Desde el reloj de Tenderini (primer mártir de los bomberos santiaguinos) hasta sofisticados simuladores albergará el museo que recorrerá las vivencias de los bomberos chilenos. Se emplazará en el histórico cuartel de Puente con Santo Domingo, donde su torre todavía conserva la campana entregada por Enrique Meiggs para llamar a los voluntarios.
"Se cita a los jóvenes que deseen llevar a cabo la idea del establecimiento de una compañía de bomberos para el día 14 del presente, a la una de la tarde, al escritorio del que suscribe. J. Luis Claro". Solo tres días después del horroroso incendio del templo de La Compañía, que significó que más de dos mil personas murieran calcinadas adentro de la iglesia el 8 de diciembre de 1863, el periódico "El Ferrocarril" publicaba este aviso que sería el germen del Cuerpo de Bomberos de Santiago (Valparaíso ya tenía su equipo de bomberos, desde 1851). Días después, el 20 de diciembre, en el despacho de Claro, en los altos del portal de Sierra Bella, frente a la Plaza de Armas, se firmaba el acta -conservada hasta hoy en perfecto estado- que dio origen al Cuerpo de Bomberos de Santiago.
Han pasado más de 150 años y los tiempos de las mangueras de cuero y las bombas tiradas por caballos aparecen lejanos. Las labores de bomberos se han multiplicado e incluyen hasta los escapes de sustancias tóxicas. Pero lo que se ha mantenido es la particular épica, que los distingue de todas las compañías de bomberos del mundo: su carácter voluntario. "Chile es el único país donde su servicio de bomberos es íntegramente voluntario. Muchos países tienen sistemas mixtos. En Estados Unidos los voluntarios son más que los rentados", explica el periodista y bombero Marco Antonio Cumsille, vicesuperintendente del cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS).
Los estudios de opinión indican que el Cuerpo de Bomberos, en estos tiempos de desconfianza, es una de las instituciones más valoradas por los chilenos. En la reciente encuesta Adimark que evaluó el desempeño de distintas instituciones en las inundaciones del norte, los Bomberos tuvieron 98% de aprobación. Luego vinieron Carabineros (93%), el Ejército (90%) y la Onemi (31%).
Incendios emblemáticos
Pocas instituciones en la historia de Chile han tenido la perseverancia y el cariño del Cuerpo de Bomberos de Santiago hacia su histórico edificio, emplazado en la esquina de Santo Domingo con el paseo Puente, terreno que ha albergado a sus instalaciones desde 1863. En 1893 se levantó allí el característico edificio rojo que existe hoy -monumento nacional-, que ha sobrevivido a varios terremotos (que obligaron a complejas restauraciones) e incluso a un ¡incendio! en la década de 1960, que fue apagado con prontitud.
Hoy se emplazan allí las oficinas centrales del CBS, que dirigen a las 22 compañías y 2.200 voluntarios que combaten los incendios en la capital (incluidas 51 bomberas). Parte de este noble edificio de cielos altos y escalas generosas albergará el nuevo Museo de Bomberos -antes existieron exhibiciones puntuales-, con una superficie de más de mil metros cuadrados, que se reparten entre el segundo y tercer piso de la antigua construcción.
"La idea del museo es hacer un recorrido por los últimos 160 años de historia republicana, a través de la evolución del Cuerpo de Bomberos. Como ha señalado el historiador Cristián Gazmuri, en Chile los cuerpos de Bomberos fueron una de las formas de asociación que le dieron sustento a la naciente república, con el mérito de haber mantenido su vigencia a lo largo de más de siglo y medio", señala Cumsille.
A través de imágenes, maquetas, proyecciones holográficas y otras técnicas, se recorrerá el nacimiento de los bomberos en el mundo y Chile, para luego aterrizar en los bomberos de Santiago y los incendios emblemáticos. "A partir de 1863, se revisarán la evolución de los cascos y uniformes, maquinaria (material menor y mayor) y avances técnicos, relacionándolos con los incendios más importantes que ha sufrido la ciudad", explica la antropóloga Lorena Vásquez, quien ha dirigido la catalogación de la colección y la elaboración del guión museográfico.
