Sobrevivientes de avioneta incluso sufrieron alucinaciones antes de ser rescatados
LA JUNTA.- Habían pasado tres días. El cansancio, el hambre y el frío se hacían sentir de forma cada vez más extrema, al punto de que incluso algunos de los nueve sobrevivientes de la accidentada avioneta Cessna 208, comenzaron a sufrir alucinaciones ante un posible rescate. Un día después, las visiones se transformaron en realidad: los rescatistas estaban ahí.
Una vez terminada la pesadilla, el relato de los sobrevivientes de cómo fueron aquellas horas de condiciones extremas se torna sobrecogedor. "Algunos empezaron a alucinar , veían que venían unos camiones y que los venían a rescatar", dijo a El Mercurio el carabinero, Victor Suazo Eugenín, de 22 años, quien logró mantenerse en buenas condiciones como para ayudar al resto. Se mantuvo en pie al alimentarse con lo más básico que podía encontrar en su entorno: hojas y pasto.
"Yo veía como los otros se nos iban y les dábamos golpes para que reaccionaran, algunos alucinaban", recuerda Suazo, quien también destacó que los que se encontraban en mejores condiciones, se preocupaban de abrigar al resto. Las esperanzas, eso sí, se extinguían con el pasar de las horas.
Piloto se transforma en héroe: "Él nos salvó"
De los diez pasajeros que viajaban en la aeronave, sólo uno de ellos no volvió a ponerse de pie. Nelson Bahamonde, experimentado piloto, logró realizar una última maniobra antes de estrellarse, la que, según los pasajeros, probablemente les salvó la vida.
"Siento alegría y (a la vez) mucha pena por el piloto, él nos salvó. Nosotros tratamos de salvarlo a él y no pudimos", narró Jorge Uribe, a escasos minutos de haber sido rescatado.
El carabinero Suazo también valoró la acción de Bahamonde. "Yo creo que nos salvamos por una maniobra del piloto. Él se fue y nos dejó vivos", expresó.
Mientras los sobrevivientes celebran con alegría el mantenerse con vida, el cuerpo del piloto aún descansa en la gélida noche de Aisén, escoltado por cuatro comandos de la Fach en la altura cordillerana. Mañana sus restos serán trasladados a Puerto Montt, lejos del lugar que al menos nueve personas nunca más olvidarán.
Fuente: Emol.com
LA JUNTA.- Habían pasado tres días. El cansancio, el hambre y el frío se hacían sentir de forma cada vez más extrema, al punto de que incluso algunos de los nueve sobrevivientes de la accidentada avioneta Cessna 208, comenzaron a sufrir alucinaciones ante un posible rescate. Un día después, las visiones se transformaron en realidad: los rescatistas estaban ahí.
Una vez terminada la pesadilla, el relato de los sobrevivientes de cómo fueron aquellas horas de condiciones extremas se torna sobrecogedor. "Algunos empezaron a alucinar , veían que venían unos camiones y que los venían a rescatar", dijo a El Mercurio el carabinero, Victor Suazo Eugenín, de 22 años, quien logró mantenerse en buenas condiciones como para ayudar al resto. Se mantuvo en pie al alimentarse con lo más básico que podía encontrar en su entorno: hojas y pasto.
"Yo veía como los otros se nos iban y les dábamos golpes para que reaccionaran, algunos alucinaban", recuerda Suazo, quien también destacó que los que se encontraban en mejores condiciones, se preocupaban de abrigar al resto. Las esperanzas, eso sí, se extinguían con el pasar de las horas.
Piloto se transforma en héroe: "Él nos salvó"
De los diez pasajeros que viajaban en la aeronave, sólo uno de ellos no volvió a ponerse de pie. Nelson Bahamonde, experimentado piloto, logró realizar una última maniobra antes de estrellarse, la que, según los pasajeros, probablemente les salvó la vida.
"Siento alegría y (a la vez) mucha pena por el piloto, él nos salvó. Nosotros tratamos de salvarlo a él y no pudimos", narró Jorge Uribe, a escasos minutos de haber sido rescatado.
El carabinero Suazo también valoró la acción de Bahamonde. "Yo creo que nos salvamos por una maniobra del piloto. Él se fue y nos dejó vivos", expresó.
Mientras los sobrevivientes celebran con alegría el mantenerse con vida, el cuerpo del piloto aún descansa en la gélida noche de Aisén, escoltado por cuatro comandos de la Fach en la altura cordillerana. Mañana sus restos serán trasladados a Puerto Montt, lejos del lugar que al menos nueve personas nunca más olvidarán.
Fuente: Emol.com