Los bomberos como atletas ocupacionales

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Los bomberos como atletas ocupacionales

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Por Pam Weiger
El 7 de agosto de 2003, el Consejo de Normas de la NFPA lanzó la última edición del NFPA 1582, Programa médico ocupacional global para cuarteles de bomberos, cuyo objetivo es “reducir el riesgo y la carga de morbosidad y mortalidad ocupacional de los servicios contra incendio, mientras se incrementa la seguridad y efectividad de los bomberos que trabajan para proteger la vida de la población civil y la propiedad”. Esta edición del NFPA 1582 está cambiando la manera en que algunos departamentos de bomberos se manejan, al depositar más responsabilidad sobre la salud de los bomberos en los médicos y en los administradores de departamento, respecto de la edición anterior.

Al igual que la edición 2000, la última versión del NFPA 1582 ofrece pautas a los médicos examinadores sobre las condiciones o circunstancias médicas que pueden afectar la habilidad de un bombero para hacer su trabajo. Pero, la presente edición, deposita mayor énfasis en la condición médica definida, en tanto la relaciona con la labor profesional específica del bombero.

“Ya teníamos el objetivo de corresponder las condiciones médicas, con las labores profesionales [en la edición 2000]”, afirma el Dr. Barry Portnoy, Director Médico del programa de Servicios Ejecutivos del Florida Hospital Central Care, quien lleva a cabo análisis médicos de empleo, a solicitantes del Departamento de Bomberos de Orange County (Florida). “Pero ahora [con la edición 2003], estamos más dedicados a hacerlo de esa manera”.

Dado que las nuevas pautas depositan más énfasis en cómo una condición determinada afectará el trabajo de un bombero, Portnoy ahora envía a los bomberos sobre los que siente dudas, a un especialista, con una lista de las labores profesionales esenciales detalladas en la última edición del NFPA 1582. Y le solicita al especialista, que marque “sí” o “no” al lado de cada labor, señalando si los bomberos pueden llevar a cabo dicha tarea.

Portnoy, comenzó a enviar el cuestionario de tareas específicas a especialistas, como neumonólogos y cardiólogos, después de publicada la última versión de la norma, a fin de hacer el proceso médico lo más objetivo posible. Afirma que este enfoque le permite garantizar que todos los médicos comprendan los requerimientos del trabajo, y que se apliquen las mismas normas a todos los bomberos que poseen una condición médica cuestionable.

La norma actual señala las condiciones médicas que pueden impedir que ciertos candidatos sean elegidos, y los departamentos de bomberos como el de Orange County, están aplicando la norma 2003 con los solicitantes que buscan trabajo. Pero, aplicar las mismas reglas a los empleados existentes (denominados “miembros” en el NFPA 1582), resulta más difícil, especialmente dentro del marco de los contratos de los sindicatos. La última edición hace una distinción más clara entre candidatos y miembros.

“Utilizamos la 2003 para los postulantes”, dice Jim Fitzgerald, Subjefe de Orange County. Pero como una concesión a lo laboral, el jefe de bomberos utiliza la edición 2000 cuando debe tomar una decisión sobre la capacidad de los empleados titulares para continuar con sus capacidades de trabajo actuales.

Esa práctica sigue la línea de las recomendaciones de implementación de la nueva edición, las que exigen la aplicación del NFPA 1582 a los nuevos candidatos, y el establecimiento de fechas que los miembros actuales deben cumplir mediante una planificación progresiva de los requerimientos específicos.

Fitzgerald considera el NFPA 1582 como un “enorme beneficio” a los servicios de extinción de incendios.
“Desde un punto de vista comercial, hemos gastado mucho dinero, pero contamos con una fuerza de trabajo más saludable”, comenta.

El cuidado de los miembros
Según el Dr. James Fleming -un empleado subcontratado que trabaja en el Cuerpo de Bomberos de Phoenix (Arizona)- el cambio más grande de la edición 2003 es el enfoque central sobre las normas para los miembros.

“Realmente se ha modificado de una guía para aceptación dentro de la fuerza, a una necesidad ocupacional de cuidar a sus miembros”, dice Fleming.

Un componente importante de la edición 2003 del NFPA 1582, es el requisito de hacer un seguimiento y una evaluación de las tendencias de morbosidad dentro de los departamentos de bomberos. En Phoenix, Fleming dice que está llevando un seguimiento de cuatro tendencias principales: pérdida de audición, heridas por punción con agujas, prevención de heridas y colesterol.

Según Fleming, se ha experimentado una caída drástica en la pérdida de audición entre los bomberos contratados después de 1985, relacionada con los cambios en el equipamiento y la vestimenta de protección. Los cambios en relación con el equipamiento también han contribuido a un descenso del 50% en heridas con agujas desde el inicio de los registros. Y la prevención de heridas ha tendido a enfocarse sobre heridas acaecidas durante el transporte del paciente. De hecho, las estadísticas demuestran una mejora global del estado físico de los miembros del Departamento de Bomberos de Phoenix. Como ejemplo, cita el descenso de la frecuencia de heridas en bomberos, que del 19% en 1990 a menos del 10% en 1998.

Portnoy, de Orange County, también “ve una mejora destacada enla salud y el estado físico general de los bomberos de Orange County”. En particular, ha notado una mejora en la preparación física. Los bomberos también han demostrado más interés en sus resultados de laboratorio; han modificado sus dietas o han visitado a sus médicos particulares para recibir tratamiento.

