[h=3]Lo encontre por casualidad y me parecio universal
¡¡Gracias Bomberos Voluntarios!![/h]
Hace ya varios meses que mi gordito es "bomberito voluntario". Una tarde lo llevé a conocer el cuartel de bomberos y le encantó, lo subieron a todas las unidades y explicaron para qué se usaban cada una, le mostraron el guardarropas y sobrevivieron estoicamente a tooodas sus preguntas.
Así que dos por tres caíamos de visita.
Para la fiesta de su último cumpleaños estaba en la disyuntiva si el tema iba a ser bomberos o los basureros. Aprovechando que Marianela viajaba a la Capital, le dí la plata para que trajera de algún cotillón varios cascos de bomberos (pensando siempre en positivo: éste año tengo para los souvenires, quizás el año que viene esté peor económicamente y tenga que salir a juntar basura para hacer la decoración).
El 1 de mayo a las 18 hs. se festejó el cumpleaños, ni bien entró al salón y vio sobre la torta un autobomba se le llenaron los ojos de lágrimas (es tan sensible, mi corazón!!), apoyó el mentón sobre la mesa y lo estudió detenidamente.
En la mitad de la fiesta, apareció un bombero que venía justo de un salvataje (el jefe lo autorizó a que pasara a saludarlo), se sacó unas fotos con todos los chicos y se fue.
Uno de los regalos que lo impactó fue la gorra original de bomberos que le consiguió mi hermano.
Esa noche no podía dormirse por tanta exitación vivida... sumado a que su padre ni apareció, ni llamó.
El 2 de junio (día del bombero voluntario), le preparé uno de los cascos que sobró del cumple y le puse con fibrón negro indeleble "feliz día...!! G.K."), mi mamá lo llevó al cuartel para que se los entregue. Hoy ese presente está dentro de una vitrina junto a los porta retratos con fotos de algunos de ellos con el casco puesto.
En la siguiente visita ya se presentaban algunas exigencias por parte del pequeño hacia el Jefe.
- Jefe... yo tengo el casco de bombedos y la gora original de bombedos... pedo si hay un acidente... no tengo la dopa!!
- Mmmm, qué problema... le podemos decir a tu mamá que te haga un mameluco igual pero que te quede bien, porque los que yo tengo son muy grandes para vos. ¿Qué te parece?.
- Yi... pedo mi mamá no sabe cose, ella teje, le voy deci a mi lela que me haga uno. Gacias Jefe.
- De nada... pequeño bombero!!
Pasó el tiempo y había un problema que teníamos que solucionar y no era precisamente la ropa, sino... la sirena. Cada vez que la escuchaba sonar, se tapaba los oídos y llorando me pedía que la hiciera callar. Por más que le explicaba que no pasaba nada, no había caso... el miedo seguía.
Hoy, me pidió que lo llevara. Como siempre, la atención excelente... lo subieron a todos lados, él me contó a mi dónde va la camilla, dónde el bombero, dónde ponen el agua... hasta que le dije que era hora de irnos.
Esta fue la charla de despedida que tuvo con el cuartelero.
- Vo, cuando suene la sidena, me llama al celular ¿quedes?
- Bueno, quedate tranquilo que yo te llamo así vas a ver que no hay por qué tenerle miedo. ¿Y a qué número te llamo?.
- Son muchos, así (y le muestra los 10 deditos de la mano).
- Listo... te llamo al celular. ¿Te mando un remís o a los muchachos para que te vayan a buscar?.
- Dejame pensa... (con la mano sobre la pera), mejo... manda el demís.
Nos despedimos y partimos.
A mitad de cuadra siento que alguien me llama, me doy vuelta... era una vieja amiga que hacía tiempo que no nos veíamos, nos saludamos y nos invitó a tomar unos mates a su casa (a escasos metros del cuartel).
Tomamos mates y charlamos mientras mi hijo miraba dibujitos.
A los 20 minutos, empezó a sonar la sirena.
El gordito me dice, fijate si no suena tu celula!!!
- Siii, está sonando!! (mentiras... pero piadosa, era ahora o nunca la oportunidad de que le perdiera el miedo).
