Estimados
Publico este artículo para todos los que se interesan en el análisis organizacional y administración de emergencias.
Dado que los desastres están en la vitrina creo que puede ser intesante para algunos. Reconozco que es largo, por lo que esté en partes, pero tiene interesantes datos y conclusiones discutibles, respecto de las capacidades de respuesta de los diferentes entes que participan en una emergencia de gran magnitud y, aunque no estoy en total acuerdo con el análisis es bueno reconocer las deferentes posturas.
En mi caso creo que, si bien en el caso chileno, los organismos privados tienen un papel fundamental en la colaboración, poseen escasa capacidad de articulación y es en ese nivel donde se requiere de la intervención de entidades nacionales.
Mauricio
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PARTE I
Respuestas públicas y privadas a Katrina: ¿Qué podemos aprender?
20/10/2005
Mary L. G. Theroux
Conferencia brindada durante el Seminario organizado por las Chief Executive Organizations’ Women el 7 de octubre de 2005.
Para descubrir las lecciones que deben recogerse de las consecuencias del huracán Katrina, observo a dos entidades sin fines de lucro con las que he estado involucrada durante muchos años, y a las que considero que están proporcionando una estrategia dual para resolver los problemas—tanto en lo inmediato como en el largo plazo.
He prestado servicios durante 10 años en el directorio de la ciudad de San Francisco y por tres años en el directorio nacional del Ejército de Salvación, al cual Peter Drucker ha denominado “la organización más efectiva de los Estados Unidos.” La misma realiza una asombrosa tarea al atender y aliviar los problemas inmediatos y el sufrimiento. Le brinda a aquellos individuos que se han equivocado, el camino para sanearse y volverse sobrios y para aprender a llevar adelante una vida productiva a través de su hospedaje y de sus programas de desintoxicación y de transición. Proporciona entrenamiento laboral, programas para después de la escuela basados en el carácter y campamentos de verano para los niños, juguetes en las fiestas; refugios para las mujeres golpeadas y sus hijos; alimentación y hospedaje para los ancianos; distribuye comidas calientes a quienes no pueden salir de sus casas, albergue y programas para los jóvenes adultos que participan del cuidado adoptivo temporal; y es una de las más grandes agencias de socorros de todo el mundo. Con sede en Londres, opera en 109 países cada día y solamente en los Estados Unidos cuenta con 65.000 empleados. Por lo tanto, cuando el desastre azota, el Ejército de Salvación ya se encuentra allí, listo para entrar en acción.
The Independent Institute, donde soy uno de sus directores y Vicepresidente, aborda a muchos de estos mismos problemas pero con vistas al largo plazo. Encargamos y producimos investigaciones sobre las causas subyacentes a cuestiones como la falta de vivienda, los problemas urbanos, los costos del cuidado de la salud, la energía, la crisis en materia de educación, las drogas, y la pobreza global. Empleamos estos estudios para idear y promover para estos problemas soluciones innovadoras y basadas en el mercado.
El Talento de los Mercados
¿Por qué basadas en el mercado? Bien, aquí tenemos algunas estadísticas de 100 años atrás que considero que ilustran bien mi posición En 1905, nuestra esperanza de vida promedio en los Estados Unidos era de 47 años. Solamente el 14% de los hogares tenía una tina de baño; el 8% tenía un teléfono; el 95% de todos los nacimientos tenían lugar en la casa; las mujeres lavaban sus cabellos una vez al mes, utilizando bórax o champú de huevo; y el trabajador promedio ganaba cerca de $300 por año.
Nuestro rápido avance hacia la generosidad, la que puede encontrarse en la actualidad aún en el hogar más pobre de los Estados Unidos, no se debe a programa gubernamental ni a iniciativa sin fines de lucro alguna, sino primariamente a que los individuos con afán de lucro han innovado para producir una prosperidad hasta ahora desconocida.
Y es también debido al sector con fines de lucro y basado en el mercado que muchas de nuestras crisis amenazadas nunca se materializan. Por ejemplo, cuando era una niña, estaba ampliamente pronosticado que en el futuro cercano habría una hambruna masiva, a medida que las explosiones poblacionales excediesen los limites del planeta para la producción de alimentos. En su lugar, el desarrollo de cultivos de mayor rendimiento y de mejores métodos agrícolas creó una revolución verde internacional. No obstante ello, ¿cuándo fue la última vez que recibió una invitación para asistir a una velada de gala en honor de un héroe guiado por el afán de lucro? En cambio, ¿no estamos la mayoría de nosotros inundados con celebraciones de aquellos que se han “entregado” u honrando a los “servidores públicos” políticos?
