15-10-2010
Singulares historias sobre los carros bombas y su adquisición
Los carros bombas siempre sorprenden por su diseño, tamaño, color, luces, en fin, una serie de características que las hacen únicas dentro de su compañía e institución, donde se les imprime un cariño único que las hace ser “uno más de la manada”, llegando a tal punto de caracterizarlas como un miembro más de cuarteles de bomberos.
Es por ello, que en estas líneas se evocarán vehículos de emergencias motorizados, que han pasado a la historia y que más de algún recuerdo traen a los voluntarios que las tripularon.
La primera bomba automóvil data de 1904, cuando la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago estrena el carro Merryweather, el cual recibió dos apodos. La Rana y después el Autoclavo, ya que las calles de Santiago no estaban diseñadas para el andar de un vehículo, por lo tanto esta pieza de Material Mayor tuvo daños permanentemente y finalmente fue tirada por caballos. Posteriormente fue vendida al Cuerpo de Bomberos de Llay Llay.
Como sello característico, los primeros vehículos de emergencia fueron descapotables. Algunos con los asientos de madera en su interior, como las Mack y otros hacia afuera como es el caso de las Bombas Reo, en las cuales los voluntarios se sentaban con sus pies hacia el exterior.
Bomba "Autoclavo o Rana" que perteneció a la Quinta Compañía de Santiago
Bomba Reo que perteneció a la Primera Compañía de Santiago
Una de las historias más singulares fue la que protagonizaron los voluntarios de la Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Arica en 1959.
En su necesidad por contar con Material Mayor moderno, a la altura de las emergencias, los voluntarios tercerinos llegaron a la conclusión de comprar un carro bomba acorde a sus necesidades para lo cual necesitaban contar con un alto presupuesto para la época.
Después de analizar las diversas ofertas, decidieron adquirir un vehículo de emergencia Mercedes Benz, y según el acta de sesión del 15 de junio de dicho año, la compañía aprobó la compra de la “Meche”, como cariñosamente apodaron, donde se dio lectura a la cotización enviada por el representante de la firma, la cual consideraba el precio del carro, equipo y condiciones de pago, que ascendió a US$12.300. Por unanimidad aprueban esta oferta y piden el vehículo de emergencia.
El problema ahora, era conseguir el dinero. Y es aquí donde cobra relevancia esta historia. Los hermanos fundadores de la Compañía, Francisco (Paco) y Benjamín (Mino) Melús Oñate gestionaron e hicieron posible realizar la primera corrida toros en Chile para reunir fondos para la compra de este Material Mayor.
Finalmente este evento se realizó en el estadio Carlos Dittborn, ante un impresionante marco de público, el cual contó con los mejores toreros traídos desde España, entre ellos, Rovira, que era uno de los toreadores del momento. Como anécdota, se puede mencionar, que este hombre después se transformó en el padre del cantante “Emanuel”.
En esta foto se encuentran "los picadores" junto a Benjamín Melús.
El "Chavalillo" junto a voluntarios de la Tercera Compañía.
Finalmente y después de tiempo de espera, la Tercera de Arica contó con su tan anhelada “Meche”, la cual causó sensación en la época de los sesenta.
FOTO Meche Arica
Otro caso particular es el que vivió el Cuerpo de Bomberos de Ancud. El 19 de julio de 1933, la Junta de Oficiales decidió dar un golpe a la vanguardia y cambiar las bombas a vapor por una bomba automóvil y en sesión del 6 de agosto del mismo año se anunció esta iniciativa a los voluntarios de la Primera Compañía, para quienes sería dirigido este vehículo de emergencia.
Debido al alto costo de esta nueva pieza de material mayor, primero se adquirió el cuerpo de bomba proveniente de Alemania, gracias al aporte monetario del Directorio General de la época y los vecinos de Ancud.
Posteriormente y una vez adquirido el chasis, se pasó a la segunda etapa de montaje, proceso en el que participaron activamente el Comandante de la época, Federico Mücke Schwabe y el Inspector General de Máquinas Oscar Flaig Weiz.
Desde 1851 con la creación del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, la institución ha debido ingeniárselas para lograr objetivos como éstos. Primero fue trayendo bombas a vapor, después vehículos de emergencia motorizados, hasta llegar a carros específicos, como los de Haz-Mat o rescate vehicular o urbano, por ejemplo, lo cual demuestra como la realidad va profesionalizando al voluntariado en distintas áreas.
Estas dos singulares historias, marcan hitos en la historia de los Cuerpos de Bomberos en Chile, instituciones en las cuales la adquisición de material mayor y menor no ha sido fácil, donde el profesionalismo en la emergencia ha hecho asumir diversas responsabilidades que van más allá de lo técnicamente bomberil.
Ejemplos como estos son los que dan un sentido de pertenencia único en las compañías, cuyos voluntarios hacen lo imposible por cumplir sus objetivos y poder entregar un servicio acorde a las exigencias de la época.
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