Trabajador de 64 años muere en incendio al tratar de salvar a mujer
Víctima salió de la vivienda y volvió a entrar para buscar a la propietaria. - Dueña se salvó con lo puesto. Otras 12 personas lo perdieron todo. - Joven escapó de las llamas. Cuenta cómo el fuego se inició en su dormitorio.
“Fue como una pesadilla horrible. Vi el fuego y sólo atiné a correr”. La frase de Boris Asenjo describe los primeros minutos del incendio que destruyó ayer una vivienda del pasaje Caffarena y que cobró la vida de un trabajador de 64 años de edad, al sur de la ciudad.
Su testimonio lo entrega profundamente afectado, en medio del frío y del nerviosismo propio de quien es amenazado y agredido verbalmente por algunos vecinos de la propietaria de la vivienda siniestrada.
“¿Cómo está la tía María (Quelín)? pregunta a un compañero ya a varios metros del escenario del fuego, refiriéndose a la dueña de la casa que hasta ayer fuera su hogar.
Es que este joven de 19 años, llegado desde Santiago hace dos meses, no entiende cómo pudo ocurrir la tragedia que ayer paralizó al sector a eso de las 2 de la tarde.
Fue a esa hora cuando Bomberos activó su alarma. El fuego y el humo podían verse desde buena parte de la ciudad. La vivienda del pasaje Caffarena Nº1926, entre Oscar Viel y Serrano, sector sur conocido como Río de la Mano, era consumida por el fuego en cosa de minutos. Los voluntarios (más de 40) desafiaban las llamas centrando su labor en el techo de la construcción de un piso, mientras vecinos parecían atentos a cualquier movimiento que hiciera pensar en lo peor: una pérdida humana.
La construcción de material ligero se ubicaba a mitad de la cuadra, en una pendiente que por la escarcha y el barro no entregaba las mejores condiciones para el accionar de Bomberos.
A medida que avanzaron los minutos, la extinción del fuego permitió ver la escena claramente: la vivienda contaba con un sinnúmero de piezas, con varias otras unidas pero ubicadas en la parte posterior, además de una especie de subterráneo o desnivel. Más tarde se confirmaría que la casa era usada como pensión. En el frontis un automóvil azul marca Daewoo, también afectado por las llamas.
VICTIMA FATAL
Ya con parte del trabajo realizado, el segundo comandante de Bomberos Pedro Alvarado confirmaba los temores. Un hombre de 64 años de edad identificado como Anselmo Cumín Tavié, había sido hallado muerto al interior de la construcción. Incluso, se manejaba la posibilidad de que hubiera una segunda víctima, por lo que luego de la faena de extinción se dio paso a la búsqueda y remoción de escombros, descartándose aquello.
Al momento de iniciarse el fuego, el pensionista Mario Penchulef se encontraba en el comedor de la casa siniestrada junto a la propietaria de la vivienda. Cuenta que todo ocurrió en cosa de segundos y que el fuego se propagó tan rápido que no hubo tiempo para otra cosa que no fuera escapar.
A la víctima la conocía bien, “porque había sido mi jefe en los trabajos de alambrado de la estancia Onamonte. Habíamos bajado en mayo, yo estaba trabajando en otra cosa y él estaba descansando porque afuera no se trabaja en invierno”.
Agrega que pese a llevar muchos años radicado en la zona no cree que haya tenido familia en Punta Arenas. “Lamento lo que ocurrió, él era una buena persona. ¿Lo material? Yo perdí todas mis cosas”, señaló Penchulef observándolo todo como intentando buscar una explicación.
El cuerpo de Cumín Tavié fue hallado a no más de 20 metros de la puerta principal, al costado izquierdo. Todo hace pensar que cayó víctima de la inhalación de humo, mientras intentaba salvar una vida.
Por orden del fiscal de turno, Eugenio Campos, quien se constituyó en el sitio del suceso, el cuerpo del malogrado trabajador fue levantado y remitido al Servicio Médico Legal para la autopsia de rigor.
JOVEN PENSIONISTA El fuego empezó en mi pieza”
Boris Asenjo busca refugio en Carabineros. A metros del incendio, en calle Serrano fue duramente increpado por vecinos de la propietaria de la vivienda siniestrada. Lo sindican como el responsable de la tragedia.
