Obviamente que existieron y persisten las responsabilidades, pero por la escasa cantidad de post, sobre todo de los camaradas de esa zona geográfica, se puede pensar que nuevamente estamos frente a algún tipo de orden vertical de no hacer muchas olas al respecto.
Lo sucedido incluso por las condiciones de la emergencia, es de bastante mayor gravedad que lo ocurrido con Gabriel en Valparaíso, a saber, el incendio estaba confinado a una o dos casas a diferencia del incendio forestal que abarcaba un mayor espacio físico haciendo más complicado el control de parte de los oficiales (condición que no los exime para nada), ya sabemos que no había o era mínima la gestión de un comando a cargo de la emergencia, independientemente del aparente nulo control por parte de los oficiales de la Cía. , que hoy cuenta con dos mártires.
Es el momento de comentar la tragedia en beneficios de todos, a pesar de que seguramente surgirán comentarios iracundos que solamente se centrarán en el martirologio de los jóvenes voluntarios, no mirando más allá, no con el afán de encontrar responsabilidades de parte de ellos, que sin dudas las hubo, si no muy por el contrario, como una manera de evitar que este tipo de tragedias se sigan repitiendo en el futuro.
Señores de los Comandos, bomberos antiguos, bomberas(os) de nuevas generaciones, cadetes o brigadieres, el martirologio no es lo importante, más importante es preocuparnos por la vida de nuestros voluntarias(os) como una manera de seguir contando con sus valiosos servicios, ya que en los últimos tiempos la convocatoria para ingresar a nuestra Institución está bastante decaída..
No sigamos perdiendo gente preparada por errores de gestión en la emergencia misma y la poca o nula gestión previa en las Cías y Cuerpos, relacionada básicamente por la poca preocupación de inducir temas atingentes a la seguridad y el autocuidado que debemos tener como voluntarios, lo que debiera ser un pilar fundamental de la capacitación que estamos entregando.
Bomberos muertos no sirven, no aportan nada, salvo que como Cías. y Cuerpos levantemos el tema, hincando fuertemente el diente en el necesario empoderamiento que deben tener nuestros voluntarios para que su desempeño en las emergencias sea el más eficiente, efectivo y por sobretodo seguro para con sus propias vidas, como para las de sus camaradas.
Un fuerte abrazo.
Lo sucedido incluso por las condiciones de la emergencia, es de bastante mayor gravedad que lo ocurrido con Gabriel en Valparaíso, a saber, el incendio estaba confinado a una o dos casas a diferencia del incendio forestal que abarcaba un mayor espacio físico haciendo más complicado el control de parte de los oficiales (condición que no los exime para nada), ya sabemos que no había o era mínima la gestión de un comando a cargo de la emergencia, independientemente del aparente nulo control por parte de los oficiales de la Cía. , que hoy cuenta con dos mártires.
Es el momento de comentar la tragedia en beneficios de todos, a pesar de que seguramente surgirán comentarios iracundos que solamente se centrarán en el martirologio de los jóvenes voluntarios, no mirando más allá, no con el afán de encontrar responsabilidades de parte de ellos, que sin dudas las hubo, si no muy por el contrario, como una manera de evitar que este tipo de tragedias se sigan repitiendo en el futuro.
Señores de los Comandos, bomberos antiguos, bomberas(os) de nuevas generaciones, cadetes o brigadieres, el martirologio no es lo importante, más importante es preocuparnos por la vida de nuestros voluntarias(os) como una manera de seguir contando con sus valiosos servicios, ya que en los últimos tiempos la convocatoria para ingresar a nuestra Institución está bastante decaída..
No sigamos perdiendo gente preparada por errores de gestión en la emergencia misma y la poca o nula gestión previa en las Cías y Cuerpos, relacionada básicamente por la poca preocupación de inducir temas atingentes a la seguridad y el autocuidado que debemos tener como voluntarios, lo que debiera ser un pilar fundamental de la capacitación que estamos entregando.
Bomberos muertos no sirven, no aportan nada, salvo que como Cías. y Cuerpos levantemos el tema, hincando fuertemente el diente en el necesario empoderamiento que deben tener nuestros voluntarios para que su desempeño en las emergencias sea el más eficiente, efectivo y por sobretodo seguro para con sus propias vidas, como para las de sus camaradas.
Un fuerte abrazo.