En el 2005, llegaba al servicentro de calle Mackenna esquina Cochrane un perro prácticamente moribundo. Su estado de salud era deplorable, no tenía fuerzas para caminar y estaba infectado de tiña y sarna.
Los bomberos de la bencinera se compadecieron y le brindaron la ayuda necesaria para su recuperación. Fernando Cerón, relata aquel hecho: "Un día vi que en una esquina del estacionamiento estaba echado un perro que tenía tiña, se veía muy mal, se notaba que no había comido por mucho tiempo, estaba muy flaco. Su mirada me decía que necesitaba de mi ayuda, e inmediatamente se produjo una afinidad entre los dos. Le traje agua y comida, poco a poco se dio cuenta que yo le estaba ayudando", relató.
Agregó que "mis compañeros de trabajo, también empezaron a atenderlo. Nuestro jefe, Jorge Meyer, nos apoyó plenamente para que estuviera con nosotros. Incluso los jefes zonales saben de su existencia. El veterinario Rodrigo López me entregó unas dosis para combatirle la tiña y sarna… Después de varios días comenzó a tener una mejoría. Recuperó el apetito y se comía bolsas enteras de alimento concentrado. Nuestros clientes nos ayudaban para comprarlas".
Se le llamaría Fonola, por su color negro y su recuperación alegraría tanto a los bomberos y clientes.
En el 2005, el Fonola fue atropellado por un microbús sufriendo una grave lesión en su mandíbula, siendo sometido a una intervención quirúrgica. Sus amigos organizarían la "Fonolatón" para financiar los gastos de la operación.
Al respecto, Fernando Cerón recuerda: "Hicimos unos listados donde más de 100 de nuestros clientes nos cooperaron, se juntó una cantidad de más de $140.000 y con eso se cubrieron todos los gastos. El veterinario Jorge Carbonell lo operó colocándole unos frenillos".
El Fonola, como una manera de retribuir todo el cariño recibido, se convertiría en la mejor compañía de los bomberos: "En una oportunidad estaban asaltando a un colega y rápidamente el Fonola con sus patas empujó al delincuente desbaratando el robo…
Cuando hay que depositar el dinero al banco, el Fonola es quien acompaña al colega y no se despega ningún segundo de él, hasta que llega al banco. El Fonola es mejor que cualquier guardia de seguridad".
LA GRAN PENA DE Toffi
Al final de calle Pérez, habitaba un mueblista que diariamente recorría las calles de la ciudad ofreciendo sus muebles de estilo y artesanales.
Era Pedro Almonacid, quien tenía como su fiel mascota a Toffi, un perrito mestizo que junto a su amo mantendrían una entrañable amistad y cariño.
En su propiedad, colindante con el río Damas cultivaba rosas y claveles. Tenía como característica colocarse algunas de esas flores en la solapa de su vestón.
Su experiencia y la calidad en su trabajo como mueblista, le permitió tener una nutrida clientela y por consiguiente, asegurar el sustento para sus cinco hijos, que a temprana edad habían sido abandonados por su madre.
Un día decidió arreglar la cocina de su casa, para que su fiel Toffi durmiera más cómodamente.
Pedro Almonacid comercializaba sus muebles transportándolos en una carretilla. A su lado siempre lo acompañaba Toffi, quien no dejaba acercase a nadie a la carretilla mientras que su amo realizaba alguna diligencia.
Uno de esos tantos recorridos por la ciudad, tendría un desenlace fatal. Aquel mueblista falleció aplastado por las ruedas traseras de un camión. Así expiraba la vida de un hombre que disfrutaba las cosas simples de la vida, como el compartir los domingos con sus nietos y su amistad con Toffi.
En el momento del trágico accidente estaba su fiel amigo Toffi, acompañándolo en los últimos instantes de su agonía.
El Toffi no se recuperaría de tan trágico accidente y dejaría esta vida, en un rincón de la cocina que con tanto cariño su amo le había preparado.
