San Andrés: el peligro real de una de las fallas más temidas del mundo

Nacho

Comandante de Guardia
Miembro
Miembro Regular
Ya que se va a poner de moda hay que saber de lo que se habla.

San Andrés: el peligro real de una de las fallas más temidas del mundo

Jaime GonzálezBBC Mundo, Los Ángeles, @bbc_gonzalez
  • 28 mayo 2015
Compartir
150508221834_san_andres_624x351_spl.jpg

La falla de San Andrés recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros.
La tierra ruge y los rascacielos del distrito financiero de Los Ángeles se desmoronan, atrapando a miles de personas bajo sus escombros.

Un tsunami de proporciones bíblicas se adentra en la bahía de San Francisco, engullendo a su paso el icónico puente Golden Gate, antes de arrasar la ciudad californiana.

Estos son dos de los terroríficos escenarios que presenta "San Andrés", película protagonizada por Dwayne "la roca" Johnson que llega a los cines de Estados Unidos este viernes.

Su argumento gira en torno a las devastadoras consecuencias de un potente terremoto en la famosa falla que da nombre al filme y que lleva el caos y la destrucción de la costa oeste estadounidense.

Se trata de una premisa pensada para el disfrute de los amantes del cine de catástrofes, aunque cuando se habla de terremotos, la línea que separa realidad de ficción es demasiado delgada.

Tanto es así que tras el sismo ocurrido a fines de abril en Nepal, que causó la muerte de más de 8.000 personas, el estudio Warner Brothers decidió modificar la campaña de promoción de la película, incluyendo información sobre cómo proporcionar ayuda humanitaria a la nación asiática y sobre cómo prepararse para cuando la tierra tiembla.

La sección sur
La falla de San Andrés, que recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros y que delimita la placa norteamericana de la placa del Pacífico, es una de las más estudiadas del planeta, ya que en su práctica totalidad se encuentra sobre la superficie terrestre.

Fue la causante del devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, provocando la muerte de más de 3.000 personas.

Aunque la extrema premisa de "San Andrés" tiene más de ciencia ficción que de escenario real, lo cierto es que el estreno de esta superproducción de Hollywood es un recordatorio de que, tarde o pronto, la falla volverá a quebrarse y los más de 38 millones de personas que viven en sus inmediaciones tienen que estar preparadas.

150508222346_san_andres_624x351_ap.jpg

Un terremoto en la sección sur de la falla de San Andrés tendría un impacto directo en Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.
La que más preocupa a los científicos es la sección sur de la falla, en la que no se ha producido un sismo en cerca de 300 años, pese a que los registros geológicos indican que es la causante de un gran terremoto con una periodicidad de unos 150 años.

Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un temblor de magnitud 7,8 en la escala de Richter en esa sección -que tendría un impacto directo en Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.- cerca de 2.000 personas morirían y habría más de 50.000 heridos. Los daños materiales superarían los US$200.000 millones.

"La información con la que trabajamos los científicos indica que el extremo sur de la falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran terremoto en los próximo 30 años", señala en conversación con BBC Mundo Jennifer Andrews, sismóloga del Instituto de Tecnología de California (Caltech).

Según explica Andrews, "la parte media de la falla se rompió hace unos 160 años y la parte norte en 1906, provocando el terremotos de San Francisco".

"La parte sur de la falla no se ha quebrado en cerca de tres siglos y sabemos que durante este tiempo la tensión se ha ido acumulando".

Un gran impacto
La experta del Caltech señala que "en el pasado los terremotos en California tuvieron un impacto limitado porque la densidad de población de ese territorio era muy baja".

"Hoy en día las cosas serían muy diferentes ya que en zonas como el sur de California viven millones de personas".

150508221914_san_andres_624x351_getty.jpg

Un gran terremoto en el sur de California destruiría servicios básicos como el agua, la electricidad o el transporte.
"El impacto de un gran terremotos sería importante. Destruiría muchos edificios y provocaría la pérdida de servicios básicos como el agua, la electricidad o el transporte".

