Violento incendio dejó en la calle a diez personas
Absolutamente nada pudieron salvar los habitantes de los inmuebles ubicados al final del pasaje Diego Portales, a la altura de la calle Eleuterio Ramírez. En el sitio sólo quedaron brasas, donde antes hubo sueños. Todo, incluidos los enseres de los esforzados pobladores, se quemó en cuestión de minutos.
Hace poco más de 10 meses, Claudia Cisternas y su esposo, José Francisco Torres, decidieron iniciar su vida familiar junto a su primera hija, en ese entonces, recién nacida. Con mucho esfuerzo, construyeron una pequeña vivienda en el mismo sitio en el que tenía su casa el padre de José y otras dos familias.
Dicen que les costó encontrar trabajo, pero hace algunos meses ambos lo habían conseguido. Con eso, los problemas económicos parecían ir quedando atrás y los sueños, aquellos que toda pareja joven posee, comenzaban a cristalizarse lentamente, pero a paso seguro.
“Ya teníamos todo lo básico. De a poquito habíamos juntado nuestras cositas, pero ahora tendremos que empezar de nuevo. No queda otra”, se consuela Claudia, mientras trabaja al lado de algunos amigos removiendo los escombros que dejaron las voraces llamas de la noche anterior.
Es que más o menos a las 23:30 horas del sábado, los cuatro inmuebles, incluido el del ardieron hasta el último cimiento, luego que –al parecer- una cocinilla que estaba en una de las habitaciones se recalentara, iniciándose un fuego que se hizo incontrolable por el viento reinante y por la falta de agua en el área. De acuerdo con los afectados, a ello también contribuyó la tardía llegada de Bomberos hasta el epicentro del siniestro.
Lo cierto es que en nada cooperó para una eventual extinción del incendio la explosión de un balón de gas, que provocó que las llamas se propagaran desde foco inicial al resto de las precarias casas.
En total, diez personas quedaron sin techo, entre ellas tres menores de edad. Del mismo modo, los enseres rescatados desde el interior de los inmuebles afectados, emplazados al final del pasaje Diego Portales, fueron casi ninguno.
AYUDA DE EMERGENCIA
Claudia y José Francisco aseguran que aún no asimilan el duro golpe que significa quedar literalmente, de un día para otro, en la calle.
Lo que más los urge en este instante es conseguir alimento para su pequeño bebé, quien además necesita paños y vestuario.
En la noche del sábado, personal de la municipalidad angelina llegó con ayuda para cubrir las primeras necesidades de los afectados por este incendio, como ropa de cama y alimentos no perecibles.
Ayer, parte de los damnificados trabajaban removiendo los escombros que quedaban en el sitio, pues un camión los recogería más tarde. Según indicaron, desde el municipio local les prometieron la instalación de mediaguas durante esta semana y aunque ello no es una solución definitiva, por lo menos les devuelve en algo la esperanza. La esperanza que ni el inclemente fuego de un sábado por la noche amenazó, pero finalmente no pudo quitarles.
Fuente: Diario La Tribuna
Absolutamente nada pudieron salvar los habitantes de los inmuebles ubicados al final del pasaje Diego Portales, a la altura de la calle Eleuterio Ramírez. En el sitio sólo quedaron brasas, donde antes hubo sueños. Todo, incluidos los enseres de los esforzados pobladores, se quemó en cuestión de minutos.
Hace poco más de 10 meses, Claudia Cisternas y su esposo, José Francisco Torres, decidieron iniciar su vida familiar junto a su primera hija, en ese entonces, recién nacida. Con mucho esfuerzo, construyeron una pequeña vivienda en el mismo sitio en el que tenía su casa el padre de José y otras dos familias.
Dicen que les costó encontrar trabajo, pero hace algunos meses ambos lo habían conseguido. Con eso, los problemas económicos parecían ir quedando atrás y los sueños, aquellos que toda pareja joven posee, comenzaban a cristalizarse lentamente, pero a paso seguro.
“Ya teníamos todo lo básico. De a poquito habíamos juntado nuestras cositas, pero ahora tendremos que empezar de nuevo. No queda otra”, se consuela Claudia, mientras trabaja al lado de algunos amigos removiendo los escombros que dejaron las voraces llamas de la noche anterior.
Es que más o menos a las 23:30 horas del sábado, los cuatro inmuebles, incluido el del ardieron hasta el último cimiento, luego que –al parecer- una cocinilla que estaba en una de las habitaciones se recalentara, iniciándose un fuego que se hizo incontrolable por el viento reinante y por la falta de agua en el área. De acuerdo con los afectados, a ello también contribuyó la tardía llegada de Bomberos hasta el epicentro del siniestro.
Lo cierto es que en nada cooperó para una eventual extinción del incendio la explosión de un balón de gas, que provocó que las llamas se propagaran desde foco inicial al resto de las precarias casas.
En total, diez personas quedaron sin techo, entre ellas tres menores de edad. Del mismo modo, los enseres rescatados desde el interior de los inmuebles afectados, emplazados al final del pasaje Diego Portales, fueron casi ninguno.
AYUDA DE EMERGENCIA
Claudia y José Francisco aseguran que aún no asimilan el duro golpe que significa quedar literalmente, de un día para otro, en la calle.
Lo que más los urge en este instante es conseguir alimento para su pequeño bebé, quien además necesita paños y vestuario.
En la noche del sábado, personal de la municipalidad angelina llegó con ayuda para cubrir las primeras necesidades de los afectados por este incendio, como ropa de cama y alimentos no perecibles.
Ayer, parte de los damnificados trabajaban removiendo los escombros que quedaban en el sitio, pues un camión los recogería más tarde. Según indicaron, desde el municipio local les prometieron la instalación de mediaguas durante esta semana y aunque ello no es una solución definitiva, por lo menos les devuelve en algo la esperanza. La esperanza que ni el inclemente fuego de un sábado por la noche amenazó, pero finalmente no pudo quitarles.
Fuente: Diario La Tribuna