Salimos corriendo mientras Mercedes me gritaba que tuviera mucho cuidado porque los Voluntarios llegaban muy rápido. Debo reconocer que el corazón me iba a mil, yo nunca los había visto salir tampoco.
Corrimos esa media cuadra agarrados de la mano. Cuando llegamos al cuartel ya estaban subiéndose listos para partir el primer autobomba, era un incendio. Lo alcé al enano y me quedé apoyada contra una pared porque seguían llegando corriendo los demás bomberos. Partió el primer camión y los otros dos quedaron aguardando el pedido de refuerzos.
Pensé que se iba a largar a llorar... me equivoqué. Lo bajé y empezó a preguntarles que pasaba que no salían ellos, daba vueltas en círculos de los nervios que tenía.
Avisaron que las otras unidades podían apagar los motores... que estaba todo controlado.
Bajaron todos, se desvistieron, los que pasaban a su lado le acariciaban la cabeza diciéndole que ya había pasado todo.
Volvió el camión, y antes de venirnos le volvió a recordar a Facundo que le avisara al celular si volvía a sonar la sirena y emprendimos el regreso mientras los demás se reían de semejante ocurrencia.
Ni bien llegamos a casa, le contó a mi mamá: Fuimos al cuatel, se pendio fuego una casa, los bombedos llegaban fun, fun, fuete, dápido, todos codiendo!!!!, el camión salió eue eue eue eue con la sidena y... yo no tuve miedo!!!
Me voy contenta a dormir con una frase en mi haber: "Misión Cumplida!!!"
Ojalá que nunca los tenga que necesitar, Bomberos Voluntarios, pero da orgullo visitar ese cuartel!!!
Estoy cansada y me duele el cuerpo por la corrida, el tenerlo alzado a mi hijo, los nervios de ambos... pero felíz por tener Semejante Entidad cuidando de todos nosotros.
¡¡Gracias Bomberos Voluntarios!![/h]
Sábado 25 de Septiembre de 2010
Hace ya varios meses que mi gordito es "bomberito voluntario". Una tarde lo llevé a conocer el cuartel de bomberos y le encantó, lo subieron a todas las unidades y explicaron para qué se usaban cada una, le mostraron el guardarropas y sobrevivieron estoicamente a tooodas sus preguntas.
Así que dos por tres caíamos de visita.
Para la fiesta de su último cumpleaños estaba en la disyuntiva si el tema iba a ser bomberos o los basureros. Aprovechando que Marianela viajaba a la Capital, le dí la plata para que trajera de algún cotillón varios cascos de bomberos (pensando siempre en positivo: éste año tengo para los souvenires, quizás el año que viene esté peor económicamente y tenga que salir a juntar basura para hacer la decoración).
El 1 de mayo a las 18 hs. se festejó el cumpleaños, ni bien entró al salón y vio sobre la torta un autobomba se le llenaron los ojos de lágrimas (es tan sensible, mi corazón!!), apoyó el mentón sobre la mesa y lo estudió detenidamente.
En la mitad de la fiesta, apareció un bombero que venía justo de un salvataje (el jefe lo autorizó a que pasara a saludarlo), se sacó unas fotos con todos los chicos y se fue.
A la hora de cantar el feliz cumpleaños, la dueña del pelotero nos sorprendió con la grabación de la sirena que avisaba que era hora de acercarse a la torta. Fue un momento muy emocionante... esa vez lloró. Para salvar dicho percance les entregamos los cascos a todos y siguieron jugando otro rato más.Uno de los regalos que lo impactó fue la gorra original de bomberos que le consiguió mi hermano.
Esa noche no podía dormirse por tanta exitación vivida... sumado a que su padre ni apareció, ni llamó.
El 2 de junio (día del bombero voluntario), le preparé uno de los cascos que sobró del cumple y le puse con fibrón negro indeleble "feliz día...!! G.K."), mi mamá lo llevó al cuartel para que se los entregue. Hoy ese presente está dentro de una vitrina junto a los porta retratos con fotos de algunos de ellos con el casco puesto.
