Fatal incendio enluta a Quellón
La menor de sólo 14 años, no alcanzó a escapar de su hogar debido a la veloz arremetida del fuego. Además, otras dos viviendas resultaron afectadas de consideración.
Como Nayabet Alejandra Soto Silva (14) fue identificada la víctima del voraz incendio que afectó la noche del martes último a tres viviendas ubicadas en el pasaje Los Sauces, en Quellón.
La alarma movilizó a voluntarios de tres compañías de Bomberos, quienes extremaron sus esfuerzos para acceder por la estrecha vía que conectaba las casas siniestradas. Toda una complicación para sofocar las llamas que amenazaron con propagarse a otros inmuebles.
De acuerdo a testigos, el fuego se habría originado en la propiedad de María Angélica Tenorio Santana, arrendada por Rosa Silva Fernández, comerciante y madre de la adolescente fallecida.
REFUGIO
La violenta arremetida del fuego sorprendió a la joven víctima sola en su hogar, ya que su mamá aún no regresaba de su negocio (una frutería).
La alumna del séptimo básico de la escuela Bordemar, no tuvo tiempo para escapar, refugiándose en el segundo piso de la vivienda. Sus desgarradores gritos motivaron que bomberos subieran a la construcción, a fin de auxiliarla.
Sin embargo, cuando los rescatistas ascendían, estalló un cilindro de gas, cuya onda expansiva los lanzó a varios metros, no pudiendo llegar a la niña, perdiendo definitivamente contacto audible con ella.
Como se indicó, sólo cuando los efectivos bomberiles, al mando del comandante Paulino Oyarzún, removían los escombros, fue encontrado el cuerpo inerte de la estudiante. Estaba en uno de los dormitorios, tendida en su cama en posición de cubito abdominal.
A esa altura, ya corría el rumor de una víctima fatal por el incendio entre los pobladores. Pero se desconocía su identidad. No obstante, solo minutos después, Luis Soto, padre de la menor, fue informado de la desgracia. "Hacía dos días que había estado con mi hijita", señaló muy afectado el progenitor, agregando que la adolescente había decido irse a vivir con su madre, producto del quiebre de las relaciones entre la pareja.
MANIOBRAS
A pesar de los inconvenientes para atacar el fuego, por la escasez de agua, Bomberos controló la emergencia después de más de una hora de maniobras. Sin embargo, no se pudo evitar que el inmueble arrendado por Rodrigo Tecay Legue y otro de propiedad de Jeannette Cárdenas Saldivia, resultaran también dañados por las llamas.
A diferencia de las pérdidas totales del hogar de la menor fallecida, las otras dos casas fueron destruidas en su entretecho y su segundo nivel, respectivamente. En total, resultaron siete damnificados, cinco adultos y dos menores, albergados con vecinos y familiares.
La fiscal Débora Espinoza se constituyó en el lugar, ordenando cerca de la medianoche el levantamiento del cadáver, que fue trasladado hasta el Servicio Médico Legal de Ancud.
La autopsia de rigor corroboraría que el deceso de la estudiante se debió por asfixia de monóxido de carbono, como indica la tesis preliminar. Pero no se descarta que haya sufrido alguna crisis nerviosa al verse atrapada, más aún si se considera que la niña sufría de frecuentes ataques epilépticos.
Fuente: La Estrella de Chiloé
La menor de sólo 14 años, no alcanzó a escapar de su hogar debido a la veloz arremetida del fuego. Además, otras dos viviendas resultaron afectadas de consideración.
Como Nayabet Alejandra Soto Silva (14) fue identificada la víctima del voraz incendio que afectó la noche del martes último a tres viviendas ubicadas en el pasaje Los Sauces, en Quellón.
La alarma movilizó a voluntarios de tres compañías de Bomberos, quienes extremaron sus esfuerzos para acceder por la estrecha vía que conectaba las casas siniestradas. Toda una complicación para sofocar las llamas que amenazaron con propagarse a otros inmuebles.
De acuerdo a testigos, el fuego se habría originado en la propiedad de María Angélica Tenorio Santana, arrendada por Rosa Silva Fernández, comerciante y madre de la adolescente fallecida.
REFUGIO
La violenta arremetida del fuego sorprendió a la joven víctima sola en su hogar, ya que su mamá aún no regresaba de su negocio (una frutería).
La alumna del séptimo básico de la escuela Bordemar, no tuvo tiempo para escapar, refugiándose en el segundo piso de la vivienda. Sus desgarradores gritos motivaron que bomberos subieran a la construcción, a fin de auxiliarla.
Sin embargo, cuando los rescatistas ascendían, estalló un cilindro de gas, cuya onda expansiva los lanzó a varios metros, no pudiendo llegar a la niña, perdiendo definitivamente contacto audible con ella.
Como se indicó, sólo cuando los efectivos bomberiles, al mando del comandante Paulino Oyarzún, removían los escombros, fue encontrado el cuerpo inerte de la estudiante. Estaba en uno de los dormitorios, tendida en su cama en posición de cubito abdominal.
A esa altura, ya corría el rumor de una víctima fatal por el incendio entre los pobladores. Pero se desconocía su identidad. No obstante, solo minutos después, Luis Soto, padre de la menor, fue informado de la desgracia. "Hacía dos días que había estado con mi hijita", señaló muy afectado el progenitor, agregando que la adolescente había decido irse a vivir con su madre, producto del quiebre de las relaciones entre la pareja.
MANIOBRAS
A pesar de los inconvenientes para atacar el fuego, por la escasez de agua, Bomberos controló la emergencia después de más de una hora de maniobras. Sin embargo, no se pudo evitar que el inmueble arrendado por Rodrigo Tecay Legue y otro de propiedad de Jeannette Cárdenas Saldivia, resultaran también dañados por las llamas.
A diferencia de las pérdidas totales del hogar de la menor fallecida, las otras dos casas fueron destruidas en su entretecho y su segundo nivel, respectivamente. En total, resultaron siete damnificados, cinco adultos y dos menores, albergados con vecinos y familiares.
La fiscal Débora Espinoza se constituyó en el lugar, ordenando cerca de la medianoche el levantamiento del cadáver, que fue trasladado hasta el Servicio Médico Legal de Ancud.
La autopsia de rigor corroboraría que el deceso de la estudiante se debió por asfixia de monóxido de carbono, como indica la tesis preliminar. Pero no se descarta que haya sufrido alguna crisis nerviosa al verse atrapada, más aún si se considera que la niña sufría de frecuentes ataques epilépticos.
Fuente: La Estrella de Chiloé