Siniestros como el del Teatro Municipal (1870) -donde murió Germán Tenderini-, el de los polvorines del Cuartel de artillería de Santiago (1880), las explosiones de petróleo en el entorno del Gasómetro (1939) hasta otros más cercanos como el incendio de La Moneda en 1973, la torre Santa María (1981), la explosión en Moly Pack (1995) y el edificio Diego Portales (2006) serán citados en este recorrido, ya que varios de ellos implicaron un cambio en las técnicas y protocolos de acción. El circuito también contempla una "sala de mártires", con imágenes y objetos de los 49 voluntarios que han fallecido combatiendo las llamas y una visita al solemne salón de reuniones, con su gran cuadro del primer directorio del Cuerpo de Bomberos de Santiago (pintado por E. Lemoine) y retratos de los antiguos superintendentes.
Asimismo, habrá un espacio destinado a explicar otras labores que cumple el CBS, como los rescates en caso de accidentes automovilísticos, terremotos y emergencias químicas, que requieren un alto grado de especialización. "La tendencia mundial es que cada vez hay menos incendios y más emergencias de otro tipo. El museo dará cuenta de ellas", señala Cumsille. Finalmente, en una segunda etapa se instalará un simulador de emergencia donde los niños podrán subirse a un carro, vestirse y llegar al incendio.
También habrá alusiones a voluntarios ilustres, entre los que no faltan presidentes (Pedro Montt y Aníbal Pinto), políticos (Manuel Antonio Matta, Enrique Mac Iver, Benjamín Vicuña Mackenna), educadores (Valentín Letelier), alcaldes (Ismael Valdés Vergara), arquitectos (Fermín Vivaceta) y miembros de colonias extranjeras.
Un rico conjunto humano que muestra de que en el Cuerpo de Bomberos no solo lo han integrado radicales y masones, sino que hasta sacerdotes, como el caso del clérigo Marchant Pereira, fundador de la Quinta Compañía. Voluntarios que han mantenido a través de los años peculiares tradiciones enraizadas en la historia de Chile, como los entierros nocturnos. La práctica, que se extiende hasta hoy, se origina en Valparaíso en 1859, cuando la inestabilidad política motivó a las autoridades a prohibir los funerales masivos durante el día. Por lo cual el entierro del voluntario Domingo Espiñeira se realiza de noche y a la luz de las antorchas, como narra el investigador, publicista y bombero Antonio Márquez, autor de la completa obra "Vidas de fuego. 150 años del Cuerpo de Bomberos de Santiago".
Un patio para la ciudad
La habilitación arquitectónica del museo -financiada con el Legado Bicentenario- ha estado a cargo de los arquitectos Carolina Selume y Julio Medina, quienes han diseñado las instalaciones interiores del museo y también el nuevo patio arbolado interior de casi 900 metros cuadrados, que constituirá el acceso del museo y que pretende ser un pequeño oasis en este congestionado sector de la ciudad.
La construcción de este espacio -que en el futuro se buscará conectar con el patio del contiguo Museo Histórico- no ha estado exenta de desafíos. "Durante el proceso de excavación de las fundaciones de la plataforma, nos encontramos con antiguas construcciones subterráneas, como un acueducto que data de los años 1820, que desviaba las aguas lluvias de la Plaza de Armas hacia el lecho del río Mapocho. También aparecieron unas carboneras construidas en 1893 junto con el edificio original, diseñadas para acumular carbón seco para las calderas de las bombas a vapor y un fragmento de pavimento incaico", explican los arquitectos.
En el lugar también apareció cerámica europea del siglo XVI, algo no tan inusual, si se piensa que este lugar está en el sector más antiguo de la ciudad, cercano al solar que habría tenido Pedro de Valdivia. El antiguo acueducto y el pavimento incaico serán visibles a través de visores transparentes en el patio, en el que exhibirá también una antigua bomba y la primera escala telescópica.
Los arquitectos explican que, "como principio básico, buscamos respetar la arquitectura original del edificio, las intervenciones son las mínimas para poder cumplir con los requisitos de un edificio de uso público como es un museo. También tratamos de recuperar ciertos aspectos físicos originales del edificio, como su acceso, entregando a la ciudad una plaza en el lugar que antes se utilizaba como estacionamiento".
La inauguración del nuevo museo y plaza se planifica para diciembre de este año. Dados la alta concurrencia que los cuarteles registran para el Día del Patrimonio y el interés masivo que suelen generar entre el público -y especialmente los niños- los ejercicios de Bomberos, se planifica una asistencia inicial de cerca de 60 mil personas al año a este espacio donde se buscará "mostrar la modernidad sin barrer con lo antiguo", como sintetiza Marco Antonio Cumsille.
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