Nociones para el control de emergencias con gas

Nacho

Comandante de Guardia
Miembro
Miembro Regular
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Nociones para el control de emergencias con gas

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SUPRESIÓN DE INCENDIOS DE CLASE B
[NFPA 1001: 4-3.3; 4-3.3(a); 4-3.3(b)]
Publicado por Ifsta, en su texto "Fundamentos de la lucha contra incendios", cuarta edición, 1998. (Extracto de páginas 558, 559 y 560)

Control de las instalaciones de gas
Es importante para todos los bomberos poseer un conocimiento funcional de los peligros que se pueden presentar durante los incidentes relacionados con el gas natural y el gas licuado de petróleo (GLP) así como de los procedimientos correctos para controlarlos. Un gran número de viviendas, caravanas y empresas utilizan gas natural o gas licuado de petróleo (GLP) para cocinar, alimentar la calefacción y realizar procesos industriales. Si un bombero conoce la distribución y la utilización del gas, puede evitar o reducir los daños debidos a incidentes con estos gases.
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El gas natural se compone principalmente de metano con pequeñas cantidades de etano, propano, butano y pentano. El gas es más ligero que el aire, por lo que tiende a elevarse y a dispersarse en los espacios abiertos. El gas natural no es tóxico, pero esta clasificado como asfixiante porque puede desplazar el aire respirable normal y producir asfixia. El gas no tiene un olor propio, pero a través de la instalación de gas le añade un olor muy característico (mercaptano).
Se distribuye desde los pozos de gas hasta el lugar de uso a través de una red nacional de tuberías en la superficie y en el subsuelo (véase la figura 14.25). La presión de estas tuberías va de los 2 kPa a los 7.000 kPa (0,25-1.000 lb/pulg2). Sin embargo, la presión suele ser inferior a 350 kPa (50 lb/pulg2) en el nivel de distribución local. El gas natural puede explotar en concentraciones de entre el 5 y el 15%. El gas natural también puede comprimirse, almacenarse y transportarse en cilindros marcados como gas natural comprimido (GNC). En este estado de compresión, existe el peligro de que se produzca una BLEVE.
Si se produce una emergencia en la que está implicado el gas natural, hay que ponerse en contacto con los servicios de gas locales de la jurisdicción donde ha tenido lugar el incidente.
Los servicios de gas locales proporcionarán un equipo de respuesta de emergencia equipado con herramientas (antichispas) y mapas del sistema de distribución, así como con el entrenamiento y la experiencia necesarios para ayudar a controlar el flujo de gas. El tiempo de respuesta de estos equipos suele ser inferior a la hora, pero es probable que tarden más en zonas rurales o en épocas de gran demanda. Es bueno que el cuerpo de bomberos y la compañía de servicios mantenga buenas relaciones.
El GPL, o gas embotellado como se le llama a veces, es un gas combustible almacenado a presión en estado líquido. Se utiliza básicamente como gas combustible en acampadas, caravanas, aplicaciones agrícolas y casas rurales. El uso del GPL para vehículos de motor se ha visto incrementado.
Este gas se compone principalmente de propano con pequeñas cantidades añadidas de butano, etano, etileno, propileno, isobutano o butileno. El GPL no huele a nada en sí, pero se le añade un olor muy característico. No es tóxico, pero esta clasificado como asfixiante porque puede desplazar el aire respirable normal y producir asfixia.
El GPL es entre una y 1,5 veces tan pesado como el aire y buscará normalmente el punto más bajo posible. Es explosivo en concentraciones de entre el 1,5 y el 10%. El gas se transporta en cilindros y en tanques en camiones desde el punto de distribución hasta el punto de utilización.
Cerca del punto de uso, se almacena en cilindros y tanques que luego se conectan mediante tuberías subterráneas y tuberías de cobre a las instalaciones a las que suministran gas (véase la figura 14.26). El abastecimiento de gas en el interior de una estructura puede detenerse cerrando una válvula de la tubería que llega hasta el edificio (véase la figura 14.27). El gas no quemado puede disiparse mediante un chorro nebulizador de como mínimo 400 L/min (100 gpm).
Todos los contenedores de GPL expuestos a un calor intenso o a una llama abierta pueden sufrir una BLEVE.
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Si hay problemas con un cilindro o un tanque, debe ponerse en contacto con la compañía responsable de éste. Los incidentes en los que se ven envueltos sistemas de distribución de GNC y de GPL suelen ser consecuencia de una ruptura provocada por excavaciones alrededor de tuberías subterráneas.
Si se producen estas rupturas, hay que ponerse en contacto con la compañía de servicios inmediatamente. Incluso si el gas todavía no se ha incendiado, el vehículo debe aproximarse por el lado de barlovento y quedarse allí. Los bomberos deben estar preparados en caso de que se produzca una explosión con fuego. Las principales preocupaciones de los bomberos deben ser la evacuación del área inmediata a la ruptura y del área de sotavento; así como la eliminación de las fuentes de ignición.
Es probable que la cañería rota presente conexiones de servicio dañadas cerca de la ruptura, por lo que se debe comprobar si los edificios de los alrededores experimentan algún aumento en el suministro de gas. Los bomberos no deben intentar manipular las válvulas principales, ya que una acción errónea puede empeorar la situación o provocar una pérdida innecesaria del servicio en las áreas no afectadas por la ruptura. Si el gas arde, no se debe extinguir la llama. Si es necesario, se pueden proteger los alrededores pueden protegerse con chorros de manguera.
La situación que los bomberos deben afrontar con más frecuencia durante los incendios en estructuras de servicios de gas conlleva localizar el medidor de servicio y cerrar el gas. El medidor suele colocarse en el exterior de los edificios y es visible desde la calle; sin embargo, también puede colocarse en el interior del edificio (véase la figura 14.28).
Los bomberos encargados de cerrar el gas en un medidor deben avanzar con una línea de mangueras con un patrón nebulizador para protegerse.
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Incluso cuando se extingue el incendio, los vapores pueden reconcentrarse y volver a incendiarse, lo que provocaría graves consecuencias. El flujo de gas del interior de un edificio puede detenerse cerrando la válvula de cierre situada a la derecha de la tubería. Cualquier acción para detener y reducir el flujo de gas debe hacerse según los procedimientos de actuación normalizados del cuerpo de bomberos.
DV