La lenta reconstrucción de los cuarteles de bomberos

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1 Dic 2010
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Chile
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Más de tres años han transcurrido después del terremoto y aún existen compañías a lo largo de la región que no cuentan con dependencias aptas para llevar a cabo su labor voluntaria
El terremoto del 27 de febrero de 2010 dejó varios damnificados en nuestra región, muchos perdieron sus casas o vieron cómo éstas resultaron dañadas. Esta misma realidad la vivieron también compañías de bomberos, cuyos voluntarios, a pesar que vieron cómo sus cuarteles se vinieron abajo, salieron inmediatamente a ayudar a la comunidad.

Pero, una vez dejada atrás la tragedia, los bomberos tuvieron que volver a dependencias destruidas, inhabitables o con serias averías. Fue por ello que en octubre de 2010, el Presidente Sebastián Piñera anunció que se realizaría un plan de trabajo con la Junta Nacional de Bomberos para reconstruir estos cuarteles, aportando $15 mil millones, de los cuales unos $2.800 millones serían destinados a la Región de O'Higgins.

La ejecución de las obras, que se realizaría a través de procesos de licitaciones, quedó a cargo de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas. Hoy, tres años después, conversamos con las entidades relacionadas con este proceso, quienes dieron su visión del actual estado de los cuarteles de Bomberos que se vieron beneficiados con este convenio.

UN INCONVENIENTE EN EL CAMINO

El Seremi de Obras Públicas, Moisés Saravia, informa que son once los cuarteles que fueron designados por la Junta Nacional de Bomberos para ser financiados por esta iniciativa. Para ellos se determinó un modelo tipo de recinto, de manera que todos tuvieran un costo similar y se pudieran asignar los recursos de forma equitativa.

“La tarea nuestra fue ver los proyectos que estaban elaborando los distintos cuarteles de bomberos, tomarlos, revisarlos y después hacer todo el proceso de licitación, además de ser la unidad técnica encargada de que fueran construidos de acuerdo a todas las especificaciones. Por eso, si el proyecto tiene observaciones, va a ser devuelto, lo que demora un poco”, asegura.

Sin embargo, como el mismo Seremi reconoce, ese no ha sido el mayor inconveniente al que se han enfrentado en este procedimiento. Se definió para construir los cuarteles una metodología que se llama pago contra recepción, en el que se contrata el proyecto y la ejecución de la obra, y a la empresa se le paga por avance.

Saravia explica que “para las empresas pequeñas y para montos pequeños es complejo, porque la empresa que participa en la licitación tiene que tener un proyecto de arquitectura elaborado y si no se lo adjudica, en algunos casos se le devuelve parte de lo que han incorporado en él, pero en otros cero. Por eso, las empresas son reacias a participar en una licitación bajo esa condición”.

Esta observación es compartida por Carlos Soto, primer vicepresidente del Consejo Regional O'Higgins de Bomberos, quien señala que “esta situación de tardanza se asocia a los sistemas de licitación que tiene el MOP. Lo que sucede es que el listado de empresas que tiene el MOP habilitadas no tuvieron mayor interés por esta clase de proyectos por el monto del valor del cuartel. Entonces, ahí ha habido claramente una tardanza, pero sí hay cuarteles que se están construyendo e incluso terminados”.

De esta forma, el también Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Machalí aclara que “la construcción de los cuarteles ha sido normal para lo que se demora una obra, pero la parte de las licitaciones del MOP no, de hecho, el Cuerpo de Bomberos de Codegua se licitó cuatro veces y en el caso de Coya ya se licitó una vez y fue declarada desierta”.

Consultado Soto si es que considera que fue entonces una buena idea que el MOP se hiciera cargo de este proceso, manifiesta que “a la luz de lo que llevamos, no fue la mejor opción”. Además, recalca que los dineros entregados a la Junta Nacional son estatales, por lo que están sujetos a toda clase de controles, lo que también puede retardar el proceso, aunque -afirma- el ministerio ha demostrado intenciones de agilizar las cosas.

“Como autoridad bomberil digo que no tiene sentido que fuimos una de las instituciones que salió a ayudar a sus vecinos a distintas comunas, muchos nos mantuvimos por días y semanas trabajando para poder paliar esta horrible tragedia y debería haber habido alguna preocupación de poder reparar nuestros cuarteles (...) Ha sido duro el proceso, aunque si bien es cierto se está avanzando, los bomberos quisiéramos que fuera un poco más rápido”, expresa Soto.