"En las últimas décadas se ha trabajado para hacer que una ciudad como Los Ángeles sea más segura para enfrentar un gran terremoto, pero hay muchas construcciones que se levantaron antes de los años 70, cuando se introdujeron nuevas regulaciones sísmicas".

130129045620_earthquake_california_304x171_ap.jpg

Los científicos creen que un gran terremoto en la falla de San Andrés ocurrirá en los próximos 30 años.
Andrews señala además que en el sur de California hay más de 300 fallas y existe el temor de que un gran terremoto en la falla San Andrés haga que estas también se quiebren, provocando un daño todavía mayor.

La experta de Caltech cree que películas como "San Andrés" sirven para recordarle a los habitantes de la costa oeste de EE.UU. que se trata de un área de alta actividad sísmica, "por lo que deben prepararse para la inevitabilidad de un terremoto".

Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7 grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los Ángeles, y el de Loma Prieta (6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989.

Este último hizo que en el norte de California se introdujeran nuevas regulaciones, obligando a que se reforzaran estructuras construidas con concreto, muchas de las cuales albergan escuelas y hospitales.

No fue hasta fines del año pasado que la alcaldía de Los Ángeles propuso una normativa similar, que conllevará la inversión de centenares de millones de dólares.

Sistema de alerta
Para los expertos ahora es fundamental que las autoridades se tomen en serio la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de terremotos.

150508222047_san_andres_624x351_getty.jpg

Cada año los californianos participan en un simulacro de terremoto.
El sistema -que hace años ya se instaló con éxito en países como Japón y México y que en California se enfrenta a la falta de inversión pública- consiste en una red de sensores que permitirá detectar el inicio de un temblor hasta con 40 segundos de antelación, lo que ayudará a alertar a las autoridades y a la población.

"Desafortunadamente en este país muchas veces la voluntad de mejorar las cosas sólo llega después de que ocurra un desastre", le dijo a BBC Mundo Peggy Hellweg, responsable de operaciones del Laboratorio Sismológico de Berkeley, en el norte de California.

"Un sistema de alerta temprana sería muy útil. Se podrían detener los trenes para que no descarrilen y el tráfico de automóviles en los puentes. Se podría alertar a los hospitales. También ayudaría a que la gente se pudiera proteger, metiéndose debajo de un escritorio o, si hubiera tiempo suficiente, abandonando los edificios", señala la experta.

Según Hellweg, los sismólogos en California llevan a cabo sus investigaciones con pocos recursos y para que pudieran hacer bien su trabajo "se tendría que invertir mucho más dinero".

"Nuestros sistemas de alerta de terremotos deberían ser mejores. No tenemos sensores en todos los sitios en los que son necesarios. No tenemos una infraestructura robusta".

150508222201_san_andres_624x351_ap.jpg

El devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, causó la muerte de más de 3.000 personas.
Hellweg cree que en California hay partes del sistema de prevención de sismos que están funcionando moderadamente bien y otras que no tanto.

"Los servicios de emergencia -la gente que responde a los desastres naturales como los bomberos o la policía- están relativamente bien preparados".

"Los que no están preparados son los ciudadanos y los negocios privados", señala la experta, quien atribuye este hecho a que hace tiempo que no ocurre un terremoto de importancia en California, "lo que ha vuelto a la gente complaciente".

Con toda seguridad, el estreno de "San Andrés" sera un recordatorio para los californianos de que a veces la realidad supera la ficción y el próximo "Big One" podría estar a la vuelta de la esquina.
 

Nacho

Comandante de Guardia
Miembro
Miembro Regular
LA FALLA DE SAN ANDRES ORIGEN Y UBICACION

Inicio » Geografía del Mundo » La Falla de San Andres Origen y Ubicacion


Importantes ciudades occidentales se alzan sobre una de las fallas geológicas más peligrosas de la Tierra. Los californianos que habitan a lo largo de la falla de San Andrés viven amenazados por la posibilidad de un sismo devastador.

A primera vista, las calles de Taft, en el centro de California, no se diferencian de las de cualquier otra ciudad estadounidense. En las amplías avenidas, flanqueadas por casas y jardines, hay automóviles estacionados y faroles situados a intervalos regulares. Una mirada más atenta revela que los faroles no están alineados, y que hay calles que se retuercen como si sus extremos fueran atraídos en sentidos contrarios.

