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Pablo
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Las mil historias de los hombres del fuego
Formar parte del Cuerpo de Bomberos exige una responsabilidad inmensa pero a la vez un noble corazón solidario, pues no todo el mundo está dispuesto a tender la mano. Esfuerzo, valentía y dedicación son elementos que se conjugan en cada uno de los voluntarios que sólo buscan ser un aporte a la sociedad en el día a día y precisamente ese trabajo es el que los ha hecho protagonistas de historias de dolor y superación.
EXPERIENCIA
Froilán Vera Cayupe ha pasado por diversos cargos al interior de la segunda compañía de bomberos como así mismo en la superintendencia de la institución. En cada uno de ellos ha debido afrontar la responsabilidad de acudir a las emergencias y sucesos que se producen en la comuna, “en esta profesión uno se da cuenta el esfuerzo de las familias por construir su hogar y la amargura que sienten cuando el fuego termina con esa esperanza de vida, muchas veces me siento impotente al no lograr salvarle totalmente sus pertenencias”, comenta este voluntario.
Durante sus más de 40 años de servicio, ha debido afrontar situaciones extremas que están latentes en su mente: “hace unos diez años atrás en vísperas de navidad estábamos en la compañía todos los voluntarios reunidos con nuestras familias, cerca de la medianoche el sonido de la sirena nos avisa de una emergencia, se trataba de un accidente de transito en el sector de Trancalco, donde un camión había chocado con un bus estacionado.
Al llegar al lugar se encontró con que en el interior del vehículo de carga había un niño de 11 años atrapado entre los fierros retorcidos y que había fallecido. Agrega que: “fue un momento muy difícil cuando una vez cumplida la dura tarea entregamos el pequeño cuerpo a Carabineros para los peritajes respectivos, eso no pude sopórtalo junto a los demás colegas y nos abrazamos y lloramos porque era un día tan especial donde la familia se reúne y en esa oportunidad una familia perdía a un hijo”.
TRAGEDIAS
A su juicio lo más difícil es retirar desde los escombros de un incendio a bebes o niños indefensos que han perdido la vida a causa de las llamas, “este tipo de situaciones nos hacen reflexionar que cuando se produce un simple descuido, la vida de un pequeño se va en cosa de segundos sin que nosotros podamos hacer nada para evitarlo”.
Lo que más le ha choqueado en su carrera bomberil, ocurrió hace dos años, en pleno verano, “en esa ocasión un bañista se estaba ahogando en playa Millaneco, llegamos junto al equipo de rescate y fue imposible poder llegar con las cuerdas hasta el punto donde esta persona luchaba por mantenerse con vida, pese a todos nuestros esfuerzos fue impactante en lo personal observar como se ahogaba sin poder hacer nada para evitarlo, hasta que de pronto se perdió en las aguas, es algo que me provoco rabia e impotencia de no poder hacer nada más de lo que estaba a nuestro alcance”.
También ha estado en riesgo su propia vida, “en una oportunidad me dirigía a un sector rural junto a otros voluntarios para extinguir un incendio en un inmueble, de camino al incendio el carro volcó violentamente en la carretera, felizmente sin consecuencias graves, aunque uno de los momentos más complejos fue en un incendio que estaba consumiendo un galpón donde se almacenaban galones de gas, cuando nos acercamos al frente del fuego comenzaron a explotar estos elementos y la onda expansiva me lanzo a varios metros”.
Para este bombero la satisfacción del deber cumplido es poder en conjunto con sus demás colegas salvar vidas sin importar de quien se trate ya que solamente importa la misión que a decidido tomar.
PADRE E HIJO
Dentro de esta noble institución también existen otros voluntarios que se han entregado de lleno al servicio, permaneciendo incluso de noche atentos para acudir a algún llamado de emergencia. Este es el caso de Joaquín Valencia Muñoz que con 22 años en la segunda compañía, comenta que, “es un orgullo ser bombero, servir a la comunidad, salvar vidas o llegar pronto a una emergencia para mi es muy reconfortante, me agrada lo que hago y eso es importante”.
Si bien este servidor público no actúa directamente en el combate de las llamas, su rol como conductor de uno de los carros bomberiles es fundamental, aunque tienen una doble responsabilidad, como el mismo asegura, “es un compromiso muy grande, primero porque llevo personas dentro de un vehículo de gran tonelaje y un equivoco puede causar graves problemas y segundo porque tengo que llegar a tiempo a un incendio o accidente ya que los minutos juegan en contra”.
