Otro bombero califa acusado de acoso sexual
DA LA CARA: J.J. no tuvo prejuicios para posar para la foteli frente a la puerta del cuartel donde vivía con su familia. Al pulpo sólo lo suspendieron.
El hombrón advirtió que lo anterior fue el acoso de un bombero a una bombera y no contra una persona externa. ¿Acaso la esposa del cuartelero no merece el mismo respeto por ser mujer, ah?
¿Será por el calor y la escasez de agua, que en el Norte Grande cuesta un ojo de la cara? Lo cierto es que los bomberos nortinos están por batir el récord de Guinness de los califas, acosadores de sus compañeras de trabajo.
A la denuncia ante la justicia hecha a fines de 2006 contra un oficial de la 14° Compañía de Bomberos de Iquique se sumó ahora otra de la esposa del cuartelero de la Bomba N° 1, "Española", quien chupeteó que el voluntario J.C.C., que tiene el grado de capitán, le tiró las manos como orate cuando se encontraba sola en su domicilio junto a sus hijos.
La víctima, J.J., quien vive con su familia en una casa al interior del cuartel, dijo que el manilargo se coló en su palacete y empezó a toquetearla por las partes más sobresalientes de su exuberante anatomía.
Pese a que de una le chantó el carro escala, el voluntario repitió al día siguiente la hazaña cuando ambos estaban arriba de un vehículo.
La ofendida le contó lo ocurrido a su esposo, quien encaró al pulpo. El presunto acosador negó los hechos, pero se echó al agua solito, porque ofreció un billete y hasta conseguirle pega a la afectada para que muriera pollo.
En conocimiento de lo ocurrido, el capitán de la compañía, Fernando Ruiz Moragas, separó al californiano de sus labores bomberiles y, sin dar fe de la denuncia, puso al matrimonio de patitas en la calle.
J.J. entregó entonces los antecedentes a la Fiscalía local, luego que el parrilla de gaucho no quiso siquiera disculparse.
El superintendente de Bomberos de Iquique, Tomás Moreno, dijo que el hecho es "lamentable y no grato para nadie", pero que hay una gran diferencia con el caso denunciando en diciembre.
Fuente: Diario La Cuarta
DA LA CARA: J.J. no tuvo prejuicios para posar para la foteli frente a la puerta del cuartel donde vivía con su familia. Al pulpo sólo lo suspendieron.
El hombrón advirtió que lo anterior fue el acoso de un bombero a una bombera y no contra una persona externa. ¿Acaso la esposa del cuartelero no merece el mismo respeto por ser mujer, ah?
¿Será por el calor y la escasez de agua, que en el Norte Grande cuesta un ojo de la cara? Lo cierto es que los bomberos nortinos están por batir el récord de Guinness de los califas, acosadores de sus compañeras de trabajo.
A la denuncia ante la justicia hecha a fines de 2006 contra un oficial de la 14° Compañía de Bomberos de Iquique se sumó ahora otra de la esposa del cuartelero de la Bomba N° 1, "Española", quien chupeteó que el voluntario J.C.C., que tiene el grado de capitán, le tiró las manos como orate cuando se encontraba sola en su domicilio junto a sus hijos.
La víctima, J.J., quien vive con su familia en una casa al interior del cuartel, dijo que el manilargo se coló en su palacete y empezó a toquetearla por las partes más sobresalientes de su exuberante anatomía.
Pese a que de una le chantó el carro escala, el voluntario repitió al día siguiente la hazaña cuando ambos estaban arriba de un vehículo.
La ofendida le contó lo ocurrido a su esposo, quien encaró al pulpo. El presunto acosador negó los hechos, pero se echó al agua solito, porque ofreció un billete y hasta conseguirle pega a la afectada para que muriera pollo.
En conocimiento de lo ocurrido, el capitán de la compañía, Fernando Ruiz Moragas, separó al californiano de sus labores bomberiles y, sin dar fe de la denuncia, puso al matrimonio de patitas en la calle.
J.J. entregó entonces los antecedentes a la Fiscalía local, luego que el parrilla de gaucho no quiso siquiera disculparse.
El superintendente de Bomberos de Iquique, Tomás Moreno, dijo que el hecho es "lamentable y no grato para nadie", pero que hay una gran diferencia con el caso denunciando en diciembre.
Fuente: Diario La Cuarta