Hasta siempre don armando
La Segunda Compañía “Esmeralda” despidió con profundo pesar y tristeza a nuestro camarada, Don Armando Oyarzún Figueroa (Q.E.P.D.), cumpliendo con especial afecto y respeto, con el sacro deber, de despedir a uno de los suyos cuando ha iniciado el éxodo perpetuo, después de servir durante 63 años a la Institución.
Armando nace a la vida del Bombero Voluntario un lejano 14 de Julio de 1950, siendo Director don Domingo Grez, quién lo recibe como integrante de esta cofradía Segundina y lo invita a ocupar el lugar que le corresponde pronunciando las siguientes palabras “Las obligaciones que hoy contrae al incorporarse a esta institución, no son difíciles de cumplir, ni su número es agotador, la armonía que debe reinar en su seno, hay que buscarla en el fiel acatamiento de las disposiciones reglamentarias y en el procedimiento caballeroso, para con los miembros de sus filas”
Sabias palabras, que se grabaron a fuego en la esencia de la vida de Armando y en su proceder como norma de vida.
Así comienza este joven de 26 años casado, su aventura de volcar su necesidad de servir a la comunidad en nuestra Compañía, Constancia y Disciplina, es el lema de la Institución, lema que hace propio en el transcurso de sus años como voluntario activo, la perseverancia y el compromiso adquirido, se verían coronados cuando el 6 de Enero de 1954, recibe en forma definitiva, el “Premio de Honor”, luego de calificar por dos años consecutivos como la mejor asistencia de la Esmeralda, reemplazando su estrella de paño, por una de plata y oro.
Desempeña diversos cargos, Ayudante, Secretario, Tesorero, Primer Maquinista, Ayudante General, en diferentes períodos de su vasta historia bomberil, pero no será hasta que llega al Departamento de Investigación de Incendios de la Institución, cuando descubre su verdadera pasión de vida, a la que se entregó por espacio de 38 años.
El trabajo realizado durante este período en el Departamento de Investigación de Incendios, le significó lograr ser un referente en esta materia, consolidó la estructura y funcionalidad que en la actualidad permite que diversas instituciones que ostentaban el monopolio de la investigación de los siniestros, reconozcan al Cuerpo de Bomberos de Santiago, como un ente autorizado ante las autoridades pertinentes.
Armando nos deja un legado de historia y compromiso, logró traspasar en primer lugar los muros de su Cuartel, y luego los limites de nuestra Institución para ser reconocido a nivel nacional e internacional en materia de Investigación de Incendios.
Fue representante de la Institución en diversas organizaciones y seminarios, entre ellos:
• Representante Ante el Consejo Nacional de Seguridad.
• Miembro del Directorio del Consejo Nacional de Seguridad.
• Representante en el Foro Sobre Prevención de Incendios Organizado por la Asociación Chilena de seguridad y la National Fire Proteccion de EE.UU.
• Representante del Cuerpo de Bomberos de Santiago ante el Instituto Nacional de Normalización e Integrante de los Comités de Prevención de Incendios y Lucha contra el Fuego.
• Representante del Cuerpo de Bomberos de Santiago en el Primer Simposio de Peritos de la Policía de Investigaciones de Chile.
También fue nombrado Inspector Visitador Fiscalizador, licencia otorgada por la Ilustre Municipalidad de Santiago.
Calificó además como Instructor de la Academia Nacional de Bomberos y de la Escuela de Bomberos de Santiago en las materias de Prevención de Incendios, y Química de la combustión.
Mientras tanto y sin dejar de lado a su Compañía, participó en mas de 55 comisiones encargadas por su Alma Mater, de
ellas, destaca la “Comisión Arreglo de Tumbas” cuya finalidad es llevar el recuerdo de la Compañía, a sus voluntarios fallecidos.
En reconocimiento, el año 1973, la Compañía lo nombra como miembro permanente de la “Comisión Ubicación de Tumbas”.
Como olvidar cuando cada 1º de Noviembre llegaba de madrugada a presidir esta ceremonia, recopiló cada antecedente del lugar de descanso de cada uno y elaboró una pequeña pero ilustrativa reseña de cada voluntario fallecido, historias que para quienes lo acompañamos, significaba dar un vistazo y conocer nuestro pasado, pero también traer al presente las señeras imágenes de grandes segundinos.
Servir era su consigna, en todo lugar, en cualquier momento, así lo demuestra la existencia de otros hechos que coronan una vida entregada a la Institución, el 17 de agosto de 1976 y junto a su gran amigo y camarada Hugo Gravert Portus, no dudaron en arriesgar sus vidas frente a la desgracia de una persona que cayó al torrente del canal San Carlos, ello significó como consta en su hoja de servicios, una anotación inscrita como “Acción Distinguida”
Como un Premio Especial consta también el reconocimiento hecho por el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Bolívar de Venezuela, quienes, el 10 de febrero del año 1992 le otorga la Barra-Insignia “Honor al Merito”, presea que lucía con agradecimiento y humildad.
Todas sus actividades, su vinculación con la historia y las tradiciones de la Compañía, su compromiso con el estudio y la constante capacitación, sumado a una hoja de servicio intachable, hacen de Armando Oyarzun Figueroa un gran hombre, con un desempeño integral digno de ser destacado como ejemplo para todos los voluntarios de la Institución y cuyas enseñanzas hoy están más vigentes que nunca.
Lo vimos la última vez, visitando su Cuartel el 22 de Enero de 2012, en esa ocasión La Compañía con gran sabiduría, rindió un homenaje a su trayectoria y a su premio por 60 años de servicios que no pudo asistir a recibir en el Teatro Municipal, pudimos compartir gratos momentos de su figura generosa y espontánea y su humor característico, a pesar de ello sus enfermedades seguían avanzando.
Nuestra historia, es el pilar fundamental de hermosos e inspiradores guiones y escenas, pero lo mejor es que aun está en desarrollo, convirtiéndose en un libro abierto, expectante de la mano que seguirá la traza de los capítulos venideros, somos legatarios del esfuerzo y dedicación de este Segundino de excepción y tenemos la obligación de continuar con su obra.
Armando, gracias por escoger a la Segunda para desarrollar tus habilidades e inquietudes, por tus ejemplos, por tus consejos y enseñanzas que nunca dudaste en compartir, pero por sobre todo, por enseñarnos que la excelencia demostrada, no es fruto de la casualidad sino del trabajo constante y riguroso desarrollado silenciosamente.
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