Valdivia:Bueras recordó al "patriarca"

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27 Oct 2006
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Bueras recordó al "patriarca"
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Socios del club deportivo y su familia siguen trabajando por el club de los amores de este destacado bienhechor del deporte valdiviano.


Los hombres buenos son difíciles de olvidar y en el deporte eso se da con los dirigentes que entregan más de lo pedido por su club. Ese fue el legado de Ricardo Klett, el eterno presidente del deportivo General Bueras y que hace un año dejó este mundo.

El 2 de noviembre de 2006 dejó de existir este dirigente que por más de 60 años fue un verdadero patriarca del club. El viernes pasado la familia Klett Aparicio le realizó una misa en su homenaje y a ella acudieron los socios del club, además de los Bomberos, encabezados por su superintendente Víctor Wersikowsky.

La capilla San José, en la Isla Teja, se hizo pequeña para recordar al dirigente, bombero y padre de familia.

Bárbara Klett, hija del dirigente, confesó que para don Ricardo había dos familias más, aparte de la natural, una de ellas eran los bomberos y la otra su club deportivo. A las tres familias Klett las sintió casi como iguales y se mostró como un benefactor honrado.


CON EL BUERAS

Klett fue el fundador del club General Bueras, institución que fue creada el 25 de marzo de 1946. Él mismo motivó a un grupo de amigos a crear un equipo. En una entrevista del año pasado, Klett mismo recordó que él fue el presidente del Bueras y el resto de la directiva la integraron Armando Guzmán (vicepresidente), Carlos Carrasco (secretario), Ramón Núñez (prosecretario), Luis Núñez (tesorero), Aldo Morales (director) y los directores Modesto Gómez y Carlos Mariño.

Muchos en Valdivia señalaban que el día en que Ricardo Klett ya no esté, el club se moriría, pero ellos siguen en pie y actualmente su presidente es Rómulo Bilbao.

Hace cinco años a Ricardo Klett le diagnosticaron un cáncer al páncreas. Los médicos dijeron que sólo viviría dos meses, pero el hombre aguantó cuatro años más. El dirigente se aferró a la vida como pudo y aunque soportó dolorosas crisis, siempre estuvo al lado del club de sus amores. A veces enfermo en su cama se acordaba de encargarle a alguien que fuera a marcar la cancha del Bueras y a poner las mallas de los arcos para que no multaran a su club.

Hoy día, los dirigentes y su familia siguen sintiendo que tienen una deuda moral con este dirigente que sobrepasó todo lo posible por el amor a su club de barrio.


Fuente: EL Diario Austral de Valdivia