Estas extrañas distorsiones se deben a que, como muchas urbes de California y una parte de la vía rápida de la bahía de San Francisco, Taft se erige sobre la falla de San Andrés, fractura de la corteza terrestre que atraviesa 1.050 km del territorio continental de EE.UU.

Una faja que se extiende de la costa norte de San Francisco al Golfo de California y que se hunde 16 km en la tierra marca el punto de encuentro de dos de las 12 placas tectónicas en las que se asientan océanos y continentes. Con un grosor promedio de 100 km, estas placas están en constante movimiento, pues flotan en la capa fluida del manto interno de la Tierra, empujándose una a la otra con enorme fuerza al cambiar de posición y deslizarse. Cuando chocan directamente, el impacto produce gigantescas cadenas montañosas, como los Alpes y los Himalaya. Pero las circunstancias que rigen la falla de San Andrés son muy diferentes.

falla_27.jpg


Tierra torturada La línea de la falla de San Andrés es claramente visible en zonas desérticas como el Llano Carrizo, 160 km al norte de Los Ángeles. Ahí, los movimientos terrestres son casi impredecibles, y ríos que por décadas han seguido cierto curso son súbitamente desviados por sismos sucesivos, con desplazamientos de hasta 120 metros.

Allí confluyen los bordes de la placa Norteamericana (sobre la que se asienta buena parte del continente) y los de la placa del Pacífico (que sostiene casi todo el litoral de California), pero se enfrentan como engranajes mal alineados, pues ni topan de frente ni se entrelazan suavemente. Dado que sus cortes se superponen, la energíafriccional que se forma en sus márgenes no tiene manera de escapar, lo que da como resultado un leve temblor o un gran sismo, según la parte de la falla donde se genere esta energía.

En las “zonas de deslizamiento”, donde las placas se cruzan más fácilmente, la energía acumulada se disipa en miles de suaves temblores de efecto menor, sólo detectables por los instrumentos sismográficos más sensibles. En contraste, algunos tramos de la falla parecerían del todo inmóviles, fijos en “zonas trabadas”; las placas están tan estrechamente unidas que nada se agita en dirección alguna durante periodos de hasta cientos de años.

Esta presión desarrolla grandes tensiones geológicas hasta que, finalmente, las dos placas se abren paso en una violenta liberación de energía contenida, bajo la forma habitual de terremotos de por lo menos 7° Richter, como el que devastó San Francisco en 1906.

La escala, llamada así en memoria del geólogo estadounidense Charles Richter (1900-1985), mide la intensidad de los sismos de 1 a 10: los de 2° son los de la graduación más baja percibida por el hombre, y los de 5 en adelante, los potencialmente destructivos.

Aunque no tan arrolladura como la de las zonas trabadas, la actividad de las áreas ubicadas entre éstas y las de . deslizamiento, conocidas como “zonas intermedias”, es también espectacular. En la ciudad de Parkfield, situada en una zona intermedia entre San Francisco y Los Ángeles, pueden registrarse sismos de hasta 6° Richter cada 20 o 30 años; el más reciente tuvo lugar en 1966. Los ciclos sísmicos de ocurrencia regular en un sector determinado son propios de esta región.

FALLA TERRESTRE
falla_28.jpg
La falla de San Andrés es el punto de encuentro de las placas del Pacífico y norteamericana; la primera se desliza hacia el noreste, y la otra hacia el suroeste a un promedio de 13 mm al año.


La fricción entre ellas retrasa temporalmente su movimiento en direcciones opuestas. Se genera así energía de tensión, que deforma la materia subterránea en torno a la falla. En un sismo, esta energía se libera violentamente y as placas se mueven.

Los geólogos calculan que desde el año 200 d.C. se han producido en California 12 grandes sismos, pero fue la devastación de 1906 la que alertó al mundo sobre la falla de San Andrés. Con epicentro en San Francisco, este temblor causó daños en un sector de 640 km de norte a sur. A lo largo de la línea de la falla, el suelo se desplazó hasta 6 m en escasos minutos, cayeron árboles y cercas y cedieron caminos y tuberías (lo que provocó la pérdida de agua causante de que el incendio posterior al sismo se extendiera sin control por la ciudad).