La familia es un pilar fundamental cuando un hombre o una mujer abrazan a una institución , en el caso de Valencia, su esposa e hijos han jugado un rol importante en la permanencia dentro de Bomberos, “creo que ellos han sido el principal soporte en esta misión, incluso tengo que agradecerle a mi esposa porque cuando se producía el llamado de las sirenas para acudir a una emergencia era ella la que me despertaba y cuidaba que llevara toda la implementación necesaria, me apoya en todo lo que yo he emprendido dentro de esta institución”.
Tanto ha sido el respaldo de los suyos como el amor que este voluntarios tiene por lo que hace que recuerda una ocasión en que junto a su pequeño hijo en ese entonces de casi tres años se encontraban paseando en la plaza de Armas, “a eso de las once de la mañana suena la sirena, el deber me llama, soy conductor y tengo que ir, pero andaba con mi hijo, pues bien lo tome en brazos y llegue al cuartel, subí al vehículo y senté a mi pequeño a mi lado y llegue al siniestro junto a él”.
APRENDIZAJE
El joven confiesa que su mejor instructor es su padre, quien lo ha guiado en cada uno de los desafíos que ha decidido emprender : “creo que él ha sido mi motivación para que yo permanezca aquí ya que he seguido de cerca el trabajo que ha realizado y lo he visto con que dedicación y responsabilidad toma esta misión, lo que me llena de orgullo”.
Además de prepararse habitualmente, también ha tomado responsabilidades a su corta edad, al aceptar ser secretario de la recién formada brigada de cadetes de su compañía integrada por 15 jóvenes de su misma edad, “ha sido una responsabilidad muy importante porque eso demuestra que la oficialidad nos esta dando una oportunidad de ser parte de todas las experiencias internas”.
Quizás cuando este joven cumpla 18 años ya no estará en Lebu si no que en otra ciudad cursando estudios superiores, pero lo que si tiene claro es que donde se encuentre seguirá vistiendo el uniforme de bomberos y entregándose por entero al prójimo. Su padre en tanto seguirá cumpliendo con igual celo su labor como bombero honorario y miembro permanente de la segunda compañía Lebulense.
Fuente: renacerdearauco.cl

Formar parte del Cuerpo de Bomberos exige una responsabilidad inmensa pero a la vez un noble corazón solidario, pues no todo el mundo está dispuesto a tender la mano. Esfuerzo, valentía y dedicación son elementos que se conjugan en cada uno de los voluntarios que sólo buscan ser un aporte a la sociedad en el día a día y precisamente ese trabajo es el que los ha hecho protagonistas de historias de dolor y superación.
EXPERIENCIA
Froilán Vera Cayupe ha pasado por diversos cargos al interior de la segunda compañía de bomberos como así mismo en la superintendencia de la institución. En cada uno de ellos ha debido afrontar la responsabilidad de acudir a las emergencias y sucesos que se producen en la comuna, “en esta profesión uno se da cuenta el esfuerzo de las familias por construir su hogar y la amargura que sienten cuando el fuego termina con esa esperanza de vida, muchas veces me siento impotente al no lograr salvarle totalmente sus pertenencias”, comenta este voluntario.
Durante sus más de 40 años de servicio, ha debido afrontar situaciones extremas que están latentes en su mente: “hace unos diez años atrás en vísperas de navidad estábamos en la compañía todos los voluntarios reunidos con nuestras familias, cerca de la medianoche el sonido de la sirena nos avisa de una emergencia, se trataba de un accidente de transito en el sector de Trancalco, donde un camión había chocado con un bus estacionado.
Al llegar al lugar se encontró con que en el interior del vehículo de carga había un niño de 11 años atrapado entre los fierros retorcidos y que había fallecido. Agrega que: “fue un momento muy difícil cuando una vez cumplida la dura tarea entregamos el pequeño cuerpo a Carabineros para los peritajes respectivos, eso no pude sopórtalo junto a los demás colegas y nos abrazamos y lloramos porque era un día tan especial donde la familia se reúne y en esa oportunidad una familia perdía a un hijo”.
TRAGEDIAS
A su juicio lo más difícil es retirar desde los escombros de un incendio a bebes o niños indefensos que han perdido la vida a causa de las llamas, “este tipo de situaciones nos hacen reflexionar que cuando se produce un simple descuido, la vida de un pequeño se va en cosa de segundos sin que nosotros podamos hacer nada para evitarlo”.
