Estimados:
Ya han transcurrido algunos días desde la tragedia de Punta Arenas y Valparaíso.
No puedo dejar de reflexionar sobre las circunstancias de aquel triste hecho donde murieron 10 turistas en el sur y otros tantos en el puerto
No quiero ser melancólico, pero creo que las cosas están mal. Muy mal
El sistema de emergencias completo (bomberos, emergencias medicas, policía- en menor medida-) en nuestro país está fallando, no sólo en el control de la emergencia sino en la prevención.
Este sistema es cómplice de muertes evitables, de destrozos a la propiedad privada innecesaria..... en resumen de espectáculos que no se merece un país de rápido desarrollo como Chile
Los accidentes son inevitables (el error es indivisible de la condición humana) y nuestra existencia se debe a aquello. Lo que no puedo creer es que insistamos en no aprender de nuestras fallas. Las autoridades no toman medidas de fondo, la prensa solo hace eco de acciones judiciales mediáticas que poco contribuyen a cambiar la cultura de la imprevisión de forma eficaz.
Y los llamados a poner el grito en el cielo, es decir los “profesionales de la emergencia” nos dedicamos a lidiar si se llamó o no se llamó a tal o cual empresa. Patético.
Cuanto extraño la publicación de algún sumario destinado a esclarecer la muerte de nuestros mártires (los últimos años se nos han ido muchos en especial en Stgo.) y en virtud de esas conclusión hacer valer responsabilidades y por sobre todo recomendaciones para que esa muerte nunca se vuelva a repetir. Esa es la única forma de honrar a nuestros caídos. Pero parece que las incomodas realidades las barremos debajo de la alfombra.
Con oleos impecables en salones solemnes o sus nombres en las maquinas nuestras conciencias parecen quedar tranquilas.
El sistema esta podrido y me conmueve ver como muchos se alteran cuando les hacen ver realidades del porte de un cementerio (si, a ese lugar donde van a parar las personas fruto de las negligencias del sistema).
Si este fuese un club social hubiese agarrado mis cosas y me hubiese ido hace años. Pero la pasión que genera en mi esta actividad y la importancia social de este servicio me hace sentir que no puedo irme sin intentar al menos cambiar en algo el mal servicio que damos.
Se que hay algunos que saben que el sistema no resiste más, hay muchos más que les encanta la mediocridad y si fuese por ellos la pondrían de lema de su cuerpo. A los primeros, los que por el momento pelean contra molinos de viento, sólo les queda resistir que ya vendrá su hora.
A los otros... disfruten mientras puedan que un día llegaremos a joderlos.....
Saludos cordiales,
Ya han transcurrido algunos días desde la tragedia de Punta Arenas y Valparaíso.
No puedo dejar de reflexionar sobre las circunstancias de aquel triste hecho donde murieron 10 turistas en el sur y otros tantos en el puerto
No quiero ser melancólico, pero creo que las cosas están mal. Muy mal
El sistema de emergencias completo (bomberos, emergencias medicas, policía- en menor medida-) en nuestro país está fallando, no sólo en el control de la emergencia sino en la prevención.
Este sistema es cómplice de muertes evitables, de destrozos a la propiedad privada innecesaria..... en resumen de espectáculos que no se merece un país de rápido desarrollo como Chile
Los accidentes son inevitables (el error es indivisible de la condición humana) y nuestra existencia se debe a aquello. Lo que no puedo creer es que insistamos en no aprender de nuestras fallas. Las autoridades no toman medidas de fondo, la prensa solo hace eco de acciones judiciales mediáticas que poco contribuyen a cambiar la cultura de la imprevisión de forma eficaz.
Y los llamados a poner el grito en el cielo, es decir los “profesionales de la emergencia” nos dedicamos a lidiar si se llamó o no se llamó a tal o cual empresa. Patético.
Cuanto extraño la publicación de algún sumario destinado a esclarecer la muerte de nuestros mártires (los últimos años se nos han ido muchos en especial en Stgo.) y en virtud de esas conclusión hacer valer responsabilidades y por sobre todo recomendaciones para que esa muerte nunca se vuelva a repetir. Esa es la única forma de honrar a nuestros caídos. Pero parece que las incomodas realidades las barremos debajo de la alfombra.
Con oleos impecables en salones solemnes o sus nombres en las maquinas nuestras conciencias parecen quedar tranquilas.
El sistema esta podrido y me conmueve ver como muchos se alteran cuando les hacen ver realidades del porte de un cementerio (si, a ese lugar donde van a parar las personas fruto de las negligencias del sistema).
Si este fuese un club social hubiese agarrado mis cosas y me hubiese ido hace años. Pero la pasión que genera en mi esta actividad y la importancia social de este servicio me hace sentir que no puedo irme sin intentar al menos cambiar en algo el mal servicio que damos.
Se que hay algunos que saben que el sistema no resiste más, hay muchos más que les encanta la mediocridad y si fuese por ellos la pondrían de lema de su cuerpo. A los primeros, los que por el momento pelean contra molinos de viento, sólo les queda resistir que ya vendrá su hora.
A los otros... disfruten mientras puedan que un día llegaremos a joderlos.....
Saludos cordiales,