A medida que avanza el conocimiento geológico y se dispone de técnicas más sofisticadas, los aparatos de medición registran con mayor exactitud los movimientos y presiones hidráulicas bajo la superficie terrestre. Los científicos creen que antes de un gran terremoto la actividad sísmica aumenta ligeramente durante varios años, de modo que es posible prever futuras catástrofes y contar con horas y aun días de advertencia. Asimismo, actualmente los arquitectos e ingenieros de estructuras consideran la posibilidad de temblores en sus proyectos, y diseñan puentes y edificios capaces de resistir hasta cierto punto los movimientos de la superficie de la Tierra. Por eso, gran parte de los daños materiales del sismo de San Francisco de 1989 los sufrieron las estructuras antiguas, no los rascacielos modernos.

Este sismo, que costó 63 vidas, sobre todo por el derrumbe de una sección del Bay Bridge, puente de dos niveles que pende sobre la bahía, no fue el “gran terremoto” que se piensa habrá de sacudir a California en algún momento de los próximos 50 años.

Se estima que un temblor de 7° Richter en la región de Los Ángeles causaría daños de miles de millones de dólares y la muerte de entre 17.000 y 20.000 personas, mientras que 11,5 millones más se verían afectadas por emanaciones e incendios. Y, como la energía friccional que se produce a lo largo de la falla es acumulativa, cada año que pasa sin que el sismo ocurra incrementa su probable magnitud.

falla_29.jpg


Puntos de presión Las grietas y cuarteaduras de las calles son las señales más obvias de que una zona se encuentra sobre la falla. En la región de las montañas de San Gabriel, al norte de Los Ángeles, las calles se resienten por la compresión de las colinas producto de las presiones generadas en la falla. Así, el costado poniente de las montañas se desintegra, depositando unas 71 de desechos al año. Este material se desliza cada vez más cerca de Los Ángeles, como para recordar que, al menos en esta parte de California, “la civilización sobrevive por consentimiento geológico”.
 

Nacho

Comandante de Guardia
Miembro
Miembro Regular
TERREMOTO DE SAN FRANCISCO EN 1906 GRANDES TERREMOTOS DE LA HISTORIA

Inicio » Geografía del Mundo » Terremoto de San Francisco en 1906 Grandes Terremotos de la Historia


HISTORIA DE LOS DESASTRES OCURRIDOS EN 1906 POR EL TERREMOTO

El terrible estruendo de un terremoto destrozó el silencio de la mañana del 18 de abril a las 5:15 AM. El terremoto duró sólo un minuto, pero causó el peor desastre natural en la historia de la nación. Un análisis de las estimaciones modernas registró 8.25 en la escala de Richter, en comparación, con otro terremoto que también azotó a San Francisco el 17 de octubre 1989 y registró 6.7.

La mayor destrucción se produjo a partir de los incendios que el sismo provocó. Esto asoló la ciudad durante tres días y alcanzó las a destruir 490 cuadras de la ciudad, con un total de 25.000 edificios, hizo que más de 250.000 personas queden sin hogar y mató entre 50o y 700. Los daños superaron las estimaciones 350 millones de dólares.

Algunos testigos oculares describieron sus experiencias:”…era como si la tierra se deslizaba suavemente por debajo de nuestros pies, luego vino el vaivén repugnante de la tierra que nos tiró de cara obre el suelo. No podíamos ponernos de pie, parecía que mi cabeza se dividiera, con un gran estruendo que se estrelló en mis oídos. Los edificios grandes se derrumbaban como uno podría aplastar una galleta en la mano. Delante de mí un gran cornisa aplastó a un hombre como si fuera un gusano.” (P. Barrett).

“Cuando se incendió el Hotel
arrow-10x10.png
Windsor en la Quinta y en la calle Mercado había tres hombres en el techo, era imposible bajar. En vez de ver a los hombres enloquecidos con la caída de la azotea y ser asados vivos, unl militar dirigió su hombres para disparar, lo que hicieron en la presencia de 5.000 personas. ” (Fast Max).

