REPORTAJE DE EL MERCURIO
La vida íntima en Pudahuel Sur, la población donde murió el cabo Vera:
Las calles donde vive el miedo
Rodrigo Barría y Gabriel Pardo
8ª COMPAÑÍA DE BOMBEROS: "Se necesitan héroes"
La 8ª Compañía de Bomberos, que se ocupa de resguardar buena parte de Pudahuel sur, apenas está a una cuadra del lugar donde balearon al carabinero Vera.
El cuartel es un lugar sencillo, pero bien cuidado.
La directora es una mujer, y el capitán, Juan Uribe -en una curiosa coincidencia-, es el hermano de la directora.
Uribe trabaja en la Municipalidad de Cerro Navia y cada día, después del laburo, se dirige a su querida compañía.
Ahí lleva 8 años y, como jefe operacional, conoce bien lo que es trabajar en un sector complicado como Pudahuel sur.
Bajo su mando están los 25 voluntarios que se dedican de manera preferente a rescates en accidentes de tránsito en la ruta 68 y a siniestros que se registran en las casas de los intrincados y atemorizantes pasajes de la zona.
Dotados de un carro -que por estos días está siendo reparado-, el capitán se lamenta con amargura del robo que la compañía acaba de sufrir la noche anterior.
"Entraron y cortaron un tubo de cobre que estaba junto a un depósito de gas que tenemos. Se llevaron toda la cañería, pero lo grave es que en el corte pudieron producir una explosión enorme. Pero la desesperación de los adictos es tan grande que no ven el peligro de sus acciones", comenta con cierta resignación Juan Uribe.
No ha sido, en todo caso, el único robo o incidente que ha sufrido el lugar: una vez les robaron en plena tarde todo un pedazo de reja externa y en otra ocasión un auto robado se incrustó en los muros después de protagonizar una loca carrera de huida de la policía.
Para los bomberos de esta población la vida no es sencilla.
Y uno de los problemas más serios es el hecho de lidiar con un número de voluntarios que no ha crecido durante años.
"Es muy difícil decirle a un joven de la población, que toma cerveza en la calle, que usa el pelo largo, que es adicto y que tiene piercings, que cambie esa vida por una más responsable y donde tiene que obedecer órdenes. Es casi imposible", explica el capitán.
A ello se suman las complicaciones operativas en una zona salpicada de narcotraficantes.
Hace poco tuvieron una experiencia que da cuenta de cómo el tráfico es preferible a la seguridad.
Fue en un pasaje, cuando los vecinos vieron que desde una casa salía humo y fuego.
Alertados, Bomberos llegó al lugar, pero no pudieron entrar a la residencia a apagar el incendio.
Aunque la madre pedía que entraran, dos hijos jóvenes se opusieron y alejaron a los voluntarios con dureza del lugar.
"Era evidente que era un lugar de tráfico. No querían que viéramos nada y prefirieron el incendio a nuestra ayuda", relata el mandamás de la compañía.
Eso sí, tras la muerte del carabinero, las cosas han cambiado para la 8ª Compañía.
Algo resignados, ahora pusieron un simple cartel pintado con plumón en la parte externa, donde pusieron "Se necesitan héroes".
Después de años sin postulantes, ahora las cosas han cambiado y ya hay 17 aspirantes que lo único que sueñan es integrarse al cuerpo bomberil.
"Es muy difícil decirle a un joven de la población, que toma cerveza en la calle, que usa el pelo largo, que es adicto y que tiene piercings, que cambie esa vida por una más responsable. Es casi imposible".
Domingo 30 de septiembre de 2007
Realmente se necesitan heroes aqui y en todas las compañias que se encuentran enclavadas en poblaciones conflictivas , un gran saludo para la 8ª , sigan adelante...
La vida íntima en Pudahuel Sur, la población donde murió el cabo Vera:
Las calles donde vive el miedo
Rodrigo Barría y Gabriel Pardo
8ª COMPAÑÍA DE BOMBEROS: "Se necesitan héroes"
La 8ª Compañía de Bomberos, que se ocupa de resguardar buena parte de Pudahuel sur, apenas está a una cuadra del lugar donde balearon al carabinero Vera.
El cuartel es un lugar sencillo, pero bien cuidado.
La directora es una mujer, y el capitán, Juan Uribe -en una curiosa coincidencia-, es el hermano de la directora.
Uribe trabaja en la Municipalidad de Cerro Navia y cada día, después del laburo, se dirige a su querida compañía.
Ahí lleva 8 años y, como jefe operacional, conoce bien lo que es trabajar en un sector complicado como Pudahuel sur.
Bajo su mando están los 25 voluntarios que se dedican de manera preferente a rescates en accidentes de tránsito en la ruta 68 y a siniestros que se registran en las casas de los intrincados y atemorizantes pasajes de la zona.
Dotados de un carro -que por estos días está siendo reparado-, el capitán se lamenta con amargura del robo que la compañía acaba de sufrir la noche anterior.
"Entraron y cortaron un tubo de cobre que estaba junto a un depósito de gas que tenemos. Se llevaron toda la cañería, pero lo grave es que en el corte pudieron producir una explosión enorme. Pero la desesperación de los adictos es tan grande que no ven el peligro de sus acciones", comenta con cierta resignación Juan Uribe.
No ha sido, en todo caso, el único robo o incidente que ha sufrido el lugar: una vez les robaron en plena tarde todo un pedazo de reja externa y en otra ocasión un auto robado se incrustó en los muros después de protagonizar una loca carrera de huida de la policía.
Para los bomberos de esta población la vida no es sencilla.
Y uno de los problemas más serios es el hecho de lidiar con un número de voluntarios que no ha crecido durante años.
"Es muy difícil decirle a un joven de la población, que toma cerveza en la calle, que usa el pelo largo, que es adicto y que tiene piercings, que cambie esa vida por una más responsable y donde tiene que obedecer órdenes. Es casi imposible", explica el capitán.
A ello se suman las complicaciones operativas en una zona salpicada de narcotraficantes.
Hace poco tuvieron una experiencia que da cuenta de cómo el tráfico es preferible a la seguridad.
Fue en un pasaje, cuando los vecinos vieron que desde una casa salía humo y fuego.
Alertados, Bomberos llegó al lugar, pero no pudieron entrar a la residencia a apagar el incendio.
Aunque la madre pedía que entraran, dos hijos jóvenes se opusieron y alejaron a los voluntarios con dureza del lugar.
"Era evidente que era un lugar de tráfico. No querían que viéramos nada y prefirieron el incendio a nuestra ayuda", relata el mandamás de la compañía.
Eso sí, tras la muerte del carabinero, las cosas han cambiado para la 8ª Compañía.
Algo resignados, ahora pusieron un simple cartel pintado con plumón en la parte externa, donde pusieron "Se necesitan héroes".
Después de años sin postulantes, ahora las cosas han cambiado y ya hay 17 aspirantes que lo único que sueñan es integrarse al cuerpo bomberil.
"Es muy difícil decirle a un joven de la población, que toma cerveza en la calle, que usa el pelo largo, que es adicto y que tiene piercings, que cambie esa vida por una más responsable. Es casi imposible".
Domingo 30 de septiembre de 2007
Realmente se necesitan heroes aqui y en todas las compañias que se encuentran enclavadas en poblaciones conflictivas , un gran saludo para la 8ª , sigan adelante...