[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Repartidor de sándwiches murió atrapado en ascensor
[/FONT]uan Carlos Cacata Ramos, de 20 años, volaba para entregar los sándwiches que pedían a “Big Pan”. Un empleado ejemplar, según sus colegas, pero fue esa rapidez la que le jugó una mala pasada.
El joven peruano llegó, pasadas las 19 horas, hasta el edificio de Merced 336 para entregar un pedido. Todo iba bien hasta que salió a buscar el viejo ascensor para salir del tercer piso de la construcción.
Fue entonces cuando Cacata, quien vivía en Chile desde marzo de este año, abrió la puerta corredera e ingresó de improviso, sin percatarse que el elevador aún no llegaba. El joven tropezó y quedó con la mitad del cuerpo atrapada entre la losa y la puerta.
“Son dos puertas. Él abrió una de estas y quedó entre medio, pero el ascensor todavía no subía. No se cayó al hoyo, sino que quedó aprisionado. Entonces el elevador subió lo agarró y lo tiró hacia arriba”, comentó Franciso León, quien recibió la última entrega de sándwich del muchacho.
Liberato Cacata, el padre del repartidor, llegó hasta el edificio a las 21 horas. “No me lo quisieron mostrar, están esperando que lleguen los especialistas”, dijo devastado. A esa altura, los testigos aseguraban que el joven peruano permanecía atrapado, ya que Bomberos no pudo sacarlo.
Don Liberato habló con un tono desolador. “Mi niño había llegado hace poco y era buen trabajador. Quería salir adelante en Chile y sus planes era trabajar y juntar dinero para estudiar. Todavía no creo lo que pasó”, admitió.
Habitantes del edificio escucharon un solo grito y nada más. Personal de Bomberos llegó cuando la situación era crítica. “Estaba en muy malas condiciones y al poco rato se constató la muerte del joven”, precisó el teniente de Bomberos, Claudio Muñoz.
Poca mantención El edificio de Merced 336 tiene más de cincuenta años según sus habitantes, quienes se quejaron por la mantención de los ascensores. “Hay un ascensor en desuso, es que se trata de edificios antiguos donde pasa eso. Debiera haber una preocupación especial por parte de la administración”, comentó Francisco León.
“Años tras había pasado lo mismo. Un amigo se cayó en el ascensor y se salvó”, agregó un vecino que se identificó como Eduardo.
Fuente: Lun.com
[/FONT]uan Carlos Cacata Ramos, de 20 años, volaba para entregar los sándwiches que pedían a “Big Pan”. Un empleado ejemplar, según sus colegas, pero fue esa rapidez la que le jugó una mala pasada.
El joven peruano llegó, pasadas las 19 horas, hasta el edificio de Merced 336 para entregar un pedido. Todo iba bien hasta que salió a buscar el viejo ascensor para salir del tercer piso de la construcción.
Fue entonces cuando Cacata, quien vivía en Chile desde marzo de este año, abrió la puerta corredera e ingresó de improviso, sin percatarse que el elevador aún no llegaba. El joven tropezó y quedó con la mitad del cuerpo atrapada entre la losa y la puerta.
“Son dos puertas. Él abrió una de estas y quedó entre medio, pero el ascensor todavía no subía. No se cayó al hoyo, sino que quedó aprisionado. Entonces el elevador subió lo agarró y lo tiró hacia arriba”, comentó Franciso León, quien recibió la última entrega de sándwich del muchacho.
Liberato Cacata, el padre del repartidor, llegó hasta el edificio a las 21 horas. “No me lo quisieron mostrar, están esperando que lleguen los especialistas”, dijo devastado. A esa altura, los testigos aseguraban que el joven peruano permanecía atrapado, ya que Bomberos no pudo sacarlo.
Don Liberato habló con un tono desolador. “Mi niño había llegado hace poco y era buen trabajador. Quería salir adelante en Chile y sus planes era trabajar y juntar dinero para estudiar. Todavía no creo lo que pasó”, admitió.
Habitantes del edificio escucharon un solo grito y nada más. Personal de Bomberos llegó cuando la situación era crítica. “Estaba en muy malas condiciones y al poco rato se constató la muerte del joven”, precisó el teniente de Bomberos, Claudio Muñoz.
Poca mantención El edificio de Merced 336 tiene más de cincuenta años según sus habitantes, quienes se quejaron por la mantención de los ascensores. “Hay un ascensor en desuso, es que se trata de edificios antiguos donde pasa eso. Debiera haber una preocupación especial por parte de la administración”, comentó Francisco León.
“Años tras había pasado lo mismo. Un amigo se cayó en el ascensor y se salvó”, agregó un vecino que se identificó como Eduardo.
Fuente: Lun.com