“Lo más terrible que vi fue la lucha inútil de un policía y otros para rescatar a un hombre que quedó atrapado en los restos en llamas. El hombre indefenso que observaba en silencio hasta que el fuego comenzó a quemar sus pies. Entonces él gritó y suplicó que lo mate. El policía tomó su nombre y dirección y le dispararon en la cabeza. ” (Adolphus Busch).

Un sobreviviente del terremoto de San Francisco lo comparó con un dogo y a la ciudad como «una rata con los dientes rechinando». El temblor empezó a las 5.16 del 18 de abril de 1906 y terminó 47 segundos después. La mayor parte de los edificios todavía se mantenía en pie en aquel momento.

La destrucción de la ciudad: Empresario Jerome B. Clark vivía en Berkeley cerca de la bahía de San Francisco. Él experimentó una menor sacudida en su casa en la mañana temprano, pero esto no le impidió hacer su viaje regular a la ciudad. Él describe lo que vio cuando desembarcó del ferry:

“En todas las direcciones había fuego, el Ferry Building hervía, y mientras estaba allí, un edificio de cinco pisos, a media cuadra de distancia cayó con estrépito, y el fuego arrasó toda la calle y alcanzó un edificio de reciente construcción nueva a prueba de fuego. En las calles había lugares hundidos, de tres o cuatro pies, en otros lugares grandes montículos de cuatro o cinco metros de altura, habían aparecido de golpe.

Las pistas de tranvía fueron dobladas y retorcidas. Los cables eléctricos estaban cortados y desparramados en todas las direcciones. Las calles de todas las partes estaban llenas de ladrillos y mortero, edificios totalmente destruidos, los frentes se desmoronaban por completo. Los vagones con caballos enganchados , y sus conductores tendidos en las calles, todos muertos, golpeados por la caída de ladrillos.

En su mayoría los vagones era de los distribuidores de productos , que hacen la mayor parte de su trabajo a esa hora de la mañana. Naves industriales y grandes casas de venta al por mayor de todo tipo ya sea hacia abajo, algunos edificios desplazados dos o tres pies fuera de la línea , pero todavía en pie, con las paredes todas agrietadas.”

terrem13.gif


terrem14.gif


En una zona donde ocurrían unos!5 temblores menores al año, la madera era el material de construcción más utilizado por su flexibilidad. Sin embargo, el nuevo ayuntamiento, construido de piedra y tejas, se derrumbó como un castillo de naipes gigante. Los hoteles que estaban en promontorios resbalaron por las
laderas. La cúpula del hotel California destrozó por completo el tejado del cuartel de bomberos. Allí dormía el jefe de bomberos de San Francisco, que fue aplastado por los escombros.


“El fuego envolvía a todos los edificios sin distinción, los viejos y los mejores y lo mejor de los edificios de oficinas y negocios estaban ardiendo. Se bombea el agua de la bahía, pero era demasiado lejos por lo que los esfuerzos eran inútiles. La red de agua se había roto por el terremoto. La única salida era la dinamita, y vi a algunos de los edificios más finos y bellos de la ciudad, los nuevos palacios modernos, volar en pedazos. Primero volaron edificios de uno o dos a la vez. Al comprobar que no sirve para nada, se llevaron a media cuadra, que era inútil, y luego tomaron un bloque;. Pero a pesar de todos ellos el fuego seguía extendiendo ”

Luego vino el fuego: Por toda la ciudad empezaron los incendios provocados, por calentadores que se habían dejado encendidos, chimeneas, cocinas , chispas eléctricas o la ignición del gas que escapaba de tuberías rotas. Un ama de casa encendió un fósforo en lo que había sido su cocina y ocasionó una explosión que incendió cientos de casas que quedaron destruidas hasta los cimientos.

Meses antes, el jefe de bomberos, Danny Sullivan, había advertido a los funcionarios de la ciudad que su servicio podría resultar insuficiente para enfrentar una conflagración seria, y sus palabras sonaban aterradoramente serias. Para combatir 52 incendios sólo había 38 carros de bomberos tirados por caballos.

