Por todos es sabido que el Estado es como
el cura Gatica: predica pero no practica. Es así
como, a través de los municipios y de las diferentes
instituciones, tiene contrataciones de personal
en forma absolutamente reñida con la legalidad.
Contratos a honorarios, a plazo fijo,
temporeros y por el sistema convencional de
empleador privado.
Todos estos puestos, en la mayoría «pitutos»,
no corresponden al sistema de escalafón del
servicio público.
Seguramente, estimado lector, le llame la
atención cuando hablamos de temporeros. Y
estos son, nada más y nada menos, que los
encargados de combatir los incendios forestales.
Si a esta irregularidad le sumamos la contratación
de aviones fumigadores adaptados
para el combate de incendios forestales, tenemos
el resultado que todos los chilenos apreciamos
a diario al observar nuestro entorno
consumido por el fuego descontrolado.
La mezcla -contar con un personal sólo de
temporada- ha dejado una huella dolorosa de
muerte de estos heroicos funcionarios temporeros
del Estado.
Cuando se habla de seguridad ciudadana,
difícilmente lo relacionamos con la ineficiencia
de un Estado irresponsable y poco eficiente en
el combate de los incendios forestales. Asimismo,
vemos a este mismo Estado tomando decisiones
a través de la Onemi, normalmente tardías,
mientras las personas que sí tienen conocimientos
y grados de capacitación como son
los Bomberos de Chile, no son ni siquiera consultados
o siquiera tienen ninguna injerencia
en disponer de los tiempos y recursos para acudir
a las emergencias. Quedó absolutamente
develada esta situación en el último contingente
despachado en ayuda a Haití.
Son innumerables las situaciones en que la
Onemi ha sido ineficiente. De una vez por todas
el Estado en forma responsable debe proveer
los recursos y equipamientos para Bomberos,
como así también permitir que esta entidad
tome el control y disponga de los recursos que
existen en caso de declararse una zona de emergencia.
Por todos es conocido que estos cargos
los ocupan personas «cuoteadas» políticamente
y no quienes técnicamente poseen el conocimiento
para ejercer la protección ciudadana
adecuada dado que la Corporación Nacional
Forestal, CONAF, es la encargada de controlar
y extinguir los incendios forestales, como así
también la Onemi de ir en ayuda ante cualquier
catástrofe.
Perfectamente, cualquier persona podrá querellarse
en contra del Estado por efectos de no
brindar la seguridad de la cual es responsable.
el cura Gatica: predica pero no practica. Es así
como, a través de los municipios y de las diferentes
instituciones, tiene contrataciones de personal
en forma absolutamente reñida con la legalidad.
Contratos a honorarios, a plazo fijo,
temporeros y por el sistema convencional de
empleador privado.
Todos estos puestos, en la mayoría «pitutos»,
no corresponden al sistema de escalafón del
servicio público.
Seguramente, estimado lector, le llame la
atención cuando hablamos de temporeros. Y
estos son, nada más y nada menos, que los
encargados de combatir los incendios forestales.
Si a esta irregularidad le sumamos la contratación
de aviones fumigadores adaptados
para el combate de incendios forestales, tenemos
el resultado que todos los chilenos apreciamos
a diario al observar nuestro entorno
consumido por el fuego descontrolado.
La mezcla -contar con un personal sólo de
temporada- ha dejado una huella dolorosa de
muerte de estos heroicos funcionarios temporeros
del Estado.
Cuando se habla de seguridad ciudadana,
difícilmente lo relacionamos con la ineficiencia
de un Estado irresponsable y poco eficiente en
el combate de los incendios forestales. Asimismo,
vemos a este mismo Estado tomando decisiones
a través de la Onemi, normalmente tardías,
mientras las personas que sí tienen conocimientos
y grados de capacitación como son
los Bomberos de Chile, no son ni siquiera consultados
o siquiera tienen ninguna injerencia
en disponer de los tiempos y recursos para acudir
a las emergencias. Quedó absolutamente
develada esta situación en el último contingente
despachado en ayuda a Haití.
Son innumerables las situaciones en que la
Onemi ha sido ineficiente. De una vez por todas
el Estado en forma responsable debe proveer
los recursos y equipamientos para Bomberos,
como así también permitir que esta entidad
tome el control y disponga de los recursos que
existen en caso de declararse una zona de emergencia.
Por todos es conocido que estos cargos
los ocupan personas «cuoteadas» políticamente
y no quienes técnicamente poseen el conocimiento
para ejercer la protección ciudadana
adecuada dado que la Corporación Nacional
Forestal, CONAF, es la encargada de controlar
y extinguir los incendios forestales, como así
también la Onemi de ir en ayuda ante cualquier
catástrofe.
Perfectamente, cualquier persona podrá querellarse
en contra del Estado por efectos de no
brindar la seguridad de la cual es responsable.