Distinta opinión tiene el Seremi de Obras Públicas, quien asevera que “tenemos un avance, yo calculo, de un 70%. Ha sido muy rápido porque hay que considerar algo que es sumamente importante, acá no se reparó, se construyeron cuarteles nuevos. Hay algunos sectores en que a lo mejor se pudo haber reparado, pero se aprovechó la circunstancia de un terremoto para construir instalaciones nuevas que cumplan con toda la normativa sísmica y que nos duren 50 años más”.

LOS QUE FALTAN

De los once cuarteles mencionados, uno ya está entregado -que es la Sexta Compañía de Santa Cruz-, seis se encuentran en construcción y cuatro están en espera de pasar al proceso de licitación (ver tabla). Para éstos últimos, que corresponden a compañías de Rengo, Coya, Graneros y Chépica, el Seremi dice que se cambió la metodología y los proyectos van a ser licitados bajo la condición de suma alzada.

“Esto significa que el oferente estudia el proyecto y dice que va a cobrar por éste un valor definido y ése se va a aplicar, no hay variaciones. Eso va a ser más rápido y simple, y creo que va a haber oferentes para poder licitar esos cuatro que faltan”, indica Saravia.

Ahora, otras necesidades han aparecido en el camino. El primer vicepresidente del Consejo Regional O'Higgins dice que la Primera Compañía de Doñihue tiene su cuartel roto e inhabilitado y sus carros están a la intemperie, pero no quedó seleccionado dentro de este convenio porque en un principio se pensó que era posible de reparar y después los estudios demostraron que debía ser demolido. Asimismo, la segunda compañía de Paredones, ubicada en Bucalemu, también quedó fuera.

Soto explica que “el Gobierno le dijo a Bomberos que puede aumentar esa remesa, pero eso va a suceder cuando se gasten los $15 mil millones. Ellos tienen la mejor disposición de aportar nuevamente una cantidad para que termine esta situación”. Saravia también piensa que es posible seguir ayudando a la institución. “No sé si en la misma modalidad, porque esto fue dentro de un contexto de un terremoto (…) si la Junta Nacional quiere seguir trabajando, obvio que siempre va a poder postular a recursos de los gobiernos regionales o de la presidencia misma, pero va a ser una gestión de ellos”, subraya.

Cabe destacar que otros cuarteles se han reconstruido -o están en proceso de- con fondos de la misma institución bomberil y también con aportes del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), entre ellos la Primera Compañía de Navidad, la Segunda Compañía de Gultro, el Cuartel de Lolol, la Segunda Compañía de El Huique, el Cuartel de Nancagua, la Segunda Compañía de Pichidegua, entre otros.

El caso de la Segunda Compañía de Graneros

El terremoto dejó sin “casa” a la Segunda Compañía de Bomberos de Graneros, quienes hasta antes de este incidente se encontraban instalados en una bodega entregada en comodato, que acondicionaron para sus labores. El sismo arrasó con la techumbre, el segundo piso y dejó dañada la estructura lateral y posterior del edificio.

Los voluntarios no tenían dónde ir, pero de todas formas cumplieron con el servicio de ayuda a los vecinos. “Nosotros cumplimos nuestra función como si nada hubiera pasado, seguimos sirviendo a la comunidad y estuvimos más de dos semanas entregando agua, mientras que el cuartelero y voluntarios se tuvieron que quedar a la intemperie para cuidar el material”, recuerda Manuel Bahamondes, director de esta compañía.

Actualmente, se encuentran instalados en una bodega, que solía ser una ferretería, la que también arreglaron para convertirla en un cuartel decente. Sin embargo, Manuel asegura que los voluntarios no se encuentran cómodos en este lugar, “hasta el día de hoy no podemos decir que éste es un cuartel de Bomberos, nos sentimos un poco hacinados, por eso tenemos la inquietud de darle una solución pronto a este problema”, señala.

Esta compañía es una de las que se encuentra en espera para poder ingresar al proceso de licitación, su director asegura que el anteproyecto está listo, pero que aún hay cosas que entrampan su curso. Así, afirma que hay “demasiada burocracia”, así que anhela que en un par de meses o a fin de año puedan tener “humo blanco” con este proyecto.

Finalmente, Manuel enfatiza que para él proceso ha sido muy lento, “todos los bomberos nos hemos dado cuenta de esto, ya son más de 3 años esperando que se haga. Hemos visto avances en otros cuarteles y es una envidia sana, pero nosotros queremos estar bien para entregarle un mejor servicio a la comunidad”.


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