En la siguiente visita ya se presentaban algunas exigencias por parte del pequeño hacia el Jefe.
- Jefe... yo tengo el casco de bombedos y la gora original de bombedos... pedo si hay un acidente... no tengo la dopa!!
- Mmmm, qué problema... le podemos decir a tu mamá que te haga un mameluco igual pero que te quede bien, porque los que yo tengo son muy grandes para vos. ¿Qué te parece?.
- Yi... pedo mi mamá no sabe cose, ella teje, le voy deci a mi lela que me haga uno. Gacias Jefe.
- De nada... pequeño bombero!!
Pasó el tiempo y había un problema que teníamos que solucionar y no era precisamente la ropa, sino... la sirena. Cada vez que la escuchaba sonar, se tapaba los oídos y llorando me pedía que la hiciera callar. Por más que le explicaba que no pasaba nada, no había caso... el miedo seguía.
Hoy, me pidió que lo llevara. Como siempre, la atención excelente... lo subieron a todos lados, él me contó a mi dónde va la camilla, dónde el bombero, dónde ponen el agua... hasta que le dije que era hora de irnos.
Esta fue la charla de despedida que tuvo con el cuartelero.
- Vo, cuando suene la sidena, me llama al celular ¿quedes?
- Bueno, quedate tranquilo que yo te llamo así vas a ver que no hay por qué tenerle miedo. ¿Y a qué número te llamo?.
- Son muchos, así (y le muestra los 10 deditos de la mano).
- Listo... te llamo al celular. ¿Te mando un remís o a los muchachos para que te vayan a buscar?.
- Dejame pensa... (con la mano sobre la pera), mejo... manda el demís.
Nos despedimos y partimos.
A mitad de cuadra siento que alguien me llama, me doy vuelta... era una vieja amiga que hacía tiempo que no nos veíamos, nos saludamos y nos invitó a tomar unos mates a su casa (a escasos metros del cuartel).
Tomamos mates y charlamos mientras mi hijo miraba dibujitos.
A los 20 minutos, empezó a sonar la sirena.
El gordito me dice, fijate si no suena tu celula!!!
- Siii, está sonando!! (mentiras... pero piadosa, era ahora o nunca la oportunidad de que le perdiera el miedo).
Salimos corriendo mientras Mercedes me gritaba que tuviera mucho cuidado porque los Voluntarios llegaban muy rápido. Debo reconocer que el corazón me iba a mil, yo nunca los había visto salir tampoco.
Corrimos esa media cuadra agarrados de la mano. Cuando llegamos al cuartel ya estaban subiéndose listos para partir el primer autobomba, era un incendio. Lo alcé al enano y me quedé apoyada contra una pared porque seguían llegando corriendo los demás bomberos. Partió el primer camión y los otros dos quedaron aguardando el pedido de refuerzos.
Pensé que se iba a largar a llorar... me equivoqué. Lo bajé y empezó a preguntarles que pasaba que no salían ellos, daba vueltas en círculos de los nervios que tenía.
Avisaron que las otras unidades podían apagar los motores... que estaba todo controlado.
Bajaron todos, se desvistieron, los que pasaban a su lado le acariciaban la cabeza diciéndole que ya había pasado todo.
Volvió el camión, y antes de venirnos le volvió a recordar a Facundo que le avisara al celular si volvía a sonar la sirena y emprendimos el regreso mientras los demás se reían de semejante ocurrencia.
Ni bien llegamos a casa, le contó a mi mamá: Fuimos al cuatel, se pendio fuego una casa, los bombedos llegaban fun, fun, fuete, dápido, todos codiendo!!!!, el camión salió eue eue eue eue con la sidena y... yo no tuve miedo!!!
Me voy contenta a dormir con una frase en mi haber: "Misión Cumplida!!!"
Ojalá que nunca los tenga que necesitar, Bomberos Voluntarios, pero da orgullo visitar ese cuartel!!!
Estoy cansada y me duele el cuerpo por la corrida, el tenerlo alzado a mi hijo, los nervios de ambos... pero felíz por tener Semejante Entidad cuidando de todos nosotros.