Un homenaje merecido
Bajo cada traje de agua existe un hombre o una mujer que no dudaría en arriesgar su vida por salvar la de otro. Son héroes anónimos que caminan por nuestras calles.
Editorial Diario Atacama 16 julio 2007
Bomberos debe ser una de las instituciones de voluntariado más importantes del país. Y es que su concepción tiene mucho de altruismo. Desarrollan extenuantes turnos, ayudan en actividad o evento que se les pida y, lo más importante, su razón de ser, cubren las emergencias a cualquier hora y en cualquier lugar sin recibir remuneración ni incentivo monetario alguno.
Ayer la comunidad regional pudo apreciar el material con que cuenta la institución en Copiapó. Hubo reconocimientos y se realizó el bautizo de los nuevos voluntarios. Es la fiesta pública de estos hombres y mujeres para celebrar su aniversario, pero a diario su importante labor va mucho más allá. Salvan vidas y eso no es algo de lo que muchos puedan jactarse. Pese a todo, ellos no se jactan. La humildad y una fraternidad férrea les caracteriza.
Bomberos es una institución firmemente enraizada en la comunidad copiapina. Es, por así decirlo, una de las más democráticas. Un bombero de condición modesta trabaja codo a codo con aquél de clase acomodada. Profesionales, obreros, taxistas, comerciantes y empresarios conforman un grupo cohesionado que busca alcanzar el bien común. No hay diferencias tampoco ideológicas ni religiosas. La política queda a un costado cuando se trata de acudir a una emergencia. Con el traje puesto, todos son iguales.
La comunidad copiapina mantiene un gran respeto por sus bomberos, pese a que a veces no colabore en cuestiones tan sencillas como ceder el paso a los carros cuando necesitan vía libre para apagar un incendio o rescatar un herido en un accidente automovilístico. A veces es un poco floja a la hora de colaborar monetariamente en sus colectas. Más flaco es el favor que hacen algunos al hacer llamados telefónicos por emergencias que no existen o simplemente para insultarlos. Irresponsables son también aquellos que comienzan quemas de pastizales sin control o simplemente por jugar.
Este sector de la comunidad no alcanza a dimensionar que bajo cada traje hay un héroe, un hombre o una mujer que no dudaría en arriesgar su vida para un salvataje, que está convenientemente preparado para estos menesteres y que nunca, nunca pide algo a cambio.
Bajo cada traje de agua existe un hombre o una mujer que no dudaría en arriesgar su vida por salvar la de otro. Son héroes anónimos que caminan por nuestras calles.
Editorial Diario Atacama 16 julio 2007
Bomberos debe ser una de las instituciones de voluntariado más importantes del país. Y es que su concepción tiene mucho de altruismo. Desarrollan extenuantes turnos, ayudan en actividad o evento que se les pida y, lo más importante, su razón de ser, cubren las emergencias a cualquier hora y en cualquier lugar sin recibir remuneración ni incentivo monetario alguno.
Ayer la comunidad regional pudo apreciar el material con que cuenta la institución en Copiapó. Hubo reconocimientos y se realizó el bautizo de los nuevos voluntarios. Es la fiesta pública de estos hombres y mujeres para celebrar su aniversario, pero a diario su importante labor va mucho más allá. Salvan vidas y eso no es algo de lo que muchos puedan jactarse. Pese a todo, ellos no se jactan. La humildad y una fraternidad férrea les caracteriza.
Bomberos es una institución firmemente enraizada en la comunidad copiapina. Es, por así decirlo, una de las más democráticas. Un bombero de condición modesta trabaja codo a codo con aquél de clase acomodada. Profesionales, obreros, taxistas, comerciantes y empresarios conforman un grupo cohesionado que busca alcanzar el bien común. No hay diferencias tampoco ideológicas ni religiosas. La política queda a un costado cuando se trata de acudir a una emergencia. Con el traje puesto, todos son iguales.
La comunidad copiapina mantiene un gran respeto por sus bomberos, pese a que a veces no colabore en cuestiones tan sencillas como ceder el paso a los carros cuando necesitan vía libre para apagar un incendio o rescatar un herido en un accidente automovilístico. A veces es un poco floja a la hora de colaborar monetariamente en sus colectas. Más flaco es el favor que hacen algunos al hacer llamados telefónicos por emergencias que no existen o simplemente para insultarlos. Irresponsables son también aquellos que comienzan quemas de pastizales sin control o simplemente por jugar.
Este sector de la comunidad no alcanza a dimensionar que bajo cada traje hay un héroe, un hombre o una mujer que no dudaría en arriesgar su vida para un salvataje, que está convenientemente preparado para estos menesteres y que nunca, nunca pide algo a cambio.