La Innovación Social y la Sociedad CivilDicho eso, ciertamente observamos que existen problemas en nuestras comunidades, respecto de los cuales nos gustaría ser capaces de hacer algo, y entonces formamos organizaciones sin fines de lucro a tales efectos. Y la innovación y el espíritu emprendedor también pueden hacer mucho para atenderlos. Los estadounidenses tenemos una larga tradición de agruparnos para simplemente avocarnos a ellos. Probablemente el mejor estudio documentado de esto puede encontrarse en la Democracia en America de Alexis de Tocqueville. Un joven aristócrata francés, Tocqueville recorrió los Estados Unidos entre 1831 y 1832, y realizó un estudio asombrosamente extenso de nuestra sociedad e instituciones. Lo que más le impactó fue nuestra propensión para formar lo que él apodaba “asociaciones”:
Por lo tanto, tenemos una tradición rica y probada en su efectividad de asociaciones voluntarias que resuelven problemas. Sin embargo, caso tras caso, observamos al gobierno hacerse cargo de más y más de nuestro sector voluntario. Y a eso se debe que esté tan preocupada respecto de los reclamos ante las consecuencias de Katrina en favor de expandir a la Agencia Federal Para el Manejo de las Emergencias (FEMA es su sigla en inglés) y a otros programas.
Ante todo, hay una clara evidencia de que el sector público ni de cerca hace el trabajo tan bien como el sector privado. Echemos una mirada a las vastas diferencias en las respuestas al huracán Katrina desde el sector público comparadas con las que se originaron en el sector privado.
Publico este artículo para todos los que se interesan en el análisis organizacional y administración de emergencias.
Dado que los desastres están en la vitrina creo que puede ser intesante para algunos. Reconozco que es largo, por lo que esté en partes, pero tiene interesantes datos y conclusiones discutibles, respecto de las capacidades de respuesta de los diferentes entes que participan en una emergencia de gran magnitud y, aunque no estoy en total acuerdo con el análisis es bueno reconocer las deferentes posturas.
En mi caso creo que, si bien en el caso chileno, los organismos privados tienen un papel fundamental en la colaboración, poseen escasa capacidad de articulación y es en ese nivel donde se requiere de la intervención de entidades nacionales.
Mauricio
__________________________________________________________
PARTE I
Respuestas públicas y privadas a Katrina: ¿Qué podemos aprender?
20/10/2005
Mary L. G. Theroux
Conferencia brindada durante el Seminario organizado por las Chief Executive Organizations’ Women el 7 de octubre de 2005.
Para descubrir las lecciones que deben recogerse de las consecuencias del huracán Katrina, observo a dos entidades sin fines de lucro con las que he estado involucrada durante muchos años, y a las que considero que están proporcionando una estrategia dual para resolver los problemas—tanto en lo inmediato como en el largo plazo.
He prestado servicios durante 10 años en el directorio de la ciudad de San Francisco y por tres años en el directorio nacional del Ejército de Salvación, al cual Peter Drucker ha denominado “la organización más efectiva de los Estados Unidos.” La misma realiza una asombrosa tarea al atender y aliviar los problemas inmediatos y el sufrimiento. Le brinda a aquellos individuos que se han equivocado, el camino para sanearse y volverse sobrios y para aprender a llevar adelante una vida productiva a través de su hospedaje y de sus programas de desintoxicación y de transición. Proporciona entrenamiento laboral, programas para después de la escuela basados en el carácter y campamentos de verano para los niños, juguetes en las fiestas; refugios para las mujeres golpeadas y sus hijos; alimentación y hospedaje para los ancianos; distribuye comidas calientes a quienes no pueden salir de sus casas, albergue y programas para los jóvenes adultos que participan del cuidado adoptivo temporal; y es una de las más grandes agencias de socorros de todo el mundo. Con sede en Londres, opera en 109 países cada día y solamente en los Estados Unidos cuenta con 65.000 empleados. Por lo tanto, cuando el desastre azota, el Ejército de Salvación ya se encuentra allí, listo para entrar en acción.
The Independent Institute, donde soy uno de sus directores y Vicepresidente, aborda a muchos de estos mismos problemas pero con vistas al largo plazo. Encargamos y producimos investigaciones sobre las causas subyacentes a cuestiones como la falta de vivienda, los problemas urbanos, los costos del cuidado de la salud, la energía, la crisis en materia de educación, las drogas, y la pobreza global. Empleamos estos estudios para idear y promover para estos problemas soluciones innovadoras y basadas en el mercado.
El Talento de los Mercados
¿Por qué basadas en el mercado? Bien, aquí tenemos algunas estadísticas de 100 años atrás que considero que ilustran bien mi posición En 1905, nuestra esperanza de vida promedio en los Estados Unidos era de 47 años. Solamente el 14% de los hogares tenía una tina de baño; el 8% tenía un teléfono; el 95% de todos los nacimientos tenían lugar en la casa; las mujeres lavaban sus cabellos una vez al mes, utilizando bórax o champú de huevo; y el trabajador promedio ganaba cerca de $300 por año.
