Juan Cristobal Rivera Pérez, Bombero de la 1ª Cía. de Bomberos de Zapallar "Bomba Roberto Ossandón Gunzmán" e integrante del Depto. Médico de la Comandancia, es uno de los dos bomberos fallecidos en el accidente aéreo ocurrido en las cercanías del volcán Macá.
Juan Cristóbal, o pichoto como cariñosamente le llamaban sus compañeros de bomba, ingresó a la Primera Compañía de Bomberos de Zapallar Bomba “Roberto Ossandón Guzmán” muy precozmente atraído por un proyecto para fomentar el trabajo en equipo y disminuir el ocio en los niños de Zapallar.
A los 05 años, llegó de la mano de su madre, con quién vivía a un par de casas del cuartel. Así, Cristóbal y gran parte de los niños de su barrio daban vida a la agrupación ¨Los Mascotas¨.
Luego al cumplir los 12 años de edad pasa a la Brigada Juvenil, destacándose siempre por su carácter firme y ganas de aprender y de ser siempre el mejor del grupo. Participó en el Primer Bomberee Nacional de Brigadas Juveniles de Bomberos realizado en el fundo Picarquín, donde pudo demostrar que realmente su esfuerzo en lograr lo que se proponía, según nos cuenta su Instructor de aquel tiempo y hoy compañero de fila de Cristóbal.
Una vez cumplidos los 18 años es aceptado como Bombero Activo de la Primera de Zapallar. Donde se desempeñara como Instructor de la Brigada Juvenil llegando a ser Teniente Segundo de dicha unidad bomberil. Siempre ha sido un gran amante de la Primera y un gran amigo de sus amigos Primerinos.
Dentro de estos nueve años de servicio, ya que este año calificaba para su distinción por 10 años de servicio, se destacó por estar siempre disponible a realizar cualquier misión que se le encargará o se autoimpusiese llevándola siempre a buen puerto. Cristóbal fue el integrante con menor edad en conformar el equipo de rescate del Cuerpo de Bomberos de Zapallar, donde descubrió que lo suyo era el manejo de trauma llevándolo a estudiar TNS en Enfermería. Lo que le permitió integrar el recientemente creado Departamento Médico del Cuerpo de Bomberos de Zapallar.
Durante los últimos años se encontraba alejado físicamente de la Primera de Zapallar por motivos de trabajo, pero siempre muy cerca de sus compañero de bomba. No había viaje que dejara de visitar su cuartel o de llamar para comentarle a sus camaradas sus nuevos logros como fue pasar de trabajar del sistema público al privado y luego a ser paramédico de la unidad de Rescate de Clínica Las Condes y de sus trabajos esporádicos en INAER, empresa propietaria del avión capotado.
Juan Cristóbal, o pichoto como cariñosamente le llamaban sus compañeros de bomba, ingresó a la Primera Compañía de Bomberos de Zapallar Bomba “Roberto Ossandón Guzmán” muy precozmente atraído por un proyecto para fomentar el trabajo en equipo y disminuir el ocio en los niños de Zapallar.
A los 05 años, llegó de la mano de su madre, con quién vivía a un par de casas del cuartel. Así, Cristóbal y gran parte de los niños de su barrio daban vida a la agrupación ¨Los Mascotas¨.
Luego al cumplir los 12 años de edad pasa a la Brigada Juvenil, destacándose siempre por su carácter firme y ganas de aprender y de ser siempre el mejor del grupo. Participó en el Primer Bomberee Nacional de Brigadas Juveniles de Bomberos realizado en el fundo Picarquín, donde pudo demostrar que realmente su esfuerzo en lograr lo que se proponía, según nos cuenta su Instructor de aquel tiempo y hoy compañero de fila de Cristóbal.
Una vez cumplidos los 18 años es aceptado como Bombero Activo de la Primera de Zapallar. Donde se desempeñara como Instructor de la Brigada Juvenil llegando a ser Teniente Segundo de dicha unidad bomberil. Siempre ha sido un gran amante de la Primera y un gran amigo de sus amigos Primerinos.
Dentro de estos nueve años de servicio, ya que este año calificaba para su distinción por 10 años de servicio, se destacó por estar siempre disponible a realizar cualquier misión que se le encargará o se autoimpusiese llevándola siempre a buen puerto. Cristóbal fue el integrante con menor edad en conformar el equipo de rescate del Cuerpo de Bomberos de Zapallar, donde descubrió que lo suyo era el manejo de trauma llevándolo a estudiar TNS en Enfermería. Lo que le permitió integrar el recientemente creado Departamento Médico del Cuerpo de Bomberos de Zapallar.
Durante los últimos años se encontraba alejado físicamente de la Primera de Zapallar por motivos de trabajo, pero siempre muy cerca de sus compañero de bomba. No había viaje que dejara de visitar su cuartel o de llamar para comentarle a sus camaradas sus nuevos logros como fue pasar de trabajar del sistema público al privado y luego a ser paramédico de la unidad de Rescate de Clínica Las Condes y de sus trabajos esporádicos en INAER, empresa propietaria del avión capotado.