Lo que más le ha choqueado en su carrera bomberil, ocurrió hace dos años, en pleno verano, “en esa ocasión un bañista se estaba ahogando en playa Millaneco, llegamos junto al equipo de rescate y fue imposible poder llegar con las cuerdas hasta el punto donde esta persona luchaba por mantenerse con vida, pese a todos nuestros esfuerzos fue impactante en lo personal observar como se ahogaba sin poder hacer nada para evitarlo, hasta que de pronto se perdió en las aguas, es algo que me provoco rabia e impotencia de no poder hacer nada más de lo que estaba a nuestro alcance”.
También ha estado en riesgo su propia vida, “en una oportunidad me dirigía a un sector rural junto a otros voluntarios para extinguir un incendio en un inmueble, de camino al incendio el carro volcó violentamente en la carretera, felizmente sin consecuencias graves, aunque uno de los momentos más complejos fue en un incendio que estaba consumiendo un galpón donde se almacenaban galones de gas, cuando nos acercamos al frente del fuego comenzaron a explotar estos elementos y la onda expansiva me lanzo a varios metros”.
Para este bombero la satisfacción del deber cumplido es poder en conjunto con sus demás colegas salvar vidas sin importar de quien se trate ya que solamente importa la misión que a decidido tomar.
PADRE E HIJO
Dentro de esta noble institución también existen otros voluntarios que se han entregado de lleno al servicio, permaneciendo incluso de noche atentos para acudir a algún llamado de emergencia. Este es el caso de Joaquín Valencia Muñoz que con 22 años en la segunda compañía, comenta que, “es un orgullo ser bombero, servir a la comunidad, salvar vidas o llegar pronto a una emergencia para mi es muy reconfortante, me agrada lo que hago y eso es importante”.
Si bien este servidor público no actúa directamente en el combate de las llamas, su rol como conductor de uno de los carros bomberiles es fundamental, aunque tienen una doble responsabilidad, como el mismo asegura, “es un compromiso muy grande, primero porque llevo personas dentro de un vehículo de gran tonelaje y un equivoco puede causar graves problemas y segundo porque tengo que llegar a tiempo a un incendio o accidente ya que los minutos juegan en contra”.
La familia es un pilar fundamental cuando un hombre o una mujer abrazan a una institución , en el caso de Valencia, su esposa e hijos han jugado un rol importante en la permanencia dentro de Bomberos, “creo que ellos han sido el principal soporte en esta misión, incluso tengo que agradecerle a mi esposa porque cuando se producía el llamado de las sirenas para acudir a una emergencia era ella la que me despertaba y cuidaba que llevara toda la implementación necesaria, me apoya en todo lo que yo he emprendido dentro de esta institución”.
Tanto ha sido el respaldo de los suyos como el amor que este voluntarios tiene por lo que hace que recuerda una ocasión en que junto a su pequeño hijo en ese entonces de casi tres años se encontraban paseando en la plaza de Armas, “a eso de las once de la mañana suena la sirena, el deber me llama, soy conductor y tengo que ir, pero andaba con mi hijo, pues bien lo tome en brazos y llegue al cuartel, subí al vehículo y senté a mi pequeño a mi lado y llegue al siniestro junto a él”.
APRENDIZAJE
El joven confiesa que su mejor instructor es su padre, quien lo ha guiado en cada uno de los desafíos que ha decidido emprender : “creo que él ha sido mi motivación para que yo permanezca aquí ya que he seguido de cerca el trabajo que ha realizado y lo he visto con que dedicación y responsabilidad toma esta misión, lo que me llena de orgullo”.
Además de prepararse habitualmente, también ha tomado responsabilidades a su corta edad, al aceptar ser secretario de la recién formada brigada de cadetes de su compañía integrada por 15 jóvenes de su misma edad, “ha sido una responsabilidad muy importante porque eso demuestra que la oficialidad nos esta dando una oportunidad de ser parte de todas las experiencias internas”.
Quizás cuando este joven cumpla 18 años ya no estará en Lebu si no que en otra ciudad cursando estudios superiores, pero lo que si tiene claro es que donde se encuentre seguirá vistiendo el uniforme de bomberos y entregándose por entero al prójimo. Su padre en tanto seguirá cumpliendo con igual celo su labor como bombero honorario y miembro permanente de la segunda compañía Lebulense.
Fuente: renacerdearauco.cl