Nuestro rápido avance hacia la generosidad, la que puede encontrarse en la actualidad aún en el hogar más pobre de los Estados Unidos, no se debe a programa gubernamental ni a iniciativa sin fines de lucro alguna, sino primariamente a que los individuos con afán de lucro han innovado para producir una prosperidad hasta ahora desconocida.
Y es también debido al sector con fines de lucro y basado en el mercado que muchas de nuestras crisis amenazadas nunca se materializan. Por ejemplo, cuando era una niña, estaba ampliamente pronosticado que en el futuro cercano habría una hambruna masiva, a medida que las explosiones poblacionales excediesen los limites del planeta para la producción de alimentos. En su lugar, el desarrollo de cultivos de mayor rendimiento y de mejores métodos agrícolas creó una revolución verde internacional. No obstante ello, ¿cuándo fue la última vez que recibió una invitación para asistir a una velada de gala en honor de un héroe guiado por el afán de lucro? En cambio, ¿no estamos la mayoría de nosotros inundados con celebraciones de aquellos que se han “entregado” u honrando a los “servidores públicos” políticos?
La Innovación Social y la Sociedad CivilDicho eso, ciertamente observamos que existen problemas en nuestras comunidades, respecto de los cuales nos gustaría ser capaces de hacer algo, y entonces formamos organizaciones sin fines de lucro a tales efectos. Y la innovación y el espíritu emprendedor también pueden hacer mucho para atenderlos. Los estadounidenses tenemos una larga tradición de agruparnos para simplemente avocarnos a ellos. Probablemente el mejor estudio documentado de esto puede encontrarse en la Democracia en America de Alexis de Tocqueville. Un joven aristócrata francés, Tocqueville recorrió los Estados Unidos entre 1831 y 1832, y realizó un estudio asombrosamente extenso de nuestra sociedad e instituciones. Lo que más le impactó fue nuestra propensión para formar lo que él apodaba “asociaciones”:
Estadounidenses de todas las edades, todas las condiciones, y todas destrezas constantemente forman asociaciones. No solamente poseen compañías comerciales y manufactureras, de las cuales todos forman parte, sino asociaciones de miles de otras clases, religiosas, morales, serias, triviales, generales o restringidas, enormes o diminutas. Los estadounidenses crean asociaciones para brindar entretenimiento, para fundar seminarios, para edificar posadas, para construir iglesias, para difundir libros, para enviar misioneros a las antípodas; de esta forma fundan hospitales, prisiones, y escuelas.…
A diferencia de las sociedades que Tocqueville había conocido—la Inglaterra de una aristocracia privilegiada, en la cual el Noblesse Oblige le prestaría atención a los pobres, o la Francia post-revolucionaria, cuyo fuerte gobierno central era asumido como el responsable de cuidar de todos los problemas de esa índole, en la sociedad democrática estadounidense el poder y el dinero estaban ampliamente difusos entre los individuos, de manera tal que los mismos debían aunar fuerzas a fin de solucionar cualquier problema que se plantease:
Entre las naciones democráticas …todos los ciudadanos son independientes y débiles; difícilmente puedan hacer algo por sí mismos, y ninguno de ellos puede obligar a sus compatriotas a que le presten asistencia. Todos ellos, de esta forma, se tornan indefensos si no aprenden voluntariamente a ayudarse mutuamente. [el énfasis es nuestro]
Así, creo que nuestra tradición de individuos innovadores que forman alianzas para resolver los problemas nos resulta útil. El libro de The Independent Institute, The Voluntary City, de manera similar reúne trabajos de investigación sobre alianzas innovadoras que históricamente resolvieron, y muchas de las cuales continúan resolviendo, necesidades que van desde la vivienda, el transporte, la educación, el cuidado medico, a la policía y los tribunales de justicia. Mucho antes de que existiese el seguro por desempleo o de salud, por ejemplo, muchos individuos pertenecían a sociedades de asistencia mutua, en las cuales abonaban cuotas. Cuando se quedaban sin empleo, enfrentaban inesperados costos médicos o de otra clase recibían fondos de la sociedad. Para el año 1925, existían 120.000 de dichas sociedades a lo largo y a lo ancho del país.
Por lo tanto, tenemos una tradición rica y probada en su efectividad de asociaciones voluntarias que resuelven problemas. Sin embargo, caso tras caso, observamos al gobierno hacerse cargo de más y más de nuestro sector voluntario. Y a eso se debe que esté tan preocupada respecto de los reclamos ante las consecuencias de Katrina en favor de expandir a la Agencia Federal Para el Manejo de las Emergencias (FEMA es su sigla en inglés) y a otros programas.
Ante todo, hay una clara evidencia de que el sector público ni de cerca hace el trabajo tan bien como el sector privado. Echemos una mirada a las vastas diferencias en las respuestas al huracán Katrina desde el sector público comparadas con las que se originaron en el sector privado.
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