El joven de 19 años se muestra tembloroso, por los nervios y el frío. Espera un amigo que le promete que le traerá una parka. “Yo estaba en la casa y fui el primero que vi el fuego. Alcancé a pararme y dar aviso, pero ya no se podía hacer nada”, relata.
Luego reafirma lo dicho por la propietaria de la vivienda: la víctima efectivamente salió de la casa y luego volvió a buscar a alguien. No volvió a salir.
“El fuego empezó en mi pieza. Yo tenía el calentador prendido porque hacía frío y cuando desperté me encontré con las llamas”, explica al ser consultado del por qué de tanta agresión verbal.
Luego recuerda que inmediatamente de iniciado el fuego salió corriendo prácticamente desnudo, sólo con pantalón corto. Luego alguien le entregó una manta y otra persona le facilitó ropa. “Perdí lo poco que tenía. Yo trabajo en una pesquera, soy de Santiago y llegué acá hace dos meses”.
Sin embargo, se muestra preocupado por la “tía María”. Mientras se pone la parka le pregunta a su amigo cómo se encuentra ella, una respuesta, un respiro profundo y un “ahora, ¿qué vamos a hacer?”.
PROPIETARIA
“¡No saqué nada... nada!”
María Quelín observaba, pareciendo no dar crédito a cómo en un abrir y cerrar de ojos sus años de trabajo eran consumidos por el fuego.
“¡No saqué nada... nada!” repetía mientras era consolada por sus vecinas. Con un valor propio de una mujer de esfuerzo, atendió a las consultas y se dirigió a la puerta de lo que fuera su sustento de vida.
“Llevo 20 años viviendo acá. No tenía seguro y lo perdí todo, ni siquiera alcancé a sacar mi cartera... me quedé hasta sin documentos”, comentó.
Cuenta que en su pensión recibía a gente de pesca y de campo, y que actualmente tenía 12 pensionistas.
De la víctima, Anselmo Cumín, dijo que era un hombre noble. De paso entregó un dato importante: “él salió cuando comenzó el fuego, pero entró a buscarme. Y quedó ahí porque con el humo no se veía nada”. En todo caso ella fue la primera en salir, apenas comenzó el fuego.
Fuente: La prensa Austral
Víctima salió de la vivienda y volvió a entrar para buscar a la propietaria. - Dueña se salvó con lo puesto. Otras 12 personas lo perdieron todo. - Joven escapó de las llamas. Cuenta cómo el fuego se inició en su dormitorio.
“Fue como una pesadilla horrible. Vi el fuego y sólo atiné a correr”. La frase de Boris Asenjo describe los primeros minutos del incendio que destruyó ayer una vivienda del pasaje Caffarena y que cobró la vida de un trabajador de 64 años de edad, al sur de la ciudad.
Su testimonio lo entrega profundamente afectado, en medio del frío y del nerviosismo propio de quien es amenazado y agredido verbalmente por algunos vecinos de la propietaria de la vivienda siniestrada.
“¿Cómo está la tía María (Quelín)? pregunta a un compañero ya a varios metros del escenario del fuego, refiriéndose a la dueña de la casa que hasta ayer fuera su hogar.
Es que este joven de 19 años, llegado desde Santiago hace dos meses, no entiende cómo pudo ocurrir la tragedia que ayer paralizó al sector a eso de las 2 de la tarde.
Fue a esa hora cuando Bomberos activó su alarma. El fuego y el humo podían verse desde buena parte de la ciudad. La vivienda del pasaje Caffarena Nº1926, entre Oscar Viel y Serrano, sector sur conocido como Río de la Mano, era consumida por el fuego en cosa de minutos. Los voluntarios (más de 40) desafiaban las llamas centrando su labor en el techo de la construcción de un piso, mientras vecinos parecían atentos a cualquier movimiento que hiciera pensar en lo peor: una pérdida humana.
La construcción de material ligero se ubicaba a mitad de la cuadra, en una pendiente que por la escarcha y el barro no entregaba las mejores condiciones para el accionar de Bomberos.
A medida que avanzaron los minutos, la extinción del fuego permitió ver la escena claramente: la vivienda contaba con un sinnúmero de piezas, con varias otras unidas pero ubicadas en la parte posterior, además de una especie de subterráneo o desnivel. Más tarde se confirmaría que la casa era usada como pensión. En el frontis un automóvil azul marca Daewoo, también afectado por las llamas.
