Tengo la impresion de que no se comprendio lo que exprese.
No reniego contra el trabajo del Comandante Don Luis De Cambiaire Duronea. De hecho, si releen lo que escribi, notaran que comento que "fue un hombre visionario", y agrego luego que el "Que a fines de los años 60 un hombre se atreviera a redactar una guia para el trabajo bomberil con escasa o nula referencia bibliografica, con mas espiritu que tecnica... es a mi juicio digno de recuerdo... y se constituye en un verdadero documento historico."
Mi observacion apunta entonces a que por mas valioso que sea el trabajo que se realizo, considerando la epoca, su valor historico y el aprecio por las tradiciones que por años han guiado a muchas generaciones de bomberos, no es ESTE manual el que hoy debiera servirnos como GUIA para el trabajo, existiendo otros manuales plenamente vigentes y mas cercanos a nuestra realidad.
En tal caso... caeriamos en permitir que la tradicion eclipse el servicio
Distingamos entonces, dos cosas...
En casi todo orden de cosas, sea por que nos impelen nuestras mas profundas emociones, recuerdos o cualquier otro sentimiento, por tanto un hecho ligado mas al corazon que a la razon, mantenemos ciertas costumbres que con el pasar del tiempo, se transforman en "tradiciones" (Quizas al pasar de una generacion a otra).
No hay argumentos profundos que respalden nuestras "tradiciones", porque las seguimos por los dictados de nuestro corazon, y eso es suficiente "razon" para respetarlas, y celosamente guardarlas.
Por una senda distinta, encontramos las costumbres (dentro de las cuales encuentran espacio nuestras formas de trabajo). Digo por una senda distinta, porque la motivacion que nos impulsa a ponerlos en practica obedece definitivamente a razonamientos logicos, argumentos convincentes, profundos, meditados, estudiados, tecnicos en la mayoria de los casos. Por la misma razon, dejamos o modificamos algunas costumbres que en atencion a tales argumentos logicos, resultan ser poco practicas, no tan utiles, carentes de provecho o definitivamente inaceptables.
Asi por ejemplo, por solo mencionar una "tradicion", mantenemos vivos los colores que nos han inspirado nuestros fundadores, porque vemos en ellos la mas viva y pura muestra de respeto y recuerdo a su obra.
Por el contrario, hace ya muchos años dejamos la "costumbre" de usar (en las emergencias al menos) las romanticas casacas negras, abotanadas al cuello, las blancas y humedas toallas al cuello, y los viejos cascos de ala ancha. Hace ya buen tiempo, entendimos que habia vigorosas razones, en su mayoria de orden tecnico, y respaldadas por amplios estudios, que nos invitaban a no seguir depositando nuestra confianza en tan inseguros elementos, aun cuando nuestro corazon hasta el dia de hoy evoque gratos recuerdos del tiempo en que los bomberos trabajaban a la vieja usanza.
Aquella fue nuestra costumbre, sin embargo ya no lo es pues la razon (solidos argumentos tecnicos) nos han dictado adoptar una nueva costumbre, una mas segura.
Nada nos impedira seguir luciendo nuestras cotonas y relucientes cascos de parada, pues son el color, el numero, las convicciones y los principios que nos legaron nuestros fundadores.
Sin embargo, tampoco nada debiera impedir que tornemos a procedimientos de trabajo mas seguros, nuevas tecnicas, nuevas formas, lo que sea que debamos cambiar porque la razon nos indica que hay argumentos poderosos que señalan nuestro error.
Si, es cierto, quizas en algun tiempo tales tecnicas, tales procedimientos o simplemente costumbres fueron muy utiles (fines de los 60). No obstante, los tiempos cambian, y lo que ayer era util (al menos en lo que a procedimientos bomberiles toca), hoy ya no lo es tanto o incluso es obsoleto.
Nuestras tradiciones, las verdaderas tradiciones, no ponen en peligro nuestra vida, nuestra eficacia y eficiencia. Muy por el contrario, enaltecen nuestra labor, la prestigian, la engrandecen.Contrario a lo que alguien pudiera pensar, no nos mantienen en el pasado, sino que nos proyectan al futuro. Las costumbres en cambio, una vez anticuadas, las que no se amoldan a los nuevos tiempos, las que no atienden a razones sino que solo se basan en emociones, si pueden hacernos perder de vista nuestro verdadero objetivo, y de paso hacernos ineficaces, ineficientes, y hasta matarnos. Nada nos impide recordarlas con cariño, pero es insensato seguirlas aplicando si la razon dicta lo contrario.
Entonces es que se vuelve para mi sumamente complejo comprender la razon por la que a alguien le interese (mas alla de su valor historico reconocido) REGIRSE por un manual de procedimientos cuyo original ya hace mucho fue revisado y corregido e incluso dicha revision ya claramente debe ser objeto de analisis, toda vez que existen manuales bastante mas acabados sobre el mismo tema.
Conservo en mi biblioteca la edicion original del manual en comento y tambien la edicion revisada, como documentos historicos, pero no como una guia para el trabajo actual.
No considero en ningun caso sea irrespetuoso analizar bajo un prisma tecnico un manual de procedimientos y cuestionar su validez si existe respaldo tecnico para ello.
Saludos,
REINALDO VALLEJOS CACERES