Marcia Barrientos, profesora de artes visuales y fotógrafa rememora la historia de esa imagen: "Me llamaba mucho la atención ver a don Pedro con su carretilla ofreciendo sus muebles, y siempre acompañado con su perrito, los dos eran inseparables. En una oportunidad los vi y corrí hasta alcanzarlos en calle O'Higgins casi con Ramírez. Cuando me acerqué y conversé con él accedió al tiro para sacarle una foto. Me recuerdo que el perrito me miraba con cara de desconfianza, porque era muy celoso y no le gustaba que algún desconocido se acercase a su amo. Quedó muy contento cuando le regalé esa foto.
A su vez, esa fotografía fue premio internacional en el concurso: "Todos somos diferentes", organizado por Civilia en España. Para mí, esa imagen demuestra el hermoso ejemplo de fidelidad que existía entre amo y mascota, digno de imitar en estos tiempos que vivimos" .
Rescatado de las llamas
Un 27 de agosto de 1865, se fundaba el Cuerpo de Bomberos de Osorno. En su meritoria trayectoria al servicio de la comunidad, sus voluntarios han protagonizado actos de arrojo y valentía, como sus siete mártires, quienes hicieron suyo el lema: "Vivir para servir y morir sirviendo".
A su magnánima labor a la humanidad doliente, también su espíritu de abnegación ha permitido rescatar animales domésticos, de la voracidad de las llamas.
Javier Uribe, voluntario de la Primera Compañía de Bomberos de Osorno Arturo Prat, relata su experiencia: "Hace 10 años atrás se produjo un incendio en calle Lastarria con Errázuriz, en una casa de tres pisos. Me acuerdo que en el segundo había una perrita que estaba debajo de una cama. A causa del monóxido de carbono y el humo, el animalito estaba desmayado. Rápidamente le hice masajes de reanimación. Después nos fuimos en un auto hacia una clínica veterinaria. La perrita logró salvarse".
El martes 3 de febrero de 2009 en un inmueble de dos pisos de calle Martínez de Rozas donde funcionaba un restaurante y residencial "se produjo un incendio declarado. Cuando estábamos preparándonos para entrar, escuchábamos a una persona que gritaba que su perrita Esperanza estaba adentro. Él intentaba entrar al inmueble, pero carabineros se lo impedía. Cuando ingresamos, encontré en el segundo piso a la perrita que se encontraba desmayada, al comprobar que respiraba la acogí en mis brazos para sacarla del lugar y se la entregué a otro voluntario -Alejandro Galaz de la 5ª-. A la perrita la trasladaron en un furgón de Carabineros a una veterinaria y gracias Dios está con vida… En muchas oportunidades hemos sido testigos cómo la gente se preocupa por salvar a sus mascotas, incluso, antes de salvar algún bien material. Eso se explica porque para muchas familias la mascota es una integrante más de la familia. En mi casa tengo tres perros y tres gatos y sé lo importante que son para mi familia. Nosotros los bomberos estamos también dispuestos a rescatar a esos animalitos, porque ellos también tienen todo el derecho a vivir", recalcó con orgullo.
Héctor Nova, dueño de la propiedad siniestrada, recuerda: "Fue algo terrible ver cómo mi esfuerzo de años de trabajo estaba siendo consumida por las llamas. En ese momento de angustia también pensé en mis mascotas que estaban durmiendo en el segundo piso. Mi gato Kike se salvaría de milagro porque se lanzó por una de las ventanas a la calle. Y como no veía a mi perrita Esperanza, en mi desesperación intenté entrar pero los carabineros me lo impidieron… Entonces empecé a gritar que adentro estaba mi perrita Esperanza. Qué alegría más grande sentí cuando la rescataron. Le doy las gracias al bombero Javier Uribe por su valerosa acción y a todos quienes colaboraron en salvarla… En la vida hay mucha gente que me ha defraudado y traicionado, no así la Esperanza y Kike, quienes han sido mis dos compañías inseparables".
Austral Osorno
