mariquina al ex alcalde Guillermo Mitre Valverde, quien falleció a los 88 años, después de dejar una profunda huella de obras que harán que su recuerdo perdure por largo tiempo.
Será recordado como un "sembrador de buenas acciones", según las expresiones de afecto y cariño que hicieron sus familiares y el sacerdote Héctor Aniñir a nombre de la comunidad. Un bombero insigne, un rotario entregado al bien social, un deportista ejemplar y un hombre de trabajo.
Pero, para sus acongojados familiares, por sobre todo fue un "Tata" que transmitió a sus hijos, nietos y bisnietos el esfuerzo, sacrificio y sabiduría, según el reconocimiento que hicieron todos ante su féretro.
Su esposa, Lidia Rosa Gatica, postrada en cama a sus 80 años no pudo concurrir hasta la iglesia para la misa que duró más de una hora y a la que también llegaron numerosas religiosas que oraron por el eterno descanso del alma del empresario.
Entre quienes concurrieron estaba el diputado Roberto Delmastro (RN) y algunos alcaldes de la zona, quienes expresaron las condolencia al también ex alcalde de Mariquina Rolando Mitre, uno de los hijos del extinto.
VIDA FAMILIAR
Los asistentes a través de un retroproyector pudieron presenciar antes de iniciarse el oficio, una emotiva exposición fotográfica de la vida familiar de Guillermo Mitre junto a los suyos, sus amigos y quienes por largos años trabajaron a su lado.
DIEZ AÑOS COMO ALCALDE
Una década como alcalde de Mariquina fue suficiente para que Guillermo Mitre Valverde calara hondo en el corazón de muchas generaciones que ayer en la misa repletaron la iglesia como un sincero reconocimiento a su entrega por los demás.
Sus restos al término del servicio religioso fueron transportados hasta el cementerio sanjosino sobre un carro de bomba y seguido por una multitud que a paso lento lo acompañó hasta su última morada.
Fuente: El Diario Austral de Valdivia
Sus hijos, doce nietos y dos bisnietos lo despidieron emocionadamente en una misa que contó con una masiva asistencia de representantes de la comunidad, bomberos, rotarios y amigos de la familia.
Un emocionado adiós tributó ayer la comunidad de San José de la Mariquina al ex alcalde Guillermo Mitre Valverde, quien falleció a los 88 años, después de dejar una profunda huella de obras que harán que su recuerdo perdure por largo tiempo.
Será recordado como un "sembrador de buenas acciones", según las expresiones de afecto y cariño que hicieron sus familiares y el sacerdote Héctor Aniñir a nombre de la comunidad. Un bombero insigne, un rotario entregado al bien social, un deportista ejemplar y un hombre de trabajo.
Pero, para sus acongojados familiares, por sobre todo fue un "Tata" que transmitió a sus hijos, nietos y bisnietos el esfuerzo, sacrificio y sabiduría, según el reconocimiento que hicieron todos ante su féretro.
Su esposa, Lidia Rosa Gatica, postrada en cama a sus 80 años no pudo concurrir hasta la iglesia para la misa que duró más de una hora y a la que también llegaron numerosas religiosas que oraron por el eterno descanso del alma del empresario.
Entre quienes concurrieron estaba el diputado Roberto Delmastro (RN) y algunos alcaldes de la zona, quienes expresaron las condolencia al también ex alcalde de Mariquina Rolando Mitre, uno de los hijos del extinto.
VIDA FAMILIAR
Los asistentes a través de un retroproyector pudieron presenciar antes de iniciarse el oficio, una emotiva exposición fotográfica de la vida familiar de Guillermo Mitre junto a los suyos, sus amigos y quienes por largos años trabajaron a su lado.
DIEZ AÑOS COMO ALCALDE
Una década como alcalde de Mariquina fue suficiente para que Guillermo Mitre Valverde calara hondo en el corazón de muchas generaciones que ayer en la misa repletaron la iglesia como un sincero reconocimiento a su entrega por los demás.
Sus restos al término del servicio religioso fueron transportados hasta el cementerio sanjosino sobre un carro de bomba y seguido por una multitud que a paso lento lo acompañó hasta su última morada.
Fuente: El Diario Austral de Valdivia