Enormes grietas en las calles habían fracturado todas las tuberías del agua. Excepto en los pozos artesianos aquí y allá, o proveniente del mar en incendios cerca de la costa, no había una sola gota de agua para apagar el fuego.

Atizados y llevados por una fuerte brisa, los incendios empezaron a aglutinarse en un único infierno, y un damnificado describió la vista que contempló desde una de las muchas colinas de la ciudad: “Mirando hacia abajo vi la enorme ola de fuego que rugía en la hondonada, quemando tan rápido que tenía el efecto de un inmenso horno; corría con estruendo hacia kilómetros de viviendas deshabitadas tan carentes de vida, que parecían esperar conscientemente su inmolación”. Vio también techos y cumbres de colinas destacándose desoladamente contra el resplandor de las llamas y “chispas saliendo con fuerza como el rocío de mares que estallaban”.

Para el mediodía de aquel primer día, el fuego estaba totalmente fuera de control. Tropas federales llamadas por la única línea telegráfica que permanecía intacta se hallaban en el camino, así como unidades de la Guardia Nacional y 600 socorristas de la Universidad de California en Berkeley, al lado este de la bahía.

En el lugar, en medio del infierno, sólo dos cosas podían intentarse: salvar el mayor número de vidas posible y abrir una brecha en el camino de las llamas. Durante aquella tarde y resplandeciente noche roja, Chinatown entera fue reducida a cenizas al igual que elPalace Hotel, las casas (excepto una) en Nob Hill, y las viviendas, chozas, cobertizos y cabañas en el resto de de la ciudad, en tanto que la Marina conducía a miles de damnificados en transbordadores a través de la bahía hacia Oakland en la costa oriental, y los voluntarios luchaban desesperadamente para mantener los puntos de embarque libres del fuego. Para muchos no hubo posibilidad de rescate; murieron quemados, atrapados bajo los escombros de sus casas. Ochenta personas perecieron de esta forma en un hotel. Al acercarse las llamas, un hombre atrapado persuadió a un policía para que lo matara de un disparo.

Fallaron los intentos por crear barreras contra incendios dinamitando los edificios. Las cargas explosivas fueron colocadas por hombres inexpertos, y en su mayoría resultaron excesivas, pues hicieron que los edificios estallaran en lugar de derrumbarse lo que originó nuevos incendios.

terrem48.jpg


Cuando se iniciaron los incendios, pasando desde los conductos de gas rotos a través de los cables eléctricos, la madera se convirtió en el principal enemigo. Los bomberos corrían de incendio en incendio, encontrando todas las cañerías de agua rotas. Las llamas se extendieron sin impedimento alguno, en unas 1.360 hectáreas, y ardieron durante tres días. Al final, más de 28.000 edificios quedaron destruidos. La mitad de los 450.000 habitantes de San Francisco perdió sus hogares; unos 670 fueron dados por muertos y otros 350 por desaparecidos.

Después del terremoto y de los fuegos, más de 500 manzanas de la ciudad de San Francisco estaban en ruinas. Más de la mitad de la población de la ciudad quedó sin hogar. La gente vivía en tiendas de campaña y otros albergues, y cocinaban al aire libre. Con todo, a pesar de la devastación, no tardó mucho para que la gente comenzara a recoger los escombros.

El terremoto ocurrió cuando hubo un movimiento precipitado a lo largo de la falla de San Andreas. Esta gran falla de transformación (choque-deslice) está en California. Es el límite entre dos de las placas tectónicas de la Tierra.

Después del terremoto, un ingeniero llamado Herman Schussler, exploró la falla de San Andreas que corta a través de la montaña de la cordillera de la costa. En 1908, testificó ante una corte de Distrito Norteamericana de San Francisco acerca de lo que vió.

“La característica más notable fue que las montañas del este se acercaron cuatro pies y medio a las montañas del oeste” explicó Schussler ante la corte. Piensen en eso. En sólo uno minuto, las montañas enteras se habían movido unos pies.

“Si San Francisco hubiera estado en o cerca de la falla no habría quedado nada de ella”, continuó Schussler.