Derrumbe en obra de construcción atrapó a dos trabajadores en el centro de Temuco
Lesionados debieron ser rescatados por Bomberos.
Con diversas lesiones pero sin riesgo vital resultaron dos trabajadores que a las 18.30 horas de este lunes quedaron atrapados por un derrumbe de tierra mientras trabajaban a unos tres metros bajo el nivel del suelo en las obras de construcción de un edificio en calle Lynch casi al llegar a Bello, en el centro de Temuco.
Según trascendió, se trató de Jaime Arriagada de 48 años de edad y Hernán Figueroa de 54.
Tras el desprendimiento, que los dejó aprisionados de la cintura hacia abajo con tierra, piedras, y a uno de ellos además con fierro y una pala, lo que impidió que pudieran salir por sus propios medios y que fueran extraídos por sus compañeros de labores, se solicitó la presencia de Bomberos, enviándose a las unidades de rescate de la Tercera y Quinta Compañías, apoyados por efectivos de la Primera y Cuarta.
Luego de unos 20 minutos de trabajo se rescató a Arriagada, quien fue enviado en una ambulancia privada –según dijeron sus compañeros- a la Mutual de Seguridad.
La tarea no fue fácil en el caso de Figueroa, quien se creía podía estar herido por uno de los fierros que lo aprisionaban, por lo que mientras profesionales del Samu lo sedaron, Bomberos extremaba sus esfuerzos por liberarlo, tal como lo confirmó el segundo comandante de la institución, Claudio Magofke, quien agregó que tras cerca de tres horas de trabajo se logró rescatar al segundo paciente, el que providencialmente no evidenciaba heridas de gravedad, pero que mientras trabajaron los voluntarios se mantenía firmemente atrapado.
INVESTIGACIÓN
Luego de enterarse de lo sucedido, la propia directora regional del Trabajo, Maite Núñez, llegó al sitio del suceso, ordenando la paralización de las faenas de la empresa y la investigación respectiva para aclarar lo sucedido.
“El trabajador Figueroa fue rescatado por Bomberos y salió consciente. Las obras se encuentran totalmente suspendidas hasta que podamos corroborar las condiciones de higiene y seguridad en que se desempeñan”, sostuvo Núñez.
En tanto, Sergio Avendaño, jefe de obra en el recinto afectado por la emergencia, sostuvo que la emergencia se produjo “por un socavamiento por un alcantarillado que no podíamos ver por el interior. Lo más importante es que los trabajadores están bien. Los bomberos vinieron para asegurar que los trabajadores salieran en buenas condiciones y agradecemos que nos hayan cooperado”.
TRAGEDIA EN 1977
En 1977, en aquel mismo lugar donde se produjo este derrumbe, existía una vivienda que era habitada por el bombero de la Primera Compañía, Alfonso Castro Rivas.
En la madrugada del domingo 25 de septiembre de aquel año, alrededor de las 5:30 horas, el silencio de la noche se ve interrumpido por el incesante llamado de la sirena del Cuartel General: se había declarado un voraz incendio en ese inmueble.
Los bomberos trabajaron incansablemente por extinguir el fuego, y lo que más preocupaba era que se trataba de la morada de su camarada y no sabían si se encontraba en ella o no, ya que varios vecinos lo vieron entrar y salir varias veces intentando poner a salvo a su esposa y a sus cinco hijos.
En esta heroica labor, Alfonso Castro logra salvar a su esposa y a tres de sus hijos, pero al ingresar una vez más a la casa envuelta en llamas para rescatar a sus dos hijos más pequeños, nunca más volvió a salir.
Su amor filial y el deber bomberil lo dejaron atrapado entre los humeantes escombros. Su cuerpo carbonizado fue encontrado en la puerta de salida al patio y los restos incinerados de sus dos pequeños hijos en la sala de estar.
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