Portnoy, que asistió al simposio Redmond en San Francisco, California, patrocinado por la Asociación Internacional de Bomberos después de que la nueva edición fuera adoptada en 2003, afirma que el mensaje sobre la condición física fue más que claro.

“El mensaje principal que obtuve de la capacitación fue el concepto de considerar a los bomberos como “atletas ocupacionales”, señala. “Eso significa un énfasis terminante en la condición física”.

El Departamento de Bomberos de Las Vegas (Nevada), que ha adoptado la edición 2003 del NFPA 1582, cuenta con un personal relativamente joven de 500 bomberos quienes están aceptando el concepto del buen estado físico, según Sandy Kirkwood, Oficial de Capacitación sobre Salud y Seguridad del departamento.

“El promedio de edad de nuestros bomberos es de 32, y todos desean estar en buen estado físico”, comenta Kirkwood. El departamento ha instalado aparatos para hacer ejercicios, en todas las estaciones, y cuentan además con su propio doctor para llevar a cabo evaluaciones médicas.

Kirkwood cree que uno de los puntos fuertes del NFPA 1582 se basa en que el Programa fue diseñado para médicos o cualquier persona que se encuentre evaluando la salud de los bomberos. Dado que la extinción de incendios es un trabajo muy singular, comentó, incluso un doctor que no sabe nada sobre el oficio puede utilizar el documento como “la guía perfecta”.

“Nuestro médico tiene todo resaltado [en el programa] y simplemente sigue la lista”, informa. “Es muy fácil de usar como una guía integrada”.

El futuro del NFPA 1582
La NFPA 1582 se revisa cada tres años para mantenerla actualizada respecto de los adelantos en la tecnología médica, algo que no resulta tan sencillo.

“Tan pronto como la edición 2003 salió publicada, la Asociación Estadounidense de Diabetes envió una apelación”, dice Glenn Benarick, quien en febrero se jubiló como Subjefe del Departamento de Bomberos y Rescate de Fairfax County (Virginia), y también preside el Comité Técnico de la NFPA sobre Salud y Seguridad Ocupacionales para Servicios contra Incendio. “Consideran que la edición actual es demasiado exigente con los diabéticos insulinodependientes”.

Benarick afirma que el comité ha acordado tener en cuenta nuevas tecnologías para diabéticos, como la terapia de bomba de insulina. El comité también recibió el pedido de un fonoaudiólogo para que revean algunos de los requerimientos de audición del programa.

Mientras tanto, el NFPA 1582 se está utilizando como un modelo para crear pautas similares para el personal de policía. El Dr. Daniel Samo, que trabaja en el Comité Técnico de la NFPA sobre Salud y Seguridad Ocupacionales para Servicios contra Incendio, también preside la Sección de Medicina de Seguridad Pública del Colegio de Medicina Ambiental y Ocupacional (ACOEM, por sus siglas en inglés). Está a cargo de un proyecto a largo plazo orientado a desarrollar normas de políticas similares a las de la NFPA 1582 para personal de la fuerza policíaca.

Samo ha invitado a miembros de la comunidad laboral, administrativa y médica para que ayuden a redactar una norma para las fuerzas policiales. En los últimos dos años, el grupo ha desarrollado el alcance, preámbulo y labores profesionales para las pautas, las que según él serán escritas para doctores y por doctores. ACOEM representa a más de 6.000 médicos y otros profesionales de la salud especializados en el campo de la medicina ocupacional y ambiental.

“Recibo llamadas telefónicas de doctores que se preguntan qué hacer con los oficiales que sufren una dolencia determinada, y no contamos con ninguna clase de pautas”, dice Samo. “Realmente las necesitamos, pero no contamos con una NFPA para oficiales de policía”.

Mejoras en la salud y la condición física en Chicago
En Chicago, Illinois, con un departamento de bomberos de más de 4.800 miembros, el proceso de adquisición de salud y condición física recién está comenzando. Un programa voluntario lanzado en noviembre se orienta a que los bomberos sean más concientes de la importancia de una buena salud y una condición física adecuada. Bajo los acuerdos de contrato actuales, Chicago no cuenta con un programa de evaluaciones físicas o requerimientos de estado físico.

Un gran impulso para la creación del nuevo programa fue el incendio de un edificio de gran altura, el Cook County Administration Building, ocurrido en octubre de 2003, en el que seis personas perdieron la vida. Una investigación descubrió que los bomberos tuvieron dificultades para “buscar y dar cuenta, de manera adecuada, de los ocupantes en las escaleras antes y durante las operaciones de extinción de incendios”. Una comisión que investigaba el incendio realizó varias recomendaciones, entre ellas mejorar el estado físico de los bomberos.
“Nuestro primer paso es una campaña de información sobre los problemas de estado físico que permitirían que los bomberos vivan vidas más largas y saludables”, comenta Rosa Escareno, Subdirectora de Prensa del Departamento de Bomberos de Chicago. “En este momento, queremos que comiencen a pensar que es algo positivo para el departamento”.

Algunos componentes del programa incluyen videos de ejercicios, clases de nutrición y cocina, pósters con miembros del departamento comprometidos con el buen estado físico para crear un sistema de apoyo, aparatos para ejercicios donados para algunos cuarteles de bomberos y membresías con descuentos en tres gimnasios locales. Cortez Trotter, Inspector de Bomberos, recientemente designó dos miembros de departamento para liderar la Oficina de Salud y Estado Físico orientada a crear iniciativas de bienestar especiales con el objetivo de fomentar la mejora de salud de los bomberos.
“Por el momento, esto es lo mejor que podemos hacer”, afirma Escareno.