saludos a todos desgraciadamente para nada alegres
El escritor Ray Bradbury, autor de 'Fahrenheit 451' y de 'Crónicas marcianas', ha muerto en California a los 91 años. Su nombre es uno de los símbolos de la literatura de ciencia ficción de los últimos 60 años gracias a sus distopías y sus fábulas políticas.
"Despierto hacia las 7:00 horas, con la cabeza dando vueltas a toda velocidad, con ideas y metáforas rebotando de una pared del cerebro a la otra. Me gusta llamar a ese momento el teatro de la mañana", explicaba Bradbury a EL MUNDO en una entrevista concedida en 2006. "¡Cuando por fin, se engarzan, salto a escribir una historia, un artículo o un poema. A las 9:00 horas me llama mi hija Alexandra para que le dicte mis textos... Ya no soy capaz de escribir a máquina desde que tuve un infarto. El trabajo creativo me lleva toda la mañana. La tarde se me va en atender la correspondencia y en resolver mis cosas".
En su país, Bradbury ha sido un símbolo de un tipo de literatura política casi libertaria, reivindicado tanto por los conservadores como por los liberales. "No me considero una persona política sino una persona con valores morales fuertes que se dedica a la literatura", explicaba Bradbury en aquella entrevista. "Cuando la cuestión es quemar libros o no quemarlos, el problema no es político sino moral. Tuve una vocación política cuando era joven pero me desentendí pronto. No me gusta la gente que utiliza la política como una herramienta para entender la vida y para hacer juicios a partir de sus ideas preconcebidas. Es una manera de no pensar. Estuve en el Movimiento Tecnócrata pero, después de un año, me empecé a quedar dormido en las reuniones. Aún peor. Me di cuenta de que muchos chicos valiosos que entraban en movimientos de tipo social como el tecnócrata se convertían después en comunistas o fascistas, republicanos intolerantes o demócratas intolerantes. Soy un pensador libre, no pertenezco a nadie, digo lo que quiero y lo que veo".
A Bradbury, muchos lectores lo asicarán con una imagen que lo relaciona con George Orwell: la de los libros que arden en 'Fahrenheit 451': "La imagen más fuerte que me ha acompañado durante toda la vida ha sido la de las quemas de libros. Cuando era joven, leí acerca de los incendios de la Biblioteca de Alejandría. Ardió cinco veces, dos de ellas, en fuegos provocados. Después vi las quemas de libros en Berlín y me sentí impactado. Soy un habitante de bibliotecas desde siempre. Fui un niño pobre, así que todo lo que leí lo leí en las bibliotecas. Si tocas una biblioteca, me tocas el alma".
Orwell y la literatura política del siglo XX son una de las raíces de la obra de Bradbury. La tradición de la novela épica estadounidense, otra. La ciencia ficción, su tercera pata. Sin embargo, muchas veces quedaba la sensación de que su carácter, bullicioso, desafiante y soñador eran la mayor marca en su carrera. Se ganó el oficio de escritor peleando contra cada línea en las revistas de su juventud, peleando a la contra. Trabajó en el guión del 'Moby Dick' que filmó John Huston y no alcanzó el reconocimiento hasta los años 70. Su talento, como dijo Christopher Isherwood, "era extraño
fuente: elmundo.es
El escritor Ray Bradbury, autor de 'Fahrenheit 451' y de 'Crónicas marcianas', ha muerto en California a los 91 años. Su nombre es uno de los símbolos de la literatura de ciencia ficción de los últimos 60 años gracias a sus distopías y sus fábulas políticas.
"Despierto hacia las 7:00 horas, con la cabeza dando vueltas a toda velocidad, con ideas y metáforas rebotando de una pared del cerebro a la otra. Me gusta llamar a ese momento el teatro de la mañana", explicaba Bradbury a EL MUNDO en una entrevista concedida en 2006. "¡Cuando por fin, se engarzan, salto a escribir una historia, un artículo o un poema. A las 9:00 horas me llama mi hija Alexandra para que le dicte mis textos... Ya no soy capaz de escribir a máquina desde que tuve un infarto. El trabajo creativo me lleva toda la mañana. La tarde se me va en atender la correspondencia y en resolver mis cosas".
En su país, Bradbury ha sido un símbolo de un tipo de literatura política casi libertaria, reivindicado tanto por los conservadores como por los liberales. "No me considero una persona política sino una persona con valores morales fuertes que se dedica a la literatura", explicaba Bradbury en aquella entrevista. "Cuando la cuestión es quemar libros o no quemarlos, el problema no es político sino moral. Tuve una vocación política cuando era joven pero me desentendí pronto. No me gusta la gente que utiliza la política como una herramienta para entender la vida y para hacer juicios a partir de sus ideas preconcebidas. Es una manera de no pensar. Estuve en el Movimiento Tecnócrata pero, después de un año, me empecé a quedar dormido en las reuniones. Aún peor. Me di cuenta de que muchos chicos valiosos que entraban en movimientos de tipo social como el tecnócrata se convertían después en comunistas o fascistas, republicanos intolerantes o demócratas intolerantes. Soy un pensador libre, no pertenezco a nadie, digo lo que quiero y lo que veo".
A Bradbury, muchos lectores lo asicarán con una imagen que lo relaciona con George Orwell: la de los libros que arden en 'Fahrenheit 451': "La imagen más fuerte que me ha acompañado durante toda la vida ha sido la de las quemas de libros. Cuando era joven, leí acerca de los incendios de la Biblioteca de Alejandría. Ardió cinco veces, dos de ellas, en fuegos provocados. Después vi las quemas de libros en Berlín y me sentí impactado. Soy un habitante de bibliotecas desde siempre. Fui un niño pobre, así que todo lo que leí lo leí en las bibliotecas. Si tocas una biblioteca, me tocas el alma".
Orwell y la literatura política del siglo XX son una de las raíces de la obra de Bradbury. La tradición de la novela épica estadounidense, otra. La ciencia ficción, su tercera pata. Sin embargo, muchas veces quedaba la sensación de que su carácter, bullicioso, desafiante y soñador eran la mayor marca en su carrera. Se ganó el oficio de escritor peleando contra cada línea en las revistas de su juventud, peleando a la contra. Trabajó en el guión del 'Moby Dick' que filmó John Huston y no alcanzó el reconocimiento hasta los años 70. Su talento, como dijo Christopher Isherwood, "era extraño
fuente: elmundo.es