Los padres de la pequeña Onur, de nueve meses, la arrojaron al vacío porque la aman. La decisión la tomaron atrapados por el humo y el fuego, enfrentados al espantoso dilema de mantener a la bebe entre sus brazos o alejarla de las llamas a como de lugar, confiando en la suerte y preguntándose si seria atrapada cuatro pisos abajo.
Pues la decisión fue la correcta, ya que un policía recibio a Onur, aliviando a los padres, que lograron sobrevivir, y a los espectadores de la dantesca escena ocurrida en Ludwigshafen, Alemania.
El drama de la guagua voladora ocurrió el domingo, en medio de una gran expectación, en un edificio donde vivían inmigrantes turcos, de los cuales nueve resultaron muertos, cinco de ellos niños. Michael Linder, vocero de la policía, dijo que no se descarta la posibilidad de que existan mas victimas entre los escombros. Hasta ahora se cuentan 60 heridos de distintas consideración, 20 de los cuales se encuentran hospitalizados. Entre ellos la mama de Onur.
El fuego se extendió rápidamente desde la parte inferior del edificio, subiendo por las escaleras y atrapando a los ocupantes en los departamentos. Desde sus ventanas, sin embargo, estaban pendientes de la acción de los bomberos y la policía, que acudieron rápidamente al lugar.
“Las personas gritaban en las ventanas. Luego lanzaron al niño hacia los brazos de un policía que estaba en a calle. Después saltaron ellos mismos”, dijo un testigo al diario alemán “Bild”. Dicho periódico logro ubicar horas mas tarde al tío de la guagua, Kamil Kaplan, quien estaba junto a los padres de la pequeña al momento del lanzamiento.
“Mire a mi sobrina a los ojos y supe que dejarla caer era lo correcto, no había otra chance. Luego vi que un policía se saco su chaqueta y la abrió con los brazos como si fuera una malla para recibirla. Estoy muy agradecido”, confeso Kamil quien luego llevo a su hermana y madre de la niña hacia la escalera de rescate.
Fuente: www.lun.cl