[IMGA]http://www.elrancaguino.cl/news/wp-content/uploads/2011/08/61-300x198.jpg[/IMGA]Un voraz incendio afectó a la discoteque “Medieval” en la madrugada del sábado. Seis compañías del cuerpo de Bomberos de Rancagua con cerca de 80 voluntarios debieron concurrir hasta el lugar del siniestro, el que además afectó a dependencias de Instituto Santo Tomás, ubicado en la parte posterior del sitio, y de la Universidad de Aconcagua vecina del local nocturno.
El incendio se desató a eso de las 3:30 de la mañana en Germán Riesco 70, en primera instancia fueron despachadas al lugar la primera, segunda y cuarta compañías pero el fuego ya estaba desbocado cuando los voluntarios llegaron al lugar. Ante ese panorama el teniente primero de la cuarta compañía ordena la alarma general, otras tres compañías salen de sus cuarteles, la tercera, quinta y sexta llegan en apoyo. La séptima compañía permaneció alerta en su cuartel de la población Guillermo Medina ante la eventualidad de que otra emergencia pudiese afectar a la capital regional.
Fue cerca de una hora y media de intenso trabajo bomberil, protegiendo especialmente a las propiedades aledañas. Según declaró Carlos Droguett, comandante del Cuerpo de Bomberos de Rancagua, en el lugar existía una gran “carga”, es decir material inflamable. El local nocturno resultó casi por completo destruido, mientras que el Instituto Santo Tomás sufrió la rotura de vidrios, el derretimiento de equipos de aire acondicionado y se vio afectado por el intenso humo y calor emanado desde el incendio. Mientras que la sede de la Universidad de Aconcagua fue afectada por el humo y por el agua utilizada para proteger el edificio del peligroso avance de las llamas.
UNA TRAMPA MORTAL
La discoteque funcionaba en el patio de una antigua casa del centro de la Capital Regional, una carpa cubría una estructura hecha –según descripción del superintendente Marcelo Muñoz a “medio morir saltando”. La gran cantidad de telas prestó combustible al gran incendio.
Otra situación que llamó la atención de los “caballeros del fuego” fue la gran presencia de artefactos eléctricos, aunque la causa del siniestro aún es materia de la investigación, una de las hipótesis que se maneja es precisamente la sobrecarga eléctrica.
El local nocturno, pese a tener una gran concurrencia de público, nunca había sido inspeccionado por personal voluntario. La citada presencia de telas que ocultaba la estructura, sumado al desconocimiento del lugar complicaron de sobremanera el accionar de los bomberos, a tal punto que cuatro voluntarios resultaron con lesiones de gravedad por la caída de una techumbre que aparentemente era solida. “Bomberos se ve complicado por este ocultamiento de la estructura, esos cielos falsos que no permiten saber que se está quemando. Si es madera, concreto u otro material”, declaró el comandante.
Los voluntarios heridos, 2 de la primera, uno de la segunda y otro de la cuarta fueron derivados hasta el hospital regional, hoy ya están en sus hogares con reposo.
A los bomberos heridos en este siniestro hay que sumar otro voluntario lesionado en un incendio que en la tarde noche del viernes se desató en la Villa Alameda. Ante esta realidad el superintendente del Cuerpo de Bomberos de Rancagua Marcelo Muñoz hace un fuerte llamado a la comunidad y a las autoridades. Dice sentir “pánico” de eventualmente tener que dar explicaciones a una familia por la muerte de un voluntario. Declara que si bien comprende los riesgos inherentes a su vocación de servicio y a la responsabilidad social de la institución que dirige en cuanto al combate de los incendios asegura no tener “ninguna responsabilidad cuando la estructura está a medio morir saltando. Se pregunta cómo se otorgan los permisos de funcionamiento a estos locales y pide a las autoridades que se considere la opinión y la inspección de bomberos en lugares de alta afluencia de público. Tanto como para recomendar e implementar medidas de seguridad, como para, ante la eventualidad de una emergencia, saber contra que se enfrentan.
Fuente: elrancaguino.cl
El incendio se desató a eso de las 3:30 de la mañana en Germán Riesco 70, en primera instancia fueron despachadas al lugar la primera, segunda y cuarta compañías pero el fuego ya estaba desbocado cuando los voluntarios llegaron al lugar. Ante ese panorama el teniente primero de la cuarta compañía ordena la alarma general, otras tres compañías salen de sus cuarteles, la tercera, quinta y sexta llegan en apoyo. La séptima compañía permaneció alerta en su cuartel de la población Guillermo Medina ante la eventualidad de que otra emergencia pudiese afectar a la capital regional.
Fue cerca de una hora y media de intenso trabajo bomberil, protegiendo especialmente a las propiedades aledañas. Según declaró Carlos Droguett, comandante del Cuerpo de Bomberos de Rancagua, en el lugar existía una gran “carga”, es decir material inflamable. El local nocturno resultó casi por completo destruido, mientras que el Instituto Santo Tomás sufrió la rotura de vidrios, el derretimiento de equipos de aire acondicionado y se vio afectado por el intenso humo y calor emanado desde el incendio. Mientras que la sede de la Universidad de Aconcagua fue afectada por el humo y por el agua utilizada para proteger el edificio del peligroso avance de las llamas.
UNA TRAMPA MORTAL
La discoteque funcionaba en el patio de una antigua casa del centro de la Capital Regional, una carpa cubría una estructura hecha –según descripción del superintendente Marcelo Muñoz a “medio morir saltando”. La gran cantidad de telas prestó combustible al gran incendio.
Otra situación que llamó la atención de los “caballeros del fuego” fue la gran presencia de artefactos eléctricos, aunque la causa del siniestro aún es materia de la investigación, una de las hipótesis que se maneja es precisamente la sobrecarga eléctrica.
El local nocturno, pese a tener una gran concurrencia de público, nunca había sido inspeccionado por personal voluntario. La citada presencia de telas que ocultaba la estructura, sumado al desconocimiento del lugar complicaron de sobremanera el accionar de los bomberos, a tal punto que cuatro voluntarios resultaron con lesiones de gravedad por la caída de una techumbre que aparentemente era solida. “Bomberos se ve complicado por este ocultamiento de la estructura, esos cielos falsos que no permiten saber que se está quemando. Si es madera, concreto u otro material”, declaró el comandante.
Los voluntarios heridos, 2 de la primera, uno de la segunda y otro de la cuarta fueron derivados hasta el hospital regional, hoy ya están en sus hogares con reposo.
A los bomberos heridos en este siniestro hay que sumar otro voluntario lesionado en un incendio que en la tarde noche del viernes se desató en la Villa Alameda. Ante esta realidad el superintendente del Cuerpo de Bomberos de Rancagua Marcelo Muñoz hace un fuerte llamado a la comunidad y a las autoridades. Dice sentir “pánico” de eventualmente tener que dar explicaciones a una familia por la muerte de un voluntario. Declara que si bien comprende los riesgos inherentes a su vocación de servicio y a la responsabilidad social de la institución que dirige en cuanto al combate de los incendios asegura no tener “ninguna responsabilidad cuando la estructura está a medio morir saltando. Se pregunta cómo se otorgan los permisos de funcionamiento a estos locales y pide a las autoridades que se considere la opinión y la inspección de bomberos en lugares de alta afluencia de público. Tanto como para recomendar e implementar medidas de seguridad, como para, ante la eventualidad de una emergencia, saber contra que se enfrentan.
Fuente: elrancaguino.cl