[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Niñas aburridas inventaban partos, incendios y violaciones por celular
[/FONT]La más pequeña se asustó y lloró. La mayor ni se inmutó y hasta reclamó cuando su abuela entregó el teléfono celular que tanto las entretenía a Investigaciones de Los Andes. Los policías habían llegado hasta la población Las Cadenas de Santa María, en la Quinta Región, decididos a terminar con la chacota.
Las niñas -N.E.C y C.O.A,. de 8 y 12 años, respectivamente- amigas inseparables del barrio, llevaban semanas efectuando decenas de falsas llamadas a números de emergencia. Lo hacían de puro aburridas, según contaron, porque pasaban gran parte de la tarde solas.
Las pitanzas de las niñas se traducían en operativos de los servicios solicitados.
La suerte de las amigas se acabó cuando llamaron varias veces al 134 de Investigaciones para denunciar una violación. “Contó que el papá la quería violar, que estaba encerrada en el baño y necesitaba ayuda. Sonaba muy convincente, con voz de asustada, susurrando, como poseída del personaje”, recuerda el inspector Daniel Barrera, de la Brigada de Delitos Sexuales de Los Andes. Un contingente ocupó toda una tarde tratando de corroborar la información.
Los nombres que las niñas daban por lo general no existían, pero en uno de los llamados entregaron datos que permitieron dar con otra adolescente. “En ese domicilio la niña negaba cualquier relación, pero un familiar reconoció el número desde el cual se hacían las llamadas y dijo que lo había vendido hace poco tiempo a una vecina, la que resultó ser la familia de la niña de 12 años”, agrega Barrera.
Cuando el celular fue revisado faltaba poco para el mediodía y ya registraba más de diez llamadas a números de emergencia. “Había llamadas a Carabineros por un robo en el que los ladrones aún estaban dentro de la casa, otra a Bomberos por un incendio. Todos habían armado operativos de respuesta”, dice Barrera.
El caso de la parturienta El Servicio de Atención Municipalizada de Urgencia, Samu, con el 131, estaba agregado en la agenda del celular de la niña de 12. “Recibimos una llamada de una joven de 18 años que estaba en proceso de parto. La joven estaba muy agitada y se mandó una ambulancia que nunca pudo dar con la dirección indicada”, cuenta Gloria Leiva, jefa del Samu Aconcagua.
La línea con la falsa llamada quedó ocupada durante más de media hora, mientras una operadora daba indicaciones a la supuesta parturienta.
“Acá las llamadas por bromas son recurrentes. Seis de cada diez, llaman, dicen groserías y cuelgan. Y tres de cada diez implica una salida falsa de un móvil de atención”, dice Gloria Leiva.
Fuente: Lun.com
[/FONT]La más pequeña se asustó y lloró. La mayor ni se inmutó y hasta reclamó cuando su abuela entregó el teléfono celular que tanto las entretenía a Investigaciones de Los Andes. Los policías habían llegado hasta la población Las Cadenas de Santa María, en la Quinta Región, decididos a terminar con la chacota.
Las niñas -N.E.C y C.O.A,. de 8 y 12 años, respectivamente- amigas inseparables del barrio, llevaban semanas efectuando decenas de falsas llamadas a números de emergencia. Lo hacían de puro aburridas, según contaron, porque pasaban gran parte de la tarde solas.
Las pitanzas de las niñas se traducían en operativos de los servicios solicitados.
La suerte de las amigas se acabó cuando llamaron varias veces al 134 de Investigaciones para denunciar una violación. “Contó que el papá la quería violar, que estaba encerrada en el baño y necesitaba ayuda. Sonaba muy convincente, con voz de asustada, susurrando, como poseída del personaje”, recuerda el inspector Daniel Barrera, de la Brigada de Delitos Sexuales de Los Andes. Un contingente ocupó toda una tarde tratando de corroborar la información.
Los nombres que las niñas daban por lo general no existían, pero en uno de los llamados entregaron datos que permitieron dar con otra adolescente. “En ese domicilio la niña negaba cualquier relación, pero un familiar reconoció el número desde el cual se hacían las llamadas y dijo que lo había vendido hace poco tiempo a una vecina, la que resultó ser la familia de la niña de 12 años”, agrega Barrera.
Cuando el celular fue revisado faltaba poco para el mediodía y ya registraba más de diez llamadas a números de emergencia. “Había llamadas a Carabineros por un robo en el que los ladrones aún estaban dentro de la casa, otra a Bomberos por un incendio. Todos habían armado operativos de respuesta”, dice Barrera.
El caso de la parturienta El Servicio de Atención Municipalizada de Urgencia, Samu, con el 131, estaba agregado en la agenda del celular de la niña de 12. “Recibimos una llamada de una joven de 18 años que estaba en proceso de parto. La joven estaba muy agitada y se mandó una ambulancia que nunca pudo dar con la dirección indicada”, cuenta Gloria Leiva, jefa del Samu Aconcagua.
La línea con la falsa llamada quedó ocupada durante más de media hora, mientras una operadora daba indicaciones a la supuesta parturienta.
“Acá las llamadas por bromas son recurrentes. Seis de cada diez, llaman, dicen groserías y cuelgan. Y tres de cada diez implica una salida falsa de un móvil de atención”, dice Gloria Leiva.
Fuente: Lun.com