VICTIMA FATAL
Ya con parte del trabajo realizado, el segundo comandante de Bomberos Pedro Alvarado confirmaba los temores. Un hombre de 64 años de edad identificado como Anselmo Cumín Tavié, había sido hallado muerto al interior de la construcción. Incluso, se manejaba la posibilidad de que hubiera una segunda víctima, por lo que luego de la faena de extinción se dio paso a la búsqueda y remoción de escombros, descartándose aquello.
Al momento de iniciarse el fuego, el pensionista Mario Penchulef se encontraba en el comedor de la casa siniestrada junto a la propietaria de la vivienda. Cuenta que todo ocurrió en cosa de segundos y que el fuego se propagó tan rápido que no hubo tiempo para otra cosa que no fuera escapar.
A la víctima la conocía bien, “porque había sido mi jefe en los trabajos de alambrado de la estancia Onamonte. Habíamos bajado en mayo, yo estaba trabajando en otra cosa y él estaba descansando porque afuera no se trabaja en invierno”.
Agrega que pese a llevar muchos años radicado en la zona no cree que haya tenido familia en Punta Arenas. “Lamento lo que ocurrió, él era una buena persona. ¿Lo material? Yo perdí todas mis cosas”, señaló Penchulef observándolo todo como intentando buscar una explicación.
El cuerpo de Cumín Tavié fue hallado a no más de 20 metros de la puerta principal, al costado izquierdo. Todo hace pensar que cayó víctima de la inhalación de humo, mientras intentaba salvar una vida.
Por orden del fiscal de turno, Eugenio Campos, quien se constituyó en el sitio del suceso, el cuerpo del malogrado trabajador fue levantado y remitido al Servicio Médico Legal para la autopsia de rigor.
JOVEN PENSIONISTA El fuego empezó en mi pieza”
Boris Asenjo busca refugio en Carabineros. A metros del incendio, en calle Serrano fue duramente increpado por vecinos de la propietaria de la vivienda siniestrada. Lo sindican como el responsable de la tragedia.
El joven de 19 años se muestra tembloroso, por los nervios y el frío. Espera un amigo que le promete que le traerá una parka. “Yo estaba en la casa y fui el primero que vi el fuego. Alcancé a pararme y dar aviso, pero ya no se podía hacer nada”, relata.
Luego reafirma lo dicho por la propietaria de la vivienda: la víctima efectivamente salió de la casa y luego volvió a buscar a alguien. No volvió a salir.
“El fuego empezó en mi pieza. Yo tenía el calentador prendido porque hacía frío y cuando desperté me encontré con las llamas”, explica al ser consultado del por qué de tanta agresión verbal.
Luego recuerda que inmediatamente de iniciado el fuego salió corriendo prácticamente desnudo, sólo con pantalón corto. Luego alguien le entregó una manta y otra persona le facilitó ropa. “Perdí lo poco que tenía. Yo trabajo en una pesquera, soy de Santiago y llegué acá hace dos meses”.
Sin embargo, se muestra preocupado por la “tía María”. Mientras se pone la parka le pregunta a su amigo cómo se encuentra ella, una respuesta, un respiro profundo y un “ahora, ¿qué vamos a hacer?”.
PROPIETARIA
“¡No saqué nada... nada!”
María Quelín observaba, pareciendo no dar crédito a cómo en un abrir y cerrar de ojos sus años de trabajo eran consumidos por el fuego.
“¡No saqué nada... nada!” repetía mientras era consolada por sus vecinas. Con un valor propio de una mujer de esfuerzo, atendió a las consultas y se dirigió a la puerta de lo que fuera su sustento de vida.
“Llevo 20 años viviendo acá. No tenía seguro y lo perdí todo, ni siquiera alcancé a sacar mi cartera... me quedé hasta sin documentos”, comentó.
Cuenta que en su pensión recibía a gente de pesca y de campo, y que actualmente tenía 12 pensionistas.
De la víctima, Anselmo Cumín, dijo que era un hombre noble. De paso entregó un dato importante: “él salió cuando comenzó el fuego, pero entró a buscarme. Y quedó ahí porque con el humo no se veía nada”. En todo caso ella fue la primera en salir, apenas comenzó el fuego.
Fuente: La prensa Austral