La muerte de tres de los 110 heridos que permanecían hospitalizados aumenta a 121 el balance de fallecidos por el incendio el pasado fin de semana de una discoteca en la localidad rusa de Perm, según informaron fuentes del Ministerio de Emergencias.
El incidente se produjo el pasado viernes por la noche en el club nocturno El Caballo Cojo, situado en el centro de Perm, en los Urales, y que en esos momentos se encontraba abarrotado por la celebración del octavo aniversario del club. Según las primeras investigaciones la explosión de uno de los artefactos pirotécnicos utilizados para esta fiesta habría dado inicio al fuego.
La discoteca estaba diseñada para albergar a unas 50 personas, según indicó el gobernador local, Oleg Chirkunov, pese a ello en el momento del incendio dentro del club había más de 250 personas, en su mayoría jóvenes.
El petardo que inició el incendio alcanzó el techo, decorado con tiras de caña y paja, e inflamó en primer lugar la cubierta de plástico que recubre el cableado.
Las llamas se empezaron a propagar con enorme rapidez por lo que todo el mundo se lanzó desesperadamente hacia la única puerta del inmueble que conduce al exterior. El espeso humo, la ausencia de salidas de emergencia y la avalancha humana que se formó, hicieron el resto.
Según, Vladímir Markin, portavoz del Comité de Instrucción de la Fiscalía General rusa, las muertes y los traumatismos se produjeron por la inhalación del gas tóxico debido a la combustión del plástico y de otros materiales, por los aplastamientos al intentar salir y por las quemaduras.
Entre las nuevas víctimas mortales, que permanecían hospitalizadas, se encuentra el socio mayoritario del club donde se produjo la tragedia, a quien había señalado la Fiscalía como sospechoso por su presunta responsabilidad en los hechos. El pasado lunes la Fiscalía presentó acusaciones formales contra cuatro detenidos que se encuentran en prisión preventiva por su presunta responsabilidad en el incendio. Tres de ellos han sido acusados de violación de las normas de seguridad y prevención de incendios causante por imprudencia de la muerte de dos o más personas, delito que el Código Penal de Rusia sanciona con penas de hasta siete años de prisión.
El incidente se produjo el pasado viernes por la noche en el club nocturno El Caballo Cojo, situado en el centro de Perm, en los Urales, y que en esos momentos se encontraba abarrotado por la celebración del octavo aniversario del club. Según las primeras investigaciones la explosión de uno de los artefactos pirotécnicos utilizados para esta fiesta habría dado inicio al fuego.
La discoteca estaba diseñada para albergar a unas 50 personas, según indicó el gobernador local, Oleg Chirkunov, pese a ello en el momento del incendio dentro del club había más de 250 personas, en su mayoría jóvenes.
El petardo que inició el incendio alcanzó el techo, decorado con tiras de caña y paja, e inflamó en primer lugar la cubierta de plástico que recubre el cableado.
Las llamas se empezaron a propagar con enorme rapidez por lo que todo el mundo se lanzó desesperadamente hacia la única puerta del inmueble que conduce al exterior. El espeso humo, la ausencia de salidas de emergencia y la avalancha humana que se formó, hicieron el resto.
Según, Vladímir Markin, portavoz del Comité de Instrucción de la Fiscalía General rusa, las muertes y los traumatismos se produjeron por la inhalación del gas tóxico debido a la combustión del plástico y de otros materiales, por los aplastamientos al intentar salir y por las quemaduras.
Entre las nuevas víctimas mortales, que permanecían hospitalizadas, se encuentra el socio mayoritario del club donde se produjo la tragedia, a quien había señalado la Fiscalía como sospechoso por su presunta responsabilidad en los hechos. El pasado lunes la Fiscalía presentó acusaciones formales contra cuatro detenidos que se encuentran en prisión preventiva por su presunta responsabilidad en el incendio. Tres de ellos han sido acusados de violación de las normas de seguridad y prevención de incendios causante por imprudencia de la muerte de dos o más personas, delito que el Código Penal de Rusia sanciona con